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Mensaje: <blockquote data-quote="pulqui" data-source="post: 533255" data-attributes="member: 194">LA CUMBRE DEL G-8Lula, en alerta, por los recursos naturalesReaccionó con disgusto a un comentario de Blair sobre el Amazonas. Por: Eleonora Gossman Poco inclinado a las declaraciones fuertes, esta vez el presidente Lula da Silva abandonó su cautela para denunciar públicamente que las grandes potencias mundiales ambicionan controlar el acuífero guaraní, una de las mayores reservas de agua del mundo que subyace por debajo de la superficie del norte de Argentina y Uruguay, el sudeste de Paraguay y se prolonga en Brasil hasta Mato Grosso y San Pablo."Dicen que hay que internacionalizar el acuífero porque nosotros no somos capaces de preservarlo", precisó el presidente brasileño. También argumentó que esas mismas fuerzas pretenden globalizar la selva del Amazonas. Fue entonces que se preguntó si a Estados Unidos le gustaría que se internacionalice la NASA . (¿ qué hubiesen dicho los "analistas" si la Presidenta dijera algo parecido, ni siquiera igual?)Fue un mensaje provocativo: Nosotros no vamos a aceptar ese discurso (el de las potencias), vamos a pelear .Y si Lula reaccionó así fue porque se sintió profundamente ofuscado por dos hechos que, según le dicta su intuición, están conectados. Primero le sonó mal una frase deslizada por el ex primer ministro británico Tony Blair, convertido de buenas a primeras en ecologista que quiere defender el mundo del aumento de la temperatura global. El laborista estuvo hace una semana en Tokio para hablar frente a los parlamentarios del grupo del G8 (los grandes) más los 5 emergentes, entre ellos Brasil. En esa cita sostuvo que Lula da Silva precisa de ayuda internacional para contener la devastación del Amazonas . Según Blair, la tala de la floresta tropical causa al menos un aumento de 20 por ciento en la emisión de dióxido de carbono. En parte porque genera esos gases a través de los incendios forestales, pero también porque al deforestar grandes extensiones disminuye la capacidad de la selva de absorber el anhídrido carbónico lanzado a la atmósfera por los países industrializados.El otro elemento que provocó una poco disimulada irritación fue el preanuncio de EE.UU. del envío de la recreación de la IV Flota para patrullar las aguas del Atlántico Sur en toda la costa sudamericana. Lula no vaciló en señalar que teme las razones de semejante aventura naval: Si somos una región de paz, libre de terrorismo, para qué se precisa el rastreo norteamericano No ven que eso genera sospechas sobre sus intenciones respecto de nuestras materias primas .Esta vez, Lula no piensa pasar la cumbre del G8 en Tokio simplemente para hacer coro de las decisiones de las grandes potencias. Va a exponer, con el respaldo de casi todos sus colegas sudamericanos apenas hay dos ausentes, Alvaro Uribe de Colombia y Alan García de Perú--, todas las prevenciones regionales sobre las verdaderas intenciones que se esconden detrás de frases tales como que América del Sur no sabe cuidar sus recursos, sean acuíferos, selváticos o vaya a saber cuál. El presidente brasileño fue explícito durante la cumbre de los presidentes del Mercosur al señalar que hay demasiado petróleo en la región. Y ahora incluye otro recurso que será escaso y muy demandado este siglo: el agua para consumo humano.</blockquote>

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