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Historia Militar
El Último Alzamiento Militar Carapintada, 3/12/1990
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<blockquote data-quote="LACIGARRA" data-source="post: 2337769" data-attributes="member: 7152"><p>esta fue una de las causas porque no se sumaron mas unidades militares</p><p></p><p>Eran poco más de las dos y media de la mañana del 3 de diciembre de 1990. Su familia jamás volvió a verlo con vida. Tres horas después de dejar su departamento de Belgrano para ir a recuperar el histórico Regimiento de Infantería 1 de Patricios, del que era segundo jefe, el teniente coronel Pita estaba muerto. Yacía boca arriba, mirando sin ver la tenue luz del amanecer de su tragedia, cerca del mástil de la Plaza de Armas del regimiento, acribillado por seis balazos rebeldes que le destrozaron el tórax y el abdomen, y con dos balazos más, uno en el cuello y otro en plena cara. Junto a él, muerto también, también con un balazo en la cara, estaba su amigo y jefe de operaciones del regimiento, el mayor Pedernera.</p><p></p><p>Esas dos muertes cambiaron el destino del último alzamiento carapintada. Casi la totalidad de las fuentes consultadas por este Equipo de Investigación coincidieron en señalar que originalmente el motín involucraba a más complotados y a más unidades; y que no bien conocido el asesinato de los dos oficiales de Patricios, y cuando se sospechó que habían sido muertos a manos de suboficiales, muchos involucrados en la intentona "se sacaron el uniforme" y varias unidades no se sumaron al alzamiento.</p><p></p><p>Como reza la causa judicial, "el grupo rebelde fugado de Olavarría tuvo conocimiento de los sucesos del RI 1 Patricios, a tal punto que esas noticias fueron motivo de desmoralización para la tropa y factor esencial de la decisión de no continuar con el plan previsto y, posteriormente, de rendirse".</p><p></p><p>Por primera vez desde su alzamiento en la Semana Santa de 1987, los carapintadas habían hecho uso de la violencia con armas antes de enfrentar a la represión organizada por las autoridades.</p><p></p><p>Entre las once de la noche del domingo y las dos y media de la mañana del lunes 3, los rebeldes coparon los cuarteles de Palermo del Ejército, en el amplio espacio delimitado por las avenidas Bullrich, Santa Fe, Luis María Campos, Dorrego y la calle Cerviño. El propio jefe del Distrito Militar Buenos Aires, coronel Luis Enrique Baraldini, incorporó su unidad al alzamiento y luego, junto al teniente coronel Osvaldo Tévere y al mayor Jorge Mones Ruiz, atravesó una puerta que separa el Distrito Militar de Patricios y copó la guardia del regimiento histórico que nació antes de mayo de 1810 y es, además, custodia del jefe del Ejército.</p><p></p><p>Antes debió enfrentarse al oficial de guardia, el capitán Marcelo De Stéfano, a quien los rebeldes intentaron arrebatarle su arma. El capitán se resistió. Pero Tévere le reveló un dato estremecedor: los suboficiales de guardia también eran rebeldes. De Stéfano lo comprobó de inmediato: gritó una orden que no fue obedecida.</p><p></p><p>Los rebeldes despertaron uno a uno a los oficiales que dormían en Patricios y los invitaron a unirse a la rebelión. Quienes se negaron fueron detenidos en el comedor del Casino de Oficiales, en el cuarto piso del regimiento. Fue entonces que uno de los jóvenes oficiales detenidos por los rebeldes, el teniente primero Carlos García Guiñazú, logró comunicarse por teléfono con su par Enrique Jorge Bianchi. El teniente primero Bianchi vivía entonces en el mismo edificio que el jefe de Patricios, coronel Manuel de la Cruz. Menos de una hora después de copado el RI 1 por los rebeldes se había iniciado el primero de los intentos de recuperación.</p><p></p><p>De la Cruz, Pita y Pedernera se unieron en Granaderos al entonces jefe del Ejército, general Martín Bonnet. Ninguno de ellos podía saberlo todavía, pero en Patricios ya había corrido sangre. Poco después del copamiento rebelde, por la entrada principal del RI 1 conocida como "Puesto Flores" ingresó el suboficial mayor Jorge Matías, que vio a tres hombres que intentaban bloquear la puerta de la avenida Bullrich con un camión grúa. Un capitán, fusil en mano, le dijo que la unidad estaba tomada. Matías dio media vuelta para irse por donde había venido y recibió un balazo que lo hirió de gravedad en el pie.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="LACIGARRA, post: 2337769, member: 7152"] esta fue una de las causas porque no se sumaron mas unidades militares Eran poco más de las dos y media de la mañana del 3 de diciembre de 1990. Su familia jamás volvió a verlo con vida. Tres horas después de dejar su departamento de Belgrano para ir a recuperar el histórico Regimiento de Infantería 1 de Patricios, del que era segundo jefe, el teniente coronel Pita estaba muerto. Yacía boca arriba, mirando sin ver la tenue luz del amanecer de su tragedia, cerca del mástil de la Plaza de Armas del regimiento, acribillado por seis balazos rebeldes que le destrozaron el tórax y el abdomen, y con dos balazos más, uno en el cuello y otro en plena cara. Junto a él, muerto también, también con un balazo en la cara, estaba su amigo y jefe de operaciones del regimiento, el mayor Pedernera. Esas dos muertes cambiaron el destino del último alzamiento carapintada. Casi la totalidad de las fuentes consultadas por este Equipo de Investigación coincidieron en señalar que originalmente el motín involucraba a más complotados y a más unidades; y que no bien conocido el asesinato de los dos oficiales de Patricios, y cuando se sospechó que habían sido muertos a manos de suboficiales, muchos involucrados en la intentona "se sacaron el uniforme" y varias unidades no se sumaron al alzamiento. Como reza la causa judicial, "el grupo rebelde fugado de Olavarría tuvo conocimiento de los sucesos del RI 1 Patricios, a tal punto que esas noticias fueron motivo de desmoralización para la tropa y factor esencial de la decisión de no continuar con el plan previsto y, posteriormente, de rendirse". Por primera vez desde su alzamiento en la Semana Santa de 1987, los carapintadas habían hecho uso de la violencia con armas antes de enfrentar a la represión organizada por las autoridades. Entre las once de la noche del domingo y las dos y media de la mañana del lunes 3, los rebeldes coparon los cuarteles de Palermo del Ejército, en el amplio espacio delimitado por las avenidas Bullrich, Santa Fe, Luis María Campos, Dorrego y la calle Cerviño. El propio jefe del Distrito Militar Buenos Aires, coronel Luis Enrique Baraldini, incorporó su unidad al alzamiento y luego, junto al teniente coronel Osvaldo Tévere y al mayor Jorge Mones Ruiz, atravesó una puerta que separa el Distrito Militar de Patricios y copó la guardia del regimiento histórico que nació antes de mayo de 1810 y es, además, custodia del jefe del Ejército. Antes debió enfrentarse al oficial de guardia, el capitán Marcelo De Stéfano, a quien los rebeldes intentaron arrebatarle su arma. El capitán se resistió. Pero Tévere le reveló un dato estremecedor: los suboficiales de guardia también eran rebeldes. De Stéfano lo comprobó de inmediato: gritó una orden que no fue obedecida. Los rebeldes despertaron uno a uno a los oficiales que dormían en Patricios y los invitaron a unirse a la rebelión. Quienes se negaron fueron detenidos en el comedor del Casino de Oficiales, en el cuarto piso del regimiento. Fue entonces que uno de los jóvenes oficiales detenidos por los rebeldes, el teniente primero Carlos García Guiñazú, logró comunicarse por teléfono con su par Enrique Jorge Bianchi. El teniente primero Bianchi vivía entonces en el mismo edificio que el jefe de Patricios, coronel Manuel de la Cruz. Menos de una hora después de copado el RI 1 por los rebeldes se había iniciado el primero de los intentos de recuperación. De la Cruz, Pita y Pedernera se unieron en Granaderos al entonces jefe del Ejército, general Martín Bonnet. Ninguno de ellos podía saberlo todavía, pero en Patricios ya había corrido sangre. Poco después del copamiento rebelde, por la entrada principal del RI 1 conocida como "Puesto Flores" ingresó el suboficial mayor Jorge Matías, que vio a tres hombres que intentaban bloquear la puerta de la avenida Bullrich con un camión grúa. Un capitán, fusil en mano, le dijo que la unidad estaba tomada. Matías dio media vuelta para irse por donde había venido y recibió un balazo que lo hirió de gravedad en el pie. [/QUOTE]
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