Menú
Inicio
Visitar el Sitio Zona Militar
Foros
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Qué hay de nuevo
Nuevos mensajes
Última actividad
Miembros
Visitantes actuales
Entrar
Registrarse
Novedades
Buscar
Buscar
Buscar sólo en títulos
Por:
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Menú
Entrar
Registrarse
Inicio
Foros
Area Militar General
Temas de Defensa General
Escocia, abocada a un referéndum de independencia
JavaScript is disabled. For a better experience, please enable JavaScript in your browser before proceeding.
Estás usando un navegador obsoleto. No se pueden mostrar estos u otros sitios web correctamente.
Se debe actualizar o usar un
navegador alternativo
.
Responder al tema
Mensaje
<blockquote data-quote="koinorr" data-source="post: 1647171" data-attributes="member: 2417"><p>Sin desperdicio..., me moría de la risa cuando leía comiendo este mediodía en el Mc, en el video del periódico se puede ver una foto magnífica.</p><p></p><p><a href="http://www.elmundo.es/cronica/2014/09/21/541d3a9022601d602d8b456f.html?a=303aebceee954eb68571933eee727ed1&t=1411317245">http://www.elmundo.es/cronica/2014/09/21/541d3a9022601d602d8b456f.html?a=303aebceee954eb68571933eee727ed1&t=1411317245</a></p><p></p><p><span style="font-size: 22px"><strong>Don Roberto, el 'gaditano' que despertó a Escocia</strong></span></p><ul> <li data-xf-list-type="ul"><span style="font-size: 18px"><strong>Cómo el nieto de una andaluza acabó fundando el Partido Nacional Escocés</strong></span></li> <li data-xf-list-type="ul"><span style="font-size: 18px"><strong>Antes fue gaucho y buscó oro en El Bierzo</strong></span></li> <li data-xf-list-type="ul"><span style="font-size: 18px"><strong>Su 'sobrino' cuenta su historia</strong></span></li> </ul><p><img src="http://v.uecdn.es/index.php/extwidget/thumbnailUE/asset_id/0_cvk2xixu" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p>Robin Cunninghame Graham, sobrino-bisnieto de Don Roberto, posa el día del referéndum. SERGIO GONZÁLEZ</p><p></p><p><a href="http://www.elmundo.es/social/usuarios/gonzalosuarez/">GONZALO SUÁREZ</a></p><p>Actualizado: 21/09/2014 00:52 horas<a href="http://www.elmundo.es/cronica/2014/09/21/541d3a9022601d602d8b456f.html?a=303aebceee954eb68571933eee727ed1&t=1411317245#comentarios">13</a></p><p>La tumba de <strong>Robert Bontine Cunninghame Graham</strong> amaneció desierta este jueves. No hubo homenajes, ni gaitas, ni siquiera una ofrenda floral. Sólo los más avezados en la historia escocesa sabrían que allí, en un islote del Lago Menteith, reposan los restos de una figura crucial en el <a href="http://www.elmundo.es/internacional/2014/09/20/541c6055ca474163228b458c.html">referéndum independentista</a> que se celebraba ese día. Se trata de un político de origen andaluz, apodado Don Roberto, que fue el primer presidente del Scottish National Party (SNP), el partido que impulsó la consulta. Es el gaditano que despertó a Escocia.</p><p></p><p>Así, en la penumbra histórica, ha permanecido la figura de Don Roberto (1852-1936) desde su muerte. Y eso que la biografía de este híbrido de político, literato y explorador es digna de una novela de su camarada Joseph Conrad: <strong>fue gaucho en Argentina</strong>, minero en El Bierzo, <strong>amigo de Buffalo Bill</strong>... Sólo ahora, en pleno renacer del independentismo, un puñado de compatriotas ha logrado que se recuerde su legado: en 2012, el Parlamento escocés le homenajeó en el 160 aniversario de su nacimiento.</p><p></p><p>Mediodía del jueves. Mientras las urnas de su país se llenan de votos, un escocés posa junto al acueducto de Segovia con el retrato de Don Roberto y el gorro tradicional de su patria. No es cualquiera: se trata de Robin Cunninghame Graham, uno de los contadísimos<strong>descendientes del líder nacionalista</strong>, que falleció sin hijos. Hoy, el sobrino-bisnieto del fundador del SNP ejerce de portavoz y guardián de las esencias de su ilustrísimo antecesor.</p><p></p><p>-¿Qué habría pensado Don Roberto del referéndum?</p><p></p><p>-Le habría encantado. Me lo imagino haciendo campaña como loco en Twitter, en la prensa...</p><p></p><p>-¿En qué bando?</p><p></p><p>-A favor del sí. ¡Por supuesto!</p><p></p><p>Pese a su impecable pedigrí nacionalista -y su nacionalidad escocesa- Robin no pudo votar el jueves. Hace seis años que <strong>se mudó a Segovia</strong>, la ciudad de origen de su mujer. Por eso, le tocó vivir desde la distancia una jornada histórica con la que Don Roberto siempre soñó.</p><p></p><p>Aunque la lejanía no era tanta, ya que España era la nación adoptiva de su tío-bisabuelo. Descendiente de una abuela gaditana, Catalina,<strong>hablaba castellano a la perfección</strong>, con un característico acento andaluz. Tanto le apasionaba este país que a veces presumía de haber nacido en la Península. En sus 83 años de vida visitó su segunda patria en docenas de ocasiones, incluida una alocada expedición por tierras galaico-leonesas para localizar una vieja mina romana de oro.</p><p></p><p>Hablaba castellano con el deje andaluz que le pegó su abuela catalina. Le gustaba decir que nació en España</p><p></p><p>Pero su prioridad era Escocia. Don Roberto, el primer diputado británico que se declaró socialista, fue nombrado presidente fundacional del SNP en 1934. Nadie fue más firme que él en la defensa del autogobierno escocés, aunque empleara un tono calculadamente burlón: «<strong>Quiero un parlamento nacional</strong>, para gozar del placer de saber que mis impuestos se derrochan en Edimburgo en vez de en Londres», bromeaba.</p><p></p><p>La historia de Don Roberto, descendiente del rey Roberto I de Escocia, arranca en Cádiz en 1816. Una mañana, el almirante<strong>Charles Elphinstone Fleeming</strong>, un cuarentón amigo de Simón Bolívar, pasea a caballo en los alrededores de la catedral gaditana. Sin querer, salpica de barro a una chica que sale de misa con su madre. Cuando desmonta para disculparse, se queda encandilado por la joven, Catalina Paulina Alessandro, con quien se casará poco después.</p><p></p><p>El militar británico y la rica gaditana tienen cinco hijos. La menor, Anne-Elizabeth, se casa con un militar, William Bontine, con quien tiene tres hijos, a los que educa a caballo entre la cultura escocesa y la española. El mayor de ellos, <strong>nacido en 1852</strong>, se llama Robert: es el futuro Don Roberto, nieto de gaditana.</p><p></p><p>El pequeño Robert aprende castellano de su madre y nunca olvida sus raíces ibéricas: visita Cádiz, frecuenta a sus primos andaluces... También pasa larga temporadas en la <strong>Isla de Wight </strong>con su abuela, que le pega su acento andaluz. «Es una lástima que no se conserve ninguna grabación de su voz», se lamenta John C. McIntyre, de la Universidad de Strathclyde, máximo conocedor los vínculos de Don Roberto con el mundo hispánico.</p><p></p><p>Robert <strong>se forma en Harrow,</strong> uno de los colegios más exclusivos de Inglaterra. Cumplidos los 18, afronta al dilema de todo aristócrata británico: ir a la Universidad o alistarse en el Ejército. Pero él lo resuelve a su manera: decide marcharse a la Pampa argentina, donde se reinventa como un gaucho. Allí es donde le ponen el apodo de Don Roberto, que mantendrá hasta la tumba.</p><p></p><p>Al joven escocés le apasionan los caballos, la vida al aire libre, la libertad de las infinitas llanuras... Pero también sufre la dureza de una vida seminómada y cuajada de peligros. Para defenderse, Don Roberto, avezado esgrimista, aprende el uso del facón, el tradicional cuchillo gaucho. Y, tras un lustro de aventuras, decide regresar a su país.</p><p></p><p>A los 26 años, anuncia a su familia su inminente matrimonio. Les cuenta que la novia es <strong>Gabriela de Balmondiere, </strong>una actriz de 19 años de origen chileno. Pero todo era una ficción orquestada por los novios: en realidad, la chica se llama Carrie Horsfall, es hija de un cirujano de Yorkshire (Inglaterra) y ambos se conocieron en París, donde ella se había refugiado tras huir de casa.</p><p></p><p>Gabriela es tan aventurera como su marido. Juntos viajan a Texas, donde traban amistad con Buffalo Bill y sobreviven a ataques de apaches. También peregrinan por Latinoamérica: <strong>México, Argentina, Paraguay... </strong>Sus visitas a las misiones jesuitas del país guaraní inspirarán su libro Una Arcadia desaparecida (1901), que décadas después será el pilar de la película La Misión, interpretado por Robert De Niro.</p><p></p><p>En 1883, ya cumplida la treintena, Don Roberto hereda el patrimonio familiar y vuelve a Gran Bretaña. Azuzado por la miseria que vio en sus viajes, decide meterse en política. Se alista en el ala izquierdista del partido liberal y, cuatro años después, consigue su escaño en la<strong>Cámara de los Comunes</strong>.</p><p></p><p>El éxito no aplaca su instinto guerrero. Recién investido diputado, participa en una marcha por la autonomía irlandesa en la <strong>Plaza de Trafalgar de Londres</strong>. El acto acaba en disturbios y el joven diputado es enchironado durante seis semanas por enfrentarse a la policía.</p><p></p><p>No será su único escándalo: también es el primer diputado en declararse «socialista», el primero al que expulsan de los Comunes por usar palabrotas (dijo damn, el equivalente a maldito)... En 1888 participa en la <strong>Segunda Internacional </strong>y poco después pronuncia en Calais un discurso tan incendiario que las autoridades francesas le arrestan: reclama el sufragio universal, la nacionalización de la tierra, la jornada laboral de ocho horas, la ruptura con la Iglesia Anglicana...</p><p></p><p>Fue el primer diputado al que echaron de los comunes por decir tacos. Un libro suyo inspiró el filme 'la misión'</p><p></p><p>Harto de la templanza de los liberales, en 1888 funda el <strong>Partido Laborista Escocés</strong>. Se trata del embrión del actual Partido Laborista británico, máximo defensor del no a la independencia. Es decir, el poliédrico Don Roberto presidió los dos partidos que este jueves lideraban ambos bandos del referéndum escocés: primero a los laboristas, luego a los nacionalistas.</p><p></p><p>El aristócrata no logra revalidar su escaño en las filas laboristas. Desengañado, se vuelca en la literatura: <strong>firma más de 30 libros</strong> y frecuenta a Oscar Wilde, Thomas Hardy, HG Wells, Ezra Pound, Lawrence de Arabia... Sus desventuras incluso inspiran una obra de teatro de George Bernard Shaw, La conversión del Capitán Brassbound. Eso sí, el Nobel avisa en el prólogo que tuvo que diluir las extravagancias del protagonista para que el trasunto literario de su amigo Robert resultara creíble.</p><p></p><p>«Don Roberto emprendió tantos proyectos en su vida que la gente le consideraba un diletante», explica el cineasta Les Wilson, quien dirigió un documental sobre su figura para la BBC (2008). «Fue un personaje complejo: un aristócrata que <strong>se sentía más cómodo entre los obreros</strong> que entre la gente de su clase. Por eso, mucha gente influyente no le tomaba en serio... Nadie como él encarna el cliché de que la realidad supera a la ficción».</p><p></p><p>El hiperactivo escocés no tarda en plantearse nuevos retos. Un día recuerda que en los textos de Plinio el Viejo ha leído sobre la existencia una abundante mina de oro en El Bierzo. Tras largas pesquisas, logra localizar el lugar junto a su esposa. Como habría intuido cualquier persona sensata menos él, hace tiempo que todo el metal precioso ha sido esquilmado de la zona. Pero él convirtió este fracaso en un divertido texto: <strong>Una página de Plinio</strong> (1912).</p><p></p><p><span style="font-size: 18px"><strong>El falso jeque</strong></span></p><p>Don Roberto también aprovecha para recorrer su segunda patria junto a su esposa. Ella comparte sus inquietudes literarias: amiga de Emilia Pardo Bazán, escribe una biografía de Santa Teresa de Ávila, traduce Don Juan Tenorio al inglés... Él aprovecha para compadrear con los literatos de la época: <strong>Azorín, Baroja, Pérez de Ayala...</strong></p><p></p><p>Estos zigzagueos por la península le sirven de lanzadera para sus frecuentes viajes a Marruecos. En 1897, se empeña en visitar Tarudant, una ciudad perdida del Atlas prohibida a los infieles. Pero las dificultades sólo alimentan la ambición de Don Roberto, que se hace pasar por un jeque pese a que apenas chapurreaba el árabe. De nuevo, acaba enchironado.</p><p></p><p>El infortunio le golpea duramente en 1906. Su adorada <strong>Gabriela fallece prematuramente</strong>, a los 45 años, víctima de una enfermedad pulmonar por su adicción al tabaco. Don Roberto cava la tumba con sus propias manos en el islote de Inchmahome, en el Lago Menteith, donde él será enterrado tres décadas después. Nunca dejará de visitar la lápida para meditar y fumar un pitillo en memoria de su amada.</p><p></p><p>Su siguiente desafío es hacer campaña contra la <strong>Primera Guerra Mundial.</strong> Vueve a fracasar, pero con su nación amenazada por el conflicto opta por alistarse al Ejército. Las autoridades le nombran coronel y le encomiendan una misión: viajar a Sudamérica para comprar caballos de guerra con la sabiduría acumulada durante sus años de gaucho.</p><p></p><p>En la posguerra, decide regresar a la política. Desilusionado con el laborismo que contribuyó a fundar, se mueve hacia el independentismo. En 1928, funda el izquierdista National Party of Scotland, que en seis años se integra en el recién nacido Scottish National Party. Así, el respetado Don Roberto se convierte en el primer presidente del SNP, el <strong>partido que hoy lidera Alex Salmond, </strong>el político que ha impulsado la celebración del referéndum.</p><p></p><p>Su nacionalismo no es excluyente. Jamás regatea elogios a sus adversarios del sur de Gran Bretaña: «Los enemigos del nacionalismo escocés no son los ingleses, porque siempre han sido gente generosa, rápidos en su respuesta cuando lo exige la Justicia», asegura en más de una ocasión. «Nuestros verdaderos enemigos están entre nosotros, nacidos sin imaginación».</p><p></p><p>En 1936, emprende un último peregrinaje hacia Argentina. Lo hace en contra del consejo de sus médicos, que le ven demasiado frágil para un trayecto tan largo. Tienen razón: el 20 de marzo <strong>muere de una neumonía</strong> en el Plaza Hotel de Buenos Aires. Hasta el presidente de la República, Agustín Pedro Justo, acude al homenaje nacional que le dispensan los argentinos.</p><p></p><p>Días después, su cuerpo viaja hasta Inchmahome, donde hoy reposa junto a su mujer. Allí recibe un homenaje de sus compatriotas, aunque su figura cae en el olvido en cuestión de meses. «Mi tío-bisabuelo <strong>era demasiado de izquierdas </strong>para los nacionalistas, demasiado aristócrata para los laboristas... Nadie reivindicó su legado», se lamenta Robin junto al acueducto.</p><p></p><p>Hoy, sin embargo, se muestra ilusionado ante la recuperación de su memoria a raíz del referéndum. Y eso que el resultado de la consulta<a href="http://www.elmundo.es/internacional/2014/09/18/541b4b05ca4741c8058b4577.html">no ha sido el sonoro sí </a>que Don Roberto el gaditano habría deseado: «Estaría muy decepcionado por el resultado pero, a la vez, ya estaría pensando qué hacer en el futuro», dice. «Si algo demostró durante su vida es que<strong> no se dejaba derrotar </strong>por las dificultades».</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="koinorr, post: 1647171, member: 2417"] Sin desperdicio..., me moría de la risa cuando leía comiendo este mediodía en el Mc, en el video del periódico se puede ver una foto magnífica. [url]http://www.elmundo.es/cronica/2014/09/21/541d3a9022601d602d8b456f.html?a=303aebceee954eb68571933eee727ed1&t=1411317245[/url] [SIZE=6][B]Don Roberto, el 'gaditano' que despertó a Escocia[/B][/SIZE] [LIST] [*][SIZE=5][B]Cómo el nieto de una andaluza acabó fundando el Partido Nacional Escocés[/B][/SIZE] [*][SIZE=5][B]Antes fue gaucho y buscó oro en El Bierzo[/B][/SIZE] [*][SIZE=5][B]Su 'sobrino' cuenta su historia[/B][/SIZE] [/LIST] [IMG]http://v.uecdn.es/index.php/extwidget/thumbnailUE/asset_id/0_cvk2xixu[/IMG] Robin Cunninghame Graham, sobrino-bisnieto de Don Roberto, posa el día del referéndum. SERGIO GONZÁLEZ [URL='http://www.elmundo.es/social/usuarios/gonzalosuarez/']GONZALO SUÁREZ[/URL] Actualizado: 21/09/2014 00:52 horas[URL='http://www.elmundo.es/cronica/2014/09/21/541d3a9022601d602d8b456f.html?a=303aebceee954eb68571933eee727ed1&t=1411317245#comentarios']13[/URL] La tumba de [B]Robert Bontine Cunninghame Graham[/B] amaneció desierta este jueves. No hubo homenajes, ni gaitas, ni siquiera una ofrenda floral. Sólo los más avezados en la historia escocesa sabrían que allí, en un islote del Lago Menteith, reposan los restos de una figura crucial en el [URL='http://www.elmundo.es/internacional/2014/09/20/541c6055ca474163228b458c.html']referéndum independentista[/URL] que se celebraba ese día. Se trata de un político de origen andaluz, apodado Don Roberto, que fue el primer presidente del Scottish National Party (SNP), el partido que impulsó la consulta. Es el gaditano que despertó a Escocia. Así, en la penumbra histórica, ha permanecido la figura de Don Roberto (1852-1936) desde su muerte. Y eso que la biografía de este híbrido de político, literato y explorador es digna de una novela de su camarada Joseph Conrad: [B]fue gaucho en Argentina[/B], minero en El Bierzo, [B]amigo de Buffalo Bill[/B]... Sólo ahora, en pleno renacer del independentismo, un puñado de compatriotas ha logrado que se recuerde su legado: en 2012, el Parlamento escocés le homenajeó en el 160 aniversario de su nacimiento. Mediodía del jueves. Mientras las urnas de su país se llenan de votos, un escocés posa junto al acueducto de Segovia con el retrato de Don Roberto y el gorro tradicional de su patria. No es cualquiera: se trata de Robin Cunninghame Graham, uno de los contadísimos[B]descendientes del líder nacionalista[/B], que falleció sin hijos. Hoy, el sobrino-bisnieto del fundador del SNP ejerce de portavoz y guardián de las esencias de su ilustrísimo antecesor. -¿Qué habría pensado Don Roberto del referéndum? -Le habría encantado. Me lo imagino haciendo campaña como loco en Twitter, en la prensa... -¿En qué bando? -A favor del sí. ¡Por supuesto! Pese a su impecable pedigrí nacionalista -y su nacionalidad escocesa- Robin no pudo votar el jueves. Hace seis años que [B]se mudó a Segovia[/B], la ciudad de origen de su mujer. Por eso, le tocó vivir desde la distancia una jornada histórica con la que Don Roberto siempre soñó. Aunque la lejanía no era tanta, ya que España era la nación adoptiva de su tío-bisabuelo. Descendiente de una abuela gaditana, Catalina,[B]hablaba castellano a la perfección[/B], con un característico acento andaluz. Tanto le apasionaba este país que a veces presumía de haber nacido en la Península. En sus 83 años de vida visitó su segunda patria en docenas de ocasiones, incluida una alocada expedición por tierras galaico-leonesas para localizar una vieja mina romana de oro. Hablaba castellano con el deje andaluz que le pegó su abuela catalina. Le gustaba decir que nació en España Pero su prioridad era Escocia. Don Roberto, el primer diputado británico que se declaró socialista, fue nombrado presidente fundacional del SNP en 1934. Nadie fue más firme que él en la defensa del autogobierno escocés, aunque empleara un tono calculadamente burlón: «[B]Quiero un parlamento nacional[/B], para gozar del placer de saber que mis impuestos se derrochan en Edimburgo en vez de en Londres», bromeaba. La historia de Don Roberto, descendiente del rey Roberto I de Escocia, arranca en Cádiz en 1816. Una mañana, el almirante[B]Charles Elphinstone Fleeming[/B], un cuarentón amigo de Simón Bolívar, pasea a caballo en los alrededores de la catedral gaditana. Sin querer, salpica de barro a una chica que sale de misa con su madre. Cuando desmonta para disculparse, se queda encandilado por la joven, Catalina Paulina Alessandro, con quien se casará poco después. El militar británico y la rica gaditana tienen cinco hijos. La menor, Anne-Elizabeth, se casa con un militar, William Bontine, con quien tiene tres hijos, a los que educa a caballo entre la cultura escocesa y la española. El mayor de ellos, [B]nacido en 1852[/B], se llama Robert: es el futuro Don Roberto, nieto de gaditana. El pequeño Robert aprende castellano de su madre y nunca olvida sus raíces ibéricas: visita Cádiz, frecuenta a sus primos andaluces... También pasa larga temporadas en la [B]Isla de Wight [/B]con su abuela, que le pega su acento andaluz. «Es una lástima que no se conserve ninguna grabación de su voz», se lamenta John C. McIntyre, de la Universidad de Strathclyde, máximo conocedor los vínculos de Don Roberto con el mundo hispánico. Robert [B]se forma en Harrow,[/B] uno de los colegios más exclusivos de Inglaterra. Cumplidos los 18, afronta al dilema de todo aristócrata británico: ir a la Universidad o alistarse en el Ejército. Pero él lo resuelve a su manera: decide marcharse a la Pampa argentina, donde se reinventa como un gaucho. Allí es donde le ponen el apodo de Don Roberto, que mantendrá hasta la tumba. Al joven escocés le apasionan los caballos, la vida al aire libre, la libertad de las infinitas llanuras... Pero también sufre la dureza de una vida seminómada y cuajada de peligros. Para defenderse, Don Roberto, avezado esgrimista, aprende el uso del facón, el tradicional cuchillo gaucho. Y, tras un lustro de aventuras, decide regresar a su país. A los 26 años, anuncia a su familia su inminente matrimonio. Les cuenta que la novia es [B]Gabriela de Balmondiere, [/B]una actriz de 19 años de origen chileno. Pero todo era una ficción orquestada por los novios: en realidad, la chica se llama Carrie Horsfall, es hija de un cirujano de Yorkshire (Inglaterra) y ambos se conocieron en París, donde ella se había refugiado tras huir de casa. Gabriela es tan aventurera como su marido. Juntos viajan a Texas, donde traban amistad con Buffalo Bill y sobreviven a ataques de apaches. También peregrinan por Latinoamérica: [B]México, Argentina, Paraguay... [/B]Sus visitas a las misiones jesuitas del país guaraní inspirarán su libro Una Arcadia desaparecida (1901), que décadas después será el pilar de la película La Misión, interpretado por Robert De Niro. En 1883, ya cumplida la treintena, Don Roberto hereda el patrimonio familiar y vuelve a Gran Bretaña. Azuzado por la miseria que vio en sus viajes, decide meterse en política. Se alista en el ala izquierdista del partido liberal y, cuatro años después, consigue su escaño en la[B]Cámara de los Comunes[/B]. El éxito no aplaca su instinto guerrero. Recién investido diputado, participa en una marcha por la autonomía irlandesa en la [B]Plaza de Trafalgar de Londres[/B]. El acto acaba en disturbios y el joven diputado es enchironado durante seis semanas por enfrentarse a la policía. No será su único escándalo: también es el primer diputado en declararse «socialista», el primero al que expulsan de los Comunes por usar palabrotas (dijo damn, el equivalente a maldito)... En 1888 participa en la [B]Segunda Internacional [/B]y poco después pronuncia en Calais un discurso tan incendiario que las autoridades francesas le arrestan: reclama el sufragio universal, la nacionalización de la tierra, la jornada laboral de ocho horas, la ruptura con la Iglesia Anglicana... Fue el primer diputado al que echaron de los comunes por decir tacos. Un libro suyo inspiró el filme 'la misión' Harto de la templanza de los liberales, en 1888 funda el [B]Partido Laborista Escocés[/B]. Se trata del embrión del actual Partido Laborista británico, máximo defensor del no a la independencia. Es decir, el poliédrico Don Roberto presidió los dos partidos que este jueves lideraban ambos bandos del referéndum escocés: primero a los laboristas, luego a los nacionalistas. El aristócrata no logra revalidar su escaño en las filas laboristas. Desengañado, se vuelca en la literatura: [B]firma más de 30 libros[/B] y frecuenta a Oscar Wilde, Thomas Hardy, HG Wells, Ezra Pound, Lawrence de Arabia... Sus desventuras incluso inspiran una obra de teatro de George Bernard Shaw, La conversión del Capitán Brassbound. Eso sí, el Nobel avisa en el prólogo que tuvo que diluir las extravagancias del protagonista para que el trasunto literario de su amigo Robert resultara creíble. «Don Roberto emprendió tantos proyectos en su vida que la gente le consideraba un diletante», explica el cineasta Les Wilson, quien dirigió un documental sobre su figura para la BBC (2008). «Fue un personaje complejo: un aristócrata que [B]se sentía más cómodo entre los obreros[/B] que entre la gente de su clase. Por eso, mucha gente influyente no le tomaba en serio... Nadie como él encarna el cliché de que la realidad supera a la ficción». El hiperactivo escocés no tarda en plantearse nuevos retos. Un día recuerda que en los textos de Plinio el Viejo ha leído sobre la existencia una abundante mina de oro en El Bierzo. Tras largas pesquisas, logra localizar el lugar junto a su esposa. Como habría intuido cualquier persona sensata menos él, hace tiempo que todo el metal precioso ha sido esquilmado de la zona. Pero él convirtió este fracaso en un divertido texto: [B]Una página de Plinio[/B] (1912). [SIZE=5][B]El falso jeque[/B][/SIZE] Don Roberto también aprovecha para recorrer su segunda patria junto a su esposa. Ella comparte sus inquietudes literarias: amiga de Emilia Pardo Bazán, escribe una biografía de Santa Teresa de Ávila, traduce Don Juan Tenorio al inglés... Él aprovecha para compadrear con los literatos de la época: [B]Azorín, Baroja, Pérez de Ayala...[/B] Estos zigzagueos por la península le sirven de lanzadera para sus frecuentes viajes a Marruecos. En 1897, se empeña en visitar Tarudant, una ciudad perdida del Atlas prohibida a los infieles. Pero las dificultades sólo alimentan la ambición de Don Roberto, que se hace pasar por un jeque pese a que apenas chapurreaba el árabe. De nuevo, acaba enchironado. El infortunio le golpea duramente en 1906. Su adorada [B]Gabriela fallece prematuramente[/B], a los 45 años, víctima de una enfermedad pulmonar por su adicción al tabaco. Don Roberto cava la tumba con sus propias manos en el islote de Inchmahome, en el Lago Menteith, donde él será enterrado tres décadas después. Nunca dejará de visitar la lápida para meditar y fumar un pitillo en memoria de su amada. Su siguiente desafío es hacer campaña contra la [B]Primera Guerra Mundial.[/B] Vueve a fracasar, pero con su nación amenazada por el conflicto opta por alistarse al Ejército. Las autoridades le nombran coronel y le encomiendan una misión: viajar a Sudamérica para comprar caballos de guerra con la sabiduría acumulada durante sus años de gaucho. En la posguerra, decide regresar a la política. Desilusionado con el laborismo que contribuyó a fundar, se mueve hacia el independentismo. En 1928, funda el izquierdista National Party of Scotland, que en seis años se integra en el recién nacido Scottish National Party. Así, el respetado Don Roberto se convierte en el primer presidente del SNP, el [B]partido que hoy lidera Alex Salmond, [/B]el político que ha impulsado la celebración del referéndum. Su nacionalismo no es excluyente. Jamás regatea elogios a sus adversarios del sur de Gran Bretaña: «Los enemigos del nacionalismo escocés no son los ingleses, porque siempre han sido gente generosa, rápidos en su respuesta cuando lo exige la Justicia», asegura en más de una ocasión. «Nuestros verdaderos enemigos están entre nosotros, nacidos sin imaginación». En 1936, emprende un último peregrinaje hacia Argentina. Lo hace en contra del consejo de sus médicos, que le ven demasiado frágil para un trayecto tan largo. Tienen razón: el 20 de marzo [B]muere de una neumonía[/B] en el Plaza Hotel de Buenos Aires. Hasta el presidente de la República, Agustín Pedro Justo, acude al homenaje nacional que le dispensan los argentinos. Días después, su cuerpo viaja hasta Inchmahome, donde hoy reposa junto a su mujer. Allí recibe un homenaje de sus compatriotas, aunque su figura cae en el olvido en cuestión de meses. «Mi tío-bisabuelo [B]era demasiado de izquierdas [/B]para los nacionalistas, demasiado aristócrata para los laboristas... Nadie reivindicó su legado», se lamenta Robin junto al acueducto. Hoy, sin embargo, se muestra ilusionado ante la recuperación de su memoria a raíz del referéndum. Y eso que el resultado de la consulta[URL='http://www.elmundo.es/internacional/2014/09/18/541b4b05ca4741c8058b4577.html']no ha sido el sonoro sí [/URL]que Don Roberto el gaditano habría deseado: «Estaría muy decepcionado por el resultado pero, a la vez, ya estaría pensando qué hacer en el futuro», dice. «Si algo demostró durante su vida es que[B] no se dejaba derrotar [/B]por las dificultades». [/QUOTE]
Insertar citas…
Verificación
Libertador de Argentina
Responder
Inicio
Foros
Area Militar General
Temas de Defensa General
Escocia, abocada a un referéndum de independencia
Este sitio usa cookies. Para continuar usando este sitio, se debe aceptar nuestro uso de cookies.
Aceptar
Más información.…
Arriba