Derruido
Colaborador
El sistema de reservas y movilización venezolano
Abr-25-08 - por Ignacio J. Osacar (Coordinador de la Comisión de Defensa del CENM)
El último 12 de abril fue anunciada por el Presidente Hugo Chávez, la creación del Comando General de la Reserva y Movilización Nacional, con dependencia directa del Presidente y la asignación de un presupuesto propio, lo que posibilita que esta organización se constituya como una quinta Fuerza, además del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y las Fuerzas Armadas de Cooperación o Guardia Nacional.
Si lo comparamos con el modelo de Defensa cubano, implementado desde hace muchos años por Fidel Castro, encontraremos muchas semejanzas, en este caso las Milicias de Tropas Territoriales y el Ejército Juvenil de Trabajo forman parte integral de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, las que además cuentan con el apoyo de las Brigadas de Producción y Defensa que complementan el poder militar en caso de guerra y tienen misiones específicas asignadas dentro del planeamiento operacional.
Lo que ha sorprendido a muchos es, en realidad, la continuación de un plan que se ha desarrollado sin pausa desde el comienzo del gobierno bolivariano, ya que el mismo fue activado por disposición del presidente Chávez en 1987, dependiendo en ese momento del Comando General del Ejército. La organización, misiones y funciones de las reservas fueron puntualizadas en la nueva Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas (LOFAN) promulgada en 2005.
El actual ministro de Defensa, General en Jefe Gustavo Reyes Ranguel Briceño, ocupó la comandancia de las reservas con anterioridad a su nombramiento actual. Esto evidencia la importancia dada a la misma, considerando la proyección de carrera que han tenido posteriormente muchos de los comandantes que pasaron por ese cargo, quienes han gozado de la confianza presidencial por su incondicionalidad política, en igual medida que por sus antecedentes profesionales.
El actual Comandante es el General de División Carlos Freites Reyes, quien tuvo este mismo cargo anteriormente, con el grado de Coronel.
En la actualidad la Reserva está organizada en 9 Agrupaciones, que controlan 42 batallones. Cada agrupación tiene un despliegue territorial coincidente con la delimitación de uno o más Estados (Provincias), y los batallones correspondientes se asientan en las localidades con mayor concentración de habitantes dentro del estado.
El orden de batalla registra a la 1ra Agrupación (Agr) con 4 Batallones (B), la 2da Agr con 4 B, la 3ra Agr con 5 B, la 4ta Agr con 6 B, la 5ta Agr con 4 B, la 6ta Agr con 10 B, la 7ma Agr con 4 B, la 8va Agr con 5 B y la 9na Agr que constituye el Comando de la Reserva.
En el reciente decreto de creación de esta organización como Fuerza independiente, también se crean 7 nuevos Batallones y se designan a sus jefes, con lo cual se observa un proceso en pleno desarrollo en la formación de nuevas unidades, en la medida que regionalmente se alcanzan los niveles de reclutamiento de efectivos mínimos requeridos, que oscilan entre 200 y 300 hombres.
Venezuela tiene una población de 26.414.815 habitantes según proyecciones estimadas al 2008. Las Fuerzas Armadas Bolivarianas tienen un efectivo total de 82.300 hombres en servicio activo, entre cuadros permanentes y conscriptos. En 2005 el número de hombres y mujeres disponible para el servicio militar, por estar comprendidos entre los 18 y 49 años de edad, era de 12.373.634 individuos; de éstos se apreciaba que sólo 10.059.790 estaban aptos por su estado de salud psicofísico. Se debe tener en cuenta que anualmente alcanzan la edad militar unos 489.696 venezolanos. La conscripción militar es selectiva a nivel individual y varía según las distintas regiones con una duración de 30 meses. Las reservas con aceptable nivel de adiestramiento y posibilidades de convocatoria en tiempos reducidos eran apreciadas en no más de 8.000 efectivos para todas las Fuerzas en 2005.
El análisis de estos datos demográficos seguramente inspiran a los planificadores militares a organizar el aprovechamiento intensivo del potencial humano, para el caso de guerra u otras emergencias nacionales y desde el punto de vista cívico, que es igualmente importante, se dispone de un modo eficaz de ejercer el control político sobre un sector importante de la población, en especial de la juventud, e imponer la disciplina social mediante el trabajo comunitario, el uso del tiempo libre y el adoctrinamiento ideológico sistemático.
Según el General Freites Rojas, se esperaba completar la inscripción de un total de 1.500.000 reservistas para fines de 2007 y para el 2013 esa cifra ascendería a 15 millones. Es este punto en el futuro confluiría una sociedad militarizada por fuerzas armadas politizadas.
La ley (LOFAN) de 2005 puntualiza que todo el sistema está constituido por: "Un Comandante y una Jefatura de Estado Mayor, Zonas Militares, Servicio de Conscripción y Alistamiento Militar, las Unidades Militares de Reserva Movilizada y los Grupos de Resistencia de la Guardia Territorial". Independientemente de la intencionalidad política que pudiera existir en forma subyacente, el modelo es probablemente eficiente si se lo implementa con continuidad y recursos, dentro del concepto integrado de guerra asimétrica y "nación en armas".
El artículo 13 decía: "El Comandante de la Reserva Nacional y de la Movilización Nacional depende directamente del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, y tiene bajo su mando las Unidades de Reserva organizada y la Guardia Territorial organizada". Por lo cual esa dependencia directa ya existía, aunque no con presupuesto independiente, que es lo que modifica el decreto 3560, y que representa una diferencia substancial.
En otro artículo se define que la Reserva Nacional está constituida por: "...todos los venezolanos y venezolanas, mayores de edad, que no estén en servicio activo, que hayan cumplido con el servicio militar o que voluntariamente se incorporen a las unidades de reserva que al efecto sean conformadas".
En la misión se puntualiza: "Es responsable de complementar la Fuerza Armada Nacional activa para el cumplimiento de sus funciones y proporcionar reemplazos a sus unidades, y cualquier otra tarea que se le asigne para la defensa integral de la nación. Las unidades de reserva participan en desarrollo nacional y en la cooperación para el mantenimiento de orden interno". Este último punto deja clara la posibilidad legal de cumplir tareas de seguridad y policiales, cosa necesaria para la represión de insurgencia o disidencia.
Respecto a la segunda organización, que es la Guardia Territorial, expresa "... esta formada por los ciudadanos y ciudadanas que voluntariamente se organicen para cumplir funciones de resistencia local ante cualquier agresión interna o invasión de fuerzas extranjera". Respecto a la misión detalla que es "...la preparación y mantenimiento del pueblo organizado para operaciones de resistencia local, ante cualquier agresión interna y/o externa, así como la participación en misiones especiales de defensa y desarrollo integral de la Nación".
Otras semejanzas con el paradigma cubano es la articulación del sistema para que funcione no sólo como herramienta del poder militar y de seguridad, sino también como fuerza de asistencia social a la comunidad y a la producción, con lo cual muchos de sus integrantes tendrán obligaciones que se relacionan poco con la instrucción y adiestramiento militar en su interpretación convencional. Los programas sociales se orientan a la asistencia alimenticia, la educación, la salud, la infraestructura y los servicios básicos.
La preparación militar específica se concentra en el uso de armas individuales, en la instrucción de morteros, explosivos, operaciones psicológicas, operaciones especiales, comunicaciones, francotiradores, además de cursos de formación de oficiales y suboficiales, según se verifica en anuncios realizados públicamente.
En los planes de resistencia nacional juega un importante rol la organización de los consejos populares de resistencia en cada población, a fin de organizar integradamente con las autoridades civiles locales las acciones activas y pasivas a ejecutar en la eventualidad de la ocupación territorial parcial o total por fuerzas extranjeras.
A diferencia de Cuba, la situación económica de Venezuela permitiría sostener adecuadamente los objetivos buscados, respecto a las reservas y a la movilización nacional, con aceptable éxito, al menos mientras los efectivos organizados para operaciones militares no sobrepasen determinadas magnitudes, las que hemos visto son muy optimistas. Se aprecia que en realidad importantes efectivos estarían previstos para tareas civiles de asistencia social y de producción, con el valor agregado de la disciplina y el adoctrinamiento político.
El alistamiento de los reservistas implica contar con vestuario, armamento, munición y equipo almacenados y mantenidos en condiciones de uso, hasta tanto sean utilizados, ya sea para el adiestramiento periódico, normalmente semanal o mensual o en caso de guerra. Esto último es un difícil desafío, incluso para países con mucha experiencia y holgadas partidas asignadas con ese fin exclusivo. Hasta ahora la realidad de los reservistas venezolanos se ha podido apreciar más por su presencia en desfiles y concentraciones populares que en ejercitaciones en el terreno con armamento y munición de guerra.
Fuentes:
www.cia.gov consultado24-04-08
www.reservanacional.mil.ve consultado 24-04-08
"Military Balance 2005-2006" International Institute for Strategic Studies, Lond
Abr-25-08 - por Ignacio J. Osacar (Coordinador de la Comisión de Defensa del CENM)
El último 12 de abril fue anunciada por el Presidente Hugo Chávez, la creación del Comando General de la Reserva y Movilización Nacional, con dependencia directa del Presidente y la asignación de un presupuesto propio, lo que posibilita que esta organización se constituya como una quinta Fuerza, además del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y las Fuerzas Armadas de Cooperación o Guardia Nacional.
Si lo comparamos con el modelo de Defensa cubano, implementado desde hace muchos años por Fidel Castro, encontraremos muchas semejanzas, en este caso las Milicias de Tropas Territoriales y el Ejército Juvenil de Trabajo forman parte integral de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, las que además cuentan con el apoyo de las Brigadas de Producción y Defensa que complementan el poder militar en caso de guerra y tienen misiones específicas asignadas dentro del planeamiento operacional.
Lo que ha sorprendido a muchos es, en realidad, la continuación de un plan que se ha desarrollado sin pausa desde el comienzo del gobierno bolivariano, ya que el mismo fue activado por disposición del presidente Chávez en 1987, dependiendo en ese momento del Comando General del Ejército. La organización, misiones y funciones de las reservas fueron puntualizadas en la nueva Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas (LOFAN) promulgada en 2005.
El actual ministro de Defensa, General en Jefe Gustavo Reyes Ranguel Briceño, ocupó la comandancia de las reservas con anterioridad a su nombramiento actual. Esto evidencia la importancia dada a la misma, considerando la proyección de carrera que han tenido posteriormente muchos de los comandantes que pasaron por ese cargo, quienes han gozado de la confianza presidencial por su incondicionalidad política, en igual medida que por sus antecedentes profesionales.
El actual Comandante es el General de División Carlos Freites Reyes, quien tuvo este mismo cargo anteriormente, con el grado de Coronel.
En la actualidad la Reserva está organizada en 9 Agrupaciones, que controlan 42 batallones. Cada agrupación tiene un despliegue territorial coincidente con la delimitación de uno o más Estados (Provincias), y los batallones correspondientes se asientan en las localidades con mayor concentración de habitantes dentro del estado.
El orden de batalla registra a la 1ra Agrupación (Agr) con 4 Batallones (B), la 2da Agr con 4 B, la 3ra Agr con 5 B, la 4ta Agr con 6 B, la 5ta Agr con 4 B, la 6ta Agr con 10 B, la 7ma Agr con 4 B, la 8va Agr con 5 B y la 9na Agr que constituye el Comando de la Reserva.
En el reciente decreto de creación de esta organización como Fuerza independiente, también se crean 7 nuevos Batallones y se designan a sus jefes, con lo cual se observa un proceso en pleno desarrollo en la formación de nuevas unidades, en la medida que regionalmente se alcanzan los niveles de reclutamiento de efectivos mínimos requeridos, que oscilan entre 200 y 300 hombres.
Venezuela tiene una población de 26.414.815 habitantes según proyecciones estimadas al 2008. Las Fuerzas Armadas Bolivarianas tienen un efectivo total de 82.300 hombres en servicio activo, entre cuadros permanentes y conscriptos. En 2005 el número de hombres y mujeres disponible para el servicio militar, por estar comprendidos entre los 18 y 49 años de edad, era de 12.373.634 individuos; de éstos se apreciaba que sólo 10.059.790 estaban aptos por su estado de salud psicofísico. Se debe tener en cuenta que anualmente alcanzan la edad militar unos 489.696 venezolanos. La conscripción militar es selectiva a nivel individual y varía según las distintas regiones con una duración de 30 meses. Las reservas con aceptable nivel de adiestramiento y posibilidades de convocatoria en tiempos reducidos eran apreciadas en no más de 8.000 efectivos para todas las Fuerzas en 2005.
El análisis de estos datos demográficos seguramente inspiran a los planificadores militares a organizar el aprovechamiento intensivo del potencial humano, para el caso de guerra u otras emergencias nacionales y desde el punto de vista cívico, que es igualmente importante, se dispone de un modo eficaz de ejercer el control político sobre un sector importante de la población, en especial de la juventud, e imponer la disciplina social mediante el trabajo comunitario, el uso del tiempo libre y el adoctrinamiento ideológico sistemático.
Según el General Freites Rojas, se esperaba completar la inscripción de un total de 1.500.000 reservistas para fines de 2007 y para el 2013 esa cifra ascendería a 15 millones. Es este punto en el futuro confluiría una sociedad militarizada por fuerzas armadas politizadas.
La ley (LOFAN) de 2005 puntualiza que todo el sistema está constituido por: "Un Comandante y una Jefatura de Estado Mayor, Zonas Militares, Servicio de Conscripción y Alistamiento Militar, las Unidades Militares de Reserva Movilizada y los Grupos de Resistencia de la Guardia Territorial". Independientemente de la intencionalidad política que pudiera existir en forma subyacente, el modelo es probablemente eficiente si se lo implementa con continuidad y recursos, dentro del concepto integrado de guerra asimétrica y "nación en armas".
El artículo 13 decía: "El Comandante de la Reserva Nacional y de la Movilización Nacional depende directamente del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, y tiene bajo su mando las Unidades de Reserva organizada y la Guardia Territorial organizada". Por lo cual esa dependencia directa ya existía, aunque no con presupuesto independiente, que es lo que modifica el decreto 3560, y que representa una diferencia substancial.
En otro artículo se define que la Reserva Nacional está constituida por: "...todos los venezolanos y venezolanas, mayores de edad, que no estén en servicio activo, que hayan cumplido con el servicio militar o que voluntariamente se incorporen a las unidades de reserva que al efecto sean conformadas".
En la misión se puntualiza: "Es responsable de complementar la Fuerza Armada Nacional activa para el cumplimiento de sus funciones y proporcionar reemplazos a sus unidades, y cualquier otra tarea que se le asigne para la defensa integral de la nación. Las unidades de reserva participan en desarrollo nacional y en la cooperación para el mantenimiento de orden interno". Este último punto deja clara la posibilidad legal de cumplir tareas de seguridad y policiales, cosa necesaria para la represión de insurgencia o disidencia.
Respecto a la segunda organización, que es la Guardia Territorial, expresa "... esta formada por los ciudadanos y ciudadanas que voluntariamente se organicen para cumplir funciones de resistencia local ante cualquier agresión interna o invasión de fuerzas extranjera". Respecto a la misión detalla que es "...la preparación y mantenimiento del pueblo organizado para operaciones de resistencia local, ante cualquier agresión interna y/o externa, así como la participación en misiones especiales de defensa y desarrollo integral de la Nación".
Otras semejanzas con el paradigma cubano es la articulación del sistema para que funcione no sólo como herramienta del poder militar y de seguridad, sino también como fuerza de asistencia social a la comunidad y a la producción, con lo cual muchos de sus integrantes tendrán obligaciones que se relacionan poco con la instrucción y adiestramiento militar en su interpretación convencional. Los programas sociales se orientan a la asistencia alimenticia, la educación, la salud, la infraestructura y los servicios básicos.
La preparación militar específica se concentra en el uso de armas individuales, en la instrucción de morteros, explosivos, operaciones psicológicas, operaciones especiales, comunicaciones, francotiradores, además de cursos de formación de oficiales y suboficiales, según se verifica en anuncios realizados públicamente.
En los planes de resistencia nacional juega un importante rol la organización de los consejos populares de resistencia en cada población, a fin de organizar integradamente con las autoridades civiles locales las acciones activas y pasivas a ejecutar en la eventualidad de la ocupación territorial parcial o total por fuerzas extranjeras.
A diferencia de Cuba, la situación económica de Venezuela permitiría sostener adecuadamente los objetivos buscados, respecto a las reservas y a la movilización nacional, con aceptable éxito, al menos mientras los efectivos organizados para operaciones militares no sobrepasen determinadas magnitudes, las que hemos visto son muy optimistas. Se aprecia que en realidad importantes efectivos estarían previstos para tareas civiles de asistencia social y de producción, con el valor agregado de la disciplina y el adoctrinamiento político.
El alistamiento de los reservistas implica contar con vestuario, armamento, munición y equipo almacenados y mantenidos en condiciones de uso, hasta tanto sean utilizados, ya sea para el adiestramiento periódico, normalmente semanal o mensual o en caso de guerra. Esto último es un difícil desafío, incluso para países con mucha experiencia y holgadas partidas asignadas con ese fin exclusivo. Hasta ahora la realidad de los reservistas venezolanos se ha podido apreciar más por su presencia en desfiles y concentraciones populares que en ejercitaciones en el terreno con armamento y munición de guerra.
Fuentes:
www.cia.gov consultado24-04-08
www.reservanacional.mil.ve consultado 24-04-08
"Military Balance 2005-2006" International Institute for Strategic Studies, Lond