Menú
Inicio
Visitar el Sitio Zona Militar
Foros
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Qué hay de nuevo
Nuevos mensajes
Última actividad
Miembros
Visitantes actuales
Entrar
Registrarse
Novedades
Buscar
Buscar
Buscar sólo en títulos
Por:
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Menú
Entrar
Registrarse
Inicio
Foros
Area Militar General
Malvinas 1982
¿Quién de acá estuvo en Malvinas?
JavaScript is disabled. For a better experience, please enable JavaScript in your browser before proceeding.
Estás usando un navegador obsoleto. No se pueden mostrar estos u otros sitios web correctamente.
Se debe actualizar o usar un
navegador alternativo
.
Responder al tema
Mensaje
<blockquote data-quote="MWAA" data-source="post: 180584" data-attributes="member: 7829"><p>Aprovechando el requerimiento de un forista respecto de las sensaciones y pareceres a bordo sobre las amenazas de los submarinos, las cuales ya envie, y ya que esta aprovecho para meter estas lineas de tono general que se vivia a bordo, para algunos no seran interesantes para otros si, no dire nada nuevo con decir que a los 47 años que distinto se ve el mundo que cuando tenia 19.</p><p></p><p>Estimado señor </p><p>Le envió algunas apreciaciones que se tenían a bordo de la “Santísima Trinidad” durante el periodo en cuestión , además de algunas consideraciones que muy poco se tienen en cuenta, como que el personal de sonaristas para esa época en su mayoría había pasado por la “Escuela Antisubmarina”, era un centro específicamente para tal fin, luego de un año de instrucción en la “ESMA”, pasaban por dicho centro por un año y de alli a los distintos destinos, además de dictar cursos de perfeccionamiento y capacitación, con el tiempo fue absorbido por el centro de instrucción en operaciones, “CIOP”, y a pesar de lo poco conveniente a la vista el tiempo daría la razón respecto a los tiempos que corren, sin material adecuado y comisiones en unidades extranjeras para obtener un adiestramiento aceptable.</p><p>Los puntos de vista y sensaciones a bordo variaban de acuerdo al personal que había estado comisionado en el Reino Unido, que conocía el material en cantidad y calidad, y el recién llegado, con inconciencia y determinación.,además del veterano y jerárquico. En el primer caso, que me involucra, entre la conversación con un par de cabos se veía el pesar de uno que insistía en la desatinada conducta de llegar al conflicto, mi punto fue “el honor de la nación lo exige”, allí comenzó un inventario extenso de cinco de tal clase, ocho de tal otra y así hasta cinco submarinos nucleares y un total de veintitantos convencionales en distinto estado de apresto, mi contestación fue, “esto no es para débiles, el que tema que se vaya”, la respuesta fue un golpe de puño en mi costado derecho del rostro, la intervención de personal mas antiguo queriendo saber que paso se zanjo con que discutíamos de fútbol, no convencí a nadie, pero se sugirió prohibir hablar de fútbol, de ese modo se empezó a apreciar el pesar, no nerviosismo, del personal que conocía los medios Británicos.</p><p>Por parte del personal de sonaristas que eran compañeros míos, la mayoría había pasado por la Escuadrilla de Antiminado, capacidad hoy día perdida, y tenia una experiencia muy notoria en la discriminación de contactos, producto del tipo de sonares que habían operado, también de origen Británico, lo que podría decirse sin sonar a fanfarronería que nunca confundieron una ballena con un submarino. En cierta ocasión de estar ranchando, uno hizo el comentario de “ojala nos toque un “SOTO” nuclear”, ¿Por qué?, “son muy bochincheros, además de tener que acercarse para buscar blancos lo tendrían que hacer en aguas poco profundas y seria muy peligroso para el, tendría poco margen para maniobrar como es debido y huir”, podría ser verdad o no, pero inspiraba confianza.</p><p>Las ejercitaciones, mientras se pudo hacerlas, fueron de grandes lapsos de tiempo, además de operar con el helicóptero, “Sea Linx”, configurado a tal fin., el lanzamiento de sondas batitermograficas, “el pescadito”, a través del dispositivo instalado en popa era moneda corriente, un punto no muy tenido en cuenta pero muy importante para la obtención de datos como temperatura, salinidad, densidad, etc. de casi todo el litoral para la optima operación del sonar., si bien se obtuvieron abundantes contactos, no se produjeron lanzamientos de cargas o torpedos, si maniobras cerradas y gran velocidad.</p><p>Hasta el hundimiento del Crucero “General Belgrano”, todo zafarrancho se llevo a cabo “de acuerdo a manual”, a partir de ese entonces se empezaron a ver situaciones que van de lo poco feliz hasta la extremada precaución., en algunos se vio la actitud de llevar la colchoneta a la cercanía de los puestos de combate, principalmente en cubiertas superiores de la zona de radares, so pretextos de estar mas cerca del puesto de combate en caso de alarma, incluso dormir en un rincón en el puesto de combate, saliendo solo para comer o ir al baño, hasta ser echados por el resto al son de “báñate sucio, después volve” la mayoría del personal subalterno dormía en cubiertas bajas., en otra ocasión, luego de una alarma, tras varias horas de maniobrar, se levanto la condición, el personal que cubría en el cuarto de control cañón, bien a proa, descubre que no podía acceder a la cubierta superior a pesar de destrabar las maniguetas de la escotilla, al rato uno de los integrantes del trozo de control de averías abrió la escotilla, ¿Qué sucedía?, el suboficial encargado había dado la orden de trabar la escotilla con la lengüeta del candado, de esa manera si pasaba algo serviría como refuerzo además de no poder violar la condición de estanqueidad en caso de que “jodiesen” para ir al baño, la lengüeta fue destruida a mazazos por el suboficial artillero encargado del cuarto del cañón después de haberle frustrado un intento de homicidio.</p><p>Durante un momento de esparcimiento, partido de canasta, mate y cigarrillo, un suboficial que estaba de ronda, le pregunto a un cabo, “¿Qué debía hacer si nos impactaba un torpedo?”, cigarrillo al costado de la boca y sin dejar de mirar las cartas le contesto: “nada, primero esperar a que pegue, cosa que dudo, después veremos, si quiere avíseles que empiecen a tirar”, una mirada socarrona y un suspiro, y el suboficial se fue, no era conveniente preguntar tonterías sin quedar en ridículo., motivados por la película “El barco”, algunos se aprendieron estrofas de “Tipperary” y la chapuceaban bastante bien, luego de una alarma se les dijo que no cantaran mas por que los llaman, “es que los giles se equivocan, nos oyen y vienen creyendo que somos la Marina Real”., Se puede decir que existía entre el personal mas moderno una confianza un tanto desmedida, o inconciente, producto varios factores, la juventud, (yo 19 recién cumplidos), una moral muy alta, por fin se ponía a prueba la capacidad adquirida después de tanto “jorobe”, mi actitud era dormir vestido, cada tres días cambiarme la faena, siempre que no la ensuciara con aceite, a mano el salvavidas y bolsito de supervivencia y los zapatos, total estaba cerca de mi puesto, la adrenalina al máximo, no importaba si fuese aeronave, buque o submarino, parafraseando a Julio Cesar, “Los dados corren, la suerte esta echada” ., además de estar a la par de naves como el “Py”, que era considerado el “mejor sonar de Sudamérica”, no hubo ejercitación donde demostrara a lo largo de los años la capacidad de detectar y seguir todo blanco que se le presentase.</p><p>Entre el personal de maquinistas y electricistas se podía apreciar una jovial tranquilidad respecto a lo que podría suceder en caso de ataque submarino, concientes de que eran carne de “torpedoes”, pero se solía escuchar: “vos estate atento y cagalos a tiros, que yo te llevo a cualquier lado hasta a 40 nudos si es necesario”.</p><p>Espero que pueda haberle servido de algo esta melee de recuerdos, a rasgos generales no existía una angustia o preocupación extrema por tal amenaza, estas comenzaron después de finalizado el conflicto a cusa de otros enemigos.</p><p>Sin mas que decirle, mis mas cordiales saludos.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="MWAA, post: 180584, member: 7829"] Aprovechando el requerimiento de un forista respecto de las sensaciones y pareceres a bordo sobre las amenazas de los submarinos, las cuales ya envie, y ya que esta aprovecho para meter estas lineas de tono general que se vivia a bordo, para algunos no seran interesantes para otros si, no dire nada nuevo con decir que a los 47 años que distinto se ve el mundo que cuando tenia 19. Estimado señor Le envió algunas apreciaciones que se tenían a bordo de la “Santísima Trinidad” durante el periodo en cuestión , además de algunas consideraciones que muy poco se tienen en cuenta, como que el personal de sonaristas para esa época en su mayoría había pasado por la “Escuela Antisubmarina”, era un centro específicamente para tal fin, luego de un año de instrucción en la “ESMA”, pasaban por dicho centro por un año y de alli a los distintos destinos, además de dictar cursos de perfeccionamiento y capacitación, con el tiempo fue absorbido por el centro de instrucción en operaciones, “CIOP”, y a pesar de lo poco conveniente a la vista el tiempo daría la razón respecto a los tiempos que corren, sin material adecuado y comisiones en unidades extranjeras para obtener un adiestramiento aceptable. Los puntos de vista y sensaciones a bordo variaban de acuerdo al personal que había estado comisionado en el Reino Unido, que conocía el material en cantidad y calidad, y el recién llegado, con inconciencia y determinación.,además del veterano y jerárquico. En el primer caso, que me involucra, entre la conversación con un par de cabos se veía el pesar de uno que insistía en la desatinada conducta de llegar al conflicto, mi punto fue “el honor de la nación lo exige”, allí comenzó un inventario extenso de cinco de tal clase, ocho de tal otra y así hasta cinco submarinos nucleares y un total de veintitantos convencionales en distinto estado de apresto, mi contestación fue, “esto no es para débiles, el que tema que se vaya”, la respuesta fue un golpe de puño en mi costado derecho del rostro, la intervención de personal mas antiguo queriendo saber que paso se zanjo con que discutíamos de fútbol, no convencí a nadie, pero se sugirió prohibir hablar de fútbol, de ese modo se empezó a apreciar el pesar, no nerviosismo, del personal que conocía los medios Británicos. Por parte del personal de sonaristas que eran compañeros míos, la mayoría había pasado por la Escuadrilla de Antiminado, capacidad hoy día perdida, y tenia una experiencia muy notoria en la discriminación de contactos, producto del tipo de sonares que habían operado, también de origen Británico, lo que podría decirse sin sonar a fanfarronería que nunca confundieron una ballena con un submarino. En cierta ocasión de estar ranchando, uno hizo el comentario de “ojala nos toque un “SOTO” nuclear”, ¿Por qué?, “son muy bochincheros, además de tener que acercarse para buscar blancos lo tendrían que hacer en aguas poco profundas y seria muy peligroso para el, tendría poco margen para maniobrar como es debido y huir”, podría ser verdad o no, pero inspiraba confianza. Las ejercitaciones, mientras se pudo hacerlas, fueron de grandes lapsos de tiempo, además de operar con el helicóptero, “Sea Linx”, configurado a tal fin., el lanzamiento de sondas batitermograficas, “el pescadito”, a través del dispositivo instalado en popa era moneda corriente, un punto no muy tenido en cuenta pero muy importante para la obtención de datos como temperatura, salinidad, densidad, etc. de casi todo el litoral para la optima operación del sonar., si bien se obtuvieron abundantes contactos, no se produjeron lanzamientos de cargas o torpedos, si maniobras cerradas y gran velocidad. Hasta el hundimiento del Crucero “General Belgrano”, todo zafarrancho se llevo a cabo “de acuerdo a manual”, a partir de ese entonces se empezaron a ver situaciones que van de lo poco feliz hasta la extremada precaución., en algunos se vio la actitud de llevar la colchoneta a la cercanía de los puestos de combate, principalmente en cubiertas superiores de la zona de radares, so pretextos de estar mas cerca del puesto de combate en caso de alarma, incluso dormir en un rincón en el puesto de combate, saliendo solo para comer o ir al baño, hasta ser echados por el resto al son de “báñate sucio, después volve” la mayoría del personal subalterno dormía en cubiertas bajas., en otra ocasión, luego de una alarma, tras varias horas de maniobrar, se levanto la condición, el personal que cubría en el cuarto de control cañón, bien a proa, descubre que no podía acceder a la cubierta superior a pesar de destrabar las maniguetas de la escotilla, al rato uno de los integrantes del trozo de control de averías abrió la escotilla, ¿Qué sucedía?, el suboficial encargado había dado la orden de trabar la escotilla con la lengüeta del candado, de esa manera si pasaba algo serviría como refuerzo además de no poder violar la condición de estanqueidad en caso de que “jodiesen” para ir al baño, la lengüeta fue destruida a mazazos por el suboficial artillero encargado del cuarto del cañón después de haberle frustrado un intento de homicidio. Durante un momento de esparcimiento, partido de canasta, mate y cigarrillo, un suboficial que estaba de ronda, le pregunto a un cabo, “¿Qué debía hacer si nos impactaba un torpedo?”, cigarrillo al costado de la boca y sin dejar de mirar las cartas le contesto: “nada, primero esperar a que pegue, cosa que dudo, después veremos, si quiere avíseles que empiecen a tirar”, una mirada socarrona y un suspiro, y el suboficial se fue, no era conveniente preguntar tonterías sin quedar en ridículo., motivados por la película “El barco”, algunos se aprendieron estrofas de “Tipperary” y la chapuceaban bastante bien, luego de una alarma se les dijo que no cantaran mas por que los llaman, “es que los giles se equivocan, nos oyen y vienen creyendo que somos la Marina Real”., Se puede decir que existía entre el personal mas moderno una confianza un tanto desmedida, o inconciente, producto varios factores, la juventud, (yo 19 recién cumplidos), una moral muy alta, por fin se ponía a prueba la capacidad adquirida después de tanto “jorobe”, mi actitud era dormir vestido, cada tres días cambiarme la faena, siempre que no la ensuciara con aceite, a mano el salvavidas y bolsito de supervivencia y los zapatos, total estaba cerca de mi puesto, la adrenalina al máximo, no importaba si fuese aeronave, buque o submarino, parafraseando a Julio Cesar, “Los dados corren, la suerte esta echada” ., además de estar a la par de naves como el “Py”, que era considerado el “mejor sonar de Sudamérica”, no hubo ejercitación donde demostrara a lo largo de los años la capacidad de detectar y seguir todo blanco que se le presentase. Entre el personal de maquinistas y electricistas se podía apreciar una jovial tranquilidad respecto a lo que podría suceder en caso de ataque submarino, concientes de que eran carne de “torpedoes”, pero se solía escuchar: “vos estate atento y cagalos a tiros, que yo te llevo a cualquier lado hasta a 40 nudos si es necesario”. Espero que pueda haberle servido de algo esta melee de recuerdos, a rasgos generales no existía una angustia o preocupación extrema por tal amenaza, estas comenzaron después de finalizado el conflicto a cusa de otros enemigos. Sin mas que decirle, mis mas cordiales saludos. [/QUOTE]
Insertar citas…
Verificación
¿Cuanto es 2 mas 6? (en letras)
Responder
Inicio
Foros
Area Militar General
Malvinas 1982
¿Quién de acá estuvo en Malvinas?
Este sitio usa cookies. Para continuar usando este sitio, se debe aceptar nuestro uso de cookies.
Aceptar
Más información.…
Arriba