En vez de comprar, FAB va a construir caza (18/05/2008)
En asociación con alguna potencia militar, Aeronáutica desarrollará aparato de cuarta generación; decisión entierra proyecto FX-2, heredado de FHC
Tânia Monteiro y Rui Nogueira
Ya no es conversación de pasillo de cuartel. El jueves pasado el comandante de la Aeronáutica, brigadeiro Juniti Saito, suscribió un documento simple, pero muy especial para la incipiente industria de defensa del País. En la práctica, el documento enterró el Proyecto FX-2, heredado del gobierno Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), y dio el puntapié inicial para que Brasil produzca, en alianza con la industria de una potencia militar y a la cuesta de mucha transferencia de tecnología, uno caza de cuarta generación para la Fuerza Aérea Brasileña (FAB). Franceses, rusos y hindúes negocian frenéticamente en el bastidor, cada uno con su idea de asociación, para cerrar un acuerdo con Brasil (lea abajo).
Hasta meados de 2007, con un presupuesto de US$ 2,2 billones, la Aeronáutica estaba autorizada a quitar del cajón, a partir de enero pasado, la compraventa de 36 cazas para contener la precariedad la que llegó la FAB, con un 37% de la flota de 719 aviones sin condiciones de volar - ese era el proyecto FX-2, que ampliaba la propuesta original, del gobierno FHC, que preveía gastos de US$ 700 millones.
De enero para ka, con la evaluación de los productos disponibles y de los precios de las propuestas de los proveedores internacionales - norteamericanos, franceses, suecos, ingleses, rusos, alemanes y españoles -, además de la decisión de implantar una política industrial de defensa, el gobierno evolucionó para el proyecto de construir uno caza bajo encargo y adaptado a las necesidades de la FAB. Los cazas mortíferos de cuarta y quinta generaciones disponibles en el mercado tienen una combinación indigesta: barreras para la transferencia de tecnología, precios estratosféricos y performance marcadamente de ataque - lo que pasaría un mensaje de amenaza a los vecinos suramericanos si Brasil tuviera dinero para comprar, por ejemplo, la F-22/Raptor, uno caza “made in USA” con precio unitario que, dependiendo de la tecnología agregada, puede variar entre US$ 130 millones y US$ 240 millones.
En la evaluación de la Defensa y del comando de la Aeronáutica, los cazas a la venta de múltiples funciones - interceptación, defensa y ataque - tienen precio aceptable y permiten una alianza estratégica en cuestión de transferencia de tecnología. “En ese caso,en vez de comprar allá fuera, decidimos gastar los US$ 2 billones del proyecto FX-2 para revitalizar lo que ya tenemos e invertir en el proyecto de construcción de uno caza brasileño”, dijo al Estado el ministro de la Defensa, Nelson Jobim.
El primer movimiento institucional, delante de la nueva directriz del Ministerio de la Defensa, fue hecho en el inicio de este año. La segunda decisión fue tomada la semana pasada. “En enero, la Aeronáutica bajó una directriz para el Estado-Mayor pidiendo un análisis de los pasos a dar para concebir uno caza de una nueva generación. El miércoles, el Estado-Maior entregó el estudio, yo coloqué unos requisitos, y ayer (jueves) suscribí el documento”, relató el brigadeiro Saito al Estado, el viernes. Según el comandante, “ahora va a ser creada una comisión especial para definir, al largo de un año de trabajo, lo que sería uno caza para la FAB, características, performance, armas etc”.
La meta es que alrededor de 2016 lo caza brasileño comience a entrar en operación, desactivando progresivamente los F5 y los Mirage 2000 que tienen vida útil hasta meados de la próxima década.
Según Juniti Saito, toda la concepción de la nueva política va a ser amarrada en el Plan Estratégico de las Fuerzas Armadas que será suscrito el festivo Día de la Independencia, 7 de Septiembre. “No vamos a hacer ninguna licitación, pues eso no tiene sentido para quienquiera tener una política estratégica”, dijo Saito.
De momento, ni Jobim ni Saito hablan en la cifra a invertir para tener lo caza brasileño. Pero, según especialistas, dependiendo de la ambición a alcanzar en cuestión de transferencia y producción local de tecnología, el proyecto puede consumir entre
US$ 20 billones y US$ 100 billones. “Sería muy prematuro decir cuánto nosotros vamos a gastar”, dijo el comandante. “Una cosa es correcta y obvia, será uno caza supersónico, pero es prematuro, también, hablar en compañero”, añadió.
ÁREA ESPACIAL
El proyecto de lo caza brasileño es una de las piezas de la política industrial de defensa que el ministro Nelson Jobim encampou. El área espacial debe ganar, aún en este semestre, un nuevo refuerzo. Viernes pasado, en Brasilia, el director-general de la parte brasileña de la binacional Alcântara Cyclone Space (ACS), Roberto Amaral, anunció que el consejo de la empresa va reunirse el día 2 de junio, en Kiev, en Ucrania, para evaluar el aumento de capital de US$ 105 millones para US$ 375 millones.
Ese refuerzo de capital es para acelerar el lanzamiento de cargas útiles (satélites) por medio del cohete Cyclone-4 a partir de la base brasileña de Alcântara, en Maranhão. Pero la meta mayor es construir y lanzar el Cyclone-5, hasta meados de 2010, con la participación de técnicos brasileños, además de transferir tecnología ucraniana para el País.
fuente:
http://txt.estado.com.br/editorias/2008/05/18/pol-1.93.11.20080518.5.1.xml
