Menú
Inicio
Visitar el Sitio Zona Militar
Foros
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Qué hay de nuevo
Nuevos mensajes
Última actividad
Miembros
Visitantes actuales
Entrar
Registrarse
Novedades
Buscar
Buscar
Buscar sólo en títulos
Por:
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Menú
Entrar
Registrarse
Inicio
Foros
Area Militar General
Historia Militar
En el Mando Supremo de Hitler
JavaScript is disabled. For a better experience, please enable JavaScript in your browser before proceeding.
Estás usando un navegador obsoleto. No se pueden mostrar estos u otros sitios web correctamente.
Se debe actualizar o usar un
navegador alternativo
.
Responder al tema
Mensaje
<blockquote data-quote="Stormnacht" data-source="post: 775533" data-attributes="member: 341"><p><strong> El industrial sueco Dahlerus contemplaba el paso de la comitiva hitleriana desde la ventana del edificio de la Embajada inglesa. A las doce alguien preguntó por él al teléfono. Era el mariscal Hermann Goering, quien le rogaba que acudiera a la Cancillería lo antes posible.</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong> - Le enviaré dos oficiales que le acompañarán hasta aquí, para que no tenga dificultades con la guardia...</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong> Dahlerus se despidió apresuradamente del embajador Henderson, y pocos minutos después se hallaba frente al mariscal Goering en la parte reconstruida de la antigua Cancillería. Goering le preguntó:</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong> -¿Ha oído usted el discurso del Führer?</strong></p><p><strong> - Sólo en parte...</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong> Goering se levantó, y con las manos cruzadas a la espalda paseó de un lado al otro. El sueco presintió que Hermann Goering tenía algo importante que comunicarle.</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong> - ¿No sabe usted que el Führer me ha nombrado su sucesor? Esto me confiere la posibilidad de hacer algo para lograr una solución pacífica del conflicto. Aunque, como es natural, en calidad de sucesor del Führer debo seguir siendo leal a sus directrices políticas, pero ello no es óbice para que intente llegar a un acuerdo entre Alemania y Gran Bretaña...</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong> Goering se detuvo de pronto en el centro de la estancia y se volvió hacia su visitante.</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong> - ¿Cree usted, Herr Dahlerus - le dijo en voz entrecortada por la emoción -, cree usted que es posible aún establecer un convenio entre Inglaterra y Alemania?</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong> Hacía escasamente media hora que Birger Dahlerus había oído de boca del embajador británico que la invasión de Polonia por Alemania había destruido la última esperanza de poder llegar a un arreglo pacífico.</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong> - No lo sé, Excelencia -respondió Dahlerus -. La única esperanza consiste, en mi opinión, en que usted mismo se reúna sin perder tiempo con los delegados ingleses e intente concertar una solución...</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong> Goering se quedó como electrizado, pero en su macizo cuerpo se desató de súbito la necesidad de movimiento.</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong> - Aguarde un minuto - dijo -. Voy a hablar con el Führer.</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong> Regresó a los pocos minutos e invitó a Birger Dahlerus a que le siguiera. En su camino hacia la Cancillería del Reich tropezó Dahlerus con el lugarteniente del Führer, Rudolf Hess, el ministro del interior, Frick, el <em>Reichsführer</em> de las S.S., Himmler, y otros muchos jefes y generales. Ante una puerta en la que montaban la guardia dos miembros de las S.S., Hermann Goering se detuvo unos instantes. Antes de entrar en el amplio despacho de trabajo de Adolf Hitler, el mariscal manifestó a Dahlerus que informara de todo al Führer, pues éste le escucharía. Acto seguido, hicieron su entrada en el despacho de Hitler.</strong></p><p><strong> Birger Dahlerus abarcó con una mirada el panorama completo del amplio interior de la sala. En el centro de la misma estaba el Führer, con las manos plegadas en el regazo, vistiendo un nuevo uniforme de campaña. El sueco se encaminó hacia él y le dio la mano. Hitler comenzó acumulando contra Inglaterra un reproche tras otro, diciendo que los ingleses no deseaban la paz, y que únicamente obraban a impulsos de sus intereses egoístas y por su afán de mantener el dominio universal...</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong> - Estoy firmemente decidido - dijo, continuando su monólogo - a aplastar la resistencia polaca y a destruir al pueblo polaco. Si los ingleses desean entablar negociaciones, estoy siempre dispuesto a ello. Pero si no quieren entender nuestra posición y persisten en actuar en defensa de sus solos intereses, habrá lucha, y los ingleses pagarán bien caras sus propias culpas...</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong><img src="http://i63.photobucket.com/albums/h154/cactus-1/Schleswig-Holstein.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></strong></p><p><strong><strong>1 de setiembre. El buque alemán Schleswig-Holstein abre fuego contra las fuerzas polacas fortificadas de Westerplatte. Terminarán por rendirse el 7 de setiembre...</strong></strong></p><p><strong><img src="http://i63.photobucket.com/albums/h154/cactus-1/pol3.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></strong></p><p><strong><strong>Otra imagen del ataque...</strong></strong></p><p><strong></strong></p><p><strong><img src="http://i63.photobucket.com/albums/h154/cactus-1/pol5.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></strong></p><p><strong><strong>Panzertruppen Heinz Guderian presentándose ante el Führer...</strong></strong></p><p><strong></strong></p><p><strong><img src="http://i63.photobucket.com/albums/h154/cactus-1/pol6.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></strong></p><p><strong><strong>Oficiales rusos y alemanes en Brest-Litvosk reunidos en "extraña camaradería" un 18 de setiembre...[/B</strong></strong></p><p><strong><strong></strong></strong></p><p><strong><strong><img src="http://i63.photobucket.com/albums/h154/cactus-1/go278.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></strong></strong></p><p><strong><strong></strong></strong></p><p><strong><strong></strong></strong></p><p><strong><strong> La palabra del jefe de Estado alemán se tornó aguda, provocándole algunos falsetes en la voz.</strong></strong></p><p><strong><strong></strong></strong></p><p><strong><strong> - Si Inglaterra desea luchar durante un año, yo también lucharé durante un año. Si Inglaterra desea hacerlo durante dos años, también yo estoy dispuesto a hacerlo. Si quiere luchar tres años, yo lo haré asimismo, y hasta diez años, si es necesario...</strong></strong></p><p><strong><strong></strong></strong></p><p><strong><strong> Parecía estar fuera de sí. Blandía ambos puños y se contorcía hasta tocar casi el suelo. La situación era sumamente embarazosa. ¡Y también de tan trágicas consecuencias para el mundo entero! Hasta Goering dio media vuelta y volvió la espalda al Führer.</strong></strong></p><p><strong><strong> A última hora de la tarde, Dahlerus llamó por teléfono a Londres desde la Embajada británica. Un miembro del Gobierno le hizo saber las condiciones por las que Inglaterra se avendría a iniciar las negociaciones: Alemania tendría que interrumpir inmediatamente las hostilidades y ordenar la retirada de sus tropas tras sus propias fronteras. Cuando el hombre de negocios regresó al cuartel general del mariscal Goering, los vendedores de periódicos pregonaban el primer parte oficial de guerra de la Wehrmacht. Dahlerus adquirió un ejemplar, el cual hojeó mientras se dirigía en automóvil al encuentro de Goering.</strong></strong></p><p><strong><strong></strong></strong></p><p><strong><strong><img src="http://i63.photobucket.com/albums/h154/cactus-1/pol1.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></strong></strong></p><p><strong><strong><strong>La prensa británica actuó en consecuencia...</strong></strong></strong></p><p><strong><strong></strong></strong></p><p><strong><strong> <em>" En el curso de las acciones ofensivas en Silesia, Pomerania y Prusia Oriental, se han producido en todos los sectores del frente los esperados éxitos iniciales...</em></strong></strong></p><p><strong><strong><em> " Las fuerzas aéreas alemanas dominan por completo el espacio aéreo enemigo, pese a que el grueso de la Luftwaffe se halla estacionado en el centro y oeste de Alemania..." </em></strong></strong></p><p><strong><strong></strong></strong></p><p><strong><strong></strong></strong></p><p><strong><strong> Parte 16</strong></strong></p><p><strong><strong></strong></strong></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Stormnacht, post: 775533, member: 341"] [B] El industrial sueco Dahlerus contemplaba el paso de la comitiva hitleriana desde la ventana del edificio de la Embajada inglesa. A las doce alguien preguntó por él al teléfono. Era el mariscal Hermann Goering, quien le rogaba que acudiera a la Cancillería lo antes posible. - Le enviaré dos oficiales que le acompañarán hasta aquí, para que no tenga dificultades con la guardia... Dahlerus se despidió apresuradamente del embajador Henderson, y pocos minutos después se hallaba frente al mariscal Goering en la parte reconstruida de la antigua Cancillería. Goering le preguntó: -¿Ha oído usted el discurso del Führer? - Sólo en parte... Goering se levantó, y con las manos cruzadas a la espalda paseó de un lado al otro. El sueco presintió que Hermann Goering tenía algo importante que comunicarle. - ¿No sabe usted que el Führer me ha nombrado su sucesor? Esto me confiere la posibilidad de hacer algo para lograr una solución pacífica del conflicto. Aunque, como es natural, en calidad de sucesor del Führer debo seguir siendo leal a sus directrices políticas, pero ello no es óbice para que intente llegar a un acuerdo entre Alemania y Gran Bretaña... Goering se detuvo de pronto en el centro de la estancia y se volvió hacia su visitante. - ¿Cree usted, Herr Dahlerus - le dijo en voz entrecortada por la emoción -, cree usted que es posible aún establecer un convenio entre Inglaterra y Alemania? Hacía escasamente media hora que Birger Dahlerus había oído de boca del embajador británico que la invasión de Polonia por Alemania había destruido la última esperanza de poder llegar a un arreglo pacífico. - No lo sé, Excelencia -respondió Dahlerus -. La única esperanza consiste, en mi opinión, en que usted mismo se reúna sin perder tiempo con los delegados ingleses e intente concertar una solución... Goering se quedó como electrizado, pero en su macizo cuerpo se desató de súbito la necesidad de movimiento. - Aguarde un minuto - dijo -. Voy a hablar con el Führer. Regresó a los pocos minutos e invitó a Birger Dahlerus a que le siguiera. En su camino hacia la Cancillería del Reich tropezó Dahlerus con el lugarteniente del Führer, Rudolf Hess, el ministro del interior, Frick, el [I]Reichsführer[/I] de las S.S., Himmler, y otros muchos jefes y generales. Ante una puerta en la que montaban la guardia dos miembros de las S.S., Hermann Goering se detuvo unos instantes. Antes de entrar en el amplio despacho de trabajo de Adolf Hitler, el mariscal manifestó a Dahlerus que informara de todo al Führer, pues éste le escucharía. Acto seguido, hicieron su entrada en el despacho de Hitler. Birger Dahlerus abarcó con una mirada el panorama completo del amplio interior de la sala. En el centro de la misma estaba el Führer, con las manos plegadas en el regazo, vistiendo un nuevo uniforme de campaña. El sueco se encaminó hacia él y le dio la mano. Hitler comenzó acumulando contra Inglaterra un reproche tras otro, diciendo que los ingleses no deseaban la paz, y que únicamente obraban a impulsos de sus intereses egoístas y por su afán de mantener el dominio universal... - Estoy firmemente decidido - dijo, continuando su monólogo - a aplastar la resistencia polaca y a destruir al pueblo polaco. Si los ingleses desean entablar negociaciones, estoy siempre dispuesto a ello. Pero si no quieren entender nuestra posición y persisten en actuar en defensa de sus solos intereses, habrá lucha, y los ingleses pagarán bien caras sus propias culpas... [IMG]http://i63.photobucket.com/albums/h154/cactus-1/Schleswig-Holstein.jpg[/IMG] [B]1 de setiembre. El buque alemán Schleswig-Holstein abre fuego contra las fuerzas polacas fortificadas de Westerplatte. Terminarán por rendirse el 7 de setiembre...[/B] [IMG]http://i63.photobucket.com/albums/h154/cactus-1/pol3.jpg[/IMG] [B]Otra imagen del ataque...[/B] [IMG]http://i63.photobucket.com/albums/h154/cactus-1/pol5.jpg[/IMG] [B]Panzertruppen Heinz Guderian presentándose ante el Führer...[/B] [IMG]http://i63.photobucket.com/albums/h154/cactus-1/pol6.jpg[/IMG] [B]Oficiales rusos y alemanes en Brest-Litvosk reunidos en "extraña camaradería" un 18 de setiembre...[/B [IMG]http://i63.photobucket.com/albums/h154/cactus-1/go278.jpg[/IMG] La palabra del jefe de Estado alemán se tornó aguda, provocándole algunos falsetes en la voz. - Si Inglaterra desea luchar durante un año, yo también lucharé durante un año. Si Inglaterra desea hacerlo durante dos años, también yo estoy dispuesto a hacerlo. Si quiere luchar tres años, yo lo haré asimismo, y hasta diez años, si es necesario... Parecía estar fuera de sí. Blandía ambos puños y se contorcía hasta tocar casi el suelo. La situación era sumamente embarazosa. ¡Y también de tan trágicas consecuencias para el mundo entero! Hasta Goering dio media vuelta y volvió la espalda al Führer. A última hora de la tarde, Dahlerus llamó por teléfono a Londres desde la Embajada británica. Un miembro del Gobierno le hizo saber las condiciones por las que Inglaterra se avendría a iniciar las negociaciones: Alemania tendría que interrumpir inmediatamente las hostilidades y ordenar la retirada de sus tropas tras sus propias fronteras. Cuando el hombre de negocios regresó al cuartel general del mariscal Goering, los vendedores de periódicos pregonaban el primer parte oficial de guerra de la Wehrmacht. Dahlerus adquirió un ejemplar, el cual hojeó mientras se dirigía en automóvil al encuentro de Goering. [IMG]http://i63.photobucket.com/albums/h154/cactus-1/pol1.jpg[/IMG] [B]La prensa británica actuó en consecuencia...[/B] [I]" En el curso de las acciones ofensivas en Silesia, Pomerania y Prusia Oriental, se han producido en todos los sectores del frente los esperados éxitos iniciales... " Las fuerzas aéreas alemanas dominan por completo el espacio aéreo enemigo, pese a que el grueso de la Luftwaffe se halla estacionado en el centro y oeste de Alemania..." [/I] Parte 16 [/B][/B] [/QUOTE]
Insertar citas…
Verificación
Libertador de Argentina
Responder
Inicio
Foros
Area Militar General
Historia Militar
En el Mando Supremo de Hitler
Este sitio usa cookies. Para continuar usando este sitio, se debe aceptar nuestro uso de cookies.
Aceptar
Más información.…
Arriba