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<blockquote data-quote="Semper_Fi" data-source="post: 288907" data-attributes="member: 2146"><p>El 12 de septiembre la operación daría comienzo. El General Student llevó a sus 17 hombres tomados prestados de la Waffen SS y 90 paracaidistas al aeropuerto de Pratica di Mare. Una vez encima del área de aterrizaje, Skorzeny se dio cuenta, sin embargo, que la superficie de la pradera era en realidad una pista de esquí. Por lo tanto no era posible aterrizar allí. Skorzeny ordenó al piloto que aterrizara en picado tan cerca del hotel como fuera posible. Su planeador se detuvo a solo 15 metros del edificio. Skorzeny, los hombres de su aparato y el General de Carabineros Soleti se dirigieron hacia al hotel tan rápido como pudieron. Karl Radl, quien aterrizó con su planeador justo detrás de Skorzeny, describió este momento en su libro "Befreier fallen vom Himmel": </p><p></p><p></p><p>Skorzeny y sus hombres se dirigieron hacia el hotel. Un guardia italiano estaba allí. El General Soleti le ordenó: "No dispare! No dispare!" Dejan al guardia y llegan al hotel. Una puerta estaba abierta. Se trataba de la sala de radio. Un soldado italiano sentado tras ésta. Le arrojan de su silla. Uno, dos golpes, con la culata del subfusil y descomponen la radio. No pueden pedir ayuda a nadie. Pero no hay puertas que comuniquen esta estancia. Vuelta a salir. Dan la vuelta a la esquina. Otro centinela. "No dispare! No dispare!", ordena el general. Este centinela no dispara tampoco. Hay un muro de hormigón de dos metros de alto. Skorzeny salta sobre los hombros de sus hombres. Los otros hacen lo mismo. Llegan a la terraza al frente de la fachada del edificio y van hacia la entrada principal. </p><p></p><p>En esto mi planeador empieza descender. Quizás ha pasado un minuto. Es cosa de segundos. Mi aparato desciende, vuelve a elevarse enseguida, recorre otros cincuenta metros y finalmente aterriza a casi 100 metros del hotel. Corremos a ayudar al jefe. Este ve al Duce en la ventana. "Duce, apartese de la ventana, apartese de la ventana!", grita Skorzeny. Aparentemente teme que el Duce sea herido accidentalmente. Nos acercamos al hotel. Antes de que llegue a la entrada, Skorenzy y Schwerdt han llegado a la entrada y se han abierto camino a través de los carabineros sin hacer uso de sus armas. Los carabineros están muy desconcertados y quieren dejar el hotel. Debían estar en su tarde de descanso. Algunos llevan metralletas y otros están desarmados. Ven a su general, al cual muchos conocen, y nadie dispara. Skorzeny y Schwerdt suben las escaleras hacia el desconocido hotel. </p><p></p><p>Skorzeny abre una puerta en el segundo piso. Se trata de la correcta. Dentro de la habitación está Mussolini. Con él dos oficiales y un hombre con ropas civiles. Salen a toda velocidad. Mussolini y Skorzeny se quedan solos. Entonces los oficiales Gföller y Gläsnert montan guardia en la puerta. Cuando llego, Skorzeny simplemente dice: "Duce, el Führer nos envía para liberarle!" Mussolini está muy conmovido. Solo responde: "Ya sabía que el Führer no me abandonaría." Estrecha la mano a Sorzeny, le abraza, le besa sobre las mejillas. Lo mismo hace conmigo, con Schwerdt y con Wartger. </p><p></p><p>El mando italiano del hotel capitula. Pronto un Frieseler Storch aterriza para llevar a Mussolini y a Skorzeny desde el Gran Sasso a un aeropuerto desde donde volarán a Viena. Allí, Skorzeny telefonea al Führer, quien le dice, "Skorzeny, usted ha llevado una operación militar a una exitosa conclusion que le convertirá en parte de la historia. Me ha devuelto a mi amigo Mussolini. Le recompenso con la Cruz de Caballero y le asciendo a SS-Sturmbannführer. Felicidades."</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Semper_Fi, post: 288907, member: 2146"] El 12 de septiembre la operación daría comienzo. El General Student llevó a sus 17 hombres tomados prestados de la Waffen SS y 90 paracaidistas al aeropuerto de Pratica di Mare. Una vez encima del área de aterrizaje, Skorzeny se dio cuenta, sin embargo, que la superficie de la pradera era en realidad una pista de esquí. Por lo tanto no era posible aterrizar allí. Skorzeny ordenó al piloto que aterrizara en picado tan cerca del hotel como fuera posible. Su planeador se detuvo a solo 15 metros del edificio. Skorzeny, los hombres de su aparato y el General de Carabineros Soleti se dirigieron hacia al hotel tan rápido como pudieron. Karl Radl, quien aterrizó con su planeador justo detrás de Skorzeny, describió este momento en su libro "Befreier fallen vom Himmel": Skorzeny y sus hombres se dirigieron hacia el hotel. Un guardia italiano estaba allí. El General Soleti le ordenó: "No dispare! No dispare!" Dejan al guardia y llegan al hotel. Una puerta estaba abierta. Se trataba de la sala de radio. Un soldado italiano sentado tras ésta. Le arrojan de su silla. Uno, dos golpes, con la culata del subfusil y descomponen la radio. No pueden pedir ayuda a nadie. Pero no hay puertas que comuniquen esta estancia. Vuelta a salir. Dan la vuelta a la esquina. Otro centinela. "No dispare! No dispare!", ordena el general. Este centinela no dispara tampoco. Hay un muro de hormigón de dos metros de alto. Skorzeny salta sobre los hombros de sus hombres. Los otros hacen lo mismo. Llegan a la terraza al frente de la fachada del edificio y van hacia la entrada principal. En esto mi planeador empieza descender. Quizás ha pasado un minuto. Es cosa de segundos. Mi aparato desciende, vuelve a elevarse enseguida, recorre otros cincuenta metros y finalmente aterriza a casi 100 metros del hotel. Corremos a ayudar al jefe. Este ve al Duce en la ventana. "Duce, apartese de la ventana, apartese de la ventana!", grita Skorzeny. Aparentemente teme que el Duce sea herido accidentalmente. Nos acercamos al hotel. Antes de que llegue a la entrada, Skorenzy y Schwerdt han llegado a la entrada y se han abierto camino a través de los carabineros sin hacer uso de sus armas. Los carabineros están muy desconcertados y quieren dejar el hotel. Debían estar en su tarde de descanso. Algunos llevan metralletas y otros están desarmados. Ven a su general, al cual muchos conocen, y nadie dispara. Skorzeny y Schwerdt suben las escaleras hacia el desconocido hotel. Skorzeny abre una puerta en el segundo piso. Se trata de la correcta. Dentro de la habitación está Mussolini. Con él dos oficiales y un hombre con ropas civiles. Salen a toda velocidad. Mussolini y Skorzeny se quedan solos. Entonces los oficiales Gföller y Gläsnert montan guardia en la puerta. Cuando llego, Skorzeny simplemente dice: "Duce, el Führer nos envía para liberarle!" Mussolini está muy conmovido. Solo responde: "Ya sabía que el Führer no me abandonaría." Estrecha la mano a Sorzeny, le abraza, le besa sobre las mejillas. Lo mismo hace conmigo, con Schwerdt y con Wartger. El mando italiano del hotel capitula. Pronto un Frieseler Storch aterriza para llevar a Mussolini y a Skorzeny desde el Gran Sasso a un aeropuerto desde donde volarán a Viena. Allí, Skorzeny telefonea al Führer, quien le dice, "Skorzeny, usted ha llevado una operación militar a una exitosa conclusion que le convertirá en parte de la historia. Me ha devuelto a mi amigo Mussolini. Le recompenso con la Cruz de Caballero y le asciendo a SS-Sturmbannführer. Felicidades." [/QUOTE]
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