Menú
Inicio
Visitar el Sitio Zona Militar
Foros
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Qué hay de nuevo
Nuevos mensajes
Última actividad
Miembros
Visitantes actuales
Entrar
Registrarse
Novedades
Buscar
Buscar
Buscar sólo en títulos
Por:
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Menú
Entrar
Registrarse
Inicio
Foros
Area Militar General
Conflictos Contemporáneos
El Conflicto Interno en Colombia
JavaScript is disabled. For a better experience, please enable JavaScript in your browser before proceeding.
Estás usando un navegador obsoleto. No se pueden mostrar estos u otros sitios web correctamente.
Se debe actualizar o usar un
navegador alternativo
.
Responder al tema
Mensaje
<blockquote data-quote="Caballero Negro" data-source="post: 1824988" data-attributes="member: 28917"><p><span style="font-size: 18px"><strong>Candidez pacifista</strong></span></p><p>A las Farc les encantan las treguas porque saben que pueden fortalecerse y multiplicar sus frentes.</p><p></p><p>Al terminar la semana, el presidente Juan Manuel Santos anunció que está de un cacho el acuerdo sobre las víctimas, en la mesa de La Habana. Buena noticia. Pero no basta para aliviar el escepticismo del país frente al desenlace del proceso con las Farc. Mucho más impacto tuvieron, horas antes, las imágenes de la inmensa mancha de petróleo que, por un atentado de las Farc, cubría el jueves 7 kilómetros de playas en Tumaco, amenazaba humedales y ciénagas de la zona, y paralizaba las actividades de pesca de algunos de los colombianos más pobres. Al mismo tiempo, en el colmo del cinismo, las Farc elogiaban la encíclica papal en defensa del medioambiente.</p><p></p><p>A pocos días de que termine el primer semestre, el acuerdo fundamental –justicia transicional y desmovilización definitiva de las Farc– no asoma en el horizonte. Y pensar que el Gobierno creyó que podría refrendarlo en las elecciones regionales de octubre, algo que resulta imposible aun si se firma pronto, pues haría falta una ley de referendo que pasara por el Congreso y luego fuera visada por la Corte Constitucional.</p><p></p><p>Los defensores a ultranza de la mesa de La Habana –yo la defiendo como un intento válido, pero no renuncio a señalar sus riesgos y su lentitud– creen que urge un nuevo acuerdo para bajar la intensidad del conflicto, incluso un cese del fuego bilateral. Aseguran que, a principios del año, cuando las Farc mantuvieron una tregua unilateral y el Gobierno suspendió los bombardeos, el respaldo de la opinión al proceso aumentó de modo significativo por el descenso, también significativo, de la actividad violenta.</p><p></p><p>Y es verdad, así lo indican las encuestas de entonces. Ante la ausencia de hechos de guerra, los colombianos vieron claros beneficios en el proceso. Pero es una verdad a medias porque omite un hecho fundamental: también fue el período en que la mesa de La Habana se paralizó. Las Farc se dedicaron a tomar el pelo a la delegación del Gobierno con un viejo truco que conocen bien: si después de horas de discusión la jornada termina con algún avance, al día siguiente los delegados guerrilleros vuelven a arrancar desde el principio, como si el avance jamás se hubiese dado. Ocurrió en la Uribe en los 80, en Caracas y Tlaxcala en los 90, en el Caguán a principios de siglo, y ahora en La Habana.</p><p></p><p>A las Farc les encanta eso y les encantan las treguas –sobre todo si las Fuerzas Armadas no bombardean– porque saben que pueden fortalecerse y multiplicar sus frentes, como lo hicieron hace más de 30 años, durante el cese del fuego que pactaron con el gobierno de Belisario Betancur. Hemos visto ahora cómo usaron el periodo sin bombardeos para recuperar iniciativa en las zonas donde tienen mayor fortaleza (Cauca, Nariño, Putumayo, Caquetá), pero también para tratar de revivir frentes que desaparecieron en otras zonas, en tiempos de la seguridad democrática de Álvaro Uribe.</p><p></p><p>Por eso me sorprende que haya tantas voces de supuestos expertos que proponen que la mesa de La Habana pacte un cese bilateral antes de firmar el acuerdo definitivo. ¡Es como si el país nada hubiese aprendido del pasado! Ese pasado enseña que lo único que empuja la negociación es golpear militarmente a las Farc.</p><p></p><p>Las derrotas que les propinaron las Fuerzas Armadas del 2000 en adelante fueron la clave para que aceptaran sentarse a negociar lo que nunca habían querido siquiera discutir: el fin del conflicto y el fin de las Farc como grupo armado. Pero apenas el Estado alivió la ofensiva, a inicios de año, ‘Timochenko’ y sus secuaces se sintieron cómodos y frenaron la negociación. Ojalá que, en su afán de firmar un acuerdo, el Presidente no caiga en la candidez pacifista de aceptar un cese bilateral que solo debe darse cuando haya un acuerdo definitivo.</p><p></p><p>Mauricio Vargas</p><p><a href="mailto:mvargaslina@hotmail.com">mvargaslina@hotmail.com</a> </p><p></p><p>Fuente: <a href="http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/candidez-pacifista/16014675">http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/candidez-pacifista/16014675</a></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Caballero Negro, post: 1824988, member: 28917"] [SIZE=5][B]Candidez pacifista[/B][/SIZE] A las Farc les encantan las treguas porque saben que pueden fortalecerse y multiplicar sus frentes. Al terminar la semana, el presidente Juan Manuel Santos anunció que está de un cacho el acuerdo sobre las víctimas, en la mesa de La Habana. Buena noticia. Pero no basta para aliviar el escepticismo del país frente al desenlace del proceso con las Farc. Mucho más impacto tuvieron, horas antes, las imágenes de la inmensa mancha de petróleo que, por un atentado de las Farc, cubría el jueves 7 kilómetros de playas en Tumaco, amenazaba humedales y ciénagas de la zona, y paralizaba las actividades de pesca de algunos de los colombianos más pobres. Al mismo tiempo, en el colmo del cinismo, las Farc elogiaban la encíclica papal en defensa del medioambiente. A pocos días de que termine el primer semestre, el acuerdo fundamental –justicia transicional y desmovilización definitiva de las Farc– no asoma en el horizonte. Y pensar que el Gobierno creyó que podría refrendarlo en las elecciones regionales de octubre, algo que resulta imposible aun si se firma pronto, pues haría falta una ley de referendo que pasara por el Congreso y luego fuera visada por la Corte Constitucional. Los defensores a ultranza de la mesa de La Habana –yo la defiendo como un intento válido, pero no renuncio a señalar sus riesgos y su lentitud– creen que urge un nuevo acuerdo para bajar la intensidad del conflicto, incluso un cese del fuego bilateral. Aseguran que, a principios del año, cuando las Farc mantuvieron una tregua unilateral y el Gobierno suspendió los bombardeos, el respaldo de la opinión al proceso aumentó de modo significativo por el descenso, también significativo, de la actividad violenta. Y es verdad, así lo indican las encuestas de entonces. Ante la ausencia de hechos de guerra, los colombianos vieron claros beneficios en el proceso. Pero es una verdad a medias porque omite un hecho fundamental: también fue el período en que la mesa de La Habana se paralizó. Las Farc se dedicaron a tomar el pelo a la delegación del Gobierno con un viejo truco que conocen bien: si después de horas de discusión la jornada termina con algún avance, al día siguiente los delegados guerrilleros vuelven a arrancar desde el principio, como si el avance jamás se hubiese dado. Ocurrió en la Uribe en los 80, en Caracas y Tlaxcala en los 90, en el Caguán a principios de siglo, y ahora en La Habana. A las Farc les encanta eso y les encantan las treguas –sobre todo si las Fuerzas Armadas no bombardean– porque saben que pueden fortalecerse y multiplicar sus frentes, como lo hicieron hace más de 30 años, durante el cese del fuego que pactaron con el gobierno de Belisario Betancur. Hemos visto ahora cómo usaron el periodo sin bombardeos para recuperar iniciativa en las zonas donde tienen mayor fortaleza (Cauca, Nariño, Putumayo, Caquetá), pero también para tratar de revivir frentes que desaparecieron en otras zonas, en tiempos de la seguridad democrática de Álvaro Uribe. Por eso me sorprende que haya tantas voces de supuestos expertos que proponen que la mesa de La Habana pacte un cese bilateral antes de firmar el acuerdo definitivo. ¡Es como si el país nada hubiese aprendido del pasado! Ese pasado enseña que lo único que empuja la negociación es golpear militarmente a las Farc. Las derrotas que les propinaron las Fuerzas Armadas del 2000 en adelante fueron la clave para que aceptaran sentarse a negociar lo que nunca habían querido siquiera discutir: el fin del conflicto y el fin de las Farc como grupo armado. Pero apenas el Estado alivió la ofensiva, a inicios de año, ‘Timochenko’ y sus secuaces se sintieron cómodos y frenaron la negociación. Ojalá que, en su afán de firmar un acuerdo, el Presidente no caiga en la candidez pacifista de aceptar un cese bilateral que solo debe darse cuando haya un acuerdo definitivo. Mauricio Vargas [EMAIL]mvargaslina@hotmail.com[/EMAIL] Fuente: [URL]http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/candidez-pacifista/16014675[/URL] [/QUOTE]
Insertar citas…
Verificación
Libertador de Argentina
Responder
Inicio
Foros
Area Militar General
Conflictos Contemporáneos
El Conflicto Interno en Colombia
Este sitio usa cookies. Para continuar usando este sitio, se debe aceptar nuestro uso de cookies.
Aceptar
Más información.…
Arriba