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Colombia ultima un acuerdo para aumentar las operaciones militares de EE UU en su ter
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<blockquote data-quote="Shandor" data-source="post: 781571" data-attributes="member: 50"><p>La misión imposible de Uribe</p><p></p><p>Por Niko Schvarz Periodista</p><p></p><p>El presidente Alvaro Uribe emprendió una verdadera "blitzkrieg" por siete países sudamericanos, incluido el nuestro, con la intención de convencer a sus gobiernos de las bondades del convenio militar con EEUU que, como extensión del militarista Plan Colombia, concede a ese país el uso de siete bases militares (aéreas, navales y terrestres) en territorio colombiano. Podría decirse que era una misión imposible, destinada al fracaso antes aun de iniciarse, y así fue en efecto.</p><p></p><p>En realidad, el objetivo de Uribe era justificar su ausencia en las reuniones de Unasur y del Consejo Sudamericano de Defensa que tendrá lugar el lunes 10 en Quito, coincidiendo con la toma de posesión por parte de Rafael Correa de su segunda presidencia, y en las cuales se resolvió expresamente tratar este gravísimo tema. Uribe se salteó en su gira a Venezuela y Ecuador, con los cuales sus relaciones han sufrido un profundo deterioro, agravado por la cesión de las bases militares a EEUU. Con Ecuador las relaciones están rotas a raíz de episodios derivados de la invasión de su territorio por parte de tropas colombianas, provistas de asesoramiento y logística estadounidenses, el 1º de marzo de 2008 en Sucumbíos. Por su parte, el gobierno venezolano (que soporta una absurda acusación de Colombia relacionada con armas de las FARC) consideró un acto de agresión la ubicación de bases militares estadounidenses en sus fronteras, y congeló sus relaciones, incluso en el plano comercial y diplomático, con Bogotá. Apenas se difundió la noticia sobre las bases, los presidentes de Brasil y Chile, Lula y Michelle Bachelet, acordaron promover el tema en forma prioritaria ante el Consejo Sudamericano de Defensa. Lula expresó su desagrado ante esta decisión inconsulta. Su asesor en cuestiones internacionales, Marco Aurelio García, se refirió al peligro de estas bases a proximidad de la región amazónica y declaró que "perro mordido por una cobra se muestra precavido ante una lombriz". En su gira relámpago, Uribe no recogió ninguna adhesión, salvo la del presidente peruano Alan García.</p><p></p><p>De todos modos, el tema se tratará de lleno a partir del lunes en Quito, aunque Uribe haya rehuido el debate. En los distintos países visitados se registraron diversas tomas de posición contra la política de Uribe. En Uruguay, el Frente Amplio emitía una declaración ****en momentos en que éste se reunía con el presidente Vázquez, el vicepresidente Nin y el canciller González**** en el sentido de que dicho acuerdo "no sólo atenta contra la soberanía del pueblo colombiano, sino que además constituye una amenaza directa en la región, afectando la estabilidad democrática y la convivencia pacífica en nuestro continente", y agregando que "el Frente Amplio se manifiesta contrario a toda militarización y carrera armamentista en el continente y rechaza todas las bases militares tanto en Colombia y Honduras como las existentes en países del Caribe".</p><p></p><p>Fidel Castro ha hecho de este tema el objeto de una de sus profundas reflexiones bajo el sugestivo título de "Siete puñales en el corazón de América". Allí analiza los extremos de sofisticación y perfeccionamiento a que han llegado los planes armamentistas del imperio estadounidense, que se extienden a todo el mundo, y sus proyecciones para el futuro inmediato, en particular en materia de robotización. Trasladando luego el escenario a nuestra América, señala: "A la luz de estas realidades, los gobernantes de los países de Unasur, del Mercosur, Grupo de Río y otros, no pueden dejar de analizar la justísima pregunta venezolana: ¿Qué sentido tienen las bases militares y navales que Estados Unidos quiere establecer alrededor de Venezuela y en el corazón de Suramérica?". Y se contesta: "Sería un grave error pensar que la amenaza es sólo contra Venezuela; va dirigida a todos los países del sur del continente. Ninguno podrá eludir el tema y así lo han declarado varios de ellos". Examina asimismo el pretexto esgrimido por EEUU relacionado con la lucha contra el narcotráfico. Pero esa lucha no se libra entre la policía y las fuerzas armadas de EEUU contra los narcotraficantes, sino que "la guerra ha sido exportada a México y Centroamérica", que "la ola de violencia y sangre se extiende en mayor o menor grado por los países de Sudamérica" y finalmente que el dinero proviene "del infinito manantial que emerge del mercado norteamericano".</p><p></p><p>Dejo para otro momento la referencia a un artículo de Jaime Caycedo, dirigente del PCC y del Polo Democrático, sobre las repercusiones internas de la política de Uribe. Pero sí quiero recordar que este debate, en cuyo trasfondo anida la política belicista del imperio, se produce en el entorno del 6 de agosto, día del lanzamiento, en 1945, de la bomba atómica sobre Hiroshima, el mayor crimen de guerra de la historia.</p><p></p><p>La Republica<span style="color: Silver"></span></p><p><span style="color: Silver"></span></p><p><span style="color: Silver"><span style="font-size: 9px">---------- Post added at 06:04 ---------- Previous post was at 05:59 ----------</span></span></p><p><span style="color: Silver"></span></p><p><span style="color: Silver"></span>ALGO MAS DEL TEMA</p><p></p><p>El sur resignado al plan de Uribe</p><p></p><p>Lula defendió el derecho soberano de Colombia a prestar siete bases militares a EE.UU. Pero advirtió que llevará el tema a la cumbre de la Unasur.</p><p></p><p>Los esfuerzos del colombiano Álvaro Uribe por explicar en siete países sudamericanos el acuerdo militar que negocia con Estados Unidos se vieron gratificados en parte por el reconocimiento regional de que se trata de una decisión “soberana”. En Brasil, su última y principal escala continental, el presidente escuchó el mismo discurso que en la Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay: “El acuerdo es una materia exclusiva de la soberanía colombiana, siempre y cuando se limite al territorio colombiano”, según las palabras del canciller Celso Amorim. Las únicas excepciones fueron las previsibles. Perú dio su apoyo “incondicional” a Bogotá, Bolivia rechazó la presencia de militares norteamericanos en Sudamérica, y Ecuador y Venezuela, ajenos a la gira uribista, advirtieron incluso sobre la posibilidad de una guerra en la región andina. A falta de declaraciones de Uribe, su vocero, César Velásquez, dijo que la gira había sido “constructiva” y dejado “buenos réditos” a Colombia. </p><p></p><p>Uribe empieza hoy su último año de gestión enfrentado a sus vecinos de Venezuela, Hugo Chávez, y de Ecuador, Rafael Correa. La hostilidad se vio reavivada en el último mes por la decisión de Bogotá de autorizar a Washington el uso de siete bases colombianas en la lucha contra las drogas y la guerrilla. </p><p></p><p>Las partes, por el momento, han intentado que la sangre no llegara al río. El ex presidente colombiano Ernesto Samper (1994-1998) se reunió ayer en Caracas con Chávez y anunció que había abierto “una puerta para resolver la crisis bilateral”. Al mismo tiempo, tanto Bogotá como Washington se esforzaron por garantizar que “la soberanía de ningún país estará en riesgo”. Ése fue el mensaje que transmitieron a Lula da Silva el presidente Uribe y el general James Jones, asesor de Barack Obama en temas de seguridad enviado por la Casa Blanca a Brasilia.</p><p></p><p>Convencer a Lula de la irrelevancia del acuerdo militar fue tema prioritario de las agendas diplomáticas de ambas naciones. Y no sólo porque Brasil es el país más grande de la región. En la reunión de ayer con Uribe, el gobierno de Lula expuso su preocupación por la cercanía de las bases de la discordia con la región amazónica, que Brasil considera “objeto de la codicia internacional”.</p><p></p><p>De hecho, con su veloz gira sudamericana, el mandatario colombiano se anticipó al pedido de Brasil y Chile de que la cuestión fuese debatida en la cumbre de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), que se celebrará el lunes en Quito. Ni Uribe ni su canciller, Jaime Bermúdez, asistirán a una reunión que prevén hostil y por eso optaron por recurrir a tres días de intensa diplomacia bilateral.</p><p></p><p>Ayer, Amorim reconoció que tras la visita de Uribe percibe una “mayor transparencia” sobre el uso que tendrán las bases norteamericanas, pero ratificó que Lula pedirá que el tema sea tratado por el Consejo Sudamericano de Defensa en la cumbre de Quito. “Esperamos que esa instancia –dijo Amorim– sirva para crear un clima de confianza”. </p><p></p><p>El vocero de ese malestar será Hugo Chávez, que denunció que “estas bases podrían ser el inicio de una guerra en Sudamérica”. De la capacidad del bolivariano por imponer su posición en la Unasur dependerá el balance que pueda hacer Uribe de su gira.</p><p></p><p>El pensamiento salvaje </p><p></p><p>El uso de indígenas colombianos para tarea de inteligencia militar contra las FARC preocupa a la ONU. En un informe de su oficina para los Derechos Humanos, el organismo denunció que la estrategia del Ejército agrava la “dramática” situación en que viven las comunidades aborígenes y las pone a merced de las venganzas de los grupos guerrilleros. “Los asesinatos de indígenas se duplicaron en comparación con el primer semestre de 2008”, dijo Christian Salazar, responsable del informe. La Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic) denunció que el año pasado 165 nativos murieron asesinados.</p><p>CRITICA DE LA ARGENTINA</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Shandor, post: 781571, member: 50"] La misión imposible de Uribe Por Niko Schvarz Periodista El presidente Alvaro Uribe emprendió una verdadera "blitzkrieg" por siete países sudamericanos, incluido el nuestro, con la intención de convencer a sus gobiernos de las bondades del convenio militar con EEUU que, como extensión del militarista Plan Colombia, concede a ese país el uso de siete bases militares (aéreas, navales y terrestres) en territorio colombiano. Podría decirse que era una misión imposible, destinada al fracaso antes aun de iniciarse, y así fue en efecto. En realidad, el objetivo de Uribe era justificar su ausencia en las reuniones de Unasur y del Consejo Sudamericano de Defensa que tendrá lugar el lunes 10 en Quito, coincidiendo con la toma de posesión por parte de Rafael Correa de su segunda presidencia, y en las cuales se resolvió expresamente tratar este gravísimo tema. Uribe se salteó en su gira a Venezuela y Ecuador, con los cuales sus relaciones han sufrido un profundo deterioro, agravado por la cesión de las bases militares a EEUU. Con Ecuador las relaciones están rotas a raíz de episodios derivados de la invasión de su territorio por parte de tropas colombianas, provistas de asesoramiento y logística estadounidenses, el 1º de marzo de 2008 en Sucumbíos. Por su parte, el gobierno venezolano (que soporta una absurda acusación de Colombia relacionada con armas de las FARC) consideró un acto de agresión la ubicación de bases militares estadounidenses en sus fronteras, y congeló sus relaciones, incluso en el plano comercial y diplomático, con Bogotá. Apenas se difundió la noticia sobre las bases, los presidentes de Brasil y Chile, Lula y Michelle Bachelet, acordaron promover el tema en forma prioritaria ante el Consejo Sudamericano de Defensa. Lula expresó su desagrado ante esta decisión inconsulta. Su asesor en cuestiones internacionales, Marco Aurelio García, se refirió al peligro de estas bases a proximidad de la región amazónica y declaró que "perro mordido por una cobra se muestra precavido ante una lombriz". En su gira relámpago, Uribe no recogió ninguna adhesión, salvo la del presidente peruano Alan García. De todos modos, el tema se tratará de lleno a partir del lunes en Quito, aunque Uribe haya rehuido el debate. En los distintos países visitados se registraron diversas tomas de posición contra la política de Uribe. En Uruguay, el Frente Amplio emitía una declaración ****en momentos en que éste se reunía con el presidente Vázquez, el vicepresidente Nin y el canciller González**** en el sentido de que dicho acuerdo "no sólo atenta contra la soberanía del pueblo colombiano, sino que además constituye una amenaza directa en la región, afectando la estabilidad democrática y la convivencia pacífica en nuestro continente", y agregando que "el Frente Amplio se manifiesta contrario a toda militarización y carrera armamentista en el continente y rechaza todas las bases militares tanto en Colombia y Honduras como las existentes en países del Caribe". Fidel Castro ha hecho de este tema el objeto de una de sus profundas reflexiones bajo el sugestivo título de "Siete puñales en el corazón de América". Allí analiza los extremos de sofisticación y perfeccionamiento a que han llegado los planes armamentistas del imperio estadounidense, que se extienden a todo el mundo, y sus proyecciones para el futuro inmediato, en particular en materia de robotización. Trasladando luego el escenario a nuestra América, señala: "A la luz de estas realidades, los gobernantes de los países de Unasur, del Mercosur, Grupo de Río y otros, no pueden dejar de analizar la justísima pregunta venezolana: ¿Qué sentido tienen las bases militares y navales que Estados Unidos quiere establecer alrededor de Venezuela y en el corazón de Suramérica?". Y se contesta: "Sería un grave error pensar que la amenaza es sólo contra Venezuela; va dirigida a todos los países del sur del continente. Ninguno podrá eludir el tema y así lo han declarado varios de ellos". Examina asimismo el pretexto esgrimido por EEUU relacionado con la lucha contra el narcotráfico. Pero esa lucha no se libra entre la policía y las fuerzas armadas de EEUU contra los narcotraficantes, sino que "la guerra ha sido exportada a México y Centroamérica", que "la ola de violencia y sangre se extiende en mayor o menor grado por los países de Sudamérica" y finalmente que el dinero proviene "del infinito manantial que emerge del mercado norteamericano". Dejo para otro momento la referencia a un artículo de Jaime Caycedo, dirigente del PCC y del Polo Democrático, sobre las repercusiones internas de la política de Uribe. Pero sí quiero recordar que este debate, en cuyo trasfondo anida la política belicista del imperio, se produce en el entorno del 6 de agosto, día del lanzamiento, en 1945, de la bomba atómica sobre Hiroshima, el mayor crimen de guerra de la historia. La Republica[COLOR="Silver"] [SIZE=1]---------- Post added at 06:04 ---------- Previous post was at 05:59 ----------[/SIZE] [/COLOR]ALGO MAS DEL TEMA El sur resignado al plan de Uribe Lula defendió el derecho soberano de Colombia a prestar siete bases militares a EE.UU. Pero advirtió que llevará el tema a la cumbre de la Unasur. Los esfuerzos del colombiano Álvaro Uribe por explicar en siete países sudamericanos el acuerdo militar que negocia con Estados Unidos se vieron gratificados en parte por el reconocimiento regional de que se trata de una decisión “soberana”. En Brasil, su última y principal escala continental, el presidente escuchó el mismo discurso que en la Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay: “El acuerdo es una materia exclusiva de la soberanía colombiana, siempre y cuando se limite al territorio colombiano”, según las palabras del canciller Celso Amorim. Las únicas excepciones fueron las previsibles. Perú dio su apoyo “incondicional” a Bogotá, Bolivia rechazó la presencia de militares norteamericanos en Sudamérica, y Ecuador y Venezuela, ajenos a la gira uribista, advirtieron incluso sobre la posibilidad de una guerra en la región andina. A falta de declaraciones de Uribe, su vocero, César Velásquez, dijo que la gira había sido “constructiva” y dejado “buenos réditos” a Colombia. Uribe empieza hoy su último año de gestión enfrentado a sus vecinos de Venezuela, Hugo Chávez, y de Ecuador, Rafael Correa. La hostilidad se vio reavivada en el último mes por la decisión de Bogotá de autorizar a Washington el uso de siete bases colombianas en la lucha contra las drogas y la guerrilla. Las partes, por el momento, han intentado que la sangre no llegara al río. El ex presidente colombiano Ernesto Samper (1994-1998) se reunió ayer en Caracas con Chávez y anunció que había abierto “una puerta para resolver la crisis bilateral”. Al mismo tiempo, tanto Bogotá como Washington se esforzaron por garantizar que “la soberanía de ningún país estará en riesgo”. Ése fue el mensaje que transmitieron a Lula da Silva el presidente Uribe y el general James Jones, asesor de Barack Obama en temas de seguridad enviado por la Casa Blanca a Brasilia. Convencer a Lula de la irrelevancia del acuerdo militar fue tema prioritario de las agendas diplomáticas de ambas naciones. Y no sólo porque Brasil es el país más grande de la región. En la reunión de ayer con Uribe, el gobierno de Lula expuso su preocupación por la cercanía de las bases de la discordia con la región amazónica, que Brasil considera “objeto de la codicia internacional”. De hecho, con su veloz gira sudamericana, el mandatario colombiano se anticipó al pedido de Brasil y Chile de que la cuestión fuese debatida en la cumbre de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), que se celebrará el lunes en Quito. Ni Uribe ni su canciller, Jaime Bermúdez, asistirán a una reunión que prevén hostil y por eso optaron por recurrir a tres días de intensa diplomacia bilateral. Ayer, Amorim reconoció que tras la visita de Uribe percibe una “mayor transparencia” sobre el uso que tendrán las bases norteamericanas, pero ratificó que Lula pedirá que el tema sea tratado por el Consejo Sudamericano de Defensa en la cumbre de Quito. “Esperamos que esa instancia –dijo Amorim– sirva para crear un clima de confianza”. El vocero de ese malestar será Hugo Chávez, que denunció que “estas bases podrían ser el inicio de una guerra en Sudamérica”. De la capacidad del bolivariano por imponer su posición en la Unasur dependerá el balance que pueda hacer Uribe de su gira. El pensamiento salvaje El uso de indígenas colombianos para tarea de inteligencia militar contra las FARC preocupa a la ONU. En un informe de su oficina para los Derechos Humanos, el organismo denunció que la estrategia del Ejército agrava la “dramática” situación en que viven las comunidades aborígenes y las pone a merced de las venganzas de los grupos guerrilleros. “Los asesinatos de indígenas se duplicaron en comparación con el primer semestre de 2008”, dijo Christian Salazar, responsable del informe. La Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic) denunció que el año pasado 165 nativos murieron asesinados. CRITICA DE LA ARGENTINA [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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