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Futuro de las Fuerzas Terrestres
El mejor Fusil para el EA
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<blockquote data-quote="Chan!" data-source="post: 33885" data-attributes="member: 1672"><p>Habiendo ya abordado el tema de la no conveniencia de un cambio de calibre para el arma de dotación individual tanto por cuestiones tácticas como logísticas y monetarias, ya que implicaría el renovar toda la línea de montaje y la maquinaria, se seguirá profundizando res-pecto de la necesidad de llevar al FAL a estándares actuales. </p><p></p><p> Generalmente, cuando se habla de un fusil moderno, a la mayoría de quienes entienden del tema les viene a la mente un Steyr AUG, un FN SCAR, un G36 o un M16A4, pero la ver-dad, es que la diferencia entre la creación del FAL y del M16 (El mayor exponente del 5,56x39)es de apenas unos años. </p><p> </p><p> M16A4 con lanzagranadas M203 y mira 3X</p><p> </p><p> Lo que sí es diferente, es que el M16 ha sido sometido a sucesivas y regulares actualiza-ciones logrando de ésta forma tener hoy en día un fusil de primera línea que es tanto en peso como ergonométricamente excelente. Sin embargo, el FAL no ha sido sometido a tales ac-tualizaciones, descontando pequeños cambios en su evolución hasta llegar en nuestro país al MOD IV, el último en abandonar la línea de producción por mediados de los años ochenta, pero nunca se lo ha transformado sustancialmente. Entre las modificaciones de carácter im-perativo, aparecen el acortar el cañón, posibilitar el ajuste de la culata en distancia tal como es posible realizarlo con la carabina M16 (aunque manteniendo la posibilidad de plegarla) y dotarlo de un compensador de gases que a la vez cumpla con la función de apagallamas para facilitar la realización de fuego sostenido sobre un blanco sin perder la línea de mira como consecuencia del retroceso del arma. Hay prioridades de segundo orden, como son el colo-car un montaje fijo para mira que tenga su anclaje en los labios laterales del alojamiento del cargador la extensión y modificación de la palanca de fuego/seguro, el cambiar la manivela de carga y descarga por una plegable/retráctil como la de los fusiles PARA 60-64 existentes en los RI Parac (que también tienen el cañón acortado a 18 pulgadas) y llevarla hacia atrás para favorecer la colocación de cargadores acoplados en paralelo para realizar un más rápido cambio de cargador. Otra posible mejoría sería el cambio en la empuñadura de pistola por una que ofrezca más comodidad ergonométricamente.</p><p></p><p> Respecto del acortamiento del cañón, hay siempre interrogantes que surgen, pero las pre-guntas que prevalecen siempre son: </p><p> ¿Acortando el cañón no se le quita potencia al proyectil?</p><p> ¿Acortando el cañón no se le resta precisión al fusil?</p><p></p><p>La respuesta a ambas interrogantes es: Sí. Sin embargo, llegando a acortar el cañón hasta las 15/16 pulgadas, todavía se conserva más potencia que en la de un 7,62x39 (del fusil AK-47 que es el siguiente en poder de los calibres más usados) y la diferencia en la precisión es ín-fima si tenemos en cuenta que la máxima distancia a la que se abrirá fuego efectivo sobre un blanco con un fusil de dotación individual son los 300 metros. Cabe recordar que el largo original del cañón es de 21 pulgadas y que la única modificación que debería realizarse en el sistema de gases al acortar el cañón, es una pequeña ampliación en el diámetro del agujero que posibilita el paso de los gases desde el cañón hasta el cilindro de gases (dentro del sun-cho de gases). Sin embargo, el “recortar el cañón” es la alternativa menos preferible, aunque la más económica a la hora de lograr un arma más compacta y también más liviana. La Di-rección General de Fabricaciones Militares tranquilamente podría desarrollar cañones nue-vos de 16 pulgadas mediante el proceso de martelado en frío y posterior tratamiento criogé-nico, o incluso recurrir al microestriado. De tal forma, se lograría compensar las deficiencias sufridas por “recortar” los cañones y evitar el sobrecalentamiento y pérdida de precisión en los mismos cuando se efectúa un nutrido fuego en un corto tiempo tal como pasa con los fu-siles actuales. </p><p></p><p> Cañón de 16.25 pulgadas fabricado por DS Arms criogénicamente tratado </p><p> La introducción de una modificación en la culata que permita reducir el largo de la misma responde a la necesidad de lograr un fusil todavía más corto para regularlo según la fisono-mía del usuario o para plegarla a su mínimo largo para el combate en localidades. Actual-mente, la experiencia de uso del FAL en combate en localidades, combate urbano restringi-do o ambientes pequeños da cuenta de que muchos usuarios prefieren colocar la culata por sobre el hombro, quedando el culatín apoyado encima del mismo. Es entonces, que se puede vislumbrar que el usuario, dada la cercanía de los blancos para éste tipo de combate en el cual no se abrirá fuego a más de 10 mts. Prefiere resignar un buen encare del arma por sobre la posibilidad de acortar el largo de la misma por razones de comodidad y manejo en am-bientes muy estrechos donde se volvería prácticamente imposible moverse libremente con un fusil tan voluminoso. </p><p> </p><p> Culata plegable (No rebatible) de la carabina M16 </p><p></p><p> Parte de la recorrida integral que deberían recibir los fusiles al llegar a su “centro de reci-clado” (La Fábrica Militar Fray Luís Beltrán) sería entonces el cambio de cañón, proceso in-eludible ya que es la parte que más se desgasta e incluso muchos fusiles ya han sufrido alte-raciones tales en sus rayados internos que han visto seriamente comprometida la precisión de los mismos. El resto de los componentes no ofrecen ese grado de desgaste ni padecen los mismos rigores. La modificación de la culata es posible sin incurrir en prácticamente ningún gasto más allá del trabajo de maquinaria que actualmente se encuentra en forma ociosa y sin funcionar en las instalaciones de la FMFLB. También es así con el resto de las modificacio-nes anteriormente nombradas, que salvo excepciones de muy bajo costo, no requerirían más que trabajo de maquinaria que hoy existe en el EA. De tal forma, se llega a la conclusión de que al recibir un fusil viejo y de voluminosas dimensiones, la inversión sobre el mismo para dejarlo a nuevo y según los requerimientos actuales del combate moderno sería ínfima en re-lación a la adquisición de una nueva arma. Los procesos más costosos serían la introducción de un nuevo cañón fabricado según los estándares anteriormente mencionados, y el pavona-do a nuevo de los mismos. El resto de las modificaciones como la culata y agregados como ser el montaje de mira y el compensador/apagallama son gastos de maquinaria y material muy bajos. Un buen ejemplo de algunos fusiles FAL llevados a los estándares actuales se encuentran en los modelos ofrecidos por “DS Arms”, una empresa norteamericana dedicada a la customización de fusiles FAL. En su página en Internet “http://www.dsarms.com” se pueden apreciar más opciones y variantes de éste excelente fusil adecuado según sus carac-terísticas a los tiempos que se viven.</p><p> </p><p> Fusil FAL modificado con cañón de 13 pulgadas, tapa de cajón con montaje de mira y mira holográfica, cargador de 30 disparos linterna táctica y grip de agarre frontal</p><p> Una opción interesante para complementar las mejoras en el fusil podría ser la adopción de cargadores de 30 disparos como los que comercializa DS Arms, aunque sería aún mejor, por cuestiones de peso y posibilidad para ver la existencia de munición remanente en el car-gador, la introducción de cargadores transparentes como los del Steyr AUG. Éste tipo de cargadores, e incluso unos de mayor capacidad podrían resultar óptimos para su utilización con los FAP. </p><p></p><p> </p><p> Cargador de 30 disparos de DSA Versiones de FM del FAL en 5,56x45 con cargador de M16 (arriba) y cargador del AUG (abajo) </p><p> </p><p> Cuando anteriormente se trató la cuestión de las composiciones orgánicas de las Sec(s) I, se hizo mención a la necesidad de dotar con lanzagranadas de 40mm a los grupos. Esto se da como consecuencia no sólo de disponer de un mayor poder de Fgo, como el caso de las granadas explosivas y fragmentarias que posibilitan la eliminación de posiciones de tirador, de Amet y de vehículos ligeros en los que no se justifique el uso de un arma Atan por la re-lación costo beneficio, sino también por la posibilidad que presentan el empleo de granadas tipo bengalas de 40 mm para utilizarlas como medidas de coordinación ya sea para un ata-que, defensa, etc. como así también de granadas de humo de 40 mm. Lo cual podría facilitar la capacidad a los elem(s) de crear una cortina de humo para facilitar el avance de propia tropa. La ventaja de la utilización de las granadas de humo de 40mm disparadas desde un LzGr por sobre las granadas de humo de mano, es que posibilitan crear la cortina de humo en una distancia mucho mayor a la que se podría lograr con las granadas de mano. Al estar hablando de una diferencia de cientos de metros (según modelo de lanzador y granadas), se puede, incluso, saturar con humo las posiciones enemigas para impedirle realizar fuego apuntado en cualquier dirección y no cubrir solamente el estrecho frente que utilizaría el elemento para avanzar. </p><p></p><p> Las ventajas de dotar a los granaderos con éste tipo de granadas de 40mm por sobre las granadas de fusil son que el alcance de éstas granadas con los lanzadores es de 400m, contra los 125m efectivos con las regletas de los Paf/Pdef. Otra de las ventajas, es la posibilidad de que el granadero, en vez de verse limitado a llevar por cuestiones de tamaño y comodidad cuatro o cinco granadas, pueda llevar muchas más granadas de 40mm, por su menor tamaño. Incluso tendrían aplicación en las misiones de paz al ofrecer la posibilidad de lanzar grana-das de gas lacrimógeno en caso de necesitar dispersar a una turba enardecida. </p><p></p><p></p><p> Si bien puede llevar las granadas en un morral, la opción más interesante es un chaleco preparado para tal fin que permita llevar una gran cantidad de granadas a mano como el que aparece a continuación, ofreciendo según el modelo, la capacidad de llevar veinte, treinta o hasta cuarenta granadas.</p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p> Chaleco porta granadas de 40mm </p><p></p><p> Si bien ya existen modelos de LzGr en el país que incluso son fabricados por FM, éstos son del tipo que utilizan las FFSS, o como los M-79 que se utilizaban en la era Vietnam por los EEUU, lo cual, si bien proporcionaría el poder de fuego de las granadas de 40mm, forza-ría a perder un tirador por cada soldado que estuviese equipado con éste tipo de lanzagrana-das. </p><p> </p><p> Lanzagranadas M-79</p><p></p><p> La idea entonces, radica en dotar a los granaderos de un LzGr del tipo M-203, famoso por ser utilizado con los M-16 por el Ejército Estadounidense. </p><p></p><p> </p><p> Lanzagranadas M203</p><p></p><p> La fabricación de éste tipo de lanzadores, no representa ningún desafío tecnológico en lo absoluto y existe en el país sobrada capacidad ociosa para poner en marcha la producción de éste tipo de armas que complementarían en forma más que importante a las menores frac-ciones para llevar a cabo el cumplimiento de sus misiones. </p><p></p><p> Los costos de producción de éste lanzagranadas no serían para nada significativos, ya que su funcionamiento es en extremo simple, no requiere de materiales costosos y se podrían uti-lizar las instalaciones y maquinaria de la Fábrica Militar Fray Luís Beltrán. Respecto de la munición, no es nada nuevo, puesto que actualmente ya se encuentra en uso en los MK19 montados sobre los vehículos Hummer de los Esc Expl C y con los LzGr M203 de las Ca Cdo(s).</p><p></p><p> Otra de las modificaciones que se nombraron fue la introducción de tiradores de primera en las composiciones orgánicas de las Sec I. Pero lo primero que hay que aclarar es: ¿Qué es un tirador de primera? Según el Capitán Jorge Javier Muga, tal como lo define en su artículo “Los tiradores selectos y su aplicación militar” de la revista del suboficial Nº 664/07 de Abr/Jun 07 es: “Como todo tirador selecto, el tirador de primera está entrenado en el tiro de precisión, pero, a diferencia del tirador especial, no realiza misiones en forma indepen-diente, sino que acompaña permanentemente a su fracción y bate blancos selectivos a or-den” </p><p></p><p> Para posibilitar incorporar esta modificación, hace falta un arma con la cual dotar a éstos tiradores. Muchos pensarían inmediatamente en la adquisición de fusiles Rémington 700, o de modificaciones al FAL dotándolo de montajes para miras de precisión, cañones pesados Bull Barrel flotados, bípodes Harris adosados al armazón, etc. Sin embargo, por muy ten-tadoras que resulten esas opciones, no cumplen con una de las premisas de realización del presente trabajo que es que sean de actual disponibilidad en el EA, de bajo costo y de fácil incorporación tratando de no incurrir en insumos extranjeros. La solución más viable enton-ces se vuelve la utilización de los fusiles Máuser modificados. Dichas modificaciones con-sisten simplemente en cambiar el cañón (hay que recordar que el Máuser es calibre 7,65x54) por un cañón FM de 7,62mm que actualmente se produce y es común su comercialización en el mercado de armas civil. El curvar la manivela del cerrojo hacia abajo casi en 90º para posibilitar la colocación de una mira telescópica adecuada. Esto se logra calentando al rojo vivo la manivela del cerrojo y doblándola en el punto donde se separa del mismo. También sería necesario el cambio de culata para alivianar el peso y otorgarle mejor agarre y comodi-dad en su ergonomía. </p><p></p><p></p><p> </p><p> Culata customizada de Kevlar para fusil Máuser 1909 mod. Argentino </p><p></p><p></p><p></p><p> La introducción de éste fusil como elemento de dotación para un tirador selecto tiene dos grandes aspectos a favor y que posibilitarían hacerlo entrar en servicio casi instantáneamen-te, los cuales son: La existencia del fusil Máuser 1909 dentro de las salas de armas del EA es extenso, y no debería haber problema para lograr modificar el número necesario para cubrir todas las necesidades expuestas según cantidad de grupos por sección, secciones por regi-miento y cantidad de regimientos. Sin ir más lejos, los números disponibles de éste fusil tan sólo en el Colegio Militar de la Nación son de alrededor de 200. La otra gran ventaja, es que ya ha sido aplicado parcialmente en el EA, por cuanto tiene ya un tiempo de servicio y hasta el momento, nada más que excelentes prestaciones. Existen dos de éstos fusiles modificados tal como se ha establecido precedentemente en el Regimiento de Infantería de Montaña 10 “Tte Grl Racedo”. </p><p></p><p></p><p> En dicho regimiento se creó un Gpo Tir(s) Avanzados dentro de la Ca Cdo del regimiento a órdenes del JR. “El tirador avanzado es el tirador orgánico de las unidades de combate de infantería y caballería (caballería de montaña y paracaidista). Se trata de un suboficial que trabajo dentro de un grupo, en pareja con un designador y bajo órdenes del oficial de operaciones (S3) o el de inteligencia (S2), de acuerdo con las características de la opera-ción, ya que puede desempeñarse como observador adelantado, especialmente durante ope-raciones defensivas. En un regimiento, se designan tres parejas de tiradores avanzados, que pueden operar en conjunto o asignadas a las subunidades de acuerdo con el planeamiento desarrollado.” </p><p></p><p> Según experiencias en dicho regimiento, se logra alcanzar batir blancos hasta los 800 mts. Distancia más que suficiente y que de hecho excede por mucho (el doble) la distancia a la que baten blancos los tiradores de primera. Esto demuestra que con una mínima inversión que es el cambio de cañones por los 7,62mm que la misma FM fabrica y nuevas culatas se podría lograr un arma de excelentes prestaciones para dotar a los tiradores selectos con ma-terial actualmente disponible en buenas cantidades en el EA. Lo único costoso para terminar de concretar un sistema completo sería dotar al arma de una mira acorde. Sin embargo, los costos podrían reducirse en mucho si se hiciera un pedido en masa para dotar a todos los fu-siles modificados de una mira. Además, vale destacar que como es un sistema que está pen-sado para batir blancos hasta los 400 metros, tampoco supondría el ponerle una mira de ele-vados costos como sí se trata de aquellas que sirven para lograr la adquisición de blancos a distancias mayores.</p><p> </p><p> Fusil Máuser modificado para el tiro de precisión </p><p> </p><p> Por cuanto respecta a los LCoh, si bien lo ideal en éste aspecto sería utilizar algún sistema parecido al ruso RPG-7 por su alcance, tipos de granadas disponibles o como el Carl Gustaf, todavía en uso en ejércitos del primer mundo por la variedad de municiones que ofrece y al-cance del mismo como reemplazo del ya obsoleto Instalaza, presenta algunos inconvenien-tes. El principal inconveniente, y que lo deja fuera de todo tipo de contemplación es el costo, aunque el sistema RPG-7 pueda adquirirse a bajo costo y esté actualmente en uso en otros ejércitos regionales como ser el de la República del Perú, implicaría depender de insumos extranjeros y ahondar en costos de adquisición hoy día imposibles de afrontar. Por lo tanto, resulta como alternativa más viable la continuación del desarrollo del Lcoh de muy corto al-cance “MARA” muy similar al LAW M72 americano, de producción íntegramente nacional, bajo peso, descartable y que aún ofrece la posibilidad de disponer de una boca de fuego más, ya que un tirador puede ser designado como apuntador de éste tipo de arma sin que por ello resigne su fusil, como si lo haría en el caso de los lanzacohetes anteriormente mencionados.</p><p> </p><p> De Izquierda a derecha, LCoh RPG-7, LCoh Carl Gustaf y Lcoh MARA </p><p>Conclusión:</p><p> El concepto de una infantería de masa ha evolucionado con el transcurso del tiempo hasta estos días en los cuales se prioriza la formación de conjuntos ágiles, dota-dos de movilidad y gran potencia de fuego por sobre la mera cantidad. Por esto, resulta im-prescindible llevar a cabo la reestructuración expuesta en el presente trabajo por diversas cuestiones. </p><p></p><p> La difícil situación presupuestaria de la cual viene siendo protagonista el Ejército Argenti-no desde hace ya varios años, sino décadas, imponen la obligatoriedad de buscar respuestas a las necesidades actuales haciendo una máxima utilización de los recursos disponibles. Las capacidades tanto humanas como materiales dentro del EA deben ser explotadas en un pro-ceso que permita la adecuación del material de dotación en las unidades de infantería para cumplir con los estándares que exige el combate moderno. Es por ello que las alternativas y propuestas elaboradas en el presente trabajo buscan minimizar y llevar a ínfimos los costos monetarios de tal proceso apoyándose principalmente en el trabajo humano y de maquinaria a disposición del Ejército como así también de sus recursos actualmente disponibles, como ser la introducción de un arma para tirador selecto con los Máuser 1909 cuyo único propósi-to al momento, es su utilización para los desfiles y paradas, o los fusiles FAL que pululan en inmensas cantidades en las salas de armas a la espera de ser aggiornados para dotar al com-batiente individual de un arma llevada a nueva, de probada eficacia, con profunda experien-cia y conocimiento del mismo por parte de los técnicos, diseñadores y mecánicos, y con un poder de detención envidiable para otros tipos de armas que ni sombra le hacen. </p><p>Todo esto sin incurrir en los costosos procesos que suponen comprar las mismas en el exte-rior, con lo que ello implica, que es depender de insumos externos y estar atados a tipos de cambio ajenos, o de adquirir una licencia que es algo a lo que en éste momento no se puede hacer frente con los recursos disponibles. </p><p></p><p> La falta de presupuesto NO es excusa para no evolucionar en forma positiva hacia la ac-tualización y puesta en marcha de componentes del nivel táctico que requieren más que nada trabajo por sobre una inversión monetaria. Las modificaciones del nivel táctico inferior co-mo las expresadas, pueden ser llevadas a cabo tan sólo redireccionando parte del flujo de fondos actualmente a disposición, ya que no sería una inversión permanente, sino que una vez que las modificaciones e introducciones de material/armamento hayan sido realizadas, no se deberá incurrir ya en ningún otro gasto que no sea mantenimiento (tal como se lo rea-liza actualmente) o, cuando mucho, el consumo de la munición de 40mm para el caso de los LzGr. A modo de ejemplo, el monto total que se plantea ejecutar en la recuperación y vuelta al servicio de tres helicópteros Aeroespatiale AS-332 B "SUPERPUMA" para el Comando de Aviación de Ejército asciende hasta los casi treinta y nueve millones de pesos en un pla-zo de dos años, iniciando su ejecución en el 2008, previendo terminarla para el año 2010. </p><p>MONTOS </p><p>Estimado años anteriores/ Ejecutado</p><p>(en valores corrientes) $0,00 </p><p>2008.................... $21.478.750,00 </p><p>2009.................... $10.885.500,00 </p><p>2010.................... $2.669.750,00 </p><p>Saldo.................... $3.932.350,00 </p><p>Monto Total.......... $38.966.350,00</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Chan!, post: 33885, member: 1672"] Habiendo ya abordado el tema de la no conveniencia de un cambio de calibre para el arma de dotación individual tanto por cuestiones tácticas como logísticas y monetarias, ya que implicaría el renovar toda la línea de montaje y la maquinaria, se seguirá profundizando res-pecto de la necesidad de llevar al FAL a estándares actuales. Generalmente, cuando se habla de un fusil moderno, a la mayoría de quienes entienden del tema les viene a la mente un Steyr AUG, un FN SCAR, un G36 o un M16A4, pero la ver-dad, es que la diferencia entre la creación del FAL y del M16 (El mayor exponente del 5,56x39)es de apenas unos años. M16A4 con lanzagranadas M203 y mira 3X Lo que sí es diferente, es que el M16 ha sido sometido a sucesivas y regulares actualiza-ciones logrando de ésta forma tener hoy en día un fusil de primera línea que es tanto en peso como ergonométricamente excelente. Sin embargo, el FAL no ha sido sometido a tales ac-tualizaciones, descontando pequeños cambios en su evolución hasta llegar en nuestro país al MOD IV, el último en abandonar la línea de producción por mediados de los años ochenta, pero nunca se lo ha transformado sustancialmente. Entre las modificaciones de carácter im-perativo, aparecen el acortar el cañón, posibilitar el ajuste de la culata en distancia tal como es posible realizarlo con la carabina M16 (aunque manteniendo la posibilidad de plegarla) y dotarlo de un compensador de gases que a la vez cumpla con la función de apagallamas para facilitar la realización de fuego sostenido sobre un blanco sin perder la línea de mira como consecuencia del retroceso del arma. Hay prioridades de segundo orden, como son el colo-car un montaje fijo para mira que tenga su anclaje en los labios laterales del alojamiento del cargador la extensión y modificación de la palanca de fuego/seguro, el cambiar la manivela de carga y descarga por una plegable/retráctil como la de los fusiles PARA 60-64 existentes en los RI Parac (que también tienen el cañón acortado a 18 pulgadas) y llevarla hacia atrás para favorecer la colocación de cargadores acoplados en paralelo para realizar un más rápido cambio de cargador. Otra posible mejoría sería el cambio en la empuñadura de pistola por una que ofrezca más comodidad ergonométricamente. Respecto del acortamiento del cañón, hay siempre interrogantes que surgen, pero las pre-guntas que prevalecen siempre son: ¿Acortando el cañón no se le quita potencia al proyectil? ¿Acortando el cañón no se le resta precisión al fusil? La respuesta a ambas interrogantes es: Sí. Sin embargo, llegando a acortar el cañón hasta las 15/16 pulgadas, todavía se conserva más potencia que en la de un 7,62x39 (del fusil AK-47 que es el siguiente en poder de los calibres más usados) y la diferencia en la precisión es ín-fima si tenemos en cuenta que la máxima distancia a la que se abrirá fuego efectivo sobre un blanco con un fusil de dotación individual son los 300 metros. Cabe recordar que el largo original del cañón es de 21 pulgadas y que la única modificación que debería realizarse en el sistema de gases al acortar el cañón, es una pequeña ampliación en el diámetro del agujero que posibilita el paso de los gases desde el cañón hasta el cilindro de gases (dentro del sun-cho de gases). Sin embargo, el “recortar el cañón” es la alternativa menos preferible, aunque la más económica a la hora de lograr un arma más compacta y también más liviana. La Di-rección General de Fabricaciones Militares tranquilamente podría desarrollar cañones nue-vos de 16 pulgadas mediante el proceso de martelado en frío y posterior tratamiento criogé-nico, o incluso recurrir al microestriado. De tal forma, se lograría compensar las deficiencias sufridas por “recortar” los cañones y evitar el sobrecalentamiento y pérdida de precisión en los mismos cuando se efectúa un nutrido fuego en un corto tiempo tal como pasa con los fu-siles actuales. Cañón de 16.25 pulgadas fabricado por DS Arms criogénicamente tratado La introducción de una modificación en la culata que permita reducir el largo de la misma responde a la necesidad de lograr un fusil todavía más corto para regularlo según la fisono-mía del usuario o para plegarla a su mínimo largo para el combate en localidades. Actual-mente, la experiencia de uso del FAL en combate en localidades, combate urbano restringi-do o ambientes pequeños da cuenta de que muchos usuarios prefieren colocar la culata por sobre el hombro, quedando el culatín apoyado encima del mismo. Es entonces, que se puede vislumbrar que el usuario, dada la cercanía de los blancos para éste tipo de combate en el cual no se abrirá fuego a más de 10 mts. Prefiere resignar un buen encare del arma por sobre la posibilidad de acortar el largo de la misma por razones de comodidad y manejo en am-bientes muy estrechos donde se volvería prácticamente imposible moverse libremente con un fusil tan voluminoso. Culata plegable (No rebatible) de la carabina M16 Parte de la recorrida integral que deberían recibir los fusiles al llegar a su “centro de reci-clado” (La Fábrica Militar Fray Luís Beltrán) sería entonces el cambio de cañón, proceso in-eludible ya que es la parte que más se desgasta e incluso muchos fusiles ya han sufrido alte-raciones tales en sus rayados internos que han visto seriamente comprometida la precisión de los mismos. El resto de los componentes no ofrecen ese grado de desgaste ni padecen los mismos rigores. La modificación de la culata es posible sin incurrir en prácticamente ningún gasto más allá del trabajo de maquinaria que actualmente se encuentra en forma ociosa y sin funcionar en las instalaciones de la FMFLB. También es así con el resto de las modificacio-nes anteriormente nombradas, que salvo excepciones de muy bajo costo, no requerirían más que trabajo de maquinaria que hoy existe en el EA. De tal forma, se llega a la conclusión de que al recibir un fusil viejo y de voluminosas dimensiones, la inversión sobre el mismo para dejarlo a nuevo y según los requerimientos actuales del combate moderno sería ínfima en re-lación a la adquisición de una nueva arma. Los procesos más costosos serían la introducción de un nuevo cañón fabricado según los estándares anteriormente mencionados, y el pavona-do a nuevo de los mismos. El resto de las modificaciones como la culata y agregados como ser el montaje de mira y el compensador/apagallama son gastos de maquinaria y material muy bajos. Un buen ejemplo de algunos fusiles FAL llevados a los estándares actuales se encuentran en los modelos ofrecidos por “DS Arms”, una empresa norteamericana dedicada a la customización de fusiles FAL. En su página en Internet “[url]http://www.dsarms.com”[/url] se pueden apreciar más opciones y variantes de éste excelente fusil adecuado según sus carac-terísticas a los tiempos que se viven. Fusil FAL modificado con cañón de 13 pulgadas, tapa de cajón con montaje de mira y mira holográfica, cargador de 30 disparos linterna táctica y grip de agarre frontal Una opción interesante para complementar las mejoras en el fusil podría ser la adopción de cargadores de 30 disparos como los que comercializa DS Arms, aunque sería aún mejor, por cuestiones de peso y posibilidad para ver la existencia de munición remanente en el car-gador, la introducción de cargadores transparentes como los del Steyr AUG. Éste tipo de cargadores, e incluso unos de mayor capacidad podrían resultar óptimos para su utilización con los FAP. Cargador de 30 disparos de DSA Versiones de FM del FAL en 5,56x45 con cargador de M16 (arriba) y cargador del AUG (abajo) Cuando anteriormente se trató la cuestión de las composiciones orgánicas de las Sec(s) I, se hizo mención a la necesidad de dotar con lanzagranadas de 40mm a los grupos. Esto se da como consecuencia no sólo de disponer de un mayor poder de Fgo, como el caso de las granadas explosivas y fragmentarias que posibilitan la eliminación de posiciones de tirador, de Amet y de vehículos ligeros en los que no se justifique el uso de un arma Atan por la re-lación costo beneficio, sino también por la posibilidad que presentan el empleo de granadas tipo bengalas de 40 mm para utilizarlas como medidas de coordinación ya sea para un ata-que, defensa, etc. como así también de granadas de humo de 40 mm. Lo cual podría facilitar la capacidad a los elem(s) de crear una cortina de humo para facilitar el avance de propia tropa. La ventaja de la utilización de las granadas de humo de 40mm disparadas desde un LzGr por sobre las granadas de humo de mano, es que posibilitan crear la cortina de humo en una distancia mucho mayor a la que se podría lograr con las granadas de mano. Al estar hablando de una diferencia de cientos de metros (según modelo de lanzador y granadas), se puede, incluso, saturar con humo las posiciones enemigas para impedirle realizar fuego apuntado en cualquier dirección y no cubrir solamente el estrecho frente que utilizaría el elemento para avanzar. Las ventajas de dotar a los granaderos con éste tipo de granadas de 40mm por sobre las granadas de fusil son que el alcance de éstas granadas con los lanzadores es de 400m, contra los 125m efectivos con las regletas de los Paf/Pdef. Otra de las ventajas, es la posibilidad de que el granadero, en vez de verse limitado a llevar por cuestiones de tamaño y comodidad cuatro o cinco granadas, pueda llevar muchas más granadas de 40mm, por su menor tamaño. Incluso tendrían aplicación en las misiones de paz al ofrecer la posibilidad de lanzar grana-das de gas lacrimógeno en caso de necesitar dispersar a una turba enardecida. Si bien puede llevar las granadas en un morral, la opción más interesante es un chaleco preparado para tal fin que permita llevar una gran cantidad de granadas a mano como el que aparece a continuación, ofreciendo según el modelo, la capacidad de llevar veinte, treinta o hasta cuarenta granadas. Chaleco porta granadas de 40mm Si bien ya existen modelos de LzGr en el país que incluso son fabricados por FM, éstos son del tipo que utilizan las FFSS, o como los M-79 que se utilizaban en la era Vietnam por los EEUU, lo cual, si bien proporcionaría el poder de fuego de las granadas de 40mm, forza-ría a perder un tirador por cada soldado que estuviese equipado con éste tipo de lanzagrana-das. Lanzagranadas M-79 La idea entonces, radica en dotar a los granaderos de un LzGr del tipo M-203, famoso por ser utilizado con los M-16 por el Ejército Estadounidense. Lanzagranadas M203 La fabricación de éste tipo de lanzadores, no representa ningún desafío tecnológico en lo absoluto y existe en el país sobrada capacidad ociosa para poner en marcha la producción de éste tipo de armas que complementarían en forma más que importante a las menores frac-ciones para llevar a cabo el cumplimiento de sus misiones. Los costos de producción de éste lanzagranadas no serían para nada significativos, ya que su funcionamiento es en extremo simple, no requiere de materiales costosos y se podrían uti-lizar las instalaciones y maquinaria de la Fábrica Militar Fray Luís Beltrán. Respecto de la munición, no es nada nuevo, puesto que actualmente ya se encuentra en uso en los MK19 montados sobre los vehículos Hummer de los Esc Expl C y con los LzGr M203 de las Ca Cdo(s). Otra de las modificaciones que se nombraron fue la introducción de tiradores de primera en las composiciones orgánicas de las Sec I. Pero lo primero que hay que aclarar es: ¿Qué es un tirador de primera? Según el Capitán Jorge Javier Muga, tal como lo define en su artículo “Los tiradores selectos y su aplicación militar” de la revista del suboficial Nº 664/07 de Abr/Jun 07 es: “Como todo tirador selecto, el tirador de primera está entrenado en el tiro de precisión, pero, a diferencia del tirador especial, no realiza misiones en forma indepen-diente, sino que acompaña permanentemente a su fracción y bate blancos selectivos a or-den” Para posibilitar incorporar esta modificación, hace falta un arma con la cual dotar a éstos tiradores. Muchos pensarían inmediatamente en la adquisición de fusiles Rémington 700, o de modificaciones al FAL dotándolo de montajes para miras de precisión, cañones pesados Bull Barrel flotados, bípodes Harris adosados al armazón, etc. Sin embargo, por muy ten-tadoras que resulten esas opciones, no cumplen con una de las premisas de realización del presente trabajo que es que sean de actual disponibilidad en el EA, de bajo costo y de fácil incorporación tratando de no incurrir en insumos extranjeros. La solución más viable enton-ces se vuelve la utilización de los fusiles Máuser modificados. Dichas modificaciones con-sisten simplemente en cambiar el cañón (hay que recordar que el Máuser es calibre 7,65x54) por un cañón FM de 7,62mm que actualmente se produce y es común su comercialización en el mercado de armas civil. El curvar la manivela del cerrojo hacia abajo casi en 90º para posibilitar la colocación de una mira telescópica adecuada. Esto se logra calentando al rojo vivo la manivela del cerrojo y doblándola en el punto donde se separa del mismo. También sería necesario el cambio de culata para alivianar el peso y otorgarle mejor agarre y comodi-dad en su ergonomía. Culata customizada de Kevlar para fusil Máuser 1909 mod. Argentino La introducción de éste fusil como elemento de dotación para un tirador selecto tiene dos grandes aspectos a favor y que posibilitarían hacerlo entrar en servicio casi instantáneamen-te, los cuales son: La existencia del fusil Máuser 1909 dentro de las salas de armas del EA es extenso, y no debería haber problema para lograr modificar el número necesario para cubrir todas las necesidades expuestas según cantidad de grupos por sección, secciones por regi-miento y cantidad de regimientos. Sin ir más lejos, los números disponibles de éste fusil tan sólo en el Colegio Militar de la Nación son de alrededor de 200. La otra gran ventaja, es que ya ha sido aplicado parcialmente en el EA, por cuanto tiene ya un tiempo de servicio y hasta el momento, nada más que excelentes prestaciones. Existen dos de éstos fusiles modificados tal como se ha establecido precedentemente en el Regimiento de Infantería de Montaña 10 “Tte Grl Racedo”. En dicho regimiento se creó un Gpo Tir(s) Avanzados dentro de la Ca Cdo del regimiento a órdenes del JR. “El tirador avanzado es el tirador orgánico de las unidades de combate de infantería y caballería (caballería de montaña y paracaidista). Se trata de un suboficial que trabajo dentro de un grupo, en pareja con un designador y bajo órdenes del oficial de operaciones (S3) o el de inteligencia (S2), de acuerdo con las características de la opera-ción, ya que puede desempeñarse como observador adelantado, especialmente durante ope-raciones defensivas. En un regimiento, se designan tres parejas de tiradores avanzados, que pueden operar en conjunto o asignadas a las subunidades de acuerdo con el planeamiento desarrollado.” Según experiencias en dicho regimiento, se logra alcanzar batir blancos hasta los 800 mts. Distancia más que suficiente y que de hecho excede por mucho (el doble) la distancia a la que baten blancos los tiradores de primera. Esto demuestra que con una mínima inversión que es el cambio de cañones por los 7,62mm que la misma FM fabrica y nuevas culatas se podría lograr un arma de excelentes prestaciones para dotar a los tiradores selectos con ma-terial actualmente disponible en buenas cantidades en el EA. Lo único costoso para terminar de concretar un sistema completo sería dotar al arma de una mira acorde. Sin embargo, los costos podrían reducirse en mucho si se hiciera un pedido en masa para dotar a todos los fu-siles modificados de una mira. Además, vale destacar que como es un sistema que está pen-sado para batir blancos hasta los 400 metros, tampoco supondría el ponerle una mira de ele-vados costos como sí se trata de aquellas que sirven para lograr la adquisición de blancos a distancias mayores. Fusil Máuser modificado para el tiro de precisión Por cuanto respecta a los LCoh, si bien lo ideal en éste aspecto sería utilizar algún sistema parecido al ruso RPG-7 por su alcance, tipos de granadas disponibles o como el Carl Gustaf, todavía en uso en ejércitos del primer mundo por la variedad de municiones que ofrece y al-cance del mismo como reemplazo del ya obsoleto Instalaza, presenta algunos inconvenien-tes. El principal inconveniente, y que lo deja fuera de todo tipo de contemplación es el costo, aunque el sistema RPG-7 pueda adquirirse a bajo costo y esté actualmente en uso en otros ejércitos regionales como ser el de la República del Perú, implicaría depender de insumos extranjeros y ahondar en costos de adquisición hoy día imposibles de afrontar. Por lo tanto, resulta como alternativa más viable la continuación del desarrollo del Lcoh de muy corto al-cance “MARA” muy similar al LAW M72 americano, de producción íntegramente nacional, bajo peso, descartable y que aún ofrece la posibilidad de disponer de una boca de fuego más, ya que un tirador puede ser designado como apuntador de éste tipo de arma sin que por ello resigne su fusil, como si lo haría en el caso de los lanzacohetes anteriormente mencionados. De Izquierda a derecha, LCoh RPG-7, LCoh Carl Gustaf y Lcoh MARA Conclusión: El concepto de una infantería de masa ha evolucionado con el transcurso del tiempo hasta estos días en los cuales se prioriza la formación de conjuntos ágiles, dota-dos de movilidad y gran potencia de fuego por sobre la mera cantidad. Por esto, resulta im-prescindible llevar a cabo la reestructuración expuesta en el presente trabajo por diversas cuestiones. La difícil situación presupuestaria de la cual viene siendo protagonista el Ejército Argenti-no desde hace ya varios años, sino décadas, imponen la obligatoriedad de buscar respuestas a las necesidades actuales haciendo una máxima utilización de los recursos disponibles. Las capacidades tanto humanas como materiales dentro del EA deben ser explotadas en un pro-ceso que permita la adecuación del material de dotación en las unidades de infantería para cumplir con los estándares que exige el combate moderno. Es por ello que las alternativas y propuestas elaboradas en el presente trabajo buscan minimizar y llevar a ínfimos los costos monetarios de tal proceso apoyándose principalmente en el trabajo humano y de maquinaria a disposición del Ejército como así también de sus recursos actualmente disponibles, como ser la introducción de un arma para tirador selecto con los Máuser 1909 cuyo único propósi-to al momento, es su utilización para los desfiles y paradas, o los fusiles FAL que pululan en inmensas cantidades en las salas de armas a la espera de ser aggiornados para dotar al com-batiente individual de un arma llevada a nueva, de probada eficacia, con profunda experien-cia y conocimiento del mismo por parte de los técnicos, diseñadores y mecánicos, y con un poder de detención envidiable para otros tipos de armas que ni sombra le hacen. Todo esto sin incurrir en los costosos procesos que suponen comprar las mismas en el exte-rior, con lo que ello implica, que es depender de insumos externos y estar atados a tipos de cambio ajenos, o de adquirir una licencia que es algo a lo que en éste momento no se puede hacer frente con los recursos disponibles. La falta de presupuesto NO es excusa para no evolucionar en forma positiva hacia la ac-tualización y puesta en marcha de componentes del nivel táctico que requieren más que nada trabajo por sobre una inversión monetaria. Las modificaciones del nivel táctico inferior co-mo las expresadas, pueden ser llevadas a cabo tan sólo redireccionando parte del flujo de fondos actualmente a disposición, ya que no sería una inversión permanente, sino que una vez que las modificaciones e introducciones de material/armamento hayan sido realizadas, no se deberá incurrir ya en ningún otro gasto que no sea mantenimiento (tal como se lo rea-liza actualmente) o, cuando mucho, el consumo de la munición de 40mm para el caso de los LzGr. A modo de ejemplo, el monto total que se plantea ejecutar en la recuperación y vuelta al servicio de tres helicópteros Aeroespatiale AS-332 B "SUPERPUMA" para el Comando de Aviación de Ejército asciende hasta los casi treinta y nueve millones de pesos en un pla-zo de dos años, iniciando su ejecución en el 2008, previendo terminarla para el año 2010. MONTOS Estimado años anteriores/ Ejecutado (en valores corrientes) $0,00 2008.................... $21.478.750,00 2009.................... $10.885.500,00 2010.................... $2.669.750,00 Saldo.................... $3.932.350,00 Monto Total.......... $38.966.350,00 [/QUOTE]
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