Menú
Inicio
Visitar el Sitio Zona Militar
Foros
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Qué hay de nuevo
Nuevos mensajes
Última actividad
Miembros
Visitantes actuales
Entrar
Registrarse
Novedades
Buscar
Buscar
Buscar sólo en títulos
Por:
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Menú
Entrar
Registrarse
Inicio
Foros
Area Militar General
Conflictos Contemporáneos
El ejercito Brasilero pacificando favelas...un "espejo" para nuestras FFAA???
JavaScript is disabled. For a better experience, please enable JavaScript in your browser before proceeding.
Estás usando un navegador obsoleto. No se pueden mostrar estos u otros sitios web correctamente.
Se debe actualizar o usar un
navegador alternativo
.
Responder al tema
Mensaje
<blockquote data-quote="TORDO79" data-source="post: 2314079" data-attributes="member: 3802"><p>Continua....</p><p></p><p><strong><u>PREPARACIÓN DE LA TROPA</u></strong></p><p></p><p>Vale la pena destacar que los primeros cursos de operaciones del Ejército brasileño –precursor del paracaidismo, operaciones especiales y acciones de comandos– nacieron en la Brigada de Infantería Paracaidista en las décadas de los 50 y los 60. Asimismo, en 1964 se creó el Centro de Instrucción de Guerra en la Selva (CIGS) y en 1967, la Sección de Instrucción Especial de la Academia Militar de las Agujas Negras (AMAN). Ambas instituciones contaron con oficiales paracaidistas como instructores. De este modo, se puede considerar a la Brigada de Infanterَía Paracaidista como pionera en las operaciones especiales del Ejército brasileño, en particular, en lo relativo a las tácticas, técnicas y procedimientos (TTP) de los operativos contra la guerrilla que posteriormente se transmitieron al resto de la Fuerza Terrestre.</p><p></p><p>El nuevo Manual de Operaciones de Pacificación del Ejército Brasileño (EB20-MC-10.217) establece tres fases para el empleo de la Fuerza Terrestre en las operaciones de pacificación: intervención, estabilización y normalización [8] . Durante la fase de intervención, el centro principal son las acciones coercitivas, tanto en el ambiente urbano como rural. En la fase de estabilización, hay un equilibrio entre las acciones coercitivas y las constructivas, mientras que en la fase de normalización predominan las acciones constructivas para desarrollar un ambiente favorable para la recuperación del control por parte del Estado sobre el área pacificada. [9]</p><p></p><p>Para llevar a cabo acciones coercitivas aplicando el poder de combate terrestre, normalmente en acciones conjuntas para neutralizar a las fuerzas oponentes, resulta imperioso que la fuerza de pacificación tenga la capacidad de planificar y ejecutar operaciones contra fuerzas irregulares en ambientes urbanos y rurales.</p><p></p><p>Las operaciones contra fuerzas irregulares incluyen: operaciones de bloqueo de apoyo externo, operaciones de control de la población y los recursos locales, operaciones de tipo policiales, operaciones de recuperación de infraestructura básica y de asistencia humanitaria y operaciones de combate contra la guerrilla, antiterroristas (acciones defensivas de carácter preventivo) y contraterrorismo (acciones ofensivas de carácter represivo realizadas exclusivamente por la fuerza de operaciones especiales).</p><p></p><p>No se debe ignorar el hecho que los grupos extremistas violentos asociados a organizaciones delictivas tales como las FARC, Sendero Luminoso, el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y Hezbolá actúan en países limítrofes y constituyen una amenaza a la paz y a la seguridad nacional porque vulneran nuestras fronteras con el contrabando y el tráfico de armas, drogas, personas e incluso, en el peor de los casos, mediante la ejecución de acciones terroristas dentro del territorio brasileño. La coyuntura actual destaca la importancia de la preparación de las brigadas de infantería para operaciones contra las fuerzas irregulares.</p><p></p><p>Las operaciones en su amplio espectro, y en particular las operaciones contra las fuerzas irregulares que se concentran más en la contra guerrilla y el antiterrorismo, se han destacado bastante en el entrenamiento de la tropa paracaidista brasileña. En 2012, 2013 y 2014, la Operación Saci, un ejercicio tradicional del programa de entrenamiento avanzado, se planificó y ejecutó con la tropa dentro de un marco de conflicto irregular asimétrico extra regional en el que la Brigada era parte de la fuerza militar de una coalición multinacional e iniciaba su emplazamiento estratégico a través de una incursión aeroterrestre en el Área de Operaciones.</p><p></p><p><strong><u>EMPLEO DE LA TROPA</u></strong></p><p></p><p><strong><u>Inteligencia</u></strong></p><p></p><p>Una condición imprescindible para el éxito de las operaciones de pacificación es tener un sistema de inteligencia preciso y eficaz. Con tal fin, se estableció una central de inteligencia bajo la dirección del oficial de inteligencia (D/2), integrada por el personal de la Sección de Inteligencia de la Brigada de Infantería Paracaidista y con el apoyo de efectivos de inteligencia y contrainteligencia del Centro de Inteligencia del Ejército (CIE). Fue de vital importancia realizar reuniones periódicas del comando de la fuerza de pacificación con representantes de los organismos de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Río de Janeiro, la Policía Federal, la Policía Civil y la Policía Militar, a fin de establecer vínculos personales que motivaran la confianza mutua y facilitaran los canales técnicos para compartir, analizar y difundir información.</p><p></p><p>La planificación y la dirección de las operaciones de la Fuerza de Pacificación Maré fueron facilitadas por el levantamiento estratégico del área realizado y actualizado en años anteriores ante la el empleo hipotético de la Brigada de Infantería Paracaidista en el Área de Operaciones. Sin embargo, tras iniciar las operaciones se tuvo que compensar por la falta de un estudio previo sobre el terreno humano a consecuencia de la cultura de combate convencional de la inteligencia concentrada en el enemigo mediante operaciones de reconocimiento especiales por parte de la fuerza de tarea de operaciones especiales y a través del trabajo del Destacamento de Operaciones de Apoyo a la Información (DOAI) de la Célula de Cooperación Civil Militar (CIMIC) y de las secciones de inteligencia de la fuerza de pacificación, las fuerzas de tarea del Batallón de Infantería Paracaidista y del Grupo Operativo de Infantes de Marina. Esto destaca la necesidad de contar con equipos de terreno humano integrados por especialistas civiles y subordinados a la Célula de Operaciones de Información.</p><p></p><p>En 2011, luego del inicio de la operación de pacificación de los complejos de favelas de Alemão y Penha, el CIE introdujo algunas directivas en el entrenamiento de los grupos para la constitución y el funcionamiento de las células de inteligencia de la compañía [10] , aprovechando los conocimientos adquiridos por el Ejército y por los Infantes de Marina de los EE. UU. en la guerra de Afganistán. [11]</p><p></p><p>Aprovechando la experiencia brasileña en operaciones de pacificación durante la Operación Arcángel, la Brigada de Infantería Paracaidista estableció el uso de dichas células en todas las compañías de operaciones de la Fuerza de Pacificación Maré debido a que son los grupos más pequeños inmersos en el terreno humano los que tienen las mejores condiciones para obtener datos.</p><p></p><p>La célula de inteligencia, integrada por el subcomandante de la compañía y los sargentos de la sección de comando, debía coordinar los datos obtenidos por los pelotones y grupos de combate y realizar informes al momento de partida y regreso de las patrullas a la base de la compañía, quedando en condiciones de presentar regularmente una actualización breve del escenario de inteligencia al comandante de la compañía y al S/2 en su subsector. [12]</p><p></p><p>A diferencia de las operaciones de combate convencional, las operaciones de pacificación no dependen en gran medida de las agencias de inteligencia de los escalafones superiores de la Fuerza Terrestre. La fuerza de pacificación recibía cerca de 90 por ciento de los datos válidos de inteligencia de los escalafones subordinados, de los datos obtenidos por las células de inteligencia de las compañías. Otra fuente pertinente fueron los informantes, que se comunicaban mediante contactos personales, utilizando la aplicación WhatsApp o a través del número llame-a-la-pacificación que implementó la fuerza de pacificación.</p><p></p><p>La inteligencia de imágenes (IMINT) se obtuvo a través de imágenes satelitales, la vigilancia con helicópteros y un sistema de aeronaves no tripuladas (SARP) del Grupo Operativo de Infantes de Marina conocido como Carcará II de fabricación brasileña. La inteligencia de señales (SIGINT) la obtuvo la célula de guerra electrónica de la fuerza de pacificación y las patrullas que incautaban equipos de radio de los "olheiros" [13] y monitoreaban las comunicaciones de las facciones que permitieron obtener información valiosa, tal como sus posiciones, rutinas, planes, formas de actuación y señales de alerta en cuanto a la aproximación de las tropas.</p><p></p><p>El uso del sistema ojo de águila (FLIR) de la Aviación del Ejército permitió monitorear las diversas operaciones ejecutadas por la tropa en tiempo real desde la base de operaciones de la fuerza de pacificación, garantizando conciencia situacional y facilitando la toma de decisiones del comando. La capacidad de generar imágenes térmicas de las aeronaves HS-1 Seahawk de la Armada y HA-1 Esquilo del Ejército, permitió identificar con total nitidez a individuos armados con fusiles y pistolas que se desplazaban durante la noche dentro del Área de Operaciones.</p><p></p><p>Aunque la IMINT y la SIGINT hayan sido de vital importancia, nada sustituye a la inteligencia humana (HUMINT) que se obtuvo a través del contacto cotidiano con la población local. Para lograrlo, era necesario que la población de Maré se sintiese lo suficientemente segura como para brindar información sin temor a represalias por parte de los traficantes o de las milicias. El punto clave para lograr ese objetivo fue tratar a la población local con dignidad y respeto dentro de los principios de la ley y los derechos humanos con la finalidad de atenuar las reacciones negativas que pudiesen resultar de las operaciones de rastrillaje (acción exploratoria) y de búsqueda y detención (acción dirigida).</p><p></p><p><strong><u>Maniobra</u></strong></p><p></p><p>En las operaciones contra las fuerzas irregulares, uno de los principales objetivos consiste en brindar seguridad a la población para alejarla de las fuerzas de la oposición y garantizar un ambiente libre de violencia y miedo. En ese marco, las personas no constituyen un medio para lograr un objetivo, pues ellas son el objetivo.</p><p></p><p>Este tipo de operación emplea gran número de efectivos militares. Aunque las necesidades varíen de acuerdo al ambiente operacional y las circunstancias, una regla empírica que se estableció con base en el número de militares emplazados el primer año de ocho operaciones sólidas de imposición de la paz [14] indica que para ser exitosa una operación necesita 13 efectivos de las fuerzas de seguridad (Fuerzas Armadas, policía y otras instituciones de ese orden) por cada 1.000 habitantes. [15] El manual del Operaciones de Contrainsurgencia del Ejército de los Estados Unidos, también en base a datos históricos, establece en 20 a 25 el número de efectivos por cada 1.000 habitantes. [16] La Fuerza de Pacificación Maré empleó 18 militares por cada 1.000 habitantes, un número adecuado para la naturaleza de esa misión.</p><p></p><p>La operación se inició con el bloqueo de todas las vías de acceso del perímetro del Área de Operaciones mediante la instalación de puntos de bloqueo seguida por la embestida con el resto de la tropa que recorría tanto a pie como en vehículos todas las calles, rincones y pasadizos; la sustitución de los efectivos de la PMERJ y la ocupación efectiva del Área de Operaciones por la fuerza de pacificación.</p><p></p><p>Para aprovechar el efecto sorpresa, la ofensiva y la disuasión –características particulares de las tropas paracaidistas– se planificó una acción preliminar nocturna con infiltración aeroterrestre a través de un equipo de exploradores que saltaría en caída libre operacional (HALO) dentro de la favela de Maré; sin embargo no se dieron las condiciones para realizarla.</p><p></p><p>Una fuerza militar no puede ser obligada a trasladarse diariamente al área bajo su protección, por el contrario, debe convivir con la población que tiene la obligación de defender. Para lograrlo, la situación ideal sería el emplazamiento de las bases de operaciones de las compañías dentro de sus subsectores. Debido a la dificultad de obtener instalaciones apropiadas cuyos propietarios no temiesen posibles represalias, la fuerza de pacificación solo pudo desplegar una compañía de artilleros dentro de su subsector. Sin embargo, como contaban con cuarteles del Ejército y de la Fuerza Aérea dentro del Área de Operaciones y los alrededores, esto hizo que la ocupación de las bases fuese relativamente segura y cómoda para la tropa.</p><p></p><p>A partir del momento en que ocuparon los sectores de los que eran responsables, cada elemento de la maniobra inició un intenso patrullaje diurno y nocturno a pie motorizado y mecanizado; establecieron puntos fuertes en lugares estratégicos y puestos de control para revisar a personas y vehículos. El cambio constante de los itinerarios y los horarios de las patrullas combinado con otras acciones tácticas evitaba que estableciéramos rutinas para obtener la iniciativa y el efecto sorpresa.</p><p></p><p>En el límite oriental del Área de Operaciones, la 1ª Compañía de Ingeniería de Combate Paracaidista y la Fuerza Terrestre de Operaciones Especiales mantuvieron vigilancia permanente en botes inflables e hicieron patrullaje marítimo del canal que ingresa a la Bahía de Guanabara con el propósito de impedir la entrada de armas y drogas por dicha vía.</p><p></p><p>La presencia permanente y la actitud disuasiva de la tropa en las calles, principalmente el patrullaje a pie, además de reducir la libertad de acción de las facciones, coadyuvaron a conseguir el apoyo de la población y consecuentemente a obtener información. Para atenuar la desconfianza y el descontento inicial de la población local con la presencia de la tropa se realizaron varias acciones cívico sociales.</p><p></p><p>En varias operaciones de rastrillaje se utilizaron perros rastreadores de la Brigada de Infantería Paracaidista o del Batallón de Acciones con Canes de la PMERJ a fin de localizar escondites de armas y drogas. También se emplearon perros de ataque en operaciones de control de disturbios para lograr un efecto disuasivo.</p><p></p><p>El empleo del 1er Escuadrón de Caballería Paracaidista, reserva de la Fuerza de Pacificación, en el patrullaje de toda el Área de Operaciones mantuvo a la reserva lista para actuar en todos los sectores con un conocimiento apropiado de los terrenos físico y humano y una alta capacidad de respuesta rápida. Además, el uso de motocicletas todoterreno con un conductor y un francotirador equipados con cámaras tácticas tipo GoPro aumentó significativamente la movilidad y la capacidad de reconocimiento en un entorno urbano lleno de escondrijos y pasadizos.</p><p></p><p>Basado en las operaciones exitosas del destacamento de operaciones especiales en misiones de paz del batallón brasileño de la Fuerza de la Paz en Haití, se empleó por primera vez una fuerza terrestre de operaciones especiales como parte de una fuerza de pacificación. Esto solamente confirmó el nivel de preparación técnico-profesional adecuado y el efecto multiplicador de la fuerza de los especialistas en guerras irregulares. Bajo el mando del comandante del 1er Batallón de Fuerzas Especiales conformada por operadores de fuerzas especiales, comandos, francotiradores, especialistas en operaciones de apoyo a la información y paracaidistas exploradores, la Fuerza Terrestre de Operaciones Especiales realizó acciones directas e indirectas para cumplir su misión.</p><p></p><p>La operación interagencial para buscar y detener a uno de los cabecillas delictivos más buscados es un ejemplo de acción directa con excelentes resultados. Una vez obtenida su ubicación exacta a través de un informante, la fuerza de pacificación cercó un área de edificios en una acción rápida y precisa con el Escuadrón Mecanizado de Caballería mientras un equipo táctico de la Fuerza Terrestre de Operaciones Especiales, con refuerzos de la policía federal del Comando de Operaciones Tácticas, irrumpió en el departamento y detuvo a dos delincuentes armados, evitando en el acto causar daños colaterales a dos mujeres menores de edad que los acompañaban. Semejante al empleo heterodoxo del Team Tank –un escuadrón de vehículos de combate M1 Abrams que sirvió de apoyo a las acciones de las Fuerzas Especiales norteamericanas en Irak occidental en 2003 [17] –, el apoyo del Escuadrón Mecanizado de Caballería a la Fuerza de Tarea de Operaciones Especiales demostró la total integración, coordinación y sincronización que debe existir entre las fuerzas convencionales y las fuerzas de operaciones especiales.</p><p></p><p>Vale la pena destacar que las acciones indirectas –propias de los operadores de las fuerzas especiales– han sido vitales en lograr el apoyo activo de la población. Entre esas acciones se destacan el asesoramiento del Destacamento de Operaciones de Fuerzas Especiales y del DOAI al Comando de la Fuerza de Pacificación y a los comandantes de cada sector en el enlace con las diversas agencias civiles y en la realización de reuniones del comando de área. En general, los líderes locales saben quiénes son los comandantes y se sentirían menospreciados si los comandantes mandasen regularmente a sus subordinados a entablar conversaciones con ellos. Es por ello que mediante el contacto personal, los comandantes lograron comprender mejor las costumbres, inclinaciones, aspiraciones y comportamiento de la población y así pudieron prever sus acciones. Con frecuencia, esos contactos brindaron información valiosa.</p><p></p><p>Otra acción indirecta muy eficaz fue la actuación del DOAI en la difusión de mensajes a través de altavoces (AV) y panfletos. Durante la misión, los vehículos ligeros con AV se tuvieron que sustituir por vehículos blindados de trasporte de personal (VBTP), debido a que eran el blanco frecuente de los disparos de los malhechores.</p><p></p><p>En palabras de Mark Moyar, Doctor en Historia de la Universidad de Operaciones Especiales Conjuntas , "[...] las Operaciones de Estabilización de Poblaciones (VSO, por su sigla en inglés) han demostrado fehacientemente el valor de las acciones de enfoque indirecto como un complemento necesario a las acciones directas para lograr la estabilidad". [18]</p><p></p><p>Las operaciones interagenciales constituyen uno de los mayores desafíos y aunque exigen aunar esfuerzos, no pueden prescindir de la unidad de comando dentro del Área de Operaciones en las que las fuerzas de seguridad están subordinadas a una sola autoridad militar –el comandante de la fuerza de pacificación.</p><p></p><p>El terreno de la información tiene tanta importancia como el terreno físico y el terreno humano. Es de suma importancia el modo en que la población percibe la realidad. El control de la narrativa no se limita solo a comunicar bien, sino a comunicar primero. [19] Por tanto, los comandantes deben tener una actitud proactiva y estar en contacto frecuente con los medios de comunicación, cuya presencia constante y capacidad de difusión inmediata influyen decisivamente en las operaciones militares contemporáneas. Desde la perspectiva del Coronel Mansoor, Comandante de la Brigada Ready First en Irak, "solicitar aprobación de todos y cada uno de los mensajes, haciendo que recorran la cadena de mandos de arriba hacia abajo es la receta perfecta para el fracaso" . [20] El comandante de la fuerza de pacificación, el oficial de operaciones de información y el oficial de comunicación social participaban semanalmente en un programa de radio comunitaria local en el que interactuaban en vivo con los oyentes, respondían a sus preguntas e informaban sobre las actividades de la fuerza de pacificación con el propósito de ganarse la confianza y el apoyo de la población local y de la opinión pública. Conquistar los corazones y las mentes es absolutamente fundamental en las operaciones de pacificación.</p><p></p><p>Continua...</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="TORDO79, post: 2314079, member: 3802"] Continua.... [B][U]PREPARACIÓN DE LA TROPA[/U][/B] Vale la pena destacar que los primeros cursos de operaciones del Ejército brasileño –precursor del paracaidismo, operaciones especiales y acciones de comandos– nacieron en la Brigada de Infantería Paracaidista en las décadas de los 50 y los 60. Asimismo, en 1964 se creó el Centro de Instrucción de Guerra en la Selva (CIGS) y en 1967, la Sección de Instrucción Especial de la Academia Militar de las Agujas Negras (AMAN). Ambas instituciones contaron con oficiales paracaidistas como instructores. De este modo, se puede considerar a la Brigada de Infanterَía Paracaidista como pionera en las operaciones especiales del Ejército brasileño, en particular, en lo relativo a las tácticas, técnicas y procedimientos (TTP) de los operativos contra la guerrilla que posteriormente se transmitieron al resto de la Fuerza Terrestre. El nuevo Manual de Operaciones de Pacificación del Ejército Brasileño (EB20-MC-10.217) establece tres fases para el empleo de la Fuerza Terrestre en las operaciones de pacificación: intervención, estabilización y normalización [8] . Durante la fase de intervención, el centro principal son las acciones coercitivas, tanto en el ambiente urbano como rural. En la fase de estabilización, hay un equilibrio entre las acciones coercitivas y las constructivas, mientras que en la fase de normalización predominan las acciones constructivas para desarrollar un ambiente favorable para la recuperación del control por parte del Estado sobre el área pacificada. [9] Para llevar a cabo acciones coercitivas aplicando el poder de combate terrestre, normalmente en acciones conjuntas para neutralizar a las fuerzas oponentes, resulta imperioso que la fuerza de pacificación tenga la capacidad de planificar y ejecutar operaciones contra fuerzas irregulares en ambientes urbanos y rurales. Las operaciones contra fuerzas irregulares incluyen: operaciones de bloqueo de apoyo externo, operaciones de control de la población y los recursos locales, operaciones de tipo policiales, operaciones de recuperación de infraestructura básica y de asistencia humanitaria y operaciones de combate contra la guerrilla, antiterroristas (acciones defensivas de carácter preventivo) y contraterrorismo (acciones ofensivas de carácter represivo realizadas exclusivamente por la fuerza de operaciones especiales). No se debe ignorar el hecho que los grupos extremistas violentos asociados a organizaciones delictivas tales como las FARC, Sendero Luminoso, el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y Hezbolá actúan en países limítrofes y constituyen una amenaza a la paz y a la seguridad nacional porque vulneran nuestras fronteras con el contrabando y el tráfico de armas, drogas, personas e incluso, en el peor de los casos, mediante la ejecución de acciones terroristas dentro del territorio brasileño. La coyuntura actual destaca la importancia de la preparación de las brigadas de infantería para operaciones contra las fuerzas irregulares. Las operaciones en su amplio espectro, y en particular las operaciones contra las fuerzas irregulares que se concentran más en la contra guerrilla y el antiterrorismo, se han destacado bastante en el entrenamiento de la tropa paracaidista brasileña. En 2012, 2013 y 2014, la Operación Saci, un ejercicio tradicional del programa de entrenamiento avanzado, se planificó y ejecutó con la tropa dentro de un marco de conflicto irregular asimétrico extra regional en el que la Brigada era parte de la fuerza militar de una coalición multinacional e iniciaba su emplazamiento estratégico a través de una incursión aeroterrestre en el Área de Operaciones. [B][U]EMPLEO DE LA TROPA[/U][/B] [B][U]Inteligencia[/U][/B] Una condición imprescindible para el éxito de las operaciones de pacificación es tener un sistema de inteligencia preciso y eficaz. Con tal fin, se estableció una central de inteligencia bajo la dirección del oficial de inteligencia (D/2), integrada por el personal de la Sección de Inteligencia de la Brigada de Infantería Paracaidista y con el apoyo de efectivos de inteligencia y contrainteligencia del Centro de Inteligencia del Ejército (CIE). Fue de vital importancia realizar reuniones periódicas del comando de la fuerza de pacificación con representantes de los organismos de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Río de Janeiro, la Policía Federal, la Policía Civil y la Policía Militar, a fin de establecer vínculos personales que motivaran la confianza mutua y facilitaran los canales técnicos para compartir, analizar y difundir información. La planificación y la dirección de las operaciones de la Fuerza de Pacificación Maré fueron facilitadas por el levantamiento estratégico del área realizado y actualizado en años anteriores ante la el empleo hipotético de la Brigada de Infantería Paracaidista en el Área de Operaciones. Sin embargo, tras iniciar las operaciones se tuvo que compensar por la falta de un estudio previo sobre el terreno humano a consecuencia de la cultura de combate convencional de la inteligencia concentrada en el enemigo mediante operaciones de reconocimiento especiales por parte de la fuerza de tarea de operaciones especiales y a través del trabajo del Destacamento de Operaciones de Apoyo a la Información (DOAI) de la Célula de Cooperación Civil Militar (CIMIC) y de las secciones de inteligencia de la fuerza de pacificación, las fuerzas de tarea del Batallón de Infantería Paracaidista y del Grupo Operativo de Infantes de Marina. Esto destaca la necesidad de contar con equipos de terreno humano integrados por especialistas civiles y subordinados a la Célula de Operaciones de Información. En 2011, luego del inicio de la operación de pacificación de los complejos de favelas de Alemão y Penha, el CIE introdujo algunas directivas en el entrenamiento de los grupos para la constitución y el funcionamiento de las células de inteligencia de la compañía [10] , aprovechando los conocimientos adquiridos por el Ejército y por los Infantes de Marina de los EE. UU. en la guerra de Afganistán. [11] Aprovechando la experiencia brasileña en operaciones de pacificación durante la Operación Arcángel, la Brigada de Infantería Paracaidista estableció el uso de dichas células en todas las compañías de operaciones de la Fuerza de Pacificación Maré debido a que son los grupos más pequeños inmersos en el terreno humano los que tienen las mejores condiciones para obtener datos. La célula de inteligencia, integrada por el subcomandante de la compañía y los sargentos de la sección de comando, debía coordinar los datos obtenidos por los pelotones y grupos de combate y realizar informes al momento de partida y regreso de las patrullas a la base de la compañía, quedando en condiciones de presentar regularmente una actualización breve del escenario de inteligencia al comandante de la compañía y al S/2 en su subsector. [12] A diferencia de las operaciones de combate convencional, las operaciones de pacificación no dependen en gran medida de las agencias de inteligencia de los escalafones superiores de la Fuerza Terrestre. La fuerza de pacificación recibía cerca de 90 por ciento de los datos válidos de inteligencia de los escalafones subordinados, de los datos obtenidos por las células de inteligencia de las compañías. Otra fuente pertinente fueron los informantes, que se comunicaban mediante contactos personales, utilizando la aplicación WhatsApp o a través del número llame-a-la-pacificación que implementó la fuerza de pacificación. La inteligencia de imágenes (IMINT) se obtuvo a través de imágenes satelitales, la vigilancia con helicópteros y un sistema de aeronaves no tripuladas (SARP) del Grupo Operativo de Infantes de Marina conocido como Carcará II de fabricación brasileña. La inteligencia de señales (SIGINT) la obtuvo la célula de guerra electrónica de la fuerza de pacificación y las patrullas que incautaban equipos de radio de los "olheiros" [13] y monitoreaban las comunicaciones de las facciones que permitieron obtener información valiosa, tal como sus posiciones, rutinas, planes, formas de actuación y señales de alerta en cuanto a la aproximación de las tropas. El uso del sistema ojo de águila (FLIR) de la Aviación del Ejército permitió monitorear las diversas operaciones ejecutadas por la tropa en tiempo real desde la base de operaciones de la fuerza de pacificación, garantizando conciencia situacional y facilitando la toma de decisiones del comando. La capacidad de generar imágenes térmicas de las aeronaves HS-1 Seahawk de la Armada y HA-1 Esquilo del Ejército, permitió identificar con total nitidez a individuos armados con fusiles y pistolas que se desplazaban durante la noche dentro del Área de Operaciones. Aunque la IMINT y la SIGINT hayan sido de vital importancia, nada sustituye a la inteligencia humana (HUMINT) que se obtuvo a través del contacto cotidiano con la población local. Para lograrlo, era necesario que la población de Maré se sintiese lo suficientemente segura como para brindar información sin temor a represalias por parte de los traficantes o de las milicias. El punto clave para lograr ese objetivo fue tratar a la población local con dignidad y respeto dentro de los principios de la ley y los derechos humanos con la finalidad de atenuar las reacciones negativas que pudiesen resultar de las operaciones de rastrillaje (acción exploratoria) y de búsqueda y detención (acción dirigida). [B][U]Maniobra[/U][/B] En las operaciones contra las fuerzas irregulares, uno de los principales objetivos consiste en brindar seguridad a la población para alejarla de las fuerzas de la oposición y garantizar un ambiente libre de violencia y miedo. En ese marco, las personas no constituyen un medio para lograr un objetivo, pues ellas son el objetivo. Este tipo de operación emplea gran número de efectivos militares. Aunque las necesidades varíen de acuerdo al ambiente operacional y las circunstancias, una regla empírica que se estableció con base en el número de militares emplazados el primer año de ocho operaciones sólidas de imposición de la paz [14] indica que para ser exitosa una operación necesita 13 efectivos de las fuerzas de seguridad (Fuerzas Armadas, policía y otras instituciones de ese orden) por cada 1.000 habitantes. [15] El manual del Operaciones de Contrainsurgencia del Ejército de los Estados Unidos, también en base a datos históricos, establece en 20 a 25 el número de efectivos por cada 1.000 habitantes. [16] La Fuerza de Pacificación Maré empleó 18 militares por cada 1.000 habitantes, un número adecuado para la naturaleza de esa misión. La operación se inició con el bloqueo de todas las vías de acceso del perímetro del Área de Operaciones mediante la instalación de puntos de bloqueo seguida por la embestida con el resto de la tropa que recorría tanto a pie como en vehículos todas las calles, rincones y pasadizos; la sustitución de los efectivos de la PMERJ y la ocupación efectiva del Área de Operaciones por la fuerza de pacificación. Para aprovechar el efecto sorpresa, la ofensiva y la disuasión –características particulares de las tropas paracaidistas– se planificó una acción preliminar nocturna con infiltración aeroterrestre a través de un equipo de exploradores que saltaría en caída libre operacional (HALO) dentro de la favela de Maré; sin embargo no se dieron las condiciones para realizarla. Una fuerza militar no puede ser obligada a trasladarse diariamente al área bajo su protección, por el contrario, debe convivir con la población que tiene la obligación de defender. Para lograrlo, la situación ideal sería el emplazamiento de las bases de operaciones de las compañías dentro de sus subsectores. Debido a la dificultad de obtener instalaciones apropiadas cuyos propietarios no temiesen posibles represalias, la fuerza de pacificación solo pudo desplegar una compañía de artilleros dentro de su subsector. Sin embargo, como contaban con cuarteles del Ejército y de la Fuerza Aérea dentro del Área de Operaciones y los alrededores, esto hizo que la ocupación de las bases fuese relativamente segura y cómoda para la tropa. A partir del momento en que ocuparon los sectores de los que eran responsables, cada elemento de la maniobra inició un intenso patrullaje diurno y nocturno a pie motorizado y mecanizado; establecieron puntos fuertes en lugares estratégicos y puestos de control para revisar a personas y vehículos. El cambio constante de los itinerarios y los horarios de las patrullas combinado con otras acciones tácticas evitaba que estableciéramos rutinas para obtener la iniciativa y el efecto sorpresa. En el límite oriental del Área de Operaciones, la 1ª Compañía de Ingeniería de Combate Paracaidista y la Fuerza Terrestre de Operaciones Especiales mantuvieron vigilancia permanente en botes inflables e hicieron patrullaje marítimo del canal que ingresa a la Bahía de Guanabara con el propósito de impedir la entrada de armas y drogas por dicha vía. La presencia permanente y la actitud disuasiva de la tropa en las calles, principalmente el patrullaje a pie, además de reducir la libertad de acción de las facciones, coadyuvaron a conseguir el apoyo de la población y consecuentemente a obtener información. Para atenuar la desconfianza y el descontento inicial de la población local con la presencia de la tropa se realizaron varias acciones cívico sociales. En varias operaciones de rastrillaje se utilizaron perros rastreadores de la Brigada de Infantería Paracaidista o del Batallón de Acciones con Canes de la PMERJ a fin de localizar escondites de armas y drogas. También se emplearon perros de ataque en operaciones de control de disturbios para lograr un efecto disuasivo. El empleo del 1er Escuadrón de Caballería Paracaidista, reserva de la Fuerza de Pacificación, en el patrullaje de toda el Área de Operaciones mantuvo a la reserva lista para actuar en todos los sectores con un conocimiento apropiado de los terrenos físico y humano y una alta capacidad de respuesta rápida. Además, el uso de motocicletas todoterreno con un conductor y un francotirador equipados con cámaras tácticas tipo GoPro aumentó significativamente la movilidad y la capacidad de reconocimiento en un entorno urbano lleno de escondrijos y pasadizos. Basado en las operaciones exitosas del destacamento de operaciones especiales en misiones de paz del batallón brasileño de la Fuerza de la Paz en Haití, se empleó por primera vez una fuerza terrestre de operaciones especiales como parte de una fuerza de pacificación. Esto solamente confirmó el nivel de preparación técnico-profesional adecuado y el efecto multiplicador de la fuerza de los especialistas en guerras irregulares. Bajo el mando del comandante del 1er Batallón de Fuerzas Especiales conformada por operadores de fuerzas especiales, comandos, francotiradores, especialistas en operaciones de apoyo a la información y paracaidistas exploradores, la Fuerza Terrestre de Operaciones Especiales realizó acciones directas e indirectas para cumplir su misión. La operación interagencial para buscar y detener a uno de los cabecillas delictivos más buscados es un ejemplo de acción directa con excelentes resultados. Una vez obtenida su ubicación exacta a través de un informante, la fuerza de pacificación cercó un área de edificios en una acción rápida y precisa con el Escuadrón Mecanizado de Caballería mientras un equipo táctico de la Fuerza Terrestre de Operaciones Especiales, con refuerzos de la policía federal del Comando de Operaciones Tácticas, irrumpió en el departamento y detuvo a dos delincuentes armados, evitando en el acto causar daños colaterales a dos mujeres menores de edad que los acompañaban. Semejante al empleo heterodoxo del Team Tank –un escuadrón de vehículos de combate M1 Abrams que sirvió de apoyo a las acciones de las Fuerzas Especiales norteamericanas en Irak occidental en 2003 [17] –, el apoyo del Escuadrón Mecanizado de Caballería a la Fuerza de Tarea de Operaciones Especiales demostró la total integración, coordinación y sincronización que debe existir entre las fuerzas convencionales y las fuerzas de operaciones especiales. Vale la pena destacar que las acciones indirectas –propias de los operadores de las fuerzas especiales– han sido vitales en lograr el apoyo activo de la población. Entre esas acciones se destacan el asesoramiento del Destacamento de Operaciones de Fuerzas Especiales y del DOAI al Comando de la Fuerza de Pacificación y a los comandantes de cada sector en el enlace con las diversas agencias civiles y en la realización de reuniones del comando de área. En general, los líderes locales saben quiénes son los comandantes y se sentirían menospreciados si los comandantes mandasen regularmente a sus subordinados a entablar conversaciones con ellos. Es por ello que mediante el contacto personal, los comandantes lograron comprender mejor las costumbres, inclinaciones, aspiraciones y comportamiento de la población y así pudieron prever sus acciones. Con frecuencia, esos contactos brindaron información valiosa. Otra acción indirecta muy eficaz fue la actuación del DOAI en la difusión de mensajes a través de altavoces (AV) y panfletos. Durante la misión, los vehículos ligeros con AV se tuvieron que sustituir por vehículos blindados de trasporte de personal (VBTP), debido a que eran el blanco frecuente de los disparos de los malhechores. En palabras de Mark Moyar, Doctor en Historia de la Universidad de Operaciones Especiales Conjuntas , "[...] las Operaciones de Estabilización de Poblaciones (VSO, por su sigla en inglés) han demostrado fehacientemente el valor de las acciones de enfoque indirecto como un complemento necesario a las acciones directas para lograr la estabilidad". [18] Las operaciones interagenciales constituyen uno de los mayores desafíos y aunque exigen aunar esfuerzos, no pueden prescindir de la unidad de comando dentro del Área de Operaciones en las que las fuerzas de seguridad están subordinadas a una sola autoridad militar –el comandante de la fuerza de pacificación. El terreno de la información tiene tanta importancia como el terreno físico y el terreno humano. Es de suma importancia el modo en que la población percibe la realidad. El control de la narrativa no se limita solo a comunicar bien, sino a comunicar primero. [19] Por tanto, los comandantes deben tener una actitud proactiva y estar en contacto frecuente con los medios de comunicación, cuya presencia constante y capacidad de difusión inmediata influyen decisivamente en las operaciones militares contemporáneas. Desde la perspectiva del Coronel Mansoor, Comandante de la Brigada Ready First en Irak, "solicitar aprobación de todos y cada uno de los mensajes, haciendo que recorran la cadena de mandos de arriba hacia abajo es la receta perfecta para el fracaso" . [20] El comandante de la fuerza de pacificación, el oficial de operaciones de información y el oficial de comunicación social participaban semanalmente en un programa de radio comunitaria local en el que interactuaban en vivo con los oyentes, respondían a sus preguntas e informaban sobre las actividades de la fuerza de pacificación con el propósito de ganarse la confianza y el apoyo de la población local y de la opinión pública. Conquistar los corazones y las mentes es absolutamente fundamental en las operaciones de pacificación. Continua... [/QUOTE]
Insertar citas…
Verificación
Libertador de Argentina
Responder
Inicio
Foros
Area Militar General
Conflictos Contemporáneos
El ejercito Brasilero pacificando favelas...un "espejo" para nuestras FFAA???
Este sitio usa cookies. Para continuar usando este sitio, se debe aceptar nuestro uso de cookies.
Aceptar
Más información.…
Arriba