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<blockquote data-quote="Rolando Lero" data-source="post: 1297400" data-attributes="member: 15908"><p><strong>Retraso emperra proyecto espacial Brasil - Ucrania</strong></p><p></p><p><img src="http://www.aereo.jor.br/wp-content/uploads//2013/01/centro-de-montagem-em-dnipropetrovsk-na-ucrania-onde-esta-sendo-construido-o-cyclone-4-1297964054499_615x300.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p></p><p>Tras recibir R$ 391,5 millones de la Unión y convivir con sucesivos retrasos, proyecto comercial para lanzar satélites a partir de Brasil corre riesgo de no viabilizarse. Gobierno busca salida “estratégica”"</p><p></p><p></p><p>Con sucesivos aplazamientos, mercado se cierra a programa de lanzamiento comercial de satélites</p><p></p><p>Roberto Maltchik</p><p></p><p>Tras irrigar con R$ 391,5 millones al largo de los últimos seis años el más audacioso proyecto de lanzamiento comercial de satélites en suelo brasileño, el gobierno federal concluyó que es elevado el riesgo del negocio simplemente no viabilizarse y, ahora, busca una salida “estratégica” para justificar la inversión. Además del descompasso presupuestario, la ausencia de un acuerdo tecnológico con los Estados Unidos, la inexistencia de fecha de lanzamiento y la administración errática de la Alcântara Cyclone Space (ACS) en el gobierno Lula llevaron el emprendimiento – cuya inversión mínima, para cada país, alcanzará R$ 500 millones – a un punto crítico, que obligó el Palacio del Planalto a revisar silenciosamente su objetivo.</p><p></p><p>Tratado firmado entre Brasil y Ucrania, en 2006, preveía objetivamente que la ACS sería creada para que lo Brasil entrara en el restricto y altamente calificado mercado internacional de lanzamiento de satélites, que rendiría a los dos países US$ 50 millones, por lanzamiento. Seis años después, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI) informa que la “transferencia de tecnología”, integrada a la construcción del Centro Espacial de Alcântara (ME La), en área cedida por la Aeronáutica, “por sí sólo, justifica la inversión”. Ocurre que el tratado que creó la binacional, aprobado por los Parlamentos ucraniano y brasileño, no prevé transferencia tecnológica.</p><p></p><p>“La Alcântara Cyclone Space tiene por misión el desarrollo de la Casa de campo de Lanzamiento del vehículo lançador Cyclone-4 en el Centro de Lanzamiento de Alcântara y la ejecución, a partir de la misma casa de campo, de lanzamientos comerciales, así como aquellos de interés de la República Federativa de Brasil o de Ucrania”, dice, textualmente, el enunciado de la “misión” de la Alcântara Cyclone Space, disponible en la web de la empresa. Operarios de la empresa y técnicos del MCTI aseguran: no hay transferencia de tecnología en la fabricación del equipamiento.</p><p></p><p>Trunfo del brasil</p><p>El trunfo de Brasil para desarrollar el programa de lançadores es la localización geográfica de Alcântara, encravada en la Línea de Ecuador. Eso significa no sólo economía de propelente (combustible) como también más capacidad para transportar cargas útiles. Sin embargo, lanzar comercialmente el cohete Cyclone-4, en construcción en la ciudad ucraniana de Dnipropetrovsk, envuelve muy más que tener una casa de campo lista y un cohete construido, lo que aún no existe. Si antes la meta era hacer el primer lanzamiento en 2010, ahora pasó para 2014.</p><p></p><p>Entre analistas del mercado espacial consultados por el GLOBO al largo de diciembre, el uso comercial del Cyclone-4 no pasa de un “proyecto”, repleto de incertidumbres en los campos técnico y geopolítico. Y – en tales condiciones – los grandes clientes de este multibilionário nicho no apuestan un centavo.</p><p></p><p>En el campo geopolítico, la ACS no está autorizada a lanzar siquiera un artefacto al espacio con componente fabricado nos Estados Unidos, por la ausencia de un acuerdo de salvaguarda tecnológica entre Brasil y EUA, barrado en el Congreso en 2002, principalmente por fuerza del PT, a la época el principal partido de oposición al gobierno Fernando Henrique. Y cerca de 90% de todos los satélites en operación, hoy, tienen componentes americanos.</p><p></p><p>Hasta el fin del gobierno George W. Bush (2001-2009), la doctrina de Casa Branca era no permitir el acuerdo. Históricamente, los EUA presentan profundas restricciones al programa de lançadores de Brasil, una vez que sus componentes tienen uso doble: civil y militar, o sea, sirven a cohetes y misiles. Paradójicamente, los EUA reconocen Alcântara como excelente local para lanzamientos, inclusive, de sus propios cohetes. Pero Alcântara convive con un impasse que envuelve comunidades quilombolas remanescentes que viven en la región, y que, al largo de la década pasada, literalmente expulsaron la ACS del área previamente reservada a la instalación de incontables casas de campo de lanzamiento: o sea, falta área disponible para transformar Alcântara en un centro internacional de lanzamiento comercial de satélites.</p><p></p><p>En este momento, el Itamaraty negocia el acuerdo, en carácter sigiloso, con el gobierno Obama. El MCTI clasifica el asunto como “de gran relevancia”. El Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE), la ACS y la embajada de los EUA no comentan el asunto específicamente. Hasta ahora, no hay solución a la vista.</p><p></p><p>- Necesitamos muy de eso (el acuerdo con los EUA) para hacer comercial la casa de campo de lanzamiento de Alcântara. El acuerdo es super importante. Ese asunto es objeto de discusión en el Itamaraty, que lo analiza con mucho cuidado – afirmó al GLOBO el presidente de la Agencia Espacial Brasileña, José Raimundo Braga Conejo, que niega el cambio de rumbo en el proyecto Cyclone-4, a pesar de incontables confirmaciones en el sentido contrario: – El objetivo no cambió. El objetivo es comercial y estratégico.</p><p></p><p>En abril del año pasado, en consonancia con la embajada americana, Brasil y Estados Unidos realizaron un debate “positivo” sobre seguridad espacial. En diciembre, el Ministerio de la Defensa y el Departamento de Defensa de Estados Unidos hicieron nueva ronda de negociaciones, un mes tras una delegación de Estados Unidos visitar Alcântara.</p><p></p><p>Oficialmente, la ACS no quiso pronunciarse. Sin embargo, operarios de la empresa pública binacional reconocieron al GLOBO que, sin acuerdo de salvaguardas o fecha de lanzamiento establecida y presentada a los operadores del mercado, no hay condiciones de atraer clientela, que actualmente contrata lançadores en los EUA, en Europa y en Asia. O sea, cada día que pasa las opciones de mercado del sistema ucraniano-brasileño quedan más restrictas. Restricciones que se amplían considerando la desconfianza del mercado en cuanto a las limitaciones ucranianas – país descapitalizado tras la crisis financiera de 2008 – para el desarrollo de nuevas tecnologías de seguridad de vuelo.</p><p></p><p>Entraves administrativos</p><p>Un analista del mercado, bajo la condición del anonimato, afirma que los grandes proveedores de Europa y Estados Unidos, eventuales concurrentes de la ACS, reciben soporte de sus naciones para vender lanzamientos para clientes de esos países, los principales del mercado mundial. La esas naciones, por lo tanto, no interesa la presencia de un nuevo concurrente, en condiciones geográficas vantajosas.</p><p></p><p>El gobierno brasileño también convive con entraves administrativos para “adaptar los proyectos inéditos y complejos en desarrollo en Ucrania a las normas constructivas brasileñas”, informa el Ministerio de la Ciencia y Tecnología.</p><p></p><p>Lo que hay hoy es un emprendimiento en franca expansión en el municipio de Alcântara, con maquinário pesado ucraniano desembarcando en el puerto de la ciudad. También hay cooperación técnica Brasil-Ucrania en la implementación de itens en el centro de lanzamiento, comprados en Ucrania con dinero brasileño. Hay, sí, oportunidad del Cyclone-4 sólo mandar al espacio satélites brasileños y ucranianos. Pero ni el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe), que opera el programa de satélites de Brasil, tiene planes para contratar el cohete, que ofrece más capacidad del que la exigida por los proyectos de satélites desarrollados en el país.</p><p></p><p>FUENTE: El Globo</p><p></p><p><img src="https://www.smiley-lol.com/smiley/expressifs/communiquer/blah1.gif" class="smilie" loading="lazy" alt="qqq" title="qqq qqq" data-shortname="qqq" /></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Rolando Lero, post: 1297400, member: 15908"] [B]Retraso emperra proyecto espacial Brasil - Ucrania[/B] [IMG]http://www.aereo.jor.br/wp-content/uploads//2013/01/centro-de-montagem-em-dnipropetrovsk-na-ucrania-onde-esta-sendo-construido-o-cyclone-4-1297964054499_615x300.jpg[/IMG] Tras recibir R$ 391,5 millones de la Unión y convivir con sucesivos retrasos, proyecto comercial para lanzar satélites a partir de Brasil corre riesgo de no viabilizarse. Gobierno busca salida “estratégica”" Con sucesivos aplazamientos, mercado se cierra a programa de lanzamiento comercial de satélites Roberto Maltchik Tras irrigar con R$ 391,5 millones al largo de los últimos seis años el más audacioso proyecto de lanzamiento comercial de satélites en suelo brasileño, el gobierno federal concluyó que es elevado el riesgo del negocio simplemente no viabilizarse y, ahora, busca una salida “estratégica” para justificar la inversión. Además del descompasso presupuestario, la ausencia de un acuerdo tecnológico con los Estados Unidos, la inexistencia de fecha de lanzamiento y la administración errática de la Alcântara Cyclone Space (ACS) en el gobierno Lula llevaron el emprendimiento – cuya inversión mínima, para cada país, alcanzará R$ 500 millones – a un punto crítico, que obligó el Palacio del Planalto a revisar silenciosamente su objetivo. Tratado firmado entre Brasil y Ucrania, en 2006, preveía objetivamente que la ACS sería creada para que lo Brasil entrara en el restricto y altamente calificado mercado internacional de lanzamiento de satélites, que rendiría a los dos países US$ 50 millones, por lanzamiento. Seis años después, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI) informa que la “transferencia de tecnología”, integrada a la construcción del Centro Espacial de Alcântara (ME La), en área cedida por la Aeronáutica, “por sí sólo, justifica la inversión”. Ocurre que el tratado que creó la binacional, aprobado por los Parlamentos ucraniano y brasileño, no prevé transferencia tecnológica. “La Alcântara Cyclone Space tiene por misión el desarrollo de la Casa de campo de Lanzamiento del vehículo lançador Cyclone-4 en el Centro de Lanzamiento de Alcântara y la ejecución, a partir de la misma casa de campo, de lanzamientos comerciales, así como aquellos de interés de la República Federativa de Brasil o de Ucrania”, dice, textualmente, el enunciado de la “misión” de la Alcântara Cyclone Space, disponible en la web de la empresa. Operarios de la empresa y técnicos del MCTI aseguran: no hay transferencia de tecnología en la fabricación del equipamiento. Trunfo del brasil El trunfo de Brasil para desarrollar el programa de lançadores es la localización geográfica de Alcântara, encravada en la Línea de Ecuador. Eso significa no sólo economía de propelente (combustible) como también más capacidad para transportar cargas útiles. Sin embargo, lanzar comercialmente el cohete Cyclone-4, en construcción en la ciudad ucraniana de Dnipropetrovsk, envuelve muy más que tener una casa de campo lista y un cohete construido, lo que aún no existe. Si antes la meta era hacer el primer lanzamiento en 2010, ahora pasó para 2014. Entre analistas del mercado espacial consultados por el GLOBO al largo de diciembre, el uso comercial del Cyclone-4 no pasa de un “proyecto”, repleto de incertidumbres en los campos técnico y geopolítico. Y – en tales condiciones – los grandes clientes de este multibilionário nicho no apuestan un centavo. En el campo geopolítico, la ACS no está autorizada a lanzar siquiera un artefacto al espacio con componente fabricado nos Estados Unidos, por la ausencia de un acuerdo de salvaguarda tecnológica entre Brasil y EUA, barrado en el Congreso en 2002, principalmente por fuerza del PT, a la época el principal partido de oposición al gobierno Fernando Henrique. Y cerca de 90% de todos los satélites en operación, hoy, tienen componentes americanos. Hasta el fin del gobierno George W. Bush (2001-2009), la doctrina de Casa Branca era no permitir el acuerdo. Históricamente, los EUA presentan profundas restricciones al programa de lançadores de Brasil, una vez que sus componentes tienen uso doble: civil y militar, o sea, sirven a cohetes y misiles. Paradójicamente, los EUA reconocen Alcântara como excelente local para lanzamientos, inclusive, de sus propios cohetes. Pero Alcântara convive con un impasse que envuelve comunidades quilombolas remanescentes que viven en la región, y que, al largo de la década pasada, literalmente expulsaron la ACS del área previamente reservada a la instalación de incontables casas de campo de lanzamiento: o sea, falta área disponible para transformar Alcântara en un centro internacional de lanzamiento comercial de satélites. En este momento, el Itamaraty negocia el acuerdo, en carácter sigiloso, con el gobierno Obama. El MCTI clasifica el asunto como “de gran relevancia”. El Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE), la ACS y la embajada de los EUA no comentan el asunto específicamente. Hasta ahora, no hay solución a la vista. - Necesitamos muy de eso (el acuerdo con los EUA) para hacer comercial la casa de campo de lanzamiento de Alcântara. El acuerdo es super importante. Ese asunto es objeto de discusión en el Itamaraty, que lo analiza con mucho cuidado – afirmó al GLOBO el presidente de la Agencia Espacial Brasileña, José Raimundo Braga Conejo, que niega el cambio de rumbo en el proyecto Cyclone-4, a pesar de incontables confirmaciones en el sentido contrario: – El objetivo no cambió. El objetivo es comercial y estratégico. En abril del año pasado, en consonancia con la embajada americana, Brasil y Estados Unidos realizaron un debate “positivo” sobre seguridad espacial. En diciembre, el Ministerio de la Defensa y el Departamento de Defensa de Estados Unidos hicieron nueva ronda de negociaciones, un mes tras una delegación de Estados Unidos visitar Alcântara. Oficialmente, la ACS no quiso pronunciarse. Sin embargo, operarios de la empresa pública binacional reconocieron al GLOBO que, sin acuerdo de salvaguardas o fecha de lanzamiento establecida y presentada a los operadores del mercado, no hay condiciones de atraer clientela, que actualmente contrata lançadores en los EUA, en Europa y en Asia. O sea, cada día que pasa las opciones de mercado del sistema ucraniano-brasileño quedan más restrictas. Restricciones que se amplían considerando la desconfianza del mercado en cuanto a las limitaciones ucranianas – país descapitalizado tras la crisis financiera de 2008 – para el desarrollo de nuevas tecnologías de seguridad de vuelo. Entraves administrativos Un analista del mercado, bajo la condición del anonimato, afirma que los grandes proveedores de Europa y Estados Unidos, eventuales concurrentes de la ACS, reciben soporte de sus naciones para vender lanzamientos para clientes de esos países, los principales del mercado mundial. La esas naciones, por lo tanto, no interesa la presencia de un nuevo concurrente, en condiciones geográficas vantajosas. El gobierno brasileño también convive con entraves administrativos para “adaptar los proyectos inéditos y complejos en desarrollo en Ucrania a las normas constructivas brasileñas”, informa el Ministerio de la Ciencia y Tecnología. Lo que hay hoy es un emprendimiento en franca expansión en el municipio de Alcântara, con maquinário pesado ucraniano desembarcando en el puerto de la ciudad. También hay cooperación técnica Brasil-Ucrania en la implementación de itens en el centro de lanzamiento, comprados en Ucrania con dinero brasileño. Hay, sí, oportunidad del Cyclone-4 sólo mandar al espacio satélites brasileños y ucranianos. Pero ni el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe), que opera el programa de satélites de Brasil, tiene planes para contratar el cohete, que ofrece más capacidad del que la exigida por los proyectos de satélites desarrollados en el país. FUENTE: El Globo qqq [/QUOTE]
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