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Aviación Comercial y Tecnología Aeroespacial
Científicos de la FAB estudian propulsíon a láser
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<blockquote data-quote="paulo" data-source="post: 671187" data-attributes="member: 5327"><p><strong>Colaboración Brasil - EE UU para investigación sobre propulsión a láser</strong></p><p></p><p><img src="http://www.aereo.jor.br/wp-content/uploads/2009/08/logo-colaboracao-usaf-brasil.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p></p><p></p><p></p><p>. </p><p></p><p></p><p></p><p>En el futuro, cohetes volarán movidos a rayo láser</p><p></p><p>La carrera espacial que posibilitó la llegada del hombre a luna, en 1969, fue uno de los acontecimientos más interesantes del siglo XX. Aunque el momento fuese marcado por la Guerra Fría y lo miedo de uno conflicto directo entre la Unión Soviética y Estados Unidos, la población mundial acompañó la explotación del espacio como una saga épica. Hoy, en São José dos Campos (SP), la saga tiene continuidad.</p><p></p><p>En el proyecto desarrollado en sociedad con el Laboratorio de la Fuerza Aérea Americana (Air Fuerce Research Laboratory), el Comandante Marco Antônio Sala Minucci Coronel Engenheiro, director, del Instituto de Estudios Avanzados del Comando General de Tecnología Aeroespacial (IEAv - CTA), coordina la investigación de propulsión a láser. Si el desafío, en la década de 50, era mandar el hombre para el espacio, hoy, es hacerlo con mayor coste beneficio y sin agredir el medioambiente.</p><p></p><p>La ideia parece salida de uno película de ficción-científica: aeronaves y cohetes se desplazando en el espacio a través de un haz de luz de alta energía. En la práctica, va a funcionar del siguiente modo: una base terrestre proyecta la radiación láser en la trasera del vehículo - que, a su vez, recibe, de la parte delantera, aire calentado. Al entrar en contacto con el láser, las moléculas del aire calentado explosionan, empujando el vehículo para frente. Nada de galones de combustible - la fuente de energía es el propio aire y la electromagnética.</p><p></p><p>De acuerdo con Minucci, actualmente, el peso de la carga útil de las naves (como satélites sean puestos en órbita) sólo puede llegar a 5% de la capacidad del cohete. Eso acontece porque el vehículo necesita transportar, también, lo combustible y lo oxidante necesarios para el vuelo. Con la nueva tecnología, se estima que la nave podrá destinar 50% de su capacidad al transporte de carga. “Esa es la gran ventaja. Mientras el vehículo estuviere se moviendo en la atmósfera, la energía vendrá de la tierra. Operaciones aeroespaciales serán optimizadas”, dice el comandante.</p><p></p><p>Abolir el uso de los combustibles fósiles no va sólo ayudar a combatir el calentamiento global. El viaje será abaratada en 100 veces y va a volver el espacio más accesible. Poner satélites de hasta 50kg en órbita, por ejemplo, pasa a ser más viable. “Es un adiós a la contaminación, al riesgo de explosión y la toda aquella parafernalia que existe en el lanzamiento de un cohete convencional”, completa Minucci.</p><p></p><p>Experimentos - Para realizar los ensayos, el Laboratorio de Aerotermodinâmica y Hipersônica Prof. Henry T. Nagamatsu, del IEAv, cuenta con el túnel de viento hipersônico T3. Él simula las condiciones de vuelo a sean encontradas por el vehículo en la atmósfera - condiciones esas que permiten un desplazamiento seis veces más rápido que la velocidad del sonido. El túnel es el único de América del Sur y fue construido en suelo brasileño. De momento, los científicos realizan experiencias con el modelo del vehículo parado, y se concentran en la focalización del láser en la trasera de la máquina.</p><p></p><p>Según el comandante, los tests en el túnel deben durar, al menos, cinco años más. Después, será desarrollado un prototipo para tests y ensayos de vuelo. Conferir un lanzamiento propiamente dicho sólo será posible entre 2020 y 2025. Con seres humanos a bordo, solamente cuando se estuviere seguro de que la tecnología es realmente segura.</p><p></p><p>Sociedad - Simultáneamente, otros experimentos son realizados en Estados Unidos, en el Rensselaer Polytechnic Institute (RPI), en Troy, Nueva York. La universidad es la más antigua de Estados Unidos en el campo de las investigaciones tecnológicas.</p><p></p><p>¿Quién está a la frente del programa es el profesor Leik Myrabo, el primero, en el mundo, la hacer volar un vehículo utilizando la propulsión a láser. En 1997, durante experiencia en un desierto de California, Myrabo hizo un objeto de 60g subir aproximadamente 100m. Formado en Ingeniería Aeronáutica por el Instituto Tecnológico de Aeronáutica (ITA), Minucci hacía el pósdoutorado en la RPI, en 1997, cuando supo del experimento de Myrabo.</p><p></p><p>Viendo que el concepto era viable, convocó el amigo Paulo Toro y, en 1999, se concentraron en los estudios sobre propulsión a láser en el IEAv. “Ya teníamos todos los componentes necesarios para hacer ensayos en el Instituto, como el túnel de viento hipersônico, el láser y una división vuelta para este área”, recuerda Minucci. En 2000, tras una serie de experiencias bien sucedidas, el dúo fue contactada por el laboratorio de la Fuerza Aérea Americana, que propuso un programa de colaboración, llamado “International Beamed Propulsion Research Collaboration”.</p><p></p><p>A partir de 2007, la adquisición de lasers de alta potencia (suministrados por el laboratorio americano) y la aprobación del proyecto por la FINEP permitieron un avance en las investigaciones. En 2008, los científicos consiguieron guiar un haz de láser con seguridad para el interior del túnel T3 y focá-lo en un objeto, que fue destruido. La potencia del láser era de, aproximadamente, 1 gigawatt - el equivalente el 10 millones de bombillas incandescentes. Hoy, son ocho personas trabajando en el programa del IEAv. Además de cambiar correos electrónicos y llamadas, la plantilla recibe visitas periódicas de los investigadores americanos.</p><p></p><p>Origen - La ideia de usarse láser en operaciones espaciales surgió en Estados Unidos, en 1983, durante la Guerra Fría. El 27 de marzo, el entonces presidente Ronald Reagan lanzó el Programa de Defensa Estratégica en el Espacio (Strategy Defense Initiative), conocido popularmente como “Programa Guerra en las Estrellas”. Como en la película de George Lucas, de 1977, los EE UU tenían como objetivo trabar una batalla contra el enemigo en el espacio sideral, con lasers en puño, como jinetes jedis. Sería instalado un cinturón de cañonazos alrededor del globo terrestre, capaz de detectar y destruir misiles enemigos antes que ellos alcanzasen su blanco.</p><p></p><p>En la práctica, el programa billonario no hizo grandes avances, pero continúa recibiendo subsidios del gobierno - y, consequentemente, críticas de organizaciones humanitarias como el Greenpeace. Pero Minucci resalta un punto positivo del programa: las investigaciones habían ayudado a viabilizar la tecnología de propulsión a láser. “Las técnicas en óptica, que serían usadas para focalizar el haz del láser en blanco a ser destruido, habían sido aprovechadas por nosotros”, revela.</p><p></p><p><img src="http://www.aereo.jor.br/wp-content/uploads/2009/08/foto-laboratorio-cta1.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p>Conozca la historia del Instituto de Estudios Avanzados (IEAv)</p><p>Hace cerca de 30 años, la Dirección del Centro Técnico Aeroespacial (CTA) del Comando de la Aeronáutica resolvió crear, en el entonces Instituto de Actividades Espaciales (IAE), la División de Estudios Avanzados, cuyas actividades serían orientadas, esencialmente, para tópicos avanzados en desarrollo tecnológico y en ciencia pura y aplicada. Las actividades técnico-científicas de la División habían recibido un gran impulso, el 22 de agosto de 1977, cuando habían sido inauguradas las instalaciones definitivas de su sed.</p><p></p><p>El crecimiento de la División de Estudios Avanzados ocurrió de forma acelerada, arriba de las expectativas, lo que exigió un reajuste en su estructura, una vez que la existente, a nivel de División, ya no era más suficiente para el saludo de la misión atribuida.</p><p></p><p>El 22 de octubre de 1981, con las nuevas instalaciones ya en condiciones mínimas de operación, la División fue autorizada a operar a nivel de Instituto del CTA, con la designación Laboratorio de Estudios Avanzados, se desconectando de la estructura organizacional del IAE yTamoios, en São José dos Campos.</p><p></p><p>El 2 de junio de 1982, el Presidente de la República firmó el Decreto en el 87.247, creando el Instituto de Estudios Avanzados como parte integrante del CTA, visado que la designación de laboratorio estaba reservada para instalaciones de menor porte, con actividades mucho específicas.</p><p></p><p>En enero de 2006, fue consolidada la intención del Comando de la Aeronáutica de transferir de Brasilia para São José dos Campos (SP) el Departamento de Investigaciones y Desarrollo (DEPED), órgano al cual el Centro Técnico Aeroespacial estaba subordinado.</p><p></p><p>El cambio promovió una restructuración organizacional que extinguió el Centro Técnico Aeroespacial y creó un nuevo órgano, el Mando-General de Tecnología Aeroespacial, manteniéndose la sigla CTA. El IEAv pasa, entonces, la actuar como Organización Militar del Comando de la Aeronáutica, con subordinación al Comando-General de Tecnología Aeroespacial, actual Departamento de Ciencia y Tecnología Aeroespacial (DCTA).</p><p></p><p>FUENTE y FOTOS: FAB y CTA-IEAv</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="paulo, post: 671187, member: 5327"] [B]Colaboración Brasil - EE UU para investigación sobre propulsión a láser[/B] [IMG]http://www.aereo.jor.br/wp-content/uploads/2009/08/logo-colaboracao-usaf-brasil.jpg[/IMG] . En el futuro, cohetes volarán movidos a rayo láser La carrera espacial que posibilitó la llegada del hombre a luna, en 1969, fue uno de los acontecimientos más interesantes del siglo XX. Aunque el momento fuese marcado por la Guerra Fría y lo miedo de uno conflicto directo entre la Unión Soviética y Estados Unidos, la población mundial acompañó la explotación del espacio como una saga épica. Hoy, en São José dos Campos (SP), la saga tiene continuidad. En el proyecto desarrollado en sociedad con el Laboratorio de la Fuerza Aérea Americana (Air Fuerce Research Laboratory), el Comandante Marco Antônio Sala Minucci Coronel Engenheiro, director, del Instituto de Estudios Avanzados del Comando General de Tecnología Aeroespacial (IEAv - CTA), coordina la investigación de propulsión a láser. Si el desafío, en la década de 50, era mandar el hombre para el espacio, hoy, es hacerlo con mayor coste beneficio y sin agredir el medioambiente. La ideia parece salida de uno película de ficción-científica: aeronaves y cohetes se desplazando en el espacio a través de un haz de luz de alta energía. En la práctica, va a funcionar del siguiente modo: una base terrestre proyecta la radiación láser en la trasera del vehículo - que, a su vez, recibe, de la parte delantera, aire calentado. Al entrar en contacto con el láser, las moléculas del aire calentado explosionan, empujando el vehículo para frente. Nada de galones de combustible - la fuente de energía es el propio aire y la electromagnética. De acuerdo con Minucci, actualmente, el peso de la carga útil de las naves (como satélites sean puestos en órbita) sólo puede llegar a 5% de la capacidad del cohete. Eso acontece porque el vehículo necesita transportar, también, lo combustible y lo oxidante necesarios para el vuelo. Con la nueva tecnología, se estima que la nave podrá destinar 50% de su capacidad al transporte de carga. “Esa es la gran ventaja. Mientras el vehículo estuviere se moviendo en la atmósfera, la energía vendrá de la tierra. Operaciones aeroespaciales serán optimizadas”, dice el comandante. Abolir el uso de los combustibles fósiles no va sólo ayudar a combatir el calentamiento global. El viaje será abaratada en 100 veces y va a volver el espacio más accesible. Poner satélites de hasta 50kg en órbita, por ejemplo, pasa a ser más viable. “Es un adiós a la contaminación, al riesgo de explosión y la toda aquella parafernalia que existe en el lanzamiento de un cohete convencional”, completa Minucci. Experimentos - Para realizar los ensayos, el Laboratorio de Aerotermodinâmica y Hipersônica Prof. Henry T. Nagamatsu, del IEAv, cuenta con el túnel de viento hipersônico T3. Él simula las condiciones de vuelo a sean encontradas por el vehículo en la atmósfera - condiciones esas que permiten un desplazamiento seis veces más rápido que la velocidad del sonido. El túnel es el único de América del Sur y fue construido en suelo brasileño. De momento, los científicos realizan experiencias con el modelo del vehículo parado, y se concentran en la focalización del láser en la trasera de la máquina. Según el comandante, los tests en el túnel deben durar, al menos, cinco años más. Después, será desarrollado un prototipo para tests y ensayos de vuelo. Conferir un lanzamiento propiamente dicho sólo será posible entre 2020 y 2025. Con seres humanos a bordo, solamente cuando se estuviere seguro de que la tecnología es realmente segura. Sociedad - Simultáneamente, otros experimentos son realizados en Estados Unidos, en el Rensselaer Polytechnic Institute (RPI), en Troy, Nueva York. La universidad es la más antigua de Estados Unidos en el campo de las investigaciones tecnológicas. ¿Quién está a la frente del programa es el profesor Leik Myrabo, el primero, en el mundo, la hacer volar un vehículo utilizando la propulsión a láser. En 1997, durante experiencia en un desierto de California, Myrabo hizo un objeto de 60g subir aproximadamente 100m. Formado en Ingeniería Aeronáutica por el Instituto Tecnológico de Aeronáutica (ITA), Minucci hacía el pósdoutorado en la RPI, en 1997, cuando supo del experimento de Myrabo. Viendo que el concepto era viable, convocó el amigo Paulo Toro y, en 1999, se concentraron en los estudios sobre propulsión a láser en el IEAv. “Ya teníamos todos los componentes necesarios para hacer ensayos en el Instituto, como el túnel de viento hipersônico, el láser y una división vuelta para este área”, recuerda Minucci. En 2000, tras una serie de experiencias bien sucedidas, el dúo fue contactada por el laboratorio de la Fuerza Aérea Americana, que propuso un programa de colaboración, llamado “International Beamed Propulsion Research Collaboration”. A partir de 2007, la adquisición de lasers de alta potencia (suministrados por el laboratorio americano) y la aprobación del proyecto por la FINEP permitieron un avance en las investigaciones. En 2008, los científicos consiguieron guiar un haz de láser con seguridad para el interior del túnel T3 y focá-lo en un objeto, que fue destruido. La potencia del láser era de, aproximadamente, 1 gigawatt - el equivalente el 10 millones de bombillas incandescentes. Hoy, son ocho personas trabajando en el programa del IEAv. Además de cambiar correos electrónicos y llamadas, la plantilla recibe visitas periódicas de los investigadores americanos. Origen - La ideia de usarse láser en operaciones espaciales surgió en Estados Unidos, en 1983, durante la Guerra Fría. El 27 de marzo, el entonces presidente Ronald Reagan lanzó el Programa de Defensa Estratégica en el Espacio (Strategy Defense Initiative), conocido popularmente como “Programa Guerra en las Estrellas”. Como en la película de George Lucas, de 1977, los EE UU tenían como objetivo trabar una batalla contra el enemigo en el espacio sideral, con lasers en puño, como jinetes jedis. Sería instalado un cinturón de cañonazos alrededor del globo terrestre, capaz de detectar y destruir misiles enemigos antes que ellos alcanzasen su blanco. En la práctica, el programa billonario no hizo grandes avances, pero continúa recibiendo subsidios del gobierno - y, consequentemente, críticas de organizaciones humanitarias como el Greenpeace. Pero Minucci resalta un punto positivo del programa: las investigaciones habían ayudado a viabilizar la tecnología de propulsión a láser. “Las técnicas en óptica, que serían usadas para focalizar el haz del láser en blanco a ser destruido, habían sido aprovechadas por nosotros”, revela. [IMG]http://www.aereo.jor.br/wp-content/uploads/2009/08/foto-laboratorio-cta1.jpg[/IMG] Conozca la historia del Instituto de Estudios Avanzados (IEAv) Hace cerca de 30 años, la Dirección del Centro Técnico Aeroespacial (CTA) del Comando de la Aeronáutica resolvió crear, en el entonces Instituto de Actividades Espaciales (IAE), la División de Estudios Avanzados, cuyas actividades serían orientadas, esencialmente, para tópicos avanzados en desarrollo tecnológico y en ciencia pura y aplicada. Las actividades técnico-científicas de la División habían recibido un gran impulso, el 22 de agosto de 1977, cuando habían sido inauguradas las instalaciones definitivas de su sed. El crecimiento de la División de Estudios Avanzados ocurrió de forma acelerada, arriba de las expectativas, lo que exigió un reajuste en su estructura, una vez que la existente, a nivel de División, ya no era más suficiente para el saludo de la misión atribuida. El 22 de octubre de 1981, con las nuevas instalaciones ya en condiciones mínimas de operación, la División fue autorizada a operar a nivel de Instituto del CTA, con la designación Laboratorio de Estudios Avanzados, se desconectando de la estructura organizacional del IAE yTamoios, en São José dos Campos. El 2 de junio de 1982, el Presidente de la República firmó el Decreto en el 87.247, creando el Instituto de Estudios Avanzados como parte integrante del CTA, visado que la designación de laboratorio estaba reservada para instalaciones de menor porte, con actividades mucho específicas. En enero de 2006, fue consolidada la intención del Comando de la Aeronáutica de transferir de Brasilia para São José dos Campos (SP) el Departamento de Investigaciones y Desarrollo (DEPED), órgano al cual el Centro Técnico Aeroespacial estaba subordinado. El cambio promovió una restructuración organizacional que extinguió el Centro Técnico Aeroespacial y creó un nuevo órgano, el Mando-General de Tecnología Aeroespacial, manteniéndose la sigla CTA. El IEAv pasa, entonces, la actuar como Organización Militar del Comando de la Aeronáutica, con subordinación al Comando-General de Tecnología Aeroespacial, actual Departamento de Ciencia y Tecnología Aeroespacial (DCTA). FUENTE y FOTOS: FAB y CTA-IEAv [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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