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Mensaje: <blockquote data-quote="vascoviejo" data-source="post: 544904" data-attributes="member: 288">Con un breve relato que envie a El ultimo vuelo pido mi ingreso al club :La primera vez que vi un Mirage fue un 9 de Julio de 1978, estaba en el living de mi casa en Sáenz Peña Pcia de Buenos Aires mirando por televisión el desfile del Día de la Independencia cuando el locutor anuncio que se aproximaban a la Plaza de Mayo aeronaves de la Fuerza Aérea ; simultáneamente escuche un rugido de grave a agudo, instintivamente pegue un saldo y salí a la puerta  y alcé la vista : en el cielo dos triángulos blancos con un puntito rojo en la cola  pasaron como un suspiro y tan súbitamente como salí,  ingrese a la casa para ver nuevamente  esos bólidos en la pantalla blanco y negro del Phillips.Los días 17 de Agosto segundos antes de las tres de la tarde  esperaba ansioso ya que sabía que pasarían sobre el patio tres o cuatro deltas en formación cerrada rumbo a Retiro para sobrevolar plaza San Martín  y honrar al héroe.Pude acercarme y tocar un delta en el Museo Nacional de Aeronáutica cuando este estaba en Aeroparque, y luego en una exposición en el Centro Municipal, pero nada tuvo la emoción de aquella tarde de mediados de los `90.Un encuentro que me hizo rememorar a un capítulo del libro “ El imperio del Sol” de  J.G. Ballard , en la cual el protagonista James ve cara a cara y en acción a un P-51 Mustang. Estaba estudiando cuando sentí aquel rugido, aquella vibración que me había conmovido cuando tenía  nueve años, fue repetir ese salto hasta el patio de la casa y alzar la vista. De derecha a izquierda, cerrando a toda potencia, bajísimo, puede ver el casco blanco del piloto, aquel perfil elegante y agudo, el esquema de color verde, marrón, el cono negro de la trompa, el escudo azul y rojo en el alerón de cola: con un águila amarilla sosteniendo una bomba de un Mirage Dagger.La velocidad era increíble pero juro que lo vi en cámara lenta,  ahí congelado, parado en medio del patio  mirando el cielo.Hoy tengo cuarenta años, hace  dos  que para fin de abril voy a la Base Aérea de Morón para tener mi encuentro con ese amigo que cada tanto me visita, el cambió su traje camuflado por uno gris, pero con gran ruido y potente fuego pincha las nubes para que siempre tenga un recuerdo en la retina, un saludo en los oídos y el corazón me palpite de alegría.</blockquote>

Verificación: Libertador de Argentina