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Conflictos Contemporáneos
Estados Unidos y sus relaciones con África.
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<blockquote data-quote="HernanF" data-source="post: 1081581" data-attributes="member: 7964"><p><span style="font-size: 18px"><strong>La amenaza vacía de los drones salvó a la CIA</strong></span><span style="font-size: 18px"><strong> en Somalia.</strong></span></p><p></p><p><img src="http://i890.photobucket.com/albums/ac103/hernupeto/Conflictos%20Internacionales/1mq-9-reaper.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p></p><p>La amenaza de ataques con drones fue todo lo que protegió a los agentes de la CIA en los primeros años de continuos esfuerzos para eliminar a combatientes de al Qaeda en Somalia. El tema es que la amenaza era hueca. Los drones no estaban allí.</p><p>Esto es sólo una de las sorprendentes revelaciones de último momento de las investigaciones de Sean Naylor, reportero del Army Times, sobre las operaciones de inteligencia norteamericanas en Somalia y Kenia.</p><p>Estados Unidos estuvieron fuertemente implicados en África Oriental a principios de los años 1990, incluso encabezando una operación humanitaria y pacificadora de gran escala dirigida a Somalia para estabilizar la situación durante las fases tempranas de la guerra civil en curso. Pero la muerte de 18 miembros de las fuerzas armadas norteamericanas en Mogadiscio en octubre de 1993, una tragedia explorada en el libro y película BlackHawk down, terminaron todo esto. Durante casi una década, Estados Unidos casi abandonó Somalia. “Nadie tenía el estómago para quedarse allí” le dijo a Naylor una fuente de Operaciones Especiales.</p><p>La CIA volvió a Somalia años más tarde, inmediatamente después de los ataques del once de septiembre. El objetivo principal: detectar y capturar o eliminar al mayor número de miembros de al Qaeda que buscaban refugio entre los extremistas de Somalia. Comenzando en el 2003, pequeños equipos de agentes de la CIA, comandos e intérpretes, volaban hacia Somalia desde Kenia a bordo de vuelos diarios que transportaban khat, una droga popular.</p><p>Los agentes norteamericanos usaron un palo y una zanahoria para obtener información de los "señores de la guerra" somalíes que tenían conocimiento de las operaciones de al Qaeda en África Oriental. Los pagos en efectivo a los “señores de la guerra” representaron "la zanahoria". El poderío aéreo estadounidense era "el palo".</p><p>Pero hasta hace poco, no había ningún militar o drones de la CIA sobre Somalia. “Realmente no teníamos un palo”, le dijo a Taylor un veterano de operaciones de inteligencia norteamericano. Todos los drones Predator norteamericanos estaban comprometidos sobre los cielos de Irak, explicó. En otras palabras, la CIA hizo un bluff. “Pero funcionó”, dijo el funcionario de inteligencia.</p><p>Trabajando con los señores de la guerra somalíes requirió mucho tacto y muchas precauciones. John Bennett, el jefe de estación de la CIA en Nairobi, preparó cuatro reglas, que Naylor enumera:</p><p>• “trabajaremos con señores de la guerra”</p><p>• “no tenemos favoritos”</p><p>• “no juegan con nosotros”</p><p>• “no iremos contra ciudadanos somalíes, sólo contra extranjeros de al Qaeda”</p><p>Protegidos por una trampa eficaz y obligados por las reglas de Bennett, las operaciones somalíes de la CIA tuvieron éxito en la compra de grandes cantidades de peligrosos misiles tierra-aire que se encontraban en manos de los extremistas. Los agentes norteamericanos también obtuvieron información y datos de blancos que permitieron que los militares eliminaran a varios renombrados líderes terroristas, incluyendo a Aden Hashi Ayro, eliminado durante un ataque con misil crucero naval en el 2008.</p><p>Las operaciones de la CIA en Somalía son indudablemente mucho más extensas hoy, ahora que Estados Unidos entregan abiertamente militares y recursos de inteligencia en África. Por su parte, los agentes no estarán haciendo un bluff cuando digan que, ahora, hay drones armados sobrevolando.</p><p></p><p><em>Fuente</em>: Wired por David Axe 15 de noviembre de 2011</p><p>Traducción propia.</p><p></p><p>.</p><p></p><p><span style="font-size: 15px"><strong>Empty Threat of Drones Saved the CIA in Somalia.</strong></span></p><p></p><p><span style="font-size: 12px">The threat of drone attacks was all that protected CIA agents in the early years of the Agency’s continuing efforts to take out al-Qaeda operatives in Somalia. The thing is, the threat was a hollow one. The drones weren’t there.</span></p><p><span style="font-size: 12px">That’s just one of the surprising revelations in the latest installment in Army Times reporter Sean Naylor’s investigation of U.S. intelligence operations in Somalia and Kenya.</span></p><p><span style="font-size: 12px">The U.S. was heavily involved in East Africa in the early 1990s, even spearheading a large-scale humanitarian and peacekeeping operation aimed at stabilizing Somalia during the early phases of its ongoing civil war. But the deaths of 18 U.S. service members in Mogadishu in October 1993 — a tragedy explored in the book and film Black Hawk Down — ended all that. For nearly a decade, the U.S. all but abandoned Somalia. “Nobody had the stomach for it,” a Special Operations source told Naylor.</span></p><p><span style="font-size: 12px">The CIA returned to Somalia in fits and starts in the years immediately following the 9/11 attacks. The main goal: to track down and capture or kill the growing number of al-Qaeda operatives seeking refuge among Somalia’s extremists. Starting in 2003, small teams of CIA agents, commandos and interpreters flew into Somalia from Kenya aboard the daily flights that delivered khat, a popular narcotic.</span></p><p><span style="font-size: 12px">American agents used a carrot-and-stick approach to drawing information out of Somali warlords with knowledge of al-Qaeda’s East African operations. Cash payments to warlords represented the “carrot.” U.S. air power was the “stick”.</span></p><p><span style="font-size: 12px">But until recently, there weren’t any military or CIA drones over Somalia. “We really didn’t have a stick,” an unnamed veteran of U.S. intel ops told Naylor. All of America’s Predator drones were tied up in the skies over Iraq, he explained. In other words, the CIA was bluffing. “But it worked,” the intel official said.</span></p><p><span style="font-size: 12px">Working with Somali warlords required a light touch and plenty of precautions. John Bennett, the CIA’s station chief in Nairobi, drew up four rules, which Naylor lists:</span></p><p><span style="font-size: 12px">•“We will work with warlords.”</span></p><p><span style="font-size: 12px">•“We don’t play favorites”</span></p><p><span style="font-size: 12px">•“They don’t play us.”</span></p><p><span style="font-size: 12px">•“We don’t go after Somali nationals, just [foreign] al-Qaeda.”</span></p><p><span style="font-size: 12px">Protected by a effective bluff and constrained by Bennett’s rules, the CIA’s Somali operations succeeded in buying up dangerous surface-to-air missiles previously in extremists’ hands. U.S. agents also developed information and targeting data that allowed the military to take out several high-profile terror leaders, including Aden Hashi Ayro, killed by a Navy cruise missile strike in 2008.</span></p><p><span style="font-size: 12px">The CIA’s Somali ops are undoubtedly much more extensive today, now that the U.S. is openly pouring military and intelligence resources into Africa. For one, agents are no longer bluffing when they say there are drone warplanes overhead.</span></p><p></p><p><span style="font-size: 12px"><strong>Wired by David Axe November 15, 2011</strong> </span></p><p></p><p><span style="font-size: 12px">.</span></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="HernanF, post: 1081581, member: 7964"] [SIZE=5][B]La amenaza vacía de los drones salvó a la CIA[/B][/SIZE][SIZE=5][B] en Somalia.[/B][/SIZE] [IMG]http://i890.photobucket.com/albums/ac103/hernupeto/Conflictos%20Internacionales/1mq-9-reaper.jpg[/IMG] La amenaza de ataques con drones fue todo lo que protegió a los agentes de la CIA en los primeros años de continuos esfuerzos para eliminar a combatientes de al Qaeda en Somalia. El tema es que la amenaza era hueca. Los drones no estaban allí. Esto es sólo una de las sorprendentes revelaciones de último momento de las investigaciones de Sean Naylor, reportero del Army Times, sobre las operaciones de inteligencia norteamericanas en Somalia y Kenia. Estados Unidos estuvieron fuertemente implicados en África Oriental a principios de los años 1990, incluso encabezando una operación humanitaria y pacificadora de gran escala dirigida a Somalia para estabilizar la situación durante las fases tempranas de la guerra civil en curso. Pero la muerte de 18 miembros de las fuerzas armadas norteamericanas en Mogadiscio en octubre de 1993, una tragedia explorada en el libro y película BlackHawk down, terminaron todo esto. Durante casi una década, Estados Unidos casi abandonó Somalia. “Nadie tenía el estómago para quedarse allí” le dijo a Naylor una fuente de Operaciones Especiales. La CIA volvió a Somalia años más tarde, inmediatamente después de los ataques del once de septiembre. El objetivo principal: detectar y capturar o eliminar al mayor número de miembros de al Qaeda que buscaban refugio entre los extremistas de Somalia. Comenzando en el 2003, pequeños equipos de agentes de la CIA, comandos e intérpretes, volaban hacia Somalia desde Kenia a bordo de vuelos diarios que transportaban khat, una droga popular. Los agentes norteamericanos usaron un palo y una zanahoria para obtener información de los "señores de la guerra" somalíes que tenían conocimiento de las operaciones de al Qaeda en África Oriental. Los pagos en efectivo a los “señores de la guerra” representaron "la zanahoria". El poderío aéreo estadounidense era "el palo". Pero hasta hace poco, no había ningún militar o drones de la CIA sobre Somalia. “Realmente no teníamos un palo”, le dijo a Taylor un veterano de operaciones de inteligencia norteamericano. Todos los drones Predator norteamericanos estaban comprometidos sobre los cielos de Irak, explicó. En otras palabras, la CIA hizo un bluff. “Pero funcionó”, dijo el funcionario de inteligencia. Trabajando con los señores de la guerra somalíes requirió mucho tacto y muchas precauciones. John Bennett, el jefe de estación de la CIA en Nairobi, preparó cuatro reglas, que Naylor enumera: • “trabajaremos con señores de la guerra” • “no tenemos favoritos” • “no juegan con nosotros” • “no iremos contra ciudadanos somalíes, sólo contra extranjeros de al Qaeda” Protegidos por una trampa eficaz y obligados por las reglas de Bennett, las operaciones somalíes de la CIA tuvieron éxito en la compra de grandes cantidades de peligrosos misiles tierra-aire que se encontraban en manos de los extremistas. Los agentes norteamericanos también obtuvieron información y datos de blancos que permitieron que los militares eliminaran a varios renombrados líderes terroristas, incluyendo a Aden Hashi Ayro, eliminado durante un ataque con misil crucero naval en el 2008. Las operaciones de la CIA en Somalía son indudablemente mucho más extensas hoy, ahora que Estados Unidos entregan abiertamente militares y recursos de inteligencia en África. Por su parte, los agentes no estarán haciendo un bluff cuando digan que, ahora, hay drones armados sobrevolando. [I]Fuente[/I]: Wired por David Axe 15 de noviembre de 2011 Traducción propia. . [SIZE=4][B]Empty Threat of Drones Saved the CIA in Somalia.[/B][/SIZE] [SIZE=3]The threat of drone attacks was all that protected CIA agents in the early years of the Agency’s continuing efforts to take out al-Qaeda operatives in Somalia. The thing is, the threat was a hollow one. The drones weren’t there.[/SIZE] [SIZE=3]That’s just one of the surprising revelations in the latest installment in Army Times reporter Sean Naylor’s investigation of U.S. intelligence operations in Somalia and Kenya.[/SIZE] [SIZE=3]The U.S. was heavily involved in East Africa in the early 1990s, even spearheading a large-scale humanitarian and peacekeeping operation aimed at stabilizing Somalia during the early phases of its ongoing civil war. But the deaths of 18 U.S. service members in Mogadishu in October 1993 — a tragedy explored in the book and film Black Hawk Down — ended all that. For nearly a decade, the U.S. all but abandoned Somalia. “Nobody had the stomach for it,” a Special Operations source told Naylor.[/SIZE] [SIZE=3]The CIA returned to Somalia in fits and starts in the years immediately following the 9/11 attacks. The main goal: to track down and capture or kill the growing number of al-Qaeda operatives seeking refuge among Somalia’s extremists. Starting in 2003, small teams of CIA agents, commandos and interpreters flew into Somalia from Kenya aboard the daily flights that delivered khat, a popular narcotic.[/SIZE] [SIZE=3]American agents used a carrot-and-stick approach to drawing information out of Somali warlords with knowledge of al-Qaeda’s East African operations. Cash payments to warlords represented the “carrot.” U.S. air power was the “stick”.[/SIZE] [SIZE=3]But until recently, there weren’t any military or CIA drones over Somalia. “We really didn’t have a stick,” an unnamed veteran of U.S. intel ops told Naylor. All of America’s Predator drones were tied up in the skies over Iraq, he explained. In other words, the CIA was bluffing. “But it worked,” the intel official said.[/SIZE] [SIZE=3]Working with Somali warlords required a light touch and plenty of precautions. John Bennett, the CIA’s station chief in Nairobi, drew up four rules, which Naylor lists:[/SIZE] [SIZE=3]•“We will work with warlords.”[/SIZE] [SIZE=3]•“We don’t play favorites”[/SIZE] [SIZE=3]•“They don’t play us.”[/SIZE] [SIZE=3]•“We don’t go after Somali nationals, just [foreign] al-Qaeda.”[/SIZE] [SIZE=3]Protected by a effective bluff and constrained by Bennett’s rules, the CIA’s Somali operations succeeded in buying up dangerous surface-to-air missiles previously in extremists’ hands. U.S. agents also developed information and targeting data that allowed the military to take out several high-profile terror leaders, including Aden Hashi Ayro, killed by a Navy cruise missile strike in 2008.[/SIZE] [SIZE=3]The CIA’s Somali ops are undoubtedly much more extensive today, now that the U.S. is openly pouring military and intelligence resources into Africa. For one, agents are no longer bluffing when they say there are drone warplanes overhead.[/SIZE] [SIZE=3][B]Wired by David Axe November 15, 2011[/B] [/SIZE] [SIZE=3].[/SIZE] [/QUOTE]
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