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Brasil, estrategia defensiva.
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<blockquote data-quote="Rolando Lero" data-source="post: 1332705" data-attributes="member: 15908"><p><span style="font-size: 18px"><strong>La compraventa de sistema de defensa antiaéreo y el prestigio de la inserción internacional de Brasil</strong></span></p><p></p><p><img src="http://www.forte.jor.br/wp-content/uploads/2012/06/pantsir-s1-580x435.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p></p><p>Paulo Roberto Laraburu</p><p></p><p>Según noticia divulgada por el Ministerio de la Defensa (BRASIL, 2013), a Presidente Dilma y el Ministro de la Defensa, Celso Amorim, cuando de visita a Rusia, en diciembre del año pasado, trataron de la posibilidad de adquirir de ese país un sistema de defensa antiaéreo. En enero de este año, el Jefe del Estado-Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas realizó nueva visita a la capital rusa, de esta hecha para profundizar los contactos anteriormente establecidos. Y en 20 de febrero, en reunión con el primer Ministro ruso Dmitri Medvedev, realizada en el Palacio del Planalto, a Presidente Dilma “autorizó el Ministerio de la Defensa a iniciar conversaciones para realizar la compraventa de cinco sistemas de defensa antiaéreos [...] ”.</p><p></p><p>El anuncio de intención de la compraventa se posiciona en el proceso de utilización de la Defensa cómo uno de los vectores de apoyo a la inserción internacional de Brasil, cuyos marcos de mayor visibilidad se iniciaron aún en la década de 1990, cuando el País tuvo el mayor efectivo de tropas de la misión de paz de la ONU en Angola.</p><p></p><p>Los años más próximos, esos marcos fueron confirmados por la asunción brasileña del mando de los efectivos militares internacionales de la operación de paz en Haití, por el apoyo de transporte aéreo la operaciones de rescate de secuestrados por el grupo guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, por la iniciativa brasileña de creación del Consejo de Defensa Suramericano de la UNASUL y por el lanzamiento de la Estrategia Nacional de Defensa y del Libro Blanco de Defensa Nacional, documentos que, aunque de naturaleza doméstica, contiene indicaciones para la inserción de defensa regional e internacional del País.</p><p></p><p>Todos esos marcos se produjeron a partir de demandas externas, sean regionales o internacionales. La renovación del armamento antiaéreo recientemente anunciada también se encuadraría en esas demandas. Cuáles habrían sido ellas?</p><p></p><p>Antes de entrar directamente en la respuesta a la pregunta formulada, merece la pena acordar que el Tratado de Vestfália (1648) inauguró la política internacional tal cuál es practicada aún los días actuales, en que el respeto por los límites territoriales de los Estados nacionales se constituye en uno de los principales parámetros reguladores de la estabilidad del sistema internacional. La defensa de las fronteras terrestres de incursiones venidas del extranjero pasó, entonces, a ser uno de los gravámenes principales de los ejércitos de los príncipes.</p><p></p><p>El siglo XX, sin embargo, alteró esa situación, por la posibilidad de la soberanía territorial ser afrontada por la amenaza aérea: tropas desplegadas al largo de las fronteras no eran más suficientes para asegurar la inviolabilidade del territorio, pues el avión colocaba el espacio aéreo como la nueva dimensión para el choque de los intereses nacionales.</p><p></p><p>Contra la amenaza aérea, los Estados organizan dos tipos de defensa: la defensa aérea y la defensa antiaérea. Aunque el objetivo de los dos tipos de defensa sea el mismo, la protección del espacio aéreo nacional, el medio empleado para el ejercicio de la defensa es diferente: la defensa aérea emplea aeronaves de interceptação y la defensa antiaérea utiliza cañones y misiles, disparados del suelo. En Brasil, los dos tipos de defensa son integrados por el Sistema de Defensa Aeroespacial Brasileño (SISDABRA), gestionado por el Mando de Defensa Aeroespacial Brasileño (COMDABRA), órgano del Mando de la Aeronáutica: la defensa aérea queda a cargo de la Fuerza Aérea y la defensa antiaérea con el Ejército.</p><p></p><p><u>Morgenthau (2003, p. 158), en su obra de referencia para el estudio del pensamiento Realista Clásico, utiliza el concepto de política de prestigio para mostrar que la demostración de capacidades militares en tiempo de paz auxilia en la consecución de objetivos de las políticas externa y de defensa</u>: el prestigio, como reputación de disponer de poder, es usado como instrumento de dissuasão, o sea, transmitir la eventuales oponentes la certeza de que los costes y/o riesgos de determinada acción que él por ventura piense en emprender suplantam sus beneficios.</p><p></p><p>Y, en tratándose de dissuasão, la política de prestigio necesita de capacidades materiales efectivas, no pudiendo basarse solamente en el discurso o en las acciones de la diplomacia, que Morgenthau también apunta como siendo otro instrumento de esa misma política. La dissuasão, por ser un concepto “psicológico-político, pero también milite-tecnológico” (DOUGHERTY;PFALTZGRAFF, 2003, p. 449), exige credibilidad para que sea realmente percibida como tal, lo que requiere la actualización tecnológica de los sistemas de defensa.</p><p></p><p>En el caso en cuestión, las demandas por la necesidad de la renovación de las defensas antiaéreas se sitúan en el campo de la preservación del prestigio de la inserción internacional de Brasil. Por quê? Fundamentalmente, porque el grado de prontidão de un sistema de defensa aeroespacial se refleja sobre las pérdidas y las ganancias del prestigio internacional. Tener el espacio aéreo violado o tener condiciones de lo garantizáis es una situación que afecta, negativamente o positivamente, la credibilidad del País en el campo de la seguridad y defensa, particularmente se consideremos la posición de país emergente que hoy lo Brasil ocupa.</p><p></p><p>No hay necesidad de implicación directa en conflicto armado para que la prontidão de un sistema de defensa aeroespacial sea probada. La fiabilidad ante la comunidad internacional de una posición de neutralidad diplomática depende de medios que aseguren la inviolabilidade del espacio aéreo nacional. Durante la Guerra de las Malvinas/Malvinas, por ejemplo, el sistema de defensa aeroespacial brasileño por dos veces fue accionado para interceptar aeronaves que utilizaban el espacio aéreo nacional sin autorización, por cuenta de la crisis de Atlântico Sur: situación diplomáticamente delicada por la postura de la “neutralidad” brasileña, que tuvo que equilibrar su velado interés de apoyo a la Argentina con los intereses reinantes del enfrentamiento ideológico de la bipolaridade de la Guerra Fría. En abril de 1982, un jato carguero ruso Ilyushin II, de bandera cubana, fue interceptado a cerca de 300 kilómetros a oeste de Brasilia, por cazas que despegaron de la Base Aérea de Anápolis y lo obligaron la pousar en la capital federal. El jato procedía de Cuba con destino a Buenos Aires. La aeronave interceptada transportaba un diplomático cubano y, después de horas de negociaciones entre los gobiernos argentino y brasileño, llegó en Buenos Aires, el día siguiente, con el ofrecimiento de apoyo del bloque soviético a la causa argentina (El GLOBO, 2012a). El segundo caso ocurrió en junio, cuando un bombardeiro Vulcan de la Royal Air Fuerce fue interceptado y gracias la pousar en Río de Janeiro ─ después de ser desarmado, siguió su destino para Gran Bretaña (El GLOBO, 2012b). Esos dos ejemplos muestran que la existencia de efectivas capacidades dissuasórias auxiliam a respaldar decisiones de política externa.</p><p></p><p>Pero la utilización del espacio aéreo con propósitos ofensivos no se verifica solamente en los conflictos entre Estados. La utilización de aviones secuestrados, como si misiles dirigidos fueran, coloca el espacio aéreo en la dimensión de enfrentamiento entre actores estatales y no estatales, como bien demostró la acción terrorista del Once de Septiembre. Una respuesta efectiva a ese tipo de situación también exige un sistema de defensa aeroespacial plenamente capacitado para lidar con amenazas no convencionales.</p><p></p><p><u>Lo Brasil, trece años antes del Once de Septiembre, pasó por situación técnicamente semejante al ataque a las Torres Gemelas</u> (LIASCH, 2011). En 29 de septiembre de 1988, Boeing 737-300, con 98 pasajeros y 7 tripulantes ─ del vuelo Vasp 375, que hacía la ruta de Puerto Viejo para lo Río de Janeiro ─ fue secuestrado con el objetivo de ser lanzado contra el Palacio del Planalto: el secuestrador culpaba el Presidente de la República por su situación de desempleado. El piloto alertó la defensa aeroespacial y cuando el co-piloto intentaba responder el contacto establecido fue asesinado por el secuestrador. Las tensas horas de negociación entre el piloto y el secuestrador, la cual se dio sobrevolando Brasilia, Goiânia y Anápolis, fueron acompañadas de cerca por uno caza Mirage, lo que contribuyó para que el secuestrador desistiera de su intento.</p><p></p><p>Otra situación que merece la atención del sistema de defensa aeroespacial brasileño es la securitização del narcotráfico. Aquí, se puede verificar la exemplificação de ese conocido concepto de la Escuela de Copenhague, pues una cuestión de naturaleza policial es transformada en cuestión de amenaza a la seguridad, “acarreando y justificando ‘medidas emergenciais’ o recursos extraordinarios para enfrentarla” (VILLA;SANTOS, 2010, p. 122), que se traducen por la posibilidad de la realización del tiro de destrucción por la Fuerza Aérea Brasileña contra aeronaves sospechosas de realizar transporte de carga ilícita, conforme el dispuesto en el Decreto 5.144, de 16 de julio de 2004.</p><p></p><p>La localización de encuentros internacionales, aún según Morgenthau (2003, p. 156), es otra manifestación de la política de prestigio. Estados que acogen reuniones internacionales tienen oportunidad de demostrar al mundo sus valores culturales, estilo de vida, dinamismo económico, capacidad de organización y liderazgo − características valoradas en la inserción internacional de un país. El grado de seguridad ofrecido por el país anfitrión ciertamente influye sobre su prestigio internacional.</p><p></p><p>Lo Brasil acogerá tres grandes eventos que atraerán los holofotes de la mídia global y tendrán reflexos sobre el prestigio del País: la Copa de las Confederaciones, aún este año de 2013; la Copa del Mundo de Fútbol, en 2014; y los Juegos Olímpicos Mundiales, en 2016. Uno de los factores para el éxito de esos eventos depende de la seguridad contra posibles acciones del terrorismo internacional, debido al alcance global de las células terroristas.</p><p></p><p>Acciones terroristas también pueden utilizar vectores aéreos de dimensiones más reducidas del que las de un avión comercial de grande porte, desviado de su ruta original. Aeronaves particulares, helicópteros, drones o aún ultraleves conduciendo cargas explosivas son amenazas que también pueden ser neutralizadas por el posicionamiento de un sistema de artillería antiérea en las proximidades del local del gran evento. <u>Lo Brasil tuvo oportunidad de probar dispositivo de defensa semejante durante la Cúpula América del Sur – Países Árabes (ASPA), realizada en Brasilia en mayo de 2005 (RODRIGUES, 2009).</u></p><p></p><p>Nye (2012 , p.16) utiliza la imagen tridimensional de un tablero de xadrez para mostrar la actual distribución del poder mundial. En el nivel superior, la hegemonia militar norteamericana aún permanecerá por un largo tiempo. En el nivel intermediario, el poder económico ya es multipolar, estando lo Brasil ahí localizado. En el tablero inferior, el poder es difuso. Los tradicionales conceptos de unipolaridade, multipolaridade o hegemonia militar no son plenamente adecuados para se lidar con los problemas de este nivel: relaciones transnacionais ilícitas, amenaza a la seguridad cibernética, cambio climático, pandemias, actores no gubernamentales desafiando la seguridad internacional y la guerra assimétrica.</p><p></p><p>Lo Brasil, ciertamente, no dispone de capacidades militares para tutear en el tablero superior del poder mundial. Eso, sin embargo, no compromete su inserción internacional, por la posibilidad de actuación en los otros dos niveles del tablero del poder mundial. Lo que podría venir a afectar negativamente el prestigio de la imagen internacional del País sería la demostración de su incapacidad, aunque eventual, para enfrentar amenazas surgidas del plan del poder difuso de la política internacional. El anuncio de la compraventa de nuevos sistemas de defensa antiaéreos se encuadra en esa perspectiva.</p><p></p><p>REFERENCIAS</p><p></p><p>BRASIL. Defensa recibe señal verde para la compraventa de sistemas antiaéreos de Rusia. Asesoría comunicacional Social del Ministerio de la Defensa. 2013. Disponible en: <a href="http://www.defesa.gov.br">www.defesa.gov.br</a>.</p><p>DOUGHERTY, J. Y.; PFALTZGRAFF JR, R. L. Relaciones Internacionales: las teorías en enfrentamiento. 1 ed. Lisboa: Gradiva, 2003.</p><p>LIASCH, J. Vuelo Vasp 375: como casi tuvimos uno 11 de septiembre brasileño. 2011. Disponible en <a href="http://culturaaeronautica.blogspot.com.br">http://culturaaeronautica.blogspot.com.br</a>.</p><p>MORGENTHAU, H.J. La política entre las naciones: la lucha por el poder y por la paz. Traducción de Oswaldo Biato. Brasilia/São Paulo: Editora UnB/Prensa Oficial de São Paulo, 2003.</p><p>NYE,J.S. El Futuro del Poder. Traducción de Magda Lopes. São Paulo: Benvirá, 2012.</p><p>El GLOBO. Islas Malvinas: Brasil apoyó tráfico de armas para la Argentina. 2012a. Disponible en: <a href="http://www.naval.com.br">http://www.naval.com.br</a>.</p><p>El GLOBO. País temía un conflicto de grandes proporciones en las Islas Malvinas. 2012b. Disponible en: <a href="http://oglobo.globo.com">http://oglobo.globo.com</a></p><p>RODRIGUES, J.C.D. Defensa Antiérea en Operaciones de No-Guerra. Escuela de Artillería de Costa y Antiaérea. Ejército Brasileño. 2009. Disponible en <a href="http://www.esacosaae.ensino.eb.br">http://www.esacosaae.ensino.eb.br</a>.</p><p>VILLA, R.D.; SANTOS, N.B. Buzan, Waever y la Escuela de Copenhague: tensiones entre el realismo y el abordaje sociológica en los estudios de seguridad internacional. In: MEDEIROS, M. de A. (et al).). Clásicos de las Relaciones Internacionales. São Paulo: Hucitec. 2010 .</p><p></p><p></p><p>Paulo Roberto Laraburu es Mestrando en Relaciones Internacionales por la Universidad de Brasilia – UnB, especialista en Política y Estrategia de Defensa y coordinador de curso en la Escuela Superior de Guerra (ESG) ─ Campus Brasilia.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Rolando Lero, post: 1332705, member: 15908"] [SIZE=5][B]La compraventa de sistema de defensa antiaéreo y el prestigio de la inserción internacional de Brasil[/B][/SIZE] [IMG]http://www.forte.jor.br/wp-content/uploads/2012/06/pantsir-s1-580x435.jpg[/IMG] Paulo Roberto Laraburu Según noticia divulgada por el Ministerio de la Defensa (BRASIL, 2013), a Presidente Dilma y el Ministro de la Defensa, Celso Amorim, cuando de visita a Rusia, en diciembre del año pasado, trataron de la posibilidad de adquirir de ese país un sistema de defensa antiaéreo. En enero de este año, el Jefe del Estado-Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas realizó nueva visita a la capital rusa, de esta hecha para profundizar los contactos anteriormente establecidos. Y en 20 de febrero, en reunión con el primer Ministro ruso Dmitri Medvedev, realizada en el Palacio del Planalto, a Presidente Dilma “autorizó el Ministerio de la Defensa a iniciar conversaciones para realizar la compraventa de cinco sistemas de defensa antiaéreos [...] ”. El anuncio de intención de la compraventa se posiciona en el proceso de utilización de la Defensa cómo uno de los vectores de apoyo a la inserción internacional de Brasil, cuyos marcos de mayor visibilidad se iniciaron aún en la década de 1990, cuando el País tuvo el mayor efectivo de tropas de la misión de paz de la ONU en Angola. Los años más próximos, esos marcos fueron confirmados por la asunción brasileña del mando de los efectivos militares internacionales de la operación de paz en Haití, por el apoyo de transporte aéreo la operaciones de rescate de secuestrados por el grupo guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, por la iniciativa brasileña de creación del Consejo de Defensa Suramericano de la UNASUL y por el lanzamiento de la Estrategia Nacional de Defensa y del Libro Blanco de Defensa Nacional, documentos que, aunque de naturaleza doméstica, contiene indicaciones para la inserción de defensa regional e internacional del País. Todos esos marcos se produjeron a partir de demandas externas, sean regionales o internacionales. La renovación del armamento antiaéreo recientemente anunciada también se encuadraría en esas demandas. Cuáles habrían sido ellas? Antes de entrar directamente en la respuesta a la pregunta formulada, merece la pena acordar que el Tratado de Vestfália (1648) inauguró la política internacional tal cuál es practicada aún los días actuales, en que el respeto por los límites territoriales de los Estados nacionales se constituye en uno de los principales parámetros reguladores de la estabilidad del sistema internacional. La defensa de las fronteras terrestres de incursiones venidas del extranjero pasó, entonces, a ser uno de los gravámenes principales de los ejércitos de los príncipes. El siglo XX, sin embargo, alteró esa situación, por la posibilidad de la soberanía territorial ser afrontada por la amenaza aérea: tropas desplegadas al largo de las fronteras no eran más suficientes para asegurar la inviolabilidade del territorio, pues el avión colocaba el espacio aéreo como la nueva dimensión para el choque de los intereses nacionales. Contra la amenaza aérea, los Estados organizan dos tipos de defensa: la defensa aérea y la defensa antiaérea. Aunque el objetivo de los dos tipos de defensa sea el mismo, la protección del espacio aéreo nacional, el medio empleado para el ejercicio de la defensa es diferente: la defensa aérea emplea aeronaves de interceptação y la defensa antiaérea utiliza cañones y misiles, disparados del suelo. En Brasil, los dos tipos de defensa son integrados por el Sistema de Defensa Aeroespacial Brasileño (SISDABRA), gestionado por el Mando de Defensa Aeroespacial Brasileño (COMDABRA), órgano del Mando de la Aeronáutica: la defensa aérea queda a cargo de la Fuerza Aérea y la defensa antiaérea con el Ejército. [U]Morgenthau (2003, p. 158), en su obra de referencia para el estudio del pensamiento Realista Clásico, utiliza el concepto de política de prestigio para mostrar que la demostración de capacidades militares en tiempo de paz auxilia en la consecución de objetivos de las políticas externa y de defensa[/U]: el prestigio, como reputación de disponer de poder, es usado como instrumento de dissuasão, o sea, transmitir la eventuales oponentes la certeza de que los costes y/o riesgos de determinada acción que él por ventura piense en emprender suplantam sus beneficios. Y, en tratándose de dissuasão, la política de prestigio necesita de capacidades materiales efectivas, no pudiendo basarse solamente en el discurso o en las acciones de la diplomacia, que Morgenthau también apunta como siendo otro instrumento de esa misma política. La dissuasão, por ser un concepto “psicológico-político, pero también milite-tecnológico” (DOUGHERTY;PFALTZGRAFF, 2003, p. 449), exige credibilidad para que sea realmente percibida como tal, lo que requiere la actualización tecnológica de los sistemas de defensa. En el caso en cuestión, las demandas por la necesidad de la renovación de las defensas antiaéreas se sitúan en el campo de la preservación del prestigio de la inserción internacional de Brasil. Por quê? Fundamentalmente, porque el grado de prontidão de un sistema de defensa aeroespacial se refleja sobre las pérdidas y las ganancias del prestigio internacional. Tener el espacio aéreo violado o tener condiciones de lo garantizáis es una situación que afecta, negativamente o positivamente, la credibilidad del País en el campo de la seguridad y defensa, particularmente se consideremos la posición de país emergente que hoy lo Brasil ocupa. No hay necesidad de implicación directa en conflicto armado para que la prontidão de un sistema de defensa aeroespacial sea probada. La fiabilidad ante la comunidad internacional de una posición de neutralidad diplomática depende de medios que aseguren la inviolabilidade del espacio aéreo nacional. Durante la Guerra de las Malvinas/Malvinas, por ejemplo, el sistema de defensa aeroespacial brasileño por dos veces fue accionado para interceptar aeronaves que utilizaban el espacio aéreo nacional sin autorización, por cuenta de la crisis de Atlântico Sur: situación diplomáticamente delicada por la postura de la “neutralidad” brasileña, que tuvo que equilibrar su velado interés de apoyo a la Argentina con los intereses reinantes del enfrentamiento ideológico de la bipolaridade de la Guerra Fría. En abril de 1982, un jato carguero ruso Ilyushin II, de bandera cubana, fue interceptado a cerca de 300 kilómetros a oeste de Brasilia, por cazas que despegaron de la Base Aérea de Anápolis y lo obligaron la pousar en la capital federal. El jato procedía de Cuba con destino a Buenos Aires. La aeronave interceptada transportaba un diplomático cubano y, después de horas de negociaciones entre los gobiernos argentino y brasileño, llegó en Buenos Aires, el día siguiente, con el ofrecimiento de apoyo del bloque soviético a la causa argentina (El GLOBO, 2012a). El segundo caso ocurrió en junio, cuando un bombardeiro Vulcan de la Royal Air Fuerce fue interceptado y gracias la pousar en Río de Janeiro ─ después de ser desarmado, siguió su destino para Gran Bretaña (El GLOBO, 2012b). Esos dos ejemplos muestran que la existencia de efectivas capacidades dissuasórias auxiliam a respaldar decisiones de política externa. Pero la utilización del espacio aéreo con propósitos ofensivos no se verifica solamente en los conflictos entre Estados. La utilización de aviones secuestrados, como si misiles dirigidos fueran, coloca el espacio aéreo en la dimensión de enfrentamiento entre actores estatales y no estatales, como bien demostró la acción terrorista del Once de Septiembre. Una respuesta efectiva a ese tipo de situación también exige un sistema de defensa aeroespacial plenamente capacitado para lidar con amenazas no convencionales. [U]Lo Brasil, trece años antes del Once de Septiembre, pasó por situación técnicamente semejante al ataque a las Torres Gemelas[/U] (LIASCH, 2011). En 29 de septiembre de 1988, Boeing 737-300, con 98 pasajeros y 7 tripulantes ─ del vuelo Vasp 375, que hacía la ruta de Puerto Viejo para lo Río de Janeiro ─ fue secuestrado con el objetivo de ser lanzado contra el Palacio del Planalto: el secuestrador culpaba el Presidente de la República por su situación de desempleado. El piloto alertó la defensa aeroespacial y cuando el co-piloto intentaba responder el contacto establecido fue asesinado por el secuestrador. Las tensas horas de negociación entre el piloto y el secuestrador, la cual se dio sobrevolando Brasilia, Goiânia y Anápolis, fueron acompañadas de cerca por uno caza Mirage, lo que contribuyó para que el secuestrador desistiera de su intento. Otra situación que merece la atención del sistema de defensa aeroespacial brasileño es la securitização del narcotráfico. Aquí, se puede verificar la exemplificação de ese conocido concepto de la Escuela de Copenhague, pues una cuestión de naturaleza policial es transformada en cuestión de amenaza a la seguridad, “acarreando y justificando ‘medidas emergenciais’ o recursos extraordinarios para enfrentarla” (VILLA;SANTOS, 2010, p. 122), que se traducen por la posibilidad de la realización del tiro de destrucción por la Fuerza Aérea Brasileña contra aeronaves sospechosas de realizar transporte de carga ilícita, conforme el dispuesto en el Decreto 5.144, de 16 de julio de 2004. La localización de encuentros internacionales, aún según Morgenthau (2003, p. 156), es otra manifestación de la política de prestigio. Estados que acogen reuniones internacionales tienen oportunidad de demostrar al mundo sus valores culturales, estilo de vida, dinamismo económico, capacidad de organización y liderazgo − características valoradas en la inserción internacional de un país. El grado de seguridad ofrecido por el país anfitrión ciertamente influye sobre su prestigio internacional. Lo Brasil acogerá tres grandes eventos que atraerán los holofotes de la mídia global y tendrán reflexos sobre el prestigio del País: la Copa de las Confederaciones, aún este año de 2013; la Copa del Mundo de Fútbol, en 2014; y los Juegos Olímpicos Mundiales, en 2016. Uno de los factores para el éxito de esos eventos depende de la seguridad contra posibles acciones del terrorismo internacional, debido al alcance global de las células terroristas. Acciones terroristas también pueden utilizar vectores aéreos de dimensiones más reducidas del que las de un avión comercial de grande porte, desviado de su ruta original. Aeronaves particulares, helicópteros, drones o aún ultraleves conduciendo cargas explosivas son amenazas que también pueden ser neutralizadas por el posicionamiento de un sistema de artillería antiérea en las proximidades del local del gran evento. [U]Lo Brasil tuvo oportunidad de probar dispositivo de defensa semejante durante la Cúpula América del Sur – Países Árabes (ASPA), realizada en Brasilia en mayo de 2005 (RODRIGUES, 2009).[/U] Nye (2012 , p.16) utiliza la imagen tridimensional de un tablero de xadrez para mostrar la actual distribución del poder mundial. En el nivel superior, la hegemonia militar norteamericana aún permanecerá por un largo tiempo. En el nivel intermediario, el poder económico ya es multipolar, estando lo Brasil ahí localizado. En el tablero inferior, el poder es difuso. Los tradicionales conceptos de unipolaridade, multipolaridade o hegemonia militar no son plenamente adecuados para se lidar con los problemas de este nivel: relaciones transnacionais ilícitas, amenaza a la seguridad cibernética, cambio climático, pandemias, actores no gubernamentales desafiando la seguridad internacional y la guerra assimétrica. Lo Brasil, ciertamente, no dispone de capacidades militares para tutear en el tablero superior del poder mundial. Eso, sin embargo, no compromete su inserción internacional, por la posibilidad de actuación en los otros dos niveles del tablero del poder mundial. Lo que podría venir a afectar negativamente el prestigio de la imagen internacional del País sería la demostración de su incapacidad, aunque eventual, para enfrentar amenazas surgidas del plan del poder difuso de la política internacional. El anuncio de la compraventa de nuevos sistemas de defensa antiaéreos se encuadra en esa perspectiva. REFERENCIAS BRASIL. Defensa recibe señal verde para la compraventa de sistemas antiaéreos de Rusia. Asesoría comunicacional Social del Ministerio de la Defensa. 2013. Disponible en: [URL='http://www.defesa.gov.br']www.defesa.gov.br[/URL]. DOUGHERTY, J. Y.; PFALTZGRAFF JR, R. L. Relaciones Internacionales: las teorías en enfrentamiento. 1 ed. Lisboa: Gradiva, 2003. LIASCH, J. Vuelo Vasp 375: como casi tuvimos uno 11 de septiembre brasileño. 2011. Disponible en [url]http://culturaaeronautica.blogspot.com.br[/url]. MORGENTHAU, H.J. La política entre las naciones: la lucha por el poder y por la paz. Traducción de Oswaldo Biato. Brasilia/São Paulo: Editora UnB/Prensa Oficial de São Paulo, 2003. NYE,J.S. El Futuro del Poder. Traducción de Magda Lopes. São Paulo: Benvirá, 2012. El GLOBO. Islas Malvinas: Brasil apoyó tráfico de armas para la Argentina. 2012a. Disponible en: [url]http://www.naval.com.br[/url]. El GLOBO. País temía un conflicto de grandes proporciones en las Islas Malvinas. 2012b. Disponible en: [url]http://oglobo.globo.com[/url] RODRIGUES, J.C.D. Defensa Antiérea en Operaciones de No-Guerra. Escuela de Artillería de Costa y Antiaérea. Ejército Brasileño. 2009. Disponible en [url]http://www.esacosaae.ensino.eb.br[/url]. VILLA, R.D.; SANTOS, N.B. Buzan, Waever y la Escuela de Copenhague: tensiones entre el realismo y el abordaje sociológica en los estudios de seguridad internacional. In: MEDEIROS, M. de A. (et al).). Clásicos de las Relaciones Internacionales. São Paulo: Hucitec. 2010 . Paulo Roberto Laraburu es Mestrando en Relaciones Internacionales por la Universidad de Brasilia – UnB, especialista en Política y Estrategia de Defensa y coordinador de curso en la Escuela Superior de Guerra (ESG) ─ Campus Brasilia. [/QUOTE]
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