Nicolas Kasanzew
Corresponsal Veterano Guerra de Malvinas
En forma recurrente se me acusa de haber sido un “periodista de la dictadura”. (La más reciente acusación provino de Pablo Macharowski).
Dada mi condición de corresponsal en Malvinas esto no sólo afecta mi buen nombre, sino en alguna mínima medida también a la Gesta que yo reivindico, Por lo tanto me parece necesario aclarar las cosas de una buena vez.
Trabajé como redactor en la revista Siete Días hasta fines de 1975, cuando – a raíz de lo poco que me pagaban – dejé el periodismo y me dedique a la compraventa de metales. Recien en mayo de 1978, decidí ponerme a averiguar si podía volver a la profesión que tanto me gustaba y fui contratado por Fernando Marín, quien producía para Canal 11 el programa Video Show. En 1979 me vinieron a buscar del programa “Monica Presenta” y me pasé al canal 13. Ninguno de esos programas hacía notas políticas, lo cual me encantaba. Siempre tuve aversión a la política nacional: en La Nación había escrito sobre literatura y en Siete Días estaba en la sección magazine y no en la de actualidad.
Lo más cerca que estuve de la política nacional en Video Show fue durante el partido que Argentina le ganó a Perú en el Mundial del 78. Fernando Marín me puso sobre el camión de exteriores que transmitía desde el obelisco. En determinado momento dije al aire que, una vez más, como había sucedido a lo largo de la historia, el gobierno estaba ofreciendo “pan y circo” a sus gobernados. Marín me llamó furioso porque un coronel le habia objetado mi frase.
En mi primer viaje a Europa, después del Mundial 78, un periodista español me preguntó sobre los campos de concentración en la Argentina. Quedé azorado. Le dije que no podía creer que existieran, y que al menos yo no sabía nada de ellos. Pero comence a leer el “Buenos Aires Herald” y a intuir que algo muy condenable estaba ocurriendo. Obviamente, yo estaba en contra de las organizaciones terroristas, pero jamás hubiera avalado su represión ilegal. Los códigos de honor y los principios religiosos en que había sido educado por mis padres lo hacían absolutamente impensable para mi. En mi opinión, había que acabar con los terroristas, pero a cara abierta y con la ley en la mano. De ahí que, sin saber bien todavía lo que estaba pasando, en 1979 en una entrevista a la revista Brigitte dije que yo respetaba solamente a los militares que combatían contra otros militares frente a frente y no a los que masacraban a civiles. Era consciente de que estaba arriesgando mi trabajo en Mónica Presenta, un trabajo que me fascinaba, pero sentía la imperiosa necesidad de decirlo. Condenar públicamente la represion ilegal en pleno gobierno militar, requería de bastante más fibra, creo, que hacerlo después de caido el mismo. Le puedo pedir a algun amigo forista que postée el facsímil de esas declaraciones mías, por si alguien tiene dudas.
Como en Mónica Presenta me hicieron una de las típicas “camas” de la TV, en el 80 fui a parar a “Sesenta Minutos”, en ATC, reemplazando en ese programa a Fernando Bravo. Seguí haciendo allí notas de color, entrevistando a Borges y viajando por el mundo. Nunca hice notas políticas ni entrevisté a nadie del gobierno (esa era la función de Gomez Fuentes), salvo en la ocasion en que cubrí el viaje de Videla a China. En el vuelo de regreso me dejaron entrevistarlo con la condición de que solo le preguntara sobre el viaje a China. A pesar de eso, ninguna de mis preguntas fue complaciente, sino todo lo contrario: fueron bastante duras. Tengo grabado el audio para probarlo. Y, después de la entrevista, le pedí a Videla que intercediera por la libertad de un preso político ruso, a lo cual este se negó.
A principios de 1981, desconforme con la manera en que se hacía el programa, me fuí al canal 11 y solo volví a “60 Minutos” el 2 de abril de 1982.
Antes de la guerra, nunca tuve ningún tipo de contacto con militares. Por primera vez conocí un general en Malvinas. De ese período ya escribí bastante, así que no me voy a repetir.
Cuando desde Malvinas volví a Buenos Aires, durante el escaso tiempo en que todavía me toleraron en “60 Minutos”, cierta vez me mandaron a entrevistar a Massera, que estaba organizando su “Partido de la Democracia Social”. Cuando volví de hacer la nota, Gomez Fuentes estaba desencajado: “Pibe, que querés, que me encuentren en una zanja?!” La nota nunca salió al aire.
Queda bastante claro que nunca fuí “un periodista de la dictadura”.
Dada mi condición de corresponsal en Malvinas esto no sólo afecta mi buen nombre, sino en alguna mínima medida también a la Gesta que yo reivindico, Por lo tanto me parece necesario aclarar las cosas de una buena vez.
Trabajé como redactor en la revista Siete Días hasta fines de 1975, cuando – a raíz de lo poco que me pagaban – dejé el periodismo y me dedique a la compraventa de metales. Recien en mayo de 1978, decidí ponerme a averiguar si podía volver a la profesión que tanto me gustaba y fui contratado por Fernando Marín, quien producía para Canal 11 el programa Video Show. En 1979 me vinieron a buscar del programa “Monica Presenta” y me pasé al canal 13. Ninguno de esos programas hacía notas políticas, lo cual me encantaba. Siempre tuve aversión a la política nacional: en La Nación había escrito sobre literatura y en Siete Días estaba en la sección magazine y no en la de actualidad.
Lo más cerca que estuve de la política nacional en Video Show fue durante el partido que Argentina le ganó a Perú en el Mundial del 78. Fernando Marín me puso sobre el camión de exteriores que transmitía desde el obelisco. En determinado momento dije al aire que, una vez más, como había sucedido a lo largo de la historia, el gobierno estaba ofreciendo “pan y circo” a sus gobernados. Marín me llamó furioso porque un coronel le habia objetado mi frase.
En mi primer viaje a Europa, después del Mundial 78, un periodista español me preguntó sobre los campos de concentración en la Argentina. Quedé azorado. Le dije que no podía creer que existieran, y que al menos yo no sabía nada de ellos. Pero comence a leer el “Buenos Aires Herald” y a intuir que algo muy condenable estaba ocurriendo. Obviamente, yo estaba en contra de las organizaciones terroristas, pero jamás hubiera avalado su represión ilegal. Los códigos de honor y los principios religiosos en que había sido educado por mis padres lo hacían absolutamente impensable para mi. En mi opinión, había que acabar con los terroristas, pero a cara abierta y con la ley en la mano. De ahí que, sin saber bien todavía lo que estaba pasando, en 1979 en una entrevista a la revista Brigitte dije que yo respetaba solamente a los militares que combatían contra otros militares frente a frente y no a los que masacraban a civiles. Era consciente de que estaba arriesgando mi trabajo en Mónica Presenta, un trabajo que me fascinaba, pero sentía la imperiosa necesidad de decirlo. Condenar públicamente la represion ilegal en pleno gobierno militar, requería de bastante más fibra, creo, que hacerlo después de caido el mismo. Le puedo pedir a algun amigo forista que postée el facsímil de esas declaraciones mías, por si alguien tiene dudas.
Como en Mónica Presenta me hicieron una de las típicas “camas” de la TV, en el 80 fui a parar a “Sesenta Minutos”, en ATC, reemplazando en ese programa a Fernando Bravo. Seguí haciendo allí notas de color, entrevistando a Borges y viajando por el mundo. Nunca hice notas políticas ni entrevisté a nadie del gobierno (esa era la función de Gomez Fuentes), salvo en la ocasion en que cubrí el viaje de Videla a China. En el vuelo de regreso me dejaron entrevistarlo con la condición de que solo le preguntara sobre el viaje a China. A pesar de eso, ninguna de mis preguntas fue complaciente, sino todo lo contrario: fueron bastante duras. Tengo grabado el audio para probarlo. Y, después de la entrevista, le pedí a Videla que intercediera por la libertad de un preso político ruso, a lo cual este se negó.
A principios de 1981, desconforme con la manera en que se hacía el programa, me fuí al canal 11 y solo volví a “60 Minutos” el 2 de abril de 1982.
Antes de la guerra, nunca tuve ningún tipo de contacto con militares. Por primera vez conocí un general en Malvinas. De ese período ya escribí bastante, así que no me voy a repetir.
Cuando desde Malvinas volví a Buenos Aires, durante el escaso tiempo en que todavía me toleraron en “60 Minutos”, cierta vez me mandaron a entrevistar a Massera, que estaba organizando su “Partido de la Democracia Social”. Cuando volví de hacer la nota, Gomez Fuentes estaba desencajado: “Pibe, que querés, que me encuentren en una zanja?!” La nota nunca salió al aire.
Queda bastante claro que nunca fuí “un periodista de la dictadura”.