Brunner
Forista Sancionado o Expulsado
La vida los llevó a EE.UU. y a combatir por ese país-Otros argentinos estuvieron bajo filas en distintos frentes
WASHINGTON (De nuestro corresponsal).- El sargento Alex Bokde se sorprende al recibir un llamado a su celular. "¿De la Argentina? ¿En serio?", pregunta en inglés. Se ríe y, de inmediato, comienza a hablar en español. "Sí, nací en la Argentina, tengo la doble nacionalidad y tenía el pasaporte, pero expiró y ya no lo renové", cuenta.
Bokde tiene 29 años y desde los 18 integra el ejército de los Estados Unidos. "Primero me enviaron a Alemania, luego estuve un año y medio en Bosnia y entré a Irak desde Kuwait durante la invasión, el 25 de marzo de 2003. Es poco probable que vuelvan a llamarme, aunque estoy haciendo el programa para aspirar a oficial y eso puede cambiarlo todo", dice desde California.
Nació en la Argentina en 1977 y un año después sus padres emigraron a Mozambique. A los 11 se instaló en Estados Unidos con su madre, norteamericana. Desde entonces viajó varias veces al país. "Para conocer, quería saber más de dónde vengo, me gusta el fútbol", remarca. "Los iraquíes también son grandes fanáticos del fútbol y muchas veces hablamos del gol de Maradona a los ingleses, cuando esquivó a seis jugadores."
Marina Romano también es sargento, pero del Cuerpo de Marines, y también estuvo en Irak. Se incorporó porque sintió "la necesidad", dice. "No lo hice por aspirar a la ciudadanía. Fue mi manera de expresarle a este país mi gratitud por todo lo que me ayudó a mí y a mi familia en tiempos de necesidad", cuenta, tras la hiperinflación de fines de los 80.
"Llevaba dos semanas en el campo de entrenamiento militar cuando ocurrieron los ataques del 11 de Septiembre. Fue un shock. Venía de Nueva York, por lo que me afectó de una manera personal", recuerda desde la base militar Lejeune, en Carolina del Norte.
También radicados en Nueva York estuvieron durante años los padres y hermanos de Mario Santoro, el enfermero argentino que murió en las Torres Gemelas. Días después del ataque de Al-Qaeda, sus dos hermanos, nacidos en Rosario, fueron convocados otra vez. David, el más chico, como asistente médico en el ejército ya había estado en Kosovo; Alberto, como electricista en la armada, ya había sido desplegado en el Golfo Pérsico.
El caso de Laura Fernández es distinto. Es la única oficial que localizó LA NACION. Revista en la reserva, como mayor de la fuerza aérea, tras haber pasado por la base Andrews. Abogada, ahora es funcionaria de la división de contrataciones de la fuerza en el Departamento de Defensa.
Jonathan Reyes integró, por su parte, la Policía Aeronáutica. Nacido en la provincia de Buenos Aires, llegó a Estados Unidos cuando tenía 10 años y, el año pasado, fue desplegado junto a miles de soldados y tropas de la Guardia Nacional en la zona devastada por el huracán Katrina.
El cabo Miguel Roldán, al igual que Marina Romano, se sumó a los marines y fue enviado a Irak, desde donde respondió preguntas por e-mail a LA NACION. Miguel nació en Miami, sus padres son argentinos y luego, por dos años, volvieron con él al país, para luego radicarse definitivamente en los Estados Unidos.
"La última vez que estuve en la Argentina fue en 1997", dice. En 2002, después de terminar la secundaria, se anotó en los marines. "Lo hice por la experiencia que implica", señaló, para recordar la carga emocional que provocó el ataque de Al-Qaeda ocurrido un año antes.
Desde entonces lleva tres "tours" en Irak. "Estar aquí es muy estresante", subraya, lo que a su vez admite que pone nerviosos a sus padres. "Puedo decirte que no quieren que esté aquí", añade, sin precisar dónde, aunque luego sus superiores informaron que se encontraba en la base Taqaddum, en la provincia Al-Anbar, donde integró un grupo de apoyo logístico de combate. Desde ese lugar estuvo a cargo, junto a otros marines, de facilitar el referéndum constitucional en más de 500 lugares de votación.
Juan Manuel Torres es, de todos los argentinos, el único que se sabe que sirvió bajo bandera de Estados Unidos en Afganistán. También es el único que falleció hasta ahora en los dos frentes de la guerra contra el terrorismo. Murió el 12 de julio de 2004, en Bagram, en circunstancias poco claras.
Romano pide, sin embargo, que "los medios no sólo hablen de la guerra y de las matanzas", y solicita que se conozcan otros hechos que ocurren en Irak. "Estamos haciendo cosas -destaca la cordobesa-, estamos ayudando a los iraquíes."
WASHINGTON (De nuestro corresponsal).- El sargento Alex Bokde se sorprende al recibir un llamado a su celular. "¿De la Argentina? ¿En serio?", pregunta en inglés. Se ríe y, de inmediato, comienza a hablar en español. "Sí, nací en la Argentina, tengo la doble nacionalidad y tenía el pasaporte, pero expiró y ya no lo renové", cuenta.
Bokde tiene 29 años y desde los 18 integra el ejército de los Estados Unidos. "Primero me enviaron a Alemania, luego estuve un año y medio en Bosnia y entré a Irak desde Kuwait durante la invasión, el 25 de marzo de 2003. Es poco probable que vuelvan a llamarme, aunque estoy haciendo el programa para aspirar a oficial y eso puede cambiarlo todo", dice desde California.
Nació en la Argentina en 1977 y un año después sus padres emigraron a Mozambique. A los 11 se instaló en Estados Unidos con su madre, norteamericana. Desde entonces viajó varias veces al país. "Para conocer, quería saber más de dónde vengo, me gusta el fútbol", remarca. "Los iraquíes también son grandes fanáticos del fútbol y muchas veces hablamos del gol de Maradona a los ingleses, cuando esquivó a seis jugadores."
Marina Romano también es sargento, pero del Cuerpo de Marines, y también estuvo en Irak. Se incorporó porque sintió "la necesidad", dice. "No lo hice por aspirar a la ciudadanía. Fue mi manera de expresarle a este país mi gratitud por todo lo que me ayudó a mí y a mi familia en tiempos de necesidad", cuenta, tras la hiperinflación de fines de los 80.
"Llevaba dos semanas en el campo de entrenamiento militar cuando ocurrieron los ataques del 11 de Septiembre. Fue un shock. Venía de Nueva York, por lo que me afectó de una manera personal", recuerda desde la base militar Lejeune, en Carolina del Norte.
También radicados en Nueva York estuvieron durante años los padres y hermanos de Mario Santoro, el enfermero argentino que murió en las Torres Gemelas. Días después del ataque de Al-Qaeda, sus dos hermanos, nacidos en Rosario, fueron convocados otra vez. David, el más chico, como asistente médico en el ejército ya había estado en Kosovo; Alberto, como electricista en la armada, ya había sido desplegado en el Golfo Pérsico.
El caso de Laura Fernández es distinto. Es la única oficial que localizó LA NACION. Revista en la reserva, como mayor de la fuerza aérea, tras haber pasado por la base Andrews. Abogada, ahora es funcionaria de la división de contrataciones de la fuerza en el Departamento de Defensa.
Jonathan Reyes integró, por su parte, la Policía Aeronáutica. Nacido en la provincia de Buenos Aires, llegó a Estados Unidos cuando tenía 10 años y, el año pasado, fue desplegado junto a miles de soldados y tropas de la Guardia Nacional en la zona devastada por el huracán Katrina.
El cabo Miguel Roldán, al igual que Marina Romano, se sumó a los marines y fue enviado a Irak, desde donde respondió preguntas por e-mail a LA NACION. Miguel nació en Miami, sus padres son argentinos y luego, por dos años, volvieron con él al país, para luego radicarse definitivamente en los Estados Unidos.
"La última vez que estuve en la Argentina fue en 1997", dice. En 2002, después de terminar la secundaria, se anotó en los marines. "Lo hice por la experiencia que implica", señaló, para recordar la carga emocional que provocó el ataque de Al-Qaeda ocurrido un año antes.
Desde entonces lleva tres "tours" en Irak. "Estar aquí es muy estresante", subraya, lo que a su vez admite que pone nerviosos a sus padres. "Puedo decirte que no quieren que esté aquí", añade, sin precisar dónde, aunque luego sus superiores informaron que se encontraba en la base Taqaddum, en la provincia Al-Anbar, donde integró un grupo de apoyo logístico de combate. Desde ese lugar estuvo a cargo, junto a otros marines, de facilitar el referéndum constitucional en más de 500 lugares de votación.
Juan Manuel Torres es, de todos los argentinos, el único que se sabe que sirvió bajo bandera de Estados Unidos en Afganistán. También es el único que falleció hasta ahora en los dos frentes de la guerra contra el terrorismo. Murió el 12 de julio de 2004, en Bagram, en circunstancias poco claras.
Romano pide, sin embargo, que "los medios no sólo hablen de la guerra y de las matanzas", y solicita que se conozcan otros hechos que ocurren en Irak. "Estamos haciendo cosas -destaca la cordobesa-, estamos ayudando a los iraquíes."