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Area Militar General
Malvinas 1982
ARA Bouchard. ¿Torpedo que no explotó?
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<blockquote data-quote="Marcantilan" data-source="post: 672742" data-attributes="member: 5451"><p>Revivo este post para acercar unos comentarios del 2do comandante del Bouchard (<a href="http://www.politicaydesarrollo.com.ar/nota_completa.php?id=2472">http://www.politicaydesarrollo.com.ar/nota_completa.php?id=2472</a>)</p><p></p><p><em>Yo estaba en ese momento por salir de mi camarote para ir hacia el Puente cuando sentí una violenta explosión que asocié de inmediato a que por algún motivo fuera de lo común, la Torre II había disparado una salva. Desde los pasacables del techo cayeron partículas de basura y alguna cucaracha paseandera sobre mi escritorio, cama y hasta encima mío. Inmediatamente, automáticamente, miré mi reloj: eran las 1604. Los cambios de guardia internacionales en todas las marinas se realizan a esa hora excepto en nuestro caso en que, por prudencia, nosotros lo habíamos corrido para 15 minutos más tarde. Comprobamos que debería haber sido más amplia la diferencia.</em></p><p><em></em></p><p><em>Me precipité por la escala hacia el Puente de Comando donde todo era sorpresa. Ninguna de las tres Torres había disparado. Recuerdo que el Comandante que estaba en el Puente gritó plenamente convencido “¡¡Fue un torpedo, cubrir zafarrancho de Combate Antisubmarino, comunicarse con el Crucero, Segundo, verifique daños!!”</em></p><p><em></em></p><p><em>Así como llegué, me lancé escalas abajo, donde en el camino me encontré con el Jefe de Máquinas, el Capitán de Corbeta Guillermo Gómez, que ascendía con los ojos como platos. “¿Qué es ese olor a explosivo?”, me pregunta. Y claro, también yo lo sentía en ese nivel de cubiertas bajas. “Vamos a ver si alguien detonó una granada antibuzo y verificar las santabárbaras”, le dije. Y nos desparramamos más hacia abajo, emitiendo además las directivas por la línea de teléfonos autoeditados a los diferentes puestos de combate.</em></p><p><em></em></p><p><em>Las granadas antibuzo estaban distribuidas a determinado personal que hacía las guardias de rondín, para facilitar su uso en el caso de sospechar que había buzos tácticos enemigos tratando de hundir el buque, en algún momento en que éste se encontraba fondeado o a muy baja velocidad cerca de la costa.</em></p><p><em></em></p><p><em>En mi recorrida, llegué a la Sala de Máquinas, junto con el Jefe de Máquinas y acompañado por el Oficial de Guardia en Máquinas, el Teniente de Navío Maquinista Picardi (hoy retirado como Contralmirante, único de la dotación que hasta ahora alcanzó tal graduación). Allí podemos verificar que, en el costado de babor, por debajo de la línea de flotación, había una pequeña vía de agua (digamos para comparar el caudal de entrada, como el de la canilla de una bañera abierta al máximo), proveniente de unos remaches del casco que habían saltado ante una fuerza ejercida desde afuera del casco.</em></p><p><em></em></p><p><em>En tanto, no había datos del Crucero. Estaba sin comunicaciones y la distancia inicial de unos 8.000 metros, se iba agrandando.</em></p><p><em></em></p><p><em>...</em></p><p><em></em></p><p><em>Pero, volvamos a nosotros que nada sabíamos de éste drama, ocurrido 4 minutos antes que nuestro minidrama. ¿Qué pasó con el tercer torpedo? Suponemos, por la disposición cinemática de los gráficos del CIC, que éste pasó por delante de la proa del crucero y navegó a unos 40 nudos en dirección a nosotros que, en ése momento, estábamos enfilados. Es decir que una línea imaginaria unía al submarino enemigo, con la proa del crucero, el torpedo y su trayectoria recta y nosotros. Como estábamos casi 8.000 metros más lejos, sobre el límite máximo del torpedo a su máxima velocidad, nos salvamos de sus efectos letales por alguna de las siguientes posibles razones. Un torpedo de corrida recta posee normalmente varios tipos de espoletas (detonadores de la carga explosiva): la espoleta de contacto, que hace estallar la carga cuando el torpedo toca el blanco, las espoletas de influencia, la acústica (que reacciona ante la elevación del nivel de ruido) y la magnética (que se dispara cuando se produce una variación sensible del campo magnético propio de la cercanía de una masa metálica de gran tamaño) y, finalmente, la espoleta de autodestrucción o de presión (al perder velocidad, el torpedo, en vez de flotar y delatar la presencia del submarino lanzador, se profundiza, aumentando así la presión hidrostática haciendo actuar ésta espoleta que hace explotar la carga; con esto se busca confundir y desorientar a cualquier buque próximo, lo que valió para nosotros). No sabemos en realidad cuál actuó. Lo cierto es que el torpedo explotó muy cerca pero no lo suficiente como para afectarnos más que el pequeño rumbo, como para que oliésemos su explosivo introducido en las entrañas del buque por la ventilación forzada, como para deformar levemente el casco en la zona de explosión como se pudo verificar en dique seco en Puerto Belgrano y como para que el guindola (tripulante de guardia en la popa para dar el parte de algún hombre que cayese al agua) viese algo así como un borbollón de agua que no estalló hacia fuera, posiblemente por la profundidad en la que se produjo la explosión y al mal estado del mar (había temporal del NW-, noroeste).</em></p><p></p><p>Estuve hablando de este tema hace poco con un tripulante del Conqueror, quien me comentaba que, a su modo de ver, el torpedo había acabado su corrida cerca del Bouchard (según sus cálculos a unos cientos de metros de este) y, ganando profundidad, se había activado su espoleta de presión, lo que produjo la detonación.</p><p></p><p>La concusión habría sido más o menos coincidente con la burbuja de Torpex llegando a la superficie, sintiéndose, por tanto, su olor.</p><p></p><p>Por último, me comentaba que en un SINKEX en el año 81, el Conqueror había hundido a un buque con un Mk.8, pese a que su cabeza explosiva fallara absolutamente (lo cual no es de extrañar, ya que es casi media tonelada, en un cuerpo resistente, corriendo a 45 nudos)</p><p></p><p>En suma, parece que el misterio estaría resuelto ¿o no?</p><p></p><p>Saludos!</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Marcantilan, post: 672742, member: 5451"] Revivo este post para acercar unos comentarios del 2do comandante del Bouchard ([url]http://www.politicaydesarrollo.com.ar/nota_completa.php?id=2472[/url]) [I]Yo estaba en ese momento por salir de mi camarote para ir hacia el Puente cuando sentí una violenta explosión que asocié de inmediato a que por algún motivo fuera de lo común, la Torre II había disparado una salva. Desde los pasacables del techo cayeron partículas de basura y alguna cucaracha paseandera sobre mi escritorio, cama y hasta encima mío. Inmediatamente, automáticamente, miré mi reloj: eran las 1604. Los cambios de guardia internacionales en todas las marinas se realizan a esa hora excepto en nuestro caso en que, por prudencia, nosotros lo habíamos corrido para 15 minutos más tarde. Comprobamos que debería haber sido más amplia la diferencia. Me precipité por la escala hacia el Puente de Comando donde todo era sorpresa. Ninguna de las tres Torres había disparado. Recuerdo que el Comandante que estaba en el Puente gritó plenamente convencido “¡¡Fue un torpedo, cubrir zafarrancho de Combate Antisubmarino, comunicarse con el Crucero, Segundo, verifique daños!!” Así como llegué, me lancé escalas abajo, donde en el camino me encontré con el Jefe de Máquinas, el Capitán de Corbeta Guillermo Gómez, que ascendía con los ojos como platos. “¿Qué es ese olor a explosivo?”, me pregunta. Y claro, también yo lo sentía en ese nivel de cubiertas bajas. “Vamos a ver si alguien detonó una granada antibuzo y verificar las santabárbaras”, le dije. Y nos desparramamos más hacia abajo, emitiendo además las directivas por la línea de teléfonos autoeditados a los diferentes puestos de combate. Las granadas antibuzo estaban distribuidas a determinado personal que hacía las guardias de rondín, para facilitar su uso en el caso de sospechar que había buzos tácticos enemigos tratando de hundir el buque, en algún momento en que éste se encontraba fondeado o a muy baja velocidad cerca de la costa. En mi recorrida, llegué a la Sala de Máquinas, junto con el Jefe de Máquinas y acompañado por el Oficial de Guardia en Máquinas, el Teniente de Navío Maquinista Picardi (hoy retirado como Contralmirante, único de la dotación que hasta ahora alcanzó tal graduación). Allí podemos verificar que, en el costado de babor, por debajo de la línea de flotación, había una pequeña vía de agua (digamos para comparar el caudal de entrada, como el de la canilla de una bañera abierta al máximo), proveniente de unos remaches del casco que habían saltado ante una fuerza ejercida desde afuera del casco. En tanto, no había datos del Crucero. Estaba sin comunicaciones y la distancia inicial de unos 8.000 metros, se iba agrandando. ... Pero, volvamos a nosotros que nada sabíamos de éste drama, ocurrido 4 minutos antes que nuestro minidrama. ¿Qué pasó con el tercer torpedo? Suponemos, por la disposición cinemática de los gráficos del CIC, que éste pasó por delante de la proa del crucero y navegó a unos 40 nudos en dirección a nosotros que, en ése momento, estábamos enfilados. Es decir que una línea imaginaria unía al submarino enemigo, con la proa del crucero, el torpedo y su trayectoria recta y nosotros. Como estábamos casi 8.000 metros más lejos, sobre el límite máximo del torpedo a su máxima velocidad, nos salvamos de sus efectos letales por alguna de las siguientes posibles razones. Un torpedo de corrida recta posee normalmente varios tipos de espoletas (detonadores de la carga explosiva): la espoleta de contacto, que hace estallar la carga cuando el torpedo toca el blanco, las espoletas de influencia, la acústica (que reacciona ante la elevación del nivel de ruido) y la magnética (que se dispara cuando se produce una variación sensible del campo magnético propio de la cercanía de una masa metálica de gran tamaño) y, finalmente, la espoleta de autodestrucción o de presión (al perder velocidad, el torpedo, en vez de flotar y delatar la presencia del submarino lanzador, se profundiza, aumentando así la presión hidrostática haciendo actuar ésta espoleta que hace explotar la carga; con esto se busca confundir y desorientar a cualquier buque próximo, lo que valió para nosotros). No sabemos en realidad cuál actuó. Lo cierto es que el torpedo explotó muy cerca pero no lo suficiente como para afectarnos más que el pequeño rumbo, como para que oliésemos su explosivo introducido en las entrañas del buque por la ventilación forzada, como para deformar levemente el casco en la zona de explosión como se pudo verificar en dique seco en Puerto Belgrano y como para que el guindola (tripulante de guardia en la popa para dar el parte de algún hombre que cayese al agua) viese algo así como un borbollón de agua que no estalló hacia fuera, posiblemente por la profundidad en la que se produjo la explosión y al mal estado del mar (había temporal del NW-, noroeste).[/I] Estuve hablando de este tema hace poco con un tripulante del Conqueror, quien me comentaba que, a su modo de ver, el torpedo había acabado su corrida cerca del Bouchard (según sus cálculos a unos cientos de metros de este) y, ganando profundidad, se había activado su espoleta de presión, lo que produjo la detonación. La concusión habría sido más o menos coincidente con la burbuja de Torpex llegando a la superficie, sintiéndose, por tanto, su olor. Por último, me comentaba que en un SINKEX en el año 81, el Conqueror había hundido a un buque con un Mk.8, pese a que su cabeza explosiva fallara absolutamente (lo cual no es de extrañar, ya que es casi media tonelada, en un cuerpo resistente, corriendo a 45 nudos) En suma, parece que el misterio estaría resuelto ¿o no? Saludos! [/QUOTE]
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Verificación
Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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