Hay claramente una intención hostil de parte de la disertante.
Ella puede tener las ideas que le parece pero intentar en el acto del 2 de abril profetizarlas y más aún, al advertir el rechazo generalizado no detenerse exhibe de manera absoluta sus ganas de disturbiar, ofender e impedir el acto.
No se trata aquí de una postura divergente, se trata que la docente ha incurrido en una conducta punible por haber obrado de manifiesta mala fe con intención de producir un daño .
Distinto sería si ella hubiera escrito un libro o incluso si su postura fuera expresada en un marco que le permitiera explayarse y que no estuviera regulado por los contenidos pedagógicos obligatorios en claustros universitarios o debates .