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<blockquote data-quote="EFDV" data-source="post: 3427376" data-attributes="member: 15609"><p>Yo me pregunto lo mismo desde hace muchos años.</p><p>No conozco documentos públicos que ayuden a responder esta pregunta.</p><p></p><p>Parece muy influenciada por la OTAN, con adaptaciones locales.</p><p>Por tanto, apostaría que una versión aggiornada del programa de modernización de las décadas de 1970 y 1980.</p><p></p><p>En cuanto a submarinos, apostaría que la doctrina detras del desarrollo del TR-1700 continua siendo exactamente la misma. Por tanto, esperaria deseos similares a su tiempo. Aggiornados por el avance de la tecnica y oferta disponible en el mercado, por un lado, y las expectativas de presupuesto, por otro lado.</p><p>Una versión más austera de esa aspiración serían un maximo de 5 submarinos idénticos. O cuatro. Similar a los programas que se observan en países vecinos, como Chile y Brasil.</p><p></p><p>La flota de superficie de la década de 1970 con su aspiración a 8 destructores (dos de defensa aérea) y 4 corbetas era muy parecido a programas paralelos de modernización que se observaban en Holanda, Alemania, Reino Unido, Australia, Canadá, etc. que, a su vez, parecían versiones simplificadas de como la armada estadounidense organiza sus grupos,</p><p>La historia puede ayudar a entender un poco lo que podrían estar pensando hoy en dia.</p><p></p><p>En esa época Estados Unidos, plena Guerra Fría, influenciaba para que cada país tuviese una pequeña flota antisubmarina destinada a mantener abierta las vías de comunicación frente a la amenaza de los submarinos soviéticos. No era casual que eso se caracterizara por un portaaviones ligeros ex-SGM especializado en lanzar aviones antisumbarinos (Tracker) y helicópteros antisubmarinos (Sea King) con un pequeño número de aviones de caza y ataque para la autodefensa (los portahelicópteros antisubmarinos de nueva construcción que predominaron en Europa, incluido Invencible, Giuseppe Garibald y Príncipe de Asturias, también representaron este enfoque, cuando los viejos portaaviones ligeros envejecieron). Escoltados por un grupo de 8 o 6 destructores/fragatas antisubmarinas. Dos de esos destructores para defensa aérea.</p><p>Los planes de la flota de mar argentina encajan al dedillo con este enfoque. Con una adaptación local. Argentina también imaginaba un combate de superficie contra alguna de sus armadas vecinas (Brasil o Chile) (nunca Reino Unido u otros) por lo que también buscaba la capacidad de realizar un movimiento de tenazas contra alguna de las mismas. De allí que se buscó complementar la flota principal con una pequeña flotilla de cuatro corbetas antibuques y que a todo buque posible se le equipara con misiles antibuques (incluido los T-42). La escuadrilla embarcada de A-4 también entrenaría mucho en ataque antibuque y, tras la crisis del 78, se trabajo en sustituirlas por el binomio de SUE+Exocet.</p><p>La capacidad antiaérea siempre fue limitada a la autodefensa. Ni los A-4 ni los SUE entrenaban mucho en eso. Incluso si regresamos a los países con Harrier, notaremos que estos fueron vistos como un plus de autodefensa de unas flota especializadas en la guerra antisubmarina que confiaban en la artillería antiaérea y los misiles antiaéreos de mayor alcance para su principal autodefensa. Y, más allá de ello, confiaban en el paraguas que pudiera proporcionar la aviación de superficie y la Armada de Estados Unidos. Lo cual no ha cambiado mucho hoy en día.</p><p>En mi entendimiento, una consideración adicional del pequeño grupo de cuatro corbetas previsto por Argentina, es que también contribuirían a la formación de las tripulaciones antes de su pase a los destructores. De allí que sean vista como “mini-destructores”.</p><p>Finalmente, también representarían la influencia de la Guerra del Bacalao y las guerras coloniales (las MEKO 140 son inspiradas en las Joäo Coutinho portuguesas). Existen una serie de amenazas no convencionales, de tiempo de paz y crisis no bélicas que requerirían un abordaje específico. Quizas, por ello estas corvetas también son consideradas aptas para navegar por los rios de La Plata y Paraná, entre otras grandes vías navegables. Destacaba el control del mar territorial, la zona contigua y la eventual ZEE (no existía para cuando estos planes se diseñaron) frente a la pesca ilegal, el petróleo y gas y el creciente comercio.</p><p></p><p>¿Qué ha pasado desde el final de la Guerra Fría a nuestros días? la moderna tecnología ha permitido buques con cada vez mayor capacidades multirol. Pero el acento en la guerra antisubmarina para mantener abiertas las vías de comunicación continúa destacando.</p><p>Continuan siendo esencialmente flotas antisubmarinas para la defensa de vías de comunicación que, además, hacen otras cosas. Entre esas otras cosas esta la defensa de las vías de comunicación frente a amenazas de superficie y aéreas (incluido la aplicación de bloques navales, lucha contra la piratería y la escolta de mercantes a través de rutas que atraviesan estrechos conflictivos, como frente a Irán o, ahora, Yemen).</p><p>Entre las cosas adicionales también crece en importancia la capacidad de proyectar poder sobre superficie (desde el uso de la artillería contra la costa que se observó en Vietnam, Malvinas y Tormenta del Desierto, al lanzamiento de misiles cruceros y variantes contra objetivos tácticos y estratégicos).</p><p>Ademas, especialmente en los miembros de la OTAN, una fuerte tendencia a mejorar las capacidades expedicionarias (misiones de muy larga duración, muy lejos del puerto de origen y en ambiente austero). Camino que pocas armadas parecen dispuestas a seguir.</p><p>Finalmente, se incorpora en el nuevo milenio un creciente interés en la conformación de barreras de defensa aérea contra misiles balísticos estratégicos. Los escoltas antiaéreos ya no solo protegen a una flota antisubmarinas ante ataques aeronavales que pudieran sufrir, sino que también pueden ser posicionados en puntos estratégicos que permitan derribar bombarderos estratégicos y misiles balísticos antes de que alcancen el territorio nacional. Radares de mayor alcance que nunca con misiles de enorme alcance adquieren importancia, Pero no hay cambios significativos en la configuración de la flota, se continuan observando la tradicional configuración de dos escoltas antiaéreos por flota.</p><p>Los roles de seguridad y defensa de la ZEE y, a partir de ahora, la Plataforma Continental, también crecen en importancia.</p><p></p><p>En este marco, parece que una “flota teórica modelo” podría estar conformada por entre seis y ocho buques de guerra expedicionarios, todos antisubmarinos multipropositos, con dos de los mismos especializados en defensa aérea, incluidos contra misiles balísticos. Un LPD capaz de obrar como portahelicópteros antisubmarinos (quizás, también de drones). Y uno o dos buques de apoyo logístico Más un extra de buques de cada clase por la lógicas necesidades de rotación, mantenimiento y modernización permanente.</p><p>Para muchas armadas, las características expedicionarias son innecesarias o sólo parciales (es decir, que no buscan capacidades autónomas en la materia, sino colaborar con coaliciones aliadas más grandes), por lo que podemos encontrar solo la mitad de la flota con estas prestaciones y la otra mitad no (como promocionan los franceses, la característica que separa a las “fragatas” y “corbetas” modernas es que las primeras son expedicionarias y las segundas no).</p><p>Paralelamente, en vez de corbetas, una creciente flota de OPVs para atender la crecientes responsabilidades asociadas a la seguridad de la ZEE, la plataforma continental, etc.</p><p></p><p>Mas o menos esto es lo que parece observarse, con variaciones en cada país, tanto en los miembros de la OTAN como de quienes se inspiran en esta doctrina, incluyendo la mayoría de las armadas sudamericanas.</p><p>Interpretó que algo así pasa por la mente de la armada argentina también. pero en versión más modesta. Por ejemplo, sin portahelicópteros, defensa contra misiles balísticos ni requerimientos expedicionarios (O sólo parciales).</p><p>Aunque con un fuerte acento en las necesidades de seguridad bi-continentales: Argentina sudamericana y Antartida argentina. Por ejemplo, prácticamente todas las adquisiciones y proyectos conocidos recientes tienen entre sus requerimientos la navegación polar (Avisos, OPV, etc).</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="EFDV, post: 3427376, member: 15609"] Yo me pregunto lo mismo desde hace muchos años. No conozco documentos públicos que ayuden a responder esta pregunta. Parece muy influenciada por la OTAN, con adaptaciones locales. Por tanto, apostaría que una versión aggiornada del programa de modernización de las décadas de 1970 y 1980. En cuanto a submarinos, apostaría que la doctrina detras del desarrollo del TR-1700 continua siendo exactamente la misma. Por tanto, esperaria deseos similares a su tiempo. Aggiornados por el avance de la tecnica y oferta disponible en el mercado, por un lado, y las expectativas de presupuesto, por otro lado. Una versión más austera de esa aspiración serían un maximo de 5 submarinos idénticos. O cuatro. Similar a los programas que se observan en países vecinos, como Chile y Brasil. La flota de superficie de la década de 1970 con su aspiración a 8 destructores (dos de defensa aérea) y 4 corbetas era muy parecido a programas paralelos de modernización que se observaban en Holanda, Alemania, Reino Unido, Australia, Canadá, etc. que, a su vez, parecían versiones simplificadas de como la armada estadounidense organiza sus grupos, La historia puede ayudar a entender un poco lo que podrían estar pensando hoy en dia. En esa época Estados Unidos, plena Guerra Fría, influenciaba para que cada país tuviese una pequeña flota antisubmarina destinada a mantener abierta las vías de comunicación frente a la amenaza de los submarinos soviéticos. No era casual que eso se caracterizara por un portaaviones ligeros ex-SGM especializado en lanzar aviones antisumbarinos (Tracker) y helicópteros antisubmarinos (Sea King) con un pequeño número de aviones de caza y ataque para la autodefensa (los portahelicópteros antisubmarinos de nueva construcción que predominaron en Europa, incluido Invencible, Giuseppe Garibald y Príncipe de Asturias, también representaron este enfoque, cuando los viejos portaaviones ligeros envejecieron). Escoltados por un grupo de 8 o 6 destructores/fragatas antisubmarinas. Dos de esos destructores para defensa aérea. Los planes de la flota de mar argentina encajan al dedillo con este enfoque. Con una adaptación local. Argentina también imaginaba un combate de superficie contra alguna de sus armadas vecinas (Brasil o Chile) (nunca Reino Unido u otros) por lo que también buscaba la capacidad de realizar un movimiento de tenazas contra alguna de las mismas. De allí que se buscó complementar la flota principal con una pequeña flotilla de cuatro corbetas antibuques y que a todo buque posible se le equipara con misiles antibuques (incluido los T-42). La escuadrilla embarcada de A-4 también entrenaría mucho en ataque antibuque y, tras la crisis del 78, se trabajo en sustituirlas por el binomio de SUE+Exocet. La capacidad antiaérea siempre fue limitada a la autodefensa. Ni los A-4 ni los SUE entrenaban mucho en eso. Incluso si regresamos a los países con Harrier, notaremos que estos fueron vistos como un plus de autodefensa de unas flota especializadas en la guerra antisubmarina que confiaban en la artillería antiaérea y los misiles antiaéreos de mayor alcance para su principal autodefensa. Y, más allá de ello, confiaban en el paraguas que pudiera proporcionar la aviación de superficie y la Armada de Estados Unidos. Lo cual no ha cambiado mucho hoy en día. En mi entendimiento, una consideración adicional del pequeño grupo de cuatro corbetas previsto por Argentina, es que también contribuirían a la formación de las tripulaciones antes de su pase a los destructores. De allí que sean vista como “mini-destructores”. Finalmente, también representarían la influencia de la Guerra del Bacalao y las guerras coloniales (las MEKO 140 son inspiradas en las Joäo Coutinho portuguesas). Existen una serie de amenazas no convencionales, de tiempo de paz y crisis no bélicas que requerirían un abordaje específico. Quizas, por ello estas corvetas también son consideradas aptas para navegar por los rios de La Plata y Paraná, entre otras grandes vías navegables. Destacaba el control del mar territorial, la zona contigua y la eventual ZEE (no existía para cuando estos planes se diseñaron) frente a la pesca ilegal, el petróleo y gas y el creciente comercio. ¿Qué ha pasado desde el final de la Guerra Fría a nuestros días? la moderna tecnología ha permitido buques con cada vez mayor capacidades multirol. Pero el acento en la guerra antisubmarina para mantener abiertas las vías de comunicación continúa destacando. Continuan siendo esencialmente flotas antisubmarinas para la defensa de vías de comunicación que, además, hacen otras cosas. Entre esas otras cosas esta la defensa de las vías de comunicación frente a amenazas de superficie y aéreas (incluido la aplicación de bloques navales, lucha contra la piratería y la escolta de mercantes a través de rutas que atraviesan estrechos conflictivos, como frente a Irán o, ahora, Yemen). Entre las cosas adicionales también crece en importancia la capacidad de proyectar poder sobre superficie (desde el uso de la artillería contra la costa que se observó en Vietnam, Malvinas y Tormenta del Desierto, al lanzamiento de misiles cruceros y variantes contra objetivos tácticos y estratégicos). Ademas, especialmente en los miembros de la OTAN, una fuerte tendencia a mejorar las capacidades expedicionarias (misiones de muy larga duración, muy lejos del puerto de origen y en ambiente austero). Camino que pocas armadas parecen dispuestas a seguir. Finalmente, se incorpora en el nuevo milenio un creciente interés en la conformación de barreras de defensa aérea contra misiles balísticos estratégicos. Los escoltas antiaéreos ya no solo protegen a una flota antisubmarinas ante ataques aeronavales que pudieran sufrir, sino que también pueden ser posicionados en puntos estratégicos que permitan derribar bombarderos estratégicos y misiles balísticos antes de que alcancen el territorio nacional. Radares de mayor alcance que nunca con misiles de enorme alcance adquieren importancia, Pero no hay cambios significativos en la configuración de la flota, se continuan observando la tradicional configuración de dos escoltas antiaéreos por flota. Los roles de seguridad y defensa de la ZEE y, a partir de ahora, la Plataforma Continental, también crecen en importancia. En este marco, parece que una “flota teórica modelo” podría estar conformada por entre seis y ocho buques de guerra expedicionarios, todos antisubmarinos multipropositos, con dos de los mismos especializados en defensa aérea, incluidos contra misiles balísticos. Un LPD capaz de obrar como portahelicópteros antisubmarinos (quizás, también de drones). Y uno o dos buques de apoyo logístico Más un extra de buques de cada clase por la lógicas necesidades de rotación, mantenimiento y modernización permanente. Para muchas armadas, las características expedicionarias son innecesarias o sólo parciales (es decir, que no buscan capacidades autónomas en la materia, sino colaborar con coaliciones aliadas más grandes), por lo que podemos encontrar solo la mitad de la flota con estas prestaciones y la otra mitad no (como promocionan los franceses, la característica que separa a las “fragatas” y “corbetas” modernas es que las primeras son expedicionarias y las segundas no). Paralelamente, en vez de corbetas, una creciente flota de OPVs para atender la crecientes responsabilidades asociadas a la seguridad de la ZEE, la plataforma continental, etc. Mas o menos esto es lo que parece observarse, con variaciones en cada país, tanto en los miembros de la OTAN como de quienes se inspiran en esta doctrina, incluyendo la mayoría de las armadas sudamericanas. Interpretó que algo así pasa por la mente de la armada argentina también. pero en versión más modesta. Por ejemplo, sin portahelicópteros, defensa contra misiles balísticos ni requerimientos expedicionarios (O sólo parciales). Aunque con un fuerte acento en las necesidades de seguridad bi-continentales: Argentina sudamericana y Antartida argentina. Por ejemplo, prácticamente todas las adquisiciones y proyectos conocidos recientes tienen entre sus requerimientos la navegación polar (Avisos, OPV, etc). [/QUOTE]
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Verificación
Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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