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Malvinas 1982
Entrevistas y Relatos - Pilotos FAA y ARA
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<blockquote data-quote="Pedraso" data-source="post: 1329076" data-attributes="member: 10150"><p><a href="http://imgur.com/kfRkVAo"><img src="http://i.imgur.com/kfRkVAo.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></a></p><p></p><p><u><span style="font-family: 'Verdana'">Teniente Juan Micheloud</span></u><span style="font-family: 'Verdana'"> misión del 28/05/1982:</span></p><p></p><p><em><span style="font-family: 'Verdana'">No se apagaba la luz de “prohibido decolar” con ninguno de los procedimientos normales, pero como el funcionamiento era aparentemente correcto, decidí salir igual.</span></em><span style="font-family: 'Verdana'"> [...]<em> estaba completamente cubierto y el viento era de moderado a fuerte aunque bien orientado. No habría más de 150 metros de techo. </em>[...]<em> Íbamos, con unos 10 metros, sobre el ondulado terreno, lo que hacía un poco dificultosa la orientación. </em></span></p><p></p><p><em><span style="font-family: 'Verdana'">Era una navegación prácticamente de memoria ya que lo característico y reducido del terreno hacía fácil su reconocimiento pero, el no poder ver la Cordillera de Rivadavia, nos restaba lo valioso de esta magnífica referencia rocosa. Contribuyó también a desorientarme un poco, una ventana abierta en el horizonte por donde se colaba el rojo resplandor de la puesta del sol y se la atribuí al incendio de la escuela de Darwin que había escuchado antes de la salida.</span></em></p><p></p><p><span style="font-family: 'Verdana'">[...]<em> no tardaría en darme cuenta del desacierto cuando, a unos 10 grados a la derecha, se notaba claramente el caserío de Pradera del Ganso (Goose Green) y la agonizante columna de humo un poco más atrás. Nos abrimos hacia la izquierda para entrar sobre la línea de avance enemiga, en forma transversal, dejando a la escuela a la derecha. </em></span></p><p></p><p><em><span style="font-family: 'Verdana'">Cuando efectuamos la corrida final esperaba encontrarme con el grueso de las tropas, pero eran esporádicos grupos de 5 a 10 hombres, y muy aislados. Me di cuenta, enseguida, que estábamos pasando por la retaguardia enemiga. Continuamos con la trayectoria que llevábamos al frente para, en un nuevo ataque, separado del primero por unos minutos, entrar sobre las posiciones que por VHF nos estaban indicando. Estas estaban referidas a una depresión, en forma de valle, entre Pradera del Ganso (Goose Green) y la escuela.</span></em></p><p></p><p><em><span style="font-family: 'Verdana'">Efectuamos una entrada, desde el noroeste, sobre el agua y muy bajos. A pesar de la falta de obstáculos, confiaba en tener algo de sorpresa por la escasa luz y el viento en contra que no delataba nuestros ruidos. Próximo a la costa, levanté más para ver algo, sólo unas figuras que se recortaban sobre el terreno, nada más. Puse rumbo hacia ellas buscando otro blanco más significativo y, una vez en distancia de tiro, abrí fuego con cañones. Se acabaron las siluetas y pese a la proximidad nada más se podía apreciar, sí en cambio, que comenzaban a venir hacia mí, desde el frente y muy lentamente al principio, un enjambre de trazantes.</span></em></p><p></p><p><em><span style="font-family: 'Verdana'">La ráfaga de cañones cesó indicando que se habían trabado. El tiempo para llegar hasta el blanco parecía una eternidad sin el propio fuego protector. Fue imposible ver algo. Esto ya me había ocurrido en San Carlos, cuando la tropa se inmoviliza y aferra al terreno resulta muy difícil de ver, aún más teniendo en cuenta la hora. </span></em></p><p></p><p><em><span style="font-family: 'Verdana'">Sobre el punto que había visto movimientos en la entrada final, comencé a apretar el pulsador de bombas, una y otra vez, muchas más que las necesarias, pero me quería asegurar que saldrían. Sentí varios impactos en mi avión, me agaché un poco más y con la potencia a pleno que traía, seguí al frente unos segundos más donde puse un suave viraje por izquierda para ver si habían explotado las bombas, a la vez que escucho por VHF: “¡muy buenas bombas!”. No atiné a otra cosa que llamar a mi numeral para saber cómo salió pero no tuve respuesta. Sólo al repetirlo varias veces me contesta un operador de la base Cóndor para decirme que se había eyectado. </span></em></p><p></p><p><em><span style="font-family: 'Verdana'">Con fallas en un motor y varias luces de alarmas encendidas, emprendí el regreso. Un helicóptero propio que estaba en vuelo, próximo al lugar, me alertó y prometió cubrir mi regreso por si lo necesitaba.</span></em></p><p></p><p><em><span style="font-family: 'Verdana'">Aterricé bajo alerta roja, me aguardaba el mayor Argente y el jefe del escuadrón, quienes me dieron un abrazo. </span></em><span style="font-family: 'Verdana'">[...]<em> No tuvimos respuesta al principal interrogante sobre la suerte corrida por el teniente Cruzado.</em></span></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Pedraso, post: 1329076, member: 10150"] [URL='http://imgur.com/kfRkVAo'][IMG]http://i.imgur.com/kfRkVAo.jpg[/IMG][/URL] [U][FONT=Verdana]Teniente Juan Micheloud[/FONT][/U][FONT=Verdana] misión del 28/05/1982:[/FONT] [I][FONT=Verdana]No se apagaba la luz de “prohibido decolar” con ninguno de los procedimientos normales, pero como el funcionamiento era aparentemente correcto, decidí salir igual.[/FONT][/I][FONT=Verdana] [...][I] estaba completamente cubierto y el viento era de moderado a fuerte aunque bien orientado. No habría más de 150 metros de techo. [/I][...][I] Íbamos, con unos 10 metros, sobre el ondulado terreno, lo que hacía un poco dificultosa la orientación. [/I][/FONT] [I][FONT=Verdana]Era una navegación prácticamente de memoria ya que lo característico y reducido del terreno hacía fácil su reconocimiento pero, el no poder ver la Cordillera de Rivadavia, nos restaba lo valioso de esta magnífica referencia rocosa. Contribuyó también a desorientarme un poco, una ventana abierta en el horizonte por donde se colaba el rojo resplandor de la puesta del sol y se la atribuí al incendio de la escuela de Darwin que había escuchado antes de la salida.[/FONT][/I] [FONT=Verdana][...][I] no tardaría en darme cuenta del desacierto cuando, a unos 10 grados a la derecha, se notaba claramente el caserío de Pradera del Ganso (Goose Green) y la agonizante columna de humo un poco más atrás. Nos abrimos hacia la izquierda para entrar sobre la línea de avance enemiga, en forma transversal, dejando a la escuela a la derecha. [/I][/FONT] [I][FONT=Verdana]Cuando efectuamos la corrida final esperaba encontrarme con el grueso de las tropas, pero eran esporádicos grupos de 5 a 10 hombres, y muy aislados. Me di cuenta, enseguida, que estábamos pasando por la retaguardia enemiga. Continuamos con la trayectoria que llevábamos al frente para, en un nuevo ataque, separado del primero por unos minutos, entrar sobre las posiciones que por VHF nos estaban indicando. Estas estaban referidas a una depresión, en forma de valle, entre Pradera del Ganso (Goose Green) y la escuela.[/FONT][/I] [I][FONT=Verdana]Efectuamos una entrada, desde el noroeste, sobre el agua y muy bajos. A pesar de la falta de obstáculos, confiaba en tener algo de sorpresa por la escasa luz y el viento en contra que no delataba nuestros ruidos. Próximo a la costa, levanté más para ver algo, sólo unas figuras que se recortaban sobre el terreno, nada más. Puse rumbo hacia ellas buscando otro blanco más significativo y, una vez en distancia de tiro, abrí fuego con cañones. Se acabaron las siluetas y pese a la proximidad nada más se podía apreciar, sí en cambio, que comenzaban a venir hacia mí, desde el frente y muy lentamente al principio, un enjambre de trazantes.[/FONT][/I] [I][FONT=Verdana]La ráfaga de cañones cesó indicando que se habían trabado. El tiempo para llegar hasta el blanco parecía una eternidad sin el propio fuego protector. Fue imposible ver algo. Esto ya me había ocurrido en San Carlos, cuando la tropa se inmoviliza y aferra al terreno resulta muy difícil de ver, aún más teniendo en cuenta la hora. [/FONT][/I] [I][FONT=Verdana]Sobre el punto que había visto movimientos en la entrada final, comencé a apretar el pulsador de bombas, una y otra vez, muchas más que las necesarias, pero me quería asegurar que saldrían. Sentí varios impactos en mi avión, me agaché un poco más y con la potencia a pleno que traía, seguí al frente unos segundos más donde puse un suave viraje por izquierda para ver si habían explotado las bombas, a la vez que escucho por VHF: “¡muy buenas bombas!”. No atiné a otra cosa que llamar a mi numeral para saber cómo salió pero no tuve respuesta. Sólo al repetirlo varias veces me contesta un operador de la base Cóndor para decirme que se había eyectado. [/FONT][/I] [I][FONT=Verdana]Con fallas en un motor y varias luces de alarmas encendidas, emprendí el regreso. Un helicóptero propio que estaba en vuelo, próximo al lugar, me alertó y prometió cubrir mi regreso por si lo necesitaba.[/FONT][/I] [I][FONT=Verdana]Aterricé bajo alerta roja, me aguardaba el mayor Argente y el jefe del escuadrón, quienes me dieron un abrazo. [/FONT][/I][FONT=Verdana][...][I] No tuvimos respuesta al principal interrogante sobre la suerte corrida por el teniente Cruzado.[/I][/FONT] [/QUOTE]
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