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Cazadores de montaña (empleo operacional)
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<blockquote data-quote="Willypicapiedra" data-source="post: 436066" data-attributes="member: 162"><p>EMPLEO OPERACIONAL DE LA COMPAÑÍA DE CAZADORES DE MONTAÑA </p><p>Por el Mayor Pablo Chort </p><p></p><p>Las grandes unidades de combate (GGUUC) de montaña disponen, dentro de su organización, de una subunidad independiente de tropas de operaciones especiales (TOE), la cual posee capacidades específicas derivadas de su equipamiento, entrenamiento, organización y ambiente geográfico particular donde opera. Tales características la distinguen del resto de los elementos existentes dentro de la brigada, por lo cual, también su empleo deberá ser particular, de tal manera que a través de él obtenga la mejor explotación de estas capacidades. </p><p></p><p>El nivel de la conducción donde normalmente será empleada la compañía es el táctico inferior, aunque eventual y convenientemente reforzada, podrá actuar en el nivel táctico superior. </p><p></p><p>La compañía de cazadores de montaña está conformada, casi en su totalidad, por personal de cuadros con experiencia en el ambiente geográfico particular de montaña, quien recibe una instrucción particular que le permite aumentar las aptitudes de desplazamiento, supervivencia, destrezas de combate y desarrollo de operaciones, tanto en la montaña estival como en la invernal. </p><p></p><p>La capacitación del mencionado personal se logra, fundamentalmente, por su permanencia sostenida en elementos u organismos de montaña, por la selección realizada de acuerdo con sus aptitudes físicas, intelectuales y predisposición anímica, por la instrucción específica desarrollada dentro de la subunidad. Además, sus integrantes realizan cursos de capacitación dictados en la Escuela Militar de Montaña, que son complementarios y tienden a contar con la mayor cantidad de personal. </p><p></p><p>El logro de la formación integral del personal en este ambiente -sobre todo en la época estival y especialmente en la invernal- impone una prolongada y repetitiva instrucción, por medio de técnicas y destrezas de combate propias para este terreno. Además, se tiene en cuenta la permanencia del personal en el destino, por lo cual se realizan acciones propias que les permitan la aclimatación y adaptación a las características de la geografía y el clima, atendiendo el aspecto físico, y especialmente, psíquico. Por estas causas, la preparación del personal para integrar la subunidad requiere un tiempo relativamente prolongado, y normalmente, es de compleja instrumentación. </p><p></p><p>Cabe destacar, sin embargo, que la implementación del servicio militar voluntario en el Ejército Argentino ha permitido disminuir este inconveniente, por medio de la incorporación de personal previamente aclimatado a los rigores del ambiente y con conocimiento del terreno. Dicho personal deberá ser, pues, considerado como el más apto para integrar la organización. De acuerdo con ello, cubrirá, preferentemente, aquellos puestos de menor responsabilidad, previa finalización de los períodos de instrucción necesarios, que le posibiliten el desempeño de sus funciones con un adecuado nivel de eficacia. </p><p></p><p>Misiones operacionales </p><p></p><p></p><p>Las misiones a realizar por la compañía en operaciones deberán ser impuestas por el comando de la GUC(1), de la cual forma parte. Normalmente, la GUC deberá requerir un efecto a lograr, dentro del dispositivo enemigo que se encuentre en el ambiente de montaña, y mediante la concreción del mencionado efecto se contribuirá a la ejecución de las operaciones profundas que conduzca la brigada. </p><p></p><p>Se obtendrá el mejor aprovechamiento de las capacidades de la compañía y de su especial adiestramiento y equipo, cuando estas misiones se cumplan dentro del dispositivo enemigo. Dentro del propio dispositivo, no será conveniente su empleo, ya que esto significaría desaprovechar una subunidad de difícil reemplazo, en tareas que podrían ser desarrolladas por otras fracciones. </p><p></p><p>Otro factor muy importante en la asignación del efecto a generar por la subunidad, será que el mismo esté en relación con sus capacidades. Por ser un elemento encuadrado en la táctica inferior, la compañía tendrá capacidades fijas determinadas por su cuadro de organización. Teniendo en cuenta tal aspecto, pretender lograr un efecto superior a sus posibilidades significaría provocar el desequilibrio de la organización, sometiéndola a exigencias para las cuales no estará preparada. </p><p></p><p>Por último, independientemente de la naturaleza de la operación que desarrolle la GUC de montaña, las operaciones de la compañía de cazadores deberán ser, en todos los casos, de naturaleza ofensiva, ya que no estará preparada ni equipada para ejecutar operaciones defensivas ni retrógradas. </p><p></p><p></p><p>Entre otros, la compañía podrá contribuir al logro de los siguientes efectos: </p><p></p><p>• Interferir la capacidad C3I del enemigo. </p><p>• Reducir el flujo logístico del enemigo. </p><p>• Interdictar ciertas zonas reducidas por cortos períodos. </p><p>• Reducir la movilidad del enemigo en su propia retaguardia. </p><p>• Obtener información del enemigo o terreno en la profundidad del dispositivo enemigo. </p><p></p><p></p><p>Estos efectos se lograrán por medio de la ejecución de distintas operaciones y/o procedimientos de combate, por parte de las secciones y/o patrullas de cazadores integrantes de la compañía. Las mismas podrán y deberán ser empleadas antes del inicio de las hostilidades, en misiones de reconocimiento, exploración o preparación territorial. </p><p></p><p>Es importante distinguir la compañía de cazadores, diferenciándola de la antigua compañía de esquiadores, ya que su empleo es muy distinto. La compañía de cazadores opera tanto en época estival como invernal, su empleo es siempre ofensivo, y debe evitarse su utilización en misiones de seguridad, de economía de fuerzas, reservas u otras, para las cuales no está entrenada ni equipada. Por otra parte, normalmente, no operará en forma reunida, sino que lo hará con sus secciones y/o patrullas, en forma independiente. </p><p></p><p>Operaciones de cazadores </p><p></p><p></p><p>Como ha sido expresado, el comando de la GUC impondrá efectos a generar y será el jefe de la compañía quien deberá materializar este efecto, a través de la ejecución de las operaciones tácticas de cazadores. Estas podrán ser ejecutadas con la compañía reunida, cumpliendo una operación o, más frecuentemente, con la subunidad fraccionada en secciones o patrullas, las cuales ejecutarán distintas operaciones en diferentes lugares y horarios, pero estarán sincronizadas por el jefe de subunidad, con la finalidad de que, en su conjunto, logren el efecto buscado por el comando de la brigada. </p><p></p><p></p><p>Las operaciones expresadas en el ROP 62-02(2) Instrucción de Cazadores de Montaña son: </p><p></p><p>• Golpe de mano. </p><p>• Emboscada. </p><p>• Bloqueo de vías de comunicación. </p><p>• Exploración. </p><p></p><p>Los procedimientos mencionados en el mismo reglamento son: </p><p></p><p>• Infiltración. </p><p>• Dirección de los fuegos de artillería y morteros pesados. </p><p>• Localización de blancos. </p><p>• Enlace radial y guiado de aeronaves. </p><p>• Señalamiento tierra-aire. </p><p>• Operaciones a través de cursos de agua y zonas lacustres. </p><p>• Operaciones aeromóviles. </p><p></p><p></p><p>Teniendo en cuenta el efecto a lograr, el jefe de compañía deberá seleccionar los objetivos sobre los cuales se accionará, aunque en función de su importancia o grado de control delegado por el comandante, estos objetivos podrán ser impuestos directamente por el comandante, quedando para el jefe de subunidad, los detalles de la ejecución. Esta actividad, concebida con el empleo de los cazadores en la profundidad del enemigo, será fundamental para lograr acabadamente el efecto deseado. </p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p>Normalmente, la compañía no actuará reunida, y sus secciones y/o patrullas operarán semiindependientemente según la misión específica que se les haya impuesto. De esta manera, podrá obtenerse un mosaico de operaciones y/o procedimientos, donde, por ejemplo, una sección ejecutará una emboscada, otra sección dará un golpe de mano, otra patrulla dirigirá el fuego de la artillería propia en la profundidad del enemigo, otra explorará más allá de la línea de contacto, y otra se encontrará en una zona de reunión en propio territorio, preparando una futura operación. Se deduce que todas estas acciones se ejecutarán con un propósito en común. </p><p></p><p>Organización de las fracciones </p><p></p><p></p><p>Para adaptarse a las múltiples misiones que puede cumplir, la organización para el combate de la compañía y las secciones deberá ser altamente flexible. Para ello, cambiará su organización, personal y equipo según sea la misión impuesta, la situación, la profundidad donde se encuentra el objetivo, o la época del año donde operará. </p><p></p><p>Podrá existir una organización básica establecida en el cuadro de organización, pero ésta difícilmente logrará ser mantenida durante todas las operaciones, y seguramente variará entre una misión y otra. Como sabemos, en un acto bélico, la conducción constituye un arte. Por lo tanto, la creación, innovación, adaptación, lo mismo que la originalidad y la flexiblidad resultarán imperativas para adaptarse al cambio continuo que caracteriza el conflicto moderno. </p><p></p><p>La imposición de esquemas fijos, cuadros de organización estandarizados para todos los elementos de similar magnitud, confeccionados sin tener en cuenta ambientes o situaciones particulares, perjudicarán los conceptos mencionados. </p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p>Orientación de las operaciones </p><p></p><p></p><p>Para obtener un adecuado rendimiento de las fracciones de cazadores que cumplen misiones de combate, cada una de ellas deberá estar correctamente direccionada contra un objetivo identificado previamente, y contará, además, con suficiente información proporcionada por otros medios de reunión, que le ofrezcan adecuadas condiciones de éxito para el cumplimiento de la misión, y le permitan la concentración de fuerzas en el lugar preciso. </p><p></p><p>Normalmente, los espacios en el ambiente de montaña serán amplios y la densidad de efectivos, insuficiente. Por tal motivo, las reducidas fracciones de cazadores deberán disponer de precisa información que les posibilite localizar e identificar los blancos, y accionar sobre ellos en el menor tiempo y con el menor desgaste posible. </p><p></p><p>Este aspecto cobrará mayor importancia por la dificultad que significa el reemplazo de los efectivos que integran las fracciones, y porque la logística que apoya estas operaciones, normalmente, se caracterizará por ser muy austera -basada en la existencia de pequeños depósitos preparados con la anticipación requerida- y por la necesidad del reabastecimiento aéreo si estuviere disponible. En algunos casos, directamente no se preverá la ejecución del mismo, lo que obligará a las fracciones a transportar todos los efectos necesarios y en cantidad suficiente, hasta la exfiltración. </p><p></p><p>Lo expresado exige que la autonomía de las fracciones de cazadores varíe considerablemente según la operación a realizar, la situación, la profundidad donde se encuentra el objetivo, las condiciones meteorológicas y la estación del año, entre otros factores. Pero en todos los casos, esta autonomía será limitada, impidiendo a las patrullas su permanencia en territorio enemigo por prolongados períodos. </p><p></p><p>La GUC de montaña tendrá una zona de responsabilidad muy amplia, lo cual impedirá que ella sea ocupada físicamente en su totalidad. Por lo tanto, se deberá determinar un centro de gravedad(3) para el desarrollo de las operaciones, para lo cual se dispondrá de adecuada e imprescindible información, previa al despliegue de los efectivos. Esta misma información será de utilidad para el despliegue de las secciones de cazadores. </p><p></p><p></p><p></p><p></p><p>Conclusiones </p><p></p><p></p><p>Aun con las dificultades enumeradas, las tropas de cazadores constituyen un eficiente elemento a disposición del comando de la GUC, para accionar en la profundidad del enemigo. </p><p></p><p>Su utilidad se verá potenciada en ejércitos de limitados efectivos -como es el caso de nuestra Fuerza- pero la alta especialización y capacitación del personal permitirá incrementar su capacidad para cumplir con la misión impuesta, y lograr, asimismo, la suficiente flexibilidad y preparación mental para la adecuación del soldado a los variados, complejos y peligrosos problemas operativos(4) a los que deberá enfrentarse en el siglo XXI. </p><p></p><p>El costo de la preparación y el adiestramiento de estas fracciones es numéricamente más elevado que el requerido por el normal de las unidades de montaña pero, al mismo tiempo, resulta económico si se consideran los efectos que ellos pueden generar y la manera como colaboran en las operaciones de la GUC. Por supuesto, no accionarán aisladamente, ya que formarán parte del sistema de armas combinadas que constituye la brigada, y para el éxito del conjunto dependerán de la interrelación con las otras unidades que la integran. </p><p></p><p>El ambiente geográfico particular de montaña, con sus naturales fortalezas del terreno, variadas avenidas de aproximación hacia los flancos y la profundidad del enemigo, sus posibilidades de cerrar las vías de comunicación dentro del obstáculo, la cantidad de zonas aptas para ocultar pequeñas fracciones más otras características, resultará el lugar más apropiado para el empleo de este tipo de TOE. Gran parte de las características que hacen de los cazadores un instrumento eficaz se perderían, si los mismos fuesen empleados en otros ambientes geográficos para los cuales no están equipados, instruidos ni adaptados. </p><p></p><p>Finalmente, podemos afirmar que como factores de éxito para las operaciones de cazadores, se pueden mencionar, entre otros, la disponibilidad de información veraz y oportuna, el velo y la sorpresa, más la adecuada preparación de la operación. </p><p></p><p> </p><p></p><p></p><p>--------------------------------------------------------------------------------</p><p></p><p>Bibliografía </p><p>- ROB 00-01 Reglamento de Conducción para el Instrumento Militar Terrestre - 1992. </p><p>- ROP 62-02 Instrucción de Cazadores de Montaña - 1994. </p><p>- ROP 00-06 Conducción de la Brigada de Infantería de Montaña - 1966 </p><p>- ROD 71-01 Organización y Funcionamiento de los EEMM - Ejército Argentino - 1998. </p><p>- Manual del Alumno de la materia Conducción, Escuela Superior de Guerra - 1999. </p><p></p><p>Notas </p><p>(1) Eventualmente GUB. </p><p>(2) La Sección III del Capítulo III menciona la contraemboscada. La misma no se incluye en este trabajo, por ser considerada por el autor como una técnica de acción inmediata (TAI). </p><p>(3) En este caso, no se hace diferencia respecto de la naturaleza de la operación; ésta puede ser ofensiva, defensiva o retrógrada. </p><p>(4) ROD 71-01, Organización y Funcionamiento de los EEMM - Ejército Argentino - 1998. Art. 1005. c.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Willypicapiedra, post: 436066, member: 162"] EMPLEO OPERACIONAL DE LA COMPAÑÍA DE CAZADORES DE MONTAÑA Por el Mayor Pablo Chort Las grandes unidades de combate (GGUUC) de montaña disponen, dentro de su organización, de una subunidad independiente de tropas de operaciones especiales (TOE), la cual posee capacidades específicas derivadas de su equipamiento, entrenamiento, organización y ambiente geográfico particular donde opera. Tales características la distinguen del resto de los elementos existentes dentro de la brigada, por lo cual, también su empleo deberá ser particular, de tal manera que a través de él obtenga la mejor explotación de estas capacidades. El nivel de la conducción donde normalmente será empleada la compañía es el táctico inferior, aunque eventual y convenientemente reforzada, podrá actuar en el nivel táctico superior. La compañía de cazadores de montaña está conformada, casi en su totalidad, por personal de cuadros con experiencia en el ambiente geográfico particular de montaña, quien recibe una instrucción particular que le permite aumentar las aptitudes de desplazamiento, supervivencia, destrezas de combate y desarrollo de operaciones, tanto en la montaña estival como en la invernal. La capacitación del mencionado personal se logra, fundamentalmente, por su permanencia sostenida en elementos u organismos de montaña, por la selección realizada de acuerdo con sus aptitudes físicas, intelectuales y predisposición anímica, por la instrucción específica desarrollada dentro de la subunidad. Además, sus integrantes realizan cursos de capacitación dictados en la Escuela Militar de Montaña, que son complementarios y tienden a contar con la mayor cantidad de personal. El logro de la formación integral del personal en este ambiente -sobre todo en la época estival y especialmente en la invernal- impone una prolongada y repetitiva instrucción, por medio de técnicas y destrezas de combate propias para este terreno. Además, se tiene en cuenta la permanencia del personal en el destino, por lo cual se realizan acciones propias que les permitan la aclimatación y adaptación a las características de la geografía y el clima, atendiendo el aspecto físico, y especialmente, psíquico. Por estas causas, la preparación del personal para integrar la subunidad requiere un tiempo relativamente prolongado, y normalmente, es de compleja instrumentación. Cabe destacar, sin embargo, que la implementación del servicio militar voluntario en el Ejército Argentino ha permitido disminuir este inconveniente, por medio de la incorporación de personal previamente aclimatado a los rigores del ambiente y con conocimiento del terreno. Dicho personal deberá ser, pues, considerado como el más apto para integrar la organización. De acuerdo con ello, cubrirá, preferentemente, aquellos puestos de menor responsabilidad, previa finalización de los períodos de instrucción necesarios, que le posibiliten el desempeño de sus funciones con un adecuado nivel de eficacia. Misiones operacionales Las misiones a realizar por la compañía en operaciones deberán ser impuestas por el comando de la GUC(1), de la cual forma parte. Normalmente, la GUC deberá requerir un efecto a lograr, dentro del dispositivo enemigo que se encuentre en el ambiente de montaña, y mediante la concreción del mencionado efecto se contribuirá a la ejecución de las operaciones profundas que conduzca la brigada. Se obtendrá el mejor aprovechamiento de las capacidades de la compañía y de su especial adiestramiento y equipo, cuando estas misiones se cumplan dentro del dispositivo enemigo. Dentro del propio dispositivo, no será conveniente su empleo, ya que esto significaría desaprovechar una subunidad de difícil reemplazo, en tareas que podrían ser desarrolladas por otras fracciones. Otro factor muy importante en la asignación del efecto a generar por la subunidad, será que el mismo esté en relación con sus capacidades. Por ser un elemento encuadrado en la táctica inferior, la compañía tendrá capacidades fijas determinadas por su cuadro de organización. Teniendo en cuenta tal aspecto, pretender lograr un efecto superior a sus posibilidades significaría provocar el desequilibrio de la organización, sometiéndola a exigencias para las cuales no estará preparada. Por último, independientemente de la naturaleza de la operación que desarrolle la GUC de montaña, las operaciones de la compañía de cazadores deberán ser, en todos los casos, de naturaleza ofensiva, ya que no estará preparada ni equipada para ejecutar operaciones defensivas ni retrógradas. Entre otros, la compañía podrá contribuir al logro de los siguientes efectos: • Interferir la capacidad C3I del enemigo. • Reducir el flujo logístico del enemigo. • Interdictar ciertas zonas reducidas por cortos períodos. • Reducir la movilidad del enemigo en su propia retaguardia. • Obtener información del enemigo o terreno en la profundidad del dispositivo enemigo. Estos efectos se lograrán por medio de la ejecución de distintas operaciones y/o procedimientos de combate, por parte de las secciones y/o patrullas de cazadores integrantes de la compañía. Las mismas podrán y deberán ser empleadas antes del inicio de las hostilidades, en misiones de reconocimiento, exploración o preparación territorial. Es importante distinguir la compañía de cazadores, diferenciándola de la antigua compañía de esquiadores, ya que su empleo es muy distinto. La compañía de cazadores opera tanto en época estival como invernal, su empleo es siempre ofensivo, y debe evitarse su utilización en misiones de seguridad, de economía de fuerzas, reservas u otras, para las cuales no está entrenada ni equipada. Por otra parte, normalmente, no operará en forma reunida, sino que lo hará con sus secciones y/o patrullas, en forma independiente. Operaciones de cazadores Como ha sido expresado, el comando de la GUC impondrá efectos a generar y será el jefe de la compañía quien deberá materializar este efecto, a través de la ejecución de las operaciones tácticas de cazadores. Estas podrán ser ejecutadas con la compañía reunida, cumpliendo una operación o, más frecuentemente, con la subunidad fraccionada en secciones o patrullas, las cuales ejecutarán distintas operaciones en diferentes lugares y horarios, pero estarán sincronizadas por el jefe de subunidad, con la finalidad de que, en su conjunto, logren el efecto buscado por el comando de la brigada. Las operaciones expresadas en el ROP 62-02(2) Instrucción de Cazadores de Montaña son: • Golpe de mano. • Emboscada. • Bloqueo de vías de comunicación. • Exploración. Los procedimientos mencionados en el mismo reglamento son: • Infiltración. • Dirección de los fuegos de artillería y morteros pesados. • Localización de blancos. • Enlace radial y guiado de aeronaves. • Señalamiento tierra-aire. • Operaciones a través de cursos de agua y zonas lacustres. • Operaciones aeromóviles. Teniendo en cuenta el efecto a lograr, el jefe de compañía deberá seleccionar los objetivos sobre los cuales se accionará, aunque en función de su importancia o grado de control delegado por el comandante, estos objetivos podrán ser impuestos directamente por el comandante, quedando para el jefe de subunidad, los detalles de la ejecución. Esta actividad, concebida con el empleo de los cazadores en la profundidad del enemigo, será fundamental para lograr acabadamente el efecto deseado. Normalmente, la compañía no actuará reunida, y sus secciones y/o patrullas operarán semiindependientemente según la misión específica que se les haya impuesto. De esta manera, podrá obtenerse un mosaico de operaciones y/o procedimientos, donde, por ejemplo, una sección ejecutará una emboscada, otra sección dará un golpe de mano, otra patrulla dirigirá el fuego de la artillería propia en la profundidad del enemigo, otra explorará más allá de la línea de contacto, y otra se encontrará en una zona de reunión en propio territorio, preparando una futura operación. Se deduce que todas estas acciones se ejecutarán con un propósito en común. Organización de las fracciones Para adaptarse a las múltiples misiones que puede cumplir, la organización para el combate de la compañía y las secciones deberá ser altamente flexible. Para ello, cambiará su organización, personal y equipo según sea la misión impuesta, la situación, la profundidad donde se encuentra el objetivo, o la época del año donde operará. Podrá existir una organización básica establecida en el cuadro de organización, pero ésta difícilmente logrará ser mantenida durante todas las operaciones, y seguramente variará entre una misión y otra. Como sabemos, en un acto bélico, la conducción constituye un arte. Por lo tanto, la creación, innovación, adaptación, lo mismo que la originalidad y la flexiblidad resultarán imperativas para adaptarse al cambio continuo que caracteriza el conflicto moderno. La imposición de esquemas fijos, cuadros de organización estandarizados para todos los elementos de similar magnitud, confeccionados sin tener en cuenta ambientes o situaciones particulares, perjudicarán los conceptos mencionados. Orientación de las operaciones Para obtener un adecuado rendimiento de las fracciones de cazadores que cumplen misiones de combate, cada una de ellas deberá estar correctamente direccionada contra un objetivo identificado previamente, y contará, además, con suficiente información proporcionada por otros medios de reunión, que le ofrezcan adecuadas condiciones de éxito para el cumplimiento de la misión, y le permitan la concentración de fuerzas en el lugar preciso. Normalmente, los espacios en el ambiente de montaña serán amplios y la densidad de efectivos, insuficiente. Por tal motivo, las reducidas fracciones de cazadores deberán disponer de precisa información que les posibilite localizar e identificar los blancos, y accionar sobre ellos en el menor tiempo y con el menor desgaste posible. Este aspecto cobrará mayor importancia por la dificultad que significa el reemplazo de los efectivos que integran las fracciones, y porque la logística que apoya estas operaciones, normalmente, se caracterizará por ser muy austera -basada en la existencia de pequeños depósitos preparados con la anticipación requerida- y por la necesidad del reabastecimiento aéreo si estuviere disponible. En algunos casos, directamente no se preverá la ejecución del mismo, lo que obligará a las fracciones a transportar todos los efectos necesarios y en cantidad suficiente, hasta la exfiltración. Lo expresado exige que la autonomía de las fracciones de cazadores varíe considerablemente según la operación a realizar, la situación, la profundidad donde se encuentra el objetivo, las condiciones meteorológicas y la estación del año, entre otros factores. Pero en todos los casos, esta autonomía será limitada, impidiendo a las patrullas su permanencia en territorio enemigo por prolongados períodos. La GUC de montaña tendrá una zona de responsabilidad muy amplia, lo cual impedirá que ella sea ocupada físicamente en su totalidad. Por lo tanto, se deberá determinar un centro de gravedad(3) para el desarrollo de las operaciones, para lo cual se dispondrá de adecuada e imprescindible información, previa al despliegue de los efectivos. Esta misma información será de utilidad para el despliegue de las secciones de cazadores. Conclusiones Aun con las dificultades enumeradas, las tropas de cazadores constituyen un eficiente elemento a disposición del comando de la GUC, para accionar en la profundidad del enemigo. Su utilidad se verá potenciada en ejércitos de limitados efectivos -como es el caso de nuestra Fuerza- pero la alta especialización y capacitación del personal permitirá incrementar su capacidad para cumplir con la misión impuesta, y lograr, asimismo, la suficiente flexibilidad y preparación mental para la adecuación del soldado a los variados, complejos y peligrosos problemas operativos(4) a los que deberá enfrentarse en el siglo XXI. El costo de la preparación y el adiestramiento de estas fracciones es numéricamente más elevado que el requerido por el normal de las unidades de montaña pero, al mismo tiempo, resulta económico si se consideran los efectos que ellos pueden generar y la manera como colaboran en las operaciones de la GUC. Por supuesto, no accionarán aisladamente, ya que formarán parte del sistema de armas combinadas que constituye la brigada, y para el éxito del conjunto dependerán de la interrelación con las otras unidades que la integran. El ambiente geográfico particular de montaña, con sus naturales fortalezas del terreno, variadas avenidas de aproximación hacia los flancos y la profundidad del enemigo, sus posibilidades de cerrar las vías de comunicación dentro del obstáculo, la cantidad de zonas aptas para ocultar pequeñas fracciones más otras características, resultará el lugar más apropiado para el empleo de este tipo de TOE. Gran parte de las características que hacen de los cazadores un instrumento eficaz se perderían, si los mismos fuesen empleados en otros ambientes geográficos para los cuales no están equipados, instruidos ni adaptados. Finalmente, podemos afirmar que como factores de éxito para las operaciones de cazadores, se pueden mencionar, entre otros, la disponibilidad de información veraz y oportuna, el velo y la sorpresa, más la adecuada preparación de la operación. -------------------------------------------------------------------------------- Bibliografía - ROB 00-01 Reglamento de Conducción para el Instrumento Militar Terrestre - 1992. - ROP 62-02 Instrucción de Cazadores de Montaña - 1994. - ROP 00-06 Conducción de la Brigada de Infantería de Montaña - 1966 - ROD 71-01 Organización y Funcionamiento de los EEMM - Ejército Argentino - 1998. - Manual del Alumno de la materia Conducción, Escuela Superior de Guerra - 1999. Notas (1) Eventualmente GUB. (2) La Sección III del Capítulo III menciona la contraemboscada. La misma no se incluye en este trabajo, por ser considerada por el autor como una técnica de acción inmediata (TAI). (3) En este caso, no se hace diferencia respecto de la naturaleza de la operación; ésta puede ser ofensiva, defensiva o retrógrada. (4) ROD 71-01, Organización y Funcionamiento de los EEMM - Ejército Argentino - 1998. Art. 1005. c. [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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