Menú
Inicio
Visitar el Sitio Zona Militar
Foros
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Qué hay de nuevo
Nuevos mensajes
Última actividad
Miembros
Visitantes actuales
Entrar
Registrarse
Novedades
Buscar
Buscar
Buscar sólo en títulos
Por:
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Menú
Entrar
Registrarse
Inicio
Foros
Area Militar General
Malvinas 1982
EXOCET-SUE/Malvinas: Un relato de intrigas...
JavaScript is disabled. For a better experience, please enable JavaScript in your browser before proceeding.
Estás usando un navegador obsoleto. No se pueden mostrar estos u otros sitios web correctamente.
Se debe actualizar o usar un
navegador alternativo
.
Responder al tema
Mensaje
<blockquote data-quote="Stormnacht" data-source="post: 812381" data-attributes="member: 341"><p><em>Condensado de <strong>"EXOCET"</strong>, de <strong>Jack Higgins</strong>.</em></p><p><em>La saga es compleja, de ser posible intentaré no excluír demasiado... Si bien es una novela, refleja muy bien los comprometidos pormenores político-diplomáticos= espionaje y entretelones a los que llevó los vacilantes temores británicos respecto a nuestras FFAA, respecto a la capacidad de nuestra FAA y en especial a la Fuerza Aeronaval, respecto al famoso binomio SUE/Exocet, en época de aquella epopeya que fue, es y será Malvinas...</em></p><p></p><p><img src="http://i63.photobucket.com/albums/h154/cactus-1/am39_1.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p></p><p></p><p><strong> Llovía. Grosvenor Place estaba desierta, no era sorprendente, considerando el clima y el hecho de ser las tres de la mañana...</strong></p><p><strong> Harvey Jackson redujo velocidad. Vestía un impermeable amarrillo: hombre robusto, unos cuarenta años; cabello largo y oscuro, rara vez sonreía, pómultos altos y mirada dura.</strong></p><p><strong> La lluvia era copiosa. Se detuvo junto a la acera y sacó un cigarrillo. Lo encendió, bajó la ventanilla y contempló el alto muro que rodeaba los jardines detrás de Palacio de Buckingham.</strong></p><p><strong> Golpeó la ventanilla a sus espaldas y apareció el rostro del Tony Villiers.</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong> - ¿Qué pasa?</strong></p><p><strong> - Llegamos. ¿Listo?</strong></p><p><strong> - Dos minutos. Ocupa tu puesto.</strong></p><p><strong> La ventanilla se cerró, Jackson puso primera y partió. El furgón iluminado por neón, atiborrado de instrumentos de reparación de teléfonos. Tony Villiers se afirmó a la mesa de trabajo, se embadurnó el rostro con negro camuflaje.</strong></p><p><strong> Tenía treinta años, altura mediana, macizo. Ojos negros e inexpresivos. Alguna vez le habían roto la nariz. Cabello negro y enmarañado hasta los hombros. Uniforme negro de paracaidista y botas de comando francés.</strong></p><p><strong> Había cansancio y amargura en sus ojos, conocía el mundo, la gente, y no estaba satisfecho con lo visto. Se cubrió la cabeza con un pasamontañas negro, mientras el furgón se detenía junto al muro.</strong></p><p><strong> Una Smith & Wesson Magnum con silenciador Carswell que colocó en su cartuchera ajustada a su pierna derecha, abrió un portafolio y sacó una foto en blanco y negro. Tomada la noche anterior con lente telescópica, mostraba la Entrada de Embajadores junto al Palacio de Buckingham.</strong></p><p><strong> Otra mostraba una escalera de albañil contra el muro, junto al pórtico, se veían una ventanas semiabiertas encima del techo plano. Guardó las fotos y abrió la ventanilla.</strong></p><p><strong> - Veinticinco minutos, Harvey. Si para entonces no he vuelto, desaparece.</strong></p><p><strong> - Haga lo que tenga que hacer y vámonos a casa, mayor - dijo Jackson.</strong></p><p><strong> Villiers abrió una escotilla y trepó al techo del furgón, agazapado bajo la lluvia. A un par de metros de muro, saltó el alambre de púas,se aferró a un árbol, se deslizó por el tronco, y se dejó caer en la oscuridad.</strong></p><p><strong> La policía de guardia en los jardines del Palacio pensaba en la porquería de la vida. Mojado hasta la médula, se refugió bajo un árbol, cuando un perro comenzó a gruñir. Un policía estuvo en alerta.</strong></p><p><strong> - ¿Qué pasa, muchacho? ¡Busca, busca!</strong></p><p><strong> El alsaciano partió a la carrera, Villiers agazapado a unos treinta metros, advirtió el gruñido y tomó el aerosol que llevaba en el bolso del uniforme. El perro adiestrado para atacar en silenco se abalanzó, Villiers levantó su brazo, envuelto en material acolchado ante la contingencia, dejó que el alsaciano mordiera, y le roció el aerosol. El perro cayó fulminado, sin el menor ruido.</strong></p><p><strong> El guardia comenzó por acercarse con cautela.</strong></p><p><strong> - Rex, por aquí.</strong></p><p><strong> La mano experta de Villiers dio un golpe seco en la nuca. El policía se derrumbó. Villiers le ató las manos con sus propias esposas, le quitó su handy y lo guardó. Luego corrió a través del oscuro jardín hasta la puerta trasera del Palacio.</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong> Harvey Jackson salió del furgón y abrió la portezuela trasera. Tomó unos garfios, se inclinó sobre una alcantarilla de calle y la quitó. Del furgón sacó un portalámpara con cable largo y lo suspendió en la oscuridad, un letrero rojo recía <em>"PELIGRO, HOMBRES TRABAJANDO"</em>, varias lonas y una tienda. Se introdujo en la cámara, abrió un tablero de inspección, viendo una maraña de cables multicolores, y se sentó a esperar.</strong></p><p><strong> Cindo minutos más tarde oyó el motor de un automóvil, había visto una patrulla policial junto a la acera. El conductor lo miró con sonrisa burlona.</strong></p><p><strong> - Bonita manera de ganarse la vida. Te lo mereces, por buscarte un trabajo como éste...</strong></p><p><strong> - ¿Y qué me dices de ti? - replicó Jackson.</strong></p><p><strong> - Supongo que te pagarán extra por trabajar a estas horas.</strong></p><p><strong> - Sí, ya lo creo.</strong></p><p><strong> El policía sonrió otra vez.</strong></p><p><strong> - Ten cuidado. Si sigue lloviendo así, cuando amanezca estarás nadando allí adentro.</strong></p><p><strong> Jackson se quedó solo, encendió un cigarrillo y se sentó, silbando en la oscuridad, pensando en qué estaría haciendo Villiers.</strong></p><p><strong> </strong></p><p><strong> Villiers halló la escalera de los albañiles bajo el pórtico, logró trepar el techo plano de la Entrada de los Embajadores sin dificultad. Dos de las ventanas seguían semiabiertas. Se deslizó por una cornisa hasta la más cercana, y penetró en una pequeña oficina. Abrió la puerta con cautela y salió a un pasillo oscuro.</strong></p><p><strong> La Cámara Real se encontraba al otro lado del Palacio. Con los planos suministrados, conocía la disposición de los cuartos. Recorrió rápidamente el laberinto de corredores, desiertos a esa hora. Cinco minutos más tarde se encontró con el corredor que conducía a la suite privada. A pocos metros de distancia estaba el departamento de la reina: sabía que consistía en un comedor que daba a una sala de estar y luego al dormitorio. Muy cerca, el cuarto donde dormían los guardaespaldas. Enfrente, en el vestíbulo, un agente de policía leía.</strong></p><p><strong> Villiers lo observó por unos minutos, retrocedió y sacó el handy quitado al policía. Oprimió el canal cuatro y esperó.</strong></p><p><strong> El aparato crepitó y oyó una voz:</strong></p><p><strong> - Aquí Jones.</strong></p><p><strong> Villiers respondió con voz suave:</strong></p><p><strong> - Aquí la oficina de seguridad. Está sonando la alarma en la pinacoteca. Estamos recibiendo una señal intermitente. Echele un vistazo, ¿quiere?</strong></p><p><strong> - De acuerdo -dijo Jones.</strong></p><p><strong> El policía echó a andar por el corredor en dirección opuesta y desapareció. Inmediatamente, Villiers llegó hasta la puerta de la reina, se detuvo un instante, tomó aliento y la abrió. </strong></p><p><strong> </strong></p><p><strong></strong></p><p><strong>Parte 1 </strong></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Stormnacht, post: 812381, member: 341"] [I]Condensado de [B]"EXOCET"[/B], de [B]Jack Higgins[/B]. La saga es compleja, de ser posible intentaré no excluír demasiado... Si bien es una novela, refleja muy bien los comprometidos pormenores político-diplomáticos= espionaje y entretelones a los que llevó los vacilantes temores británicos respecto a nuestras FFAA, respecto a la capacidad de nuestra FAA y en especial a la Fuerza Aeronaval, respecto al famoso binomio SUE/Exocet, en época de aquella epopeya que fue, es y será Malvinas...[/I] [IMG]http://i63.photobucket.com/albums/h154/cactus-1/am39_1.jpg[/IMG] [B] Llovía. Grosvenor Place estaba desierta, no era sorprendente, considerando el clima y el hecho de ser las tres de la mañana... Harvey Jackson redujo velocidad. Vestía un impermeable amarrillo: hombre robusto, unos cuarenta años; cabello largo y oscuro, rara vez sonreía, pómultos altos y mirada dura. La lluvia era copiosa. Se detuvo junto a la acera y sacó un cigarrillo. Lo encendió, bajó la ventanilla y contempló el alto muro que rodeaba los jardines detrás de Palacio de Buckingham. Golpeó la ventanilla a sus espaldas y apareció el rostro del Tony Villiers. - ¿Qué pasa? - Llegamos. ¿Listo? - Dos minutos. Ocupa tu puesto. La ventanilla se cerró, Jackson puso primera y partió. El furgón iluminado por neón, atiborrado de instrumentos de reparación de teléfonos. Tony Villiers se afirmó a la mesa de trabajo, se embadurnó el rostro con negro camuflaje. Tenía treinta años, altura mediana, macizo. Ojos negros e inexpresivos. Alguna vez le habían roto la nariz. Cabello negro y enmarañado hasta los hombros. Uniforme negro de paracaidista y botas de comando francés. Había cansancio y amargura en sus ojos, conocía el mundo, la gente, y no estaba satisfecho con lo visto. Se cubrió la cabeza con un pasamontañas negro, mientras el furgón se detenía junto al muro. Una Smith & Wesson Magnum con silenciador Carswell que colocó en su cartuchera ajustada a su pierna derecha, abrió un portafolio y sacó una foto en blanco y negro. Tomada la noche anterior con lente telescópica, mostraba la Entrada de Embajadores junto al Palacio de Buckingham. Otra mostraba una escalera de albañil contra el muro, junto al pórtico, se veían una ventanas semiabiertas encima del techo plano. Guardó las fotos y abrió la ventanilla. - Veinticinco minutos, Harvey. Si para entonces no he vuelto, desaparece. - Haga lo que tenga que hacer y vámonos a casa, mayor - dijo Jackson. Villiers abrió una escotilla y trepó al techo del furgón, agazapado bajo la lluvia. A un par de metros de muro, saltó el alambre de púas,se aferró a un árbol, se deslizó por el tronco, y se dejó caer en la oscuridad. La policía de guardia en los jardines del Palacio pensaba en la porquería de la vida. Mojado hasta la médula, se refugió bajo un árbol, cuando un perro comenzó a gruñir. Un policía estuvo en alerta. - ¿Qué pasa, muchacho? ¡Busca, busca! El alsaciano partió a la carrera, Villiers agazapado a unos treinta metros, advirtió el gruñido y tomó el aerosol que llevaba en el bolso del uniforme. El perro adiestrado para atacar en silenco se abalanzó, Villiers levantó su brazo, envuelto en material acolchado ante la contingencia, dejó que el alsaciano mordiera, y le roció el aerosol. El perro cayó fulminado, sin el menor ruido. El guardia comenzó por acercarse con cautela. - Rex, por aquí. La mano experta de Villiers dio un golpe seco en la nuca. El policía se derrumbó. Villiers le ató las manos con sus propias esposas, le quitó su handy y lo guardó. Luego corrió a través del oscuro jardín hasta la puerta trasera del Palacio. Harvey Jackson salió del furgón y abrió la portezuela trasera. Tomó unos garfios, se inclinó sobre una alcantarilla de calle y la quitó. Del furgón sacó un portalámpara con cable largo y lo suspendió en la oscuridad, un letrero rojo recía [I]"PELIGRO, HOMBRES TRABAJANDO"[/I], varias lonas y una tienda. Se introdujo en la cámara, abrió un tablero de inspección, viendo una maraña de cables multicolores, y se sentó a esperar. Cindo minutos más tarde oyó el motor de un automóvil, había visto una patrulla policial junto a la acera. El conductor lo miró con sonrisa burlona. - Bonita manera de ganarse la vida. Te lo mereces, por buscarte un trabajo como éste... - ¿Y qué me dices de ti? - replicó Jackson. - Supongo que te pagarán extra por trabajar a estas horas. - Sí, ya lo creo. El policía sonrió otra vez. - Ten cuidado. Si sigue lloviendo así, cuando amanezca estarás nadando allí adentro. Jackson se quedó solo, encendió un cigarrillo y se sentó, silbando en la oscuridad, pensando en qué estaría haciendo Villiers. Villiers halló la escalera de los albañiles bajo el pórtico, logró trepar el techo plano de la Entrada de los Embajadores sin dificultad. Dos de las ventanas seguían semiabiertas. Se deslizó por una cornisa hasta la más cercana, y penetró en una pequeña oficina. Abrió la puerta con cautela y salió a un pasillo oscuro. La Cámara Real se encontraba al otro lado del Palacio. Con los planos suministrados, conocía la disposición de los cuartos. Recorrió rápidamente el laberinto de corredores, desiertos a esa hora. Cinco minutos más tarde se encontró con el corredor que conducía a la suite privada. A pocos metros de distancia estaba el departamento de la reina: sabía que consistía en un comedor que daba a una sala de estar y luego al dormitorio. Muy cerca, el cuarto donde dormían los guardaespaldas. Enfrente, en el vestíbulo, un agente de policía leía. Villiers lo observó por unos minutos, retrocedió y sacó el handy quitado al policía. Oprimió el canal cuatro y esperó. El aparato crepitó y oyó una voz: - Aquí Jones. Villiers respondió con voz suave: - Aquí la oficina de seguridad. Está sonando la alarma en la pinacoteca. Estamos recibiendo una señal intermitente. Echele un vistazo, ¿quiere? - De acuerdo -dijo Jones. El policía echó a andar por el corredor en dirección opuesta y desapareció. Inmediatamente, Villiers llegó hasta la puerta de la reina, se detuvo un instante, tomó aliento y la abrió. Parte 1 [/B][B][/B] [/QUOTE]
Insertar citas…
Verificación
Libertador de Argentina
Responder
Inicio
Foros
Area Militar General
Malvinas 1982
EXOCET-SUE/Malvinas: Un relato de intrigas...
Este sitio usa cookies. Para continuar usando este sitio, se debe aceptar nuestro uso de cookies.
Aceptar
Más información.…
Arriba