“Los crímenes del Imperio del Sol”

Erich_Hartmann

Forista Sancionado o Expulsado
“Los crímenes del Imperio del Sol”

La masacre de Nanking:

En diciembre de 1937, el ejército japonés ocupó Nanking, capital de la China nacionalista, y durante varios meses desencadenó una increíble orgía de violencia que ocasionó cientos de miles de víctimas. Los hombres chinos eran forzados a violar a sus madres e hijas. Los soldados japoneses violaron a miles de mujeres. Clavaron a las mujeres en los árboles. Les introducían estacas en sus vaginas. Ataron las manos de hombres chinos, los alinearon en largas filas, y les disparaban. Pasaron a la bayoneta a los bebés frente a sus madres (práctica que también realizarían con los bebés y niños españoles en la embajada de Manila posteriormente). Enterraron vivas a las personas. Los japoneses actuaron con igual sadismo en otros lugares. Juergas con asesinatos, violaciones, saqueos... Se hicieron experimentos médico-biológicos, con la autorización del emperador Hiro-Hito. De hecho, hasta que no se había matado al primer chino, el soldado japonés novato, no era considerado parte de la camarilla veterana.

Además de la salvaje ocupación de China, posteriormente -durante la II Guerra Mundial-, los japoneses practicaron actos similares en el resto de territorios ocupados. Especialmente, eran crueles con sus prisioneros, a quienes no dudaban en decapitar cuando ya no los podían llevar consigo. También esclavizaron a muchas mujeres, hasta el punto de convertirlas en esclavas sexuales. En China usaron armas bacteriológicas entre 1937 y 1945: pulgas infectadas con la peste bubónica y comida preparada con dosis de bacterias del cólera causando la muerte de muchos civiles.

Continúa la barbarie:

Tras la campaña de Filipinas, la situación de los japoneses era inmejorable. En tan solo tres meses, habían roto el bloqueo americano, se habían adueñado del control de los campos petrolíferos holandeses e intimidado al Imperio Británico. Disponían e toda la producción de caucho del mundo y del setenta por ciento de la producción de estamo. La "esfera de la co-prosperidad" había sido un extraordinario logro militar.

Pero "co-prosperidad" era solo un término propagandistico. Las emisoras japonesas emitían el mensaje "quememos a los blancos en el fuego de la victoria", exhortando a la población local antes de la llegada de sus ejércitos. A pesar de la retórica, los japoneses cometieron el mismo error que los nazis habían cometido en Rusia. Aunque algunos pueblos indígenas habían deseado ser liberados del imperialismo holandés, británico o americano, sus llamados libertadores estaban interesados únicamente en su explotación.

Incluso así, muchos creyeron la propaganda japonesa. El gobierno tailandés no puso ninguna objeción al uso de su territorio cuando los japoneses atacaron el norte de Malaca. En Java y Sumatra, las multitudes recibían a los soldados imperiales con banderas y gran alborozo. Muchos nacionalistas indios estaban preparados para luchar a las órdenes de los japoneses y contra los británicos. Además, Birmania y Filipinas, recibieron independencia nominal bajo la "protección" japonesa. El líder nacionalista de Indonesia, Achmed Sukarno, liberado del encarcelamiento a que los holandeses le tenían sometido, colaboró con los administradores japoneses en la redacción de una constitución independiente. Pero estas concesiones de autogobierno local eran más aparentes que reales: la norma fue la crueldad institucionalizada.

Si un filipino olvidaba saludar a un soldado japonés con una triple reverencia, era colgado de la farola más cercana. En Sumatra, los japoneses pusieron en marcha una violenta campaña de represión de los movimientos clandestinos dirigidos por Amir Sjarifuddin: de los detenidos, mas de la mitad habían muerto el terminar la guerra. Un millón de habitantes de Sumatra y Java fueron obligados a trabajar en la construcción del ferrocarril de Birmania, y la tercera parte de ellos murieron durante los trabajos. En 1943, cuando los chinos y otros prisioneros locales se rebelaron contra la ocupación en Jesselton, capital de Borneo, cientos de aldeas locales fueron destruidas y sus habitantes torturados. La inimaginable crueldad del primer año de ocupación acabó con prácticamente todo el apoyo a los japoneses, y dejó tras de si una herencia de amargura y resentimiento que sobrevive hasta la fecha.

El recuerdo del tratamiento a que las poblaciones nativas del sureste de Asia fueron sometidas ha quedado oscurecido por las atrocidades que los soldados imperiales cometieron con los prisioneros de guerra occidentales. Al contrario que los nazis, los japoneses no habían trazado una estrategia de genocidio en sus campos de concentración, pero la suerte que corrieron los prisioneros fue muy parecida en ambos casos.

Según el código militar japonés del bushido, los prisioneros renunciaban a su honor al perder la libertad, y con el honor renunciaban también al derecho a ser tratados como seres humanos. Los japoneses quedaron muy sorprendidos cuando los prisioneros americanos de Bataán pidieron que enviaran sus nombres a sus familias para que así supieran que aún estaban vivos. No pelear hasta la muerte era un deshonor que los japoneses castigaban golpeando a sus prisioneros occidentales, dejándoles morir de hambre, negándoles atención médica, sometiéndoles a todo tipo de atroces experimentos, o simplemente, matándoles de agotamiento. Por descontado, los envíos de la Cruz Roja nunca llegaban a su destino. Los hombres blancos que se negaban a inclinarse ante los soldados nipones recibían tremendas palizas en el mejor de los casos. Si era una mujer, la misma ofensa se castigaba afeitándole la cabeza.

Nadie escapaba a este trato brutal. Los médicos aliados eran golpeados cuando permitían que los prisioneros a su cargo se debilitaran o sufrieran enfermedades con una dieta de poco más de 200gr de arroz, dos veces el día. Tampoco por los oficiales se mostraba más respeto. El gobernador británico de Hong Kong, fue encarcelado e incomunicado y después se le obligó a trabajar como cuidador de cabras, y con frecuencia recibía palizas por no desempeñar bien su trabajo. El general Percival, que había firmado la rendición en Singapur, fue salvajemente golpeado por tener suciedad bajo las uñas.

Cuando los japoneses se rindieron en 1945, el 27 por ciento de los prisioneros británicos y de la Commonwealth habían muerto en cautiverio: entre los americanos el tanto por ciento de fallecidos fue del 37.

En la memoria de los americanos y filipinos están grabados los horrores que siguieron a la caida de Corregidor. Los prisioneros, exhaustos y malnutridos, fueron obligados a realizar una marcha de 60 millas bajo un calor casi asfixiante sin apenas comida ni agua potable (los soldados japoneses orinaban en el agua salada que después daban de beber a los prisioneros) desde Mariveles hasta San Fernando. Los que caían por agotamiento eran rematados con un disparo, ensartados con las bayonetas o abandonados para que muriesen de deshidratación. Entre 10.000 y 16.000 prisioneros no pudieron terminar la llamada "Marcha de la Muerte de Bataán"; durante las primeras semanas en los campos murieron otros 16.000 filipinos y 1000 americanos.

El infierno para los prisioneros británicos y australianos fue la línea ferrea de Birmania. Después de su derrota en la batalla de Midway, en Junio de 1942, el transporte por mar se hacía cada vez más dificil para los japoneses. Aun tenían que abastecer a sus tropas en la ofensiva a Birmania, lo que hacía necesaria la construcción de una ruta terrestre que unieran Bangkok con Rangún. Cualquier ferrocarril tendría que cruzar barrancos cubiertos de espesa vegetación y serpentear entre montañas de 5.000 pies de media: los ingenieros japoneses calcularon, que sin contar con el equipo pesado adecuado, se tardaría cinco años en realizar una obra de tal envergadura. Pero el alto mando no permitía actitudes derrotistas: exigió que la línea estuviera lista a finales de 1943. Casi la mitad de los prisioneros de guerra de la región (británicos, australianos, holandeses y algunos americanos) fueron empleados en la construcción del ferrocarril. También se recultaron miles de indígenas.

Día tras día, los prisioneros eran obligados a levantarse antes del amanecer y trabajar bajo un sol abrasador o durante el monzón, bajo la lluvia y enterrados en el barro. Débiles, desnutridos, cada vez eran más vulnerables a las enfermedades. Casi 13.000 murieron en una de las epidemias de cólera; en otra ocasión, los guardias quisieron acabar con el problema de raiz disparando a todos los enfermos. La decisión de construir el ferrocarril, "solo puede considerarse como un crimen a sangre fría y despiadado contra la humanidad, obviamente premeditado", dijo el doctor Australiano coronel Edwart Dunlop, testigo directo de los acontecimientos. El ferrocarril Birmania - Tailandia fue terminado el día 25 de Octubre de 1943, pero el coste de la obra fueron 50.000 prisioneros aliados. También murieron en los trabajos un cuarto de millón de trabajadores de Birmania, Java, Malaca, China e India.

A finales de la guerra, los japoneses, como también hicieran las SS, intentaron borrar sus crímenes de guerra. En diciembre de 1944, más de 1600 prisioneros holandeses, americanos y británicos maltratados, fueron metidos a la fuerza bajo la cubierta de un barco para evitar que pudieran encontrarlos las tropas americanas que avanzaban por las islas Filipinas. Cientos de ellos enloquecieron de sed, y cuando el barco fue torpedeado y hundido, los supervivientes fueron rematados por las ametralladoras de otro barco japonés.

Existen otras muchas historias de horror: en una de las islas Filipinas, 150 prisioneros americanos fueron encerrados en un refugio antiaéreo antes de que llegaran las tropas americanas. A continuación, los japoneses prendieron fuego al refugio. Los que sobrevivieron al incendio fueron muertos a golpes o enterrados vivos. Cuando en febrero de 1945 las tropas americanas desembarcaron en la Isla de Palawan, en busca de prisioneros, todo lo que encontraron fueron las fosas comunes. Un comando americano logró penetrar en un campo de prisioneros de Luzón y rescatar a 500 de ellos justo cuando iban a ser ejecutados.

La opinión pública mundial recibía muy poca información acerca del tratamiento a que los japoneses sometían a sus prisioneros de guerra (no se permitía a los inspectores de la Cruz Roja visitar las "zonas de guerra" japonesas). Las primeras noticias sobre la brutal "Marcha de la muerte" en Bataán no se conocieron hsta la primavera de 1943, e incluso entonces se ocultaron los detalles más crudos por miedo a que afectaran a la moral de la población civil.

En realidad, los detalles de la mayoría de aquellas diabólicas atrocidades no salieron a la luz hasta mucho después de terminada la guerra. En Manchuria, donde el Ejército Imperial había impuesto su ley desde 1931, en la "Unidad de prevención de epidemias y suministros de agua" del ejercito de Kwantung, los prisioneros eran deliberadamente contagiados con enfermedades mortales como parte del programa de investigación epidemiológica. Algunas otras horribles prácticas consitían en disecar a los prisioneros, hervirlos vivos, someterles a dosis letales de rayos X o administrarles transfusiones de sangre de caballo.

La amargura y angustia de aquellas prácticas brutales todavía perduran hoy en China y Occidente. Corresponde a los supervivientes recordar al mundo las crueldades del Imperio del Sol.

"Tengo en mis manos una lista con lo nombres de los 300 prisioneros de guerra que murieron en la diminuta isla de Haroekoem, en el extremo occidental de Indonesia (escribía un antiguo prisionero al diario Londinense Times cuando Hirohito murió en 1989). Vestidos con harapos y demacrados, se arrastraban cada día en su tarea de construir una pista de aterrizaje, hasta que al abandono de toda esperanza o la enfermedad terminaba por liberarles de sus sufrimientos. Morían en condiciones tan degradantes que sería imposible explicarlo con palabras. Las ofertas de ayuda de la Cruz Roja, cuyo patronato reclama para sí la familia imperial Japonesa, fueron sistemáticamente ignoradas, y la sola mención de la Convención de Ginebra era suficiente para desatar una reacción histérica. Pero nosotros nos habíamos rendido y esto, según el código militar japonés, hacía que perdieramos todos nuestros derechos".

Experimentos pseudo científicos:

Jin Chengmin, un investigador de la guerra bacteriológica y de gases tóxicos de las tropas japonesas, encontró la evidencia en una biblioteca de Tokio en el 2001.

Jin dijo que los experimentos fueron documentados en 1941 como "resultados de investigación" con cerca de 100.000 palabras, más de 20 fotografías y 100 diagramas. El documento incluía descripciones de experimentos específicos, los nombres, sexos y edades de los sujetos, el grado de congelamiento y la disección de los cuerpos.

Ocho hombres chinos, de entre 15 y 49 años de edad, fueron víctimas de los experimentos llevados a cabo del 31 de enero al 11 de febrero de 1941 en Mongolia.

De acuerdo con el documento, los hombres estuvieron expuestos a la intemperie hasta temperaturas de cerca de 27 grados celsios bajo cero, y a algunos se les provocaron deliberadamente cortaduras o fueron obligados a usar calzado húmedo.

El documento registró las reacciones de las víctimas. Por ejemplo, un adolescente se puso "furioso" cuatro minutos después de que empezara el experimento, gimió 30 minutos después y ya no pudo sentir sus pies después de hora y media.

Los criminales japoneses declararon que los experimentos fueron hechos para saber cómo enfrentar el congelamiento que afectaba a los soldados japoneses durante la guerra.

Jin dijo que Japón estableció 63 sucursales en China para desarrollar y fabricar armas para la guerra bacteriológica con la Unidad 731 de Japón como el cuartel general durante la Segunda Guerra Mundial.

Cautivos de muchos países y civiles chinos fueron infectados deliberadamente con la peste, cólera y ántrax; asimismo estuvieron expuestos a gases tóxicos.

Antes de la retirada de Japón de China en agosto de 1945, la Unidad 731 destruyó la mayor parte de la evidencia de crímenes. Sin embargo, las fotografías de los experimentos de congelamiento son una evidencia directa de que los japoneses experimentaron en seres humanos, dijo Jin. (Xinhua)


Fuente: http://historia.mforos.com/1314198/7128113-los-crimenes-del-imperio-del-sol/
 
Muy buen post Otto, cosas terribles que sucedieron en la IIWW que quizás no fueron muy difundidas.
Un poco fuera de tema, pero es una duda que tengo, algunos de los "avances" de la mediciana no serán "consecuencia" de los experimentos, por llamarlos de alguna manera, realizados por los nazis y japoneses en la IIWW?

Un abrazo
 
:hurray: Excellent! Lo único... en el título dice Los Crímenes del Imperio del Sol y junto a éste hay un pulgar hacia arriba... jajaja, ya sé lo que en realidad querías expresar, pero si podés cambialo, así no hay ningún malentendido ;)
 
práctica que también realizarían con los bebés y niños españoles en la embajada de Manila posteriormente

Precisamente por esto y otras atrocidades similares España estuvo a punto de declararle le guerra a Japon. Incluso se llevo a ofrecer otra "Division Azul" a los aliados para enviarla al Pacifico. Curioso habria sido el enviar tropas a un teatro en favor del Eje y a otro para hacerlo en contra.
 
Todo se paga en la vida.no justifico la muerte de nadie pero los tipos perdieron mas de 2 millones d epersonas en su poblacion asi como tambien el estigma de la radiacion que hasta el dia de hoy se hace sentir.ojala que esas almas tengan descanso y justicia algun dia.
 
Bombas atomicas

Y tienen cara para reclamar por 2 bombas atomicas. Son unos cara de nalga. Siempre he sido de la idea que se les trato demasiado bien después de la guerra, creo y afirmo que ellos se ganaron las 2 nukes. En una guerra debes evitar las muertes inutiles de tu gente no la del enemigo.

Diemekes "Leonidas"
 
Los norteamericanos no los trataron bien por magnanimos, si no por que Japon era la barrera natural contra la expansion comunista en el extremo oriente
 

Erich_Hartmann

Forista Sancionado o Expulsado
:hurray: Excellent! Lo único... en el título dice Los Crímenes del Imperio del Sol y junto a éste hay un pulgar hacia arriba... jajaja, ya sé lo que en realidad querías expresar, pero si podés cambialo, así no hay ningún malentendido ;)

Disculpen en pulgar hacia arriba lo pongo por que me parece un buen post, no por que este a favor de estas atrocidades, no vayan a pensar mal, a todos los post que haga, les voy a poner el http://www.zona-militar.com/foros/images/icons/icon14.gif
 
Hay una pelicula China, que se llama "Men behind the sun" (Hombres detras del sol) que trata de los experimentos de los japoneses con los prisioneros chinos. Es terrible, no apta para impresionables (quizas un poco exagerada o increiblemente explicita).
 
UNIDAD 731 creo que se llamaba la unidad de experimentacion biologica en MAnchuria, los norte-americanos cambiaron la informacion de esta unidad que experimentaba con seres humanos a cambio de impunidad hasta el dia de hoy ya que consideraban importante esta informacion para luchar contra el comunismo, y preservaron la figura del emperador con ese mismo fin.
De hecho lo que hizo rendir a los japoneses no fueron las dos bombas atomicas, ya que la camarilla militar que hegemonizaba el gobierno argumentaba que las ciudades igual eran destruidas, sino la inminenta invacion Sovietica a Hokaido la segunda isla de Japon, que hubiera dejado al pais dividivo como ocurrio con Corea, los Sovieticos declararon una guerra relampago contra las bastas poseciones japonesas que estaban intactas en China, y que alimentaban la idea de resistencia nipona.
Eso no justifica el igual experimento que fue Hiroshima y Nagasaki, segun algunos autores un mensaje por elevacion a los sovieticos, con el arma nuclear, las guerras las hacen los gobiernos no los pueblos y menos los civiles inocentes, como tambien lo fueron los civiles de NANKING, MADRID, DRESDE, HAMBURGO, etc.
 
Y tienen cara para reclamar por 2 bombas atomicas. Son unos cara de nalga. Siempre he sido de la idea que se les trato demasiado bien después de la guerra, creo y afirmo que ellos se ganaron las 2 nukes. En una guerra debes evitar las muertes inutiles de tu gente no la del enemigo.

Diemekes "Leonidas"

Porque el pueblo japones tendría que reponder por la barbarie que cometieron sus políticos
 

yarara

Colaborador
Muy buen post Otto, cosas terribles que sucedieron en la IIWW que quizás no fueron muy difundidas.
Un poco fuera de tema, pero es una duda que tengo, algunos de los "avances" de la mediciana no serán "consecuencia" de los experimentos, por llamarlos de alguna manera, realizados por los nazis y japoneses en la IIWW?

Un abrazo

No hermano , Pasteur , Ramon y Cajal , Favaloro , hicieron avances de la medicina , no esos criminales ...
 
Excelente Post... aplaudo el hecho que este foro se llene de historias como estas, que merecen ser contadas y leídas... y sobre todo, para no olvidar.

Gracias Otto por tu inmenso aporte.
 
Y lo más increíble es que oficialmente los japoneses no reconocen en su totalidad estos actos aberrantes, hablan de "excesos" (¿les recuerda algo?) Las dos naciones que más sufrieron el imperialismo ponjanes son China y Korea. (y los chinos les tienen unas ganas...)

"Men behind the sun" (Hombres detras del sol) Bajando...
 
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