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<blockquote data-quote="Beatrice" data-source="post: 1003345" data-attributes="member: 13200">Si me permiten, se me ocurre hacer un paralelismo entre la figura de Pedro Giachino y la de Jesucristo. Tal vez estaba escrito, al igual que en la Biblia, que este paradigma de héroe y mártir (en el mejor de los sentidos) fuera quien diera su vida en el instante histórico de la recuperación de las islas. Y si así fue, podrá cargar eternamente con el ninguneo de los herejes, al igual que Cristo, pero pesará por siempre sobre ello el reconocimiento por parte de los patriotas.En cuanto a su madre, su rol es entonces comparable con el de María, que sumida en el dolor por la muerte de su hijo, adopta a los seguidores de Cristo como sus propios hijos, y batalla sin pausa por esta causa, con sabiduría y grandeza sobrehumanas. Madre digna de admiración. Que Dios bendiga a esta &quot;deliciosa&quot; señora.Perdón si me puse mística. Es con el mayor respeto.Le refregaría por la cara la carta de esta señora (inapelable síntesis de lo que nos pasa a los argentinos) al director del colegio de mis hijos, que en su discurso del &quot;2 de abril&quot;, si bien obvió esta vez fundamentar la guerra con el capricho de los generales de la dictadura y la mar en coche, terminó diciendo que &quot;muchos murieron equivocados, creyendo que dando la vida por la Patria estaban honrando a Dios&quot;...</blockquote>

[QUOTE="Beatrice, post: 1003345, member: 13200"] Si me permiten, se me ocurre hacer un paralelismo entre la figura de Pedro Giachino y la de Jesucristo. Tal vez estaba escrito, al igual que en la Biblia, que este paradigma de héroe y mártir (en el mejor de los sentidos) fuera quien diera su vida en el instante histórico de la recuperación de las islas. Y si así fue, podrá cargar eternamente con el ninguneo de los herejes, al igual que Cristo, pero pesará por siempre sobre ello el reconocimiento por parte de los patriotas. En cuanto a su madre, su rol es entonces comparable con el de María, que sumida en el dolor por la muerte de su hijo, adopta a los seguidores de Cristo como sus propios hijos, y batalla sin pausa por esta causa, con sabiduría y grandeza sobrehumanas. Madre digna de admiración. Que Dios bendiga a esta "deliciosa" señora. Perdón si me puse mística. Es con el mayor respeto. Le refregaría por la cara la carta de esta señora (inapelable síntesis de lo que nos pasa a los argentinos) al director del colegio de mis hijos, que en su discurso del "2 de abril", si bien obvió esta vez fundamentar la guerra con el capricho de los generales de la dictadura y la mar en coche, terminó diciendo que "muchos murieron equivocados, creyendo que dando la vida por la Patria estaban honrando a Dios"... [/QUOTE]

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