Un comentario más y corto con el tema.
La FAA creció como fuerza y como institución apoyada doctrinariamente en la obra de Juan José Güiraldes (El Poder Aéreo de los Argentinos, 1949), libro inspirado en otro libro publicado en EEUU durante 1941 por Alexander de Seversky, “Victrory through Air Power” (Victoria a través del Poder Aéreo).
Güiraldes menciona que : Cuanto mayor sea la cantidad de aeropuertos, más moderno su sistema de control y ayuda a la navegación, mejores sus talleres y mejor su industria aeronáutica, cuanto más intensa sea la actividad aeronáutica, privada, deportiva, de trabajo aéreo, tanto mayor será la capacidad de proteger los intereses aeronáuticos y más sólido el Poder Aéreo de la Nación, cuya expresión más trascendente son la Fuerza Aérea en el campo militar y las Líneas Aéreas Regulares en el económico.
Sin embargo hubo un antecedente previo en la época en que Perón estuvo a cargo de la Secretaria de Guerra y que es un trabajo dell Dr. Eduardo J. Bullrich sobre la aviación comercial: el Estado debía regular y controlar las rutas y servicio, el material de vuelo, tránsito aéreo, las licencias, la formación y entrenamiento, la construcción y habilitación de infraestructura y las comunicaciones. La flota comercial debía convertirse en flota auxiliar militar en caso de conflicto.
No por nada la Secretaría de Aeronáutica se hizo cargo de todo lo que volara en el país, sea civil, comercial o militar. Habilitaciones de aeronaves, de aeródromos, de pilotos, comunicaciones, tránsito aéreo, meteorología, seguridad en los aeropuertos y hasta en un momento se intentó regular a YPF para el suministro de combustible para aviación.
Y la FAA heredó prácticamente todo ése cúmulo de actividades, quizás algunos recuerden las atribuciones del Comando de Regiones Aéreas y muchas funciones que no les eran propia para una fuerza aérea y que con el paso del tiempo ha ido perdiendo.
Un enorme elefante, hoy alimentado con alpiste.
Fin OT