Este articulo que cuelgo es de una publicacion de UCEMA algo vieja, de 2003.
Factores Organizacionales y Desempeño en Combate: la experiencia de la IMARA en Malvinas 1
Alejandro L. Corbacho
Cuando los soldados entran en combate lo hacen en el marco de una organización que los
envía y los apoya. De este modo su calidad es puesta a prueba y, por ese motivo, el combate es el
momento crítico de toda organización militar. En esa situación su desempeño dependerá no sólo
de los planes estratégicos, su cantidad y el material disponible, sino también de la preparación y
del espíritu que le fue inculcado a sus miembros a lo largo de su paso por la organización militar.
No cabe duda que para la Fuerzas Armadas argentinas la Guerra de las Malvinas fue un
momento crítico.
El siguiente trabajo explora las razones del comportamiento de las unidades de Infantería
de Marina de la Armada Argentina (IMARA) a partir del análisis de dos factores
organizacionales. El primer factor, más comúnmente señalado, es lo que en éste análisis se
denomina estructural; el segundo se centra en algunos aspectos sociológicos, más precisamente
la cultura organizacional. Para explicar los atributos estructurales y culturales del cuerpo de
Infantería de Marina argentina se entrevistaron a oficiales de la Armada en servicio activo o en
situación de retiro que participaron o que fueron testigos privilegiados de los acontecimientos
descriptos y a documentos y artículos oficiales y otros testimonios impresos.
UCEMA
Serie Documentos de Trabajo
N° 255-Diciembre 2003
En Malvinas los argentinos combatieron bien y con bravura en muchas partes de las islas. No
todos. Pero muchos. Y esos grupos de argentinos son más interesantes que aquellos que huyeron (2)
Introducción
Cuando los soldados entran en combate lo hacen en el marco de una organización que los
envía y los apoya. De este modo su calidad es puesta a prueba y por ese motivo, el combate es el
momento crítico de toda organización militar. En esa situación su desempeño dependerá no sólo
de los planes estratégicos, su cantidad y el material disponible, sino también de la preparación y
del espíritu que le fue inculcado a sus miembros a lo largo de su paso por la organización militar.
No cabe duda que para la Fuerzas Armadas argentinas la Guerra de las Malvinas fue un
momento crítico. Este trabajo investiga cuáles de estos temas afectaron el desempeño en
combate de una unidad en particular: la Infantería de Marina de la Armada Argentina (IMARA).
El conflicto del Atlántico Sur que se desarrolló entre abril y junio de 1982 terminó en una
derrota para la Argentina y son numerosos los trabajos que analizan y reflexionan sobre los
motivos de la misma. Sin embargo, durante el desarrollo del conflicto hubo tropas que se
destacaron por su habilidad en combate. Estas constituyen casos exitosos que también merecen
ser investigados. Entre ellos se encuentran las unidades de la Infantería de Marina.(3)
El siguiente trabajo explora las razones del comportamiento de las unidades de Infantería
de Marina a partir del análisis de dos factores organizacionales. El primer factor, más
comúnmente señalado, es lo que en éste análisis se denomina estructural; el segundo se centra en
algunos aspectos sociológicos, más precisamente la cultura organizacional. Para explicar los
atributos estructurales y culturales del cuerpo de Infantería de Marina argentina que fueron
centrales para su destacado desempeño en combate se entrevistaron a oficiales de la Armada en
servicio activo o en situación de retiro que participaron o que fueron testigos privilegiados de los
acontecimientos descriptos y a documentos y artículos oficiales y otros testimonios impresos.
La Infantería de Marina en el Teatro de las Malvinas.
Una vez concluida con éxito la recuperación de las Islas Malvinas el 2 de abril de 1982,
las fuerzas de Infantería de Marina que participaron en la operación debieron haber regresado al
continente dado que el plan original de defensa no contemplaba su posterior empleo (4). Sin
embargo, cuando los británicos decidieron responder militarmente a la acción argentina, las
autoridades argentinas resolvieron reforzar la guarnición de las islas y enviaron, entre otras
unidades, un contingente de Infantería de Marina.
El grueso de este contingente estuvo conformado por el BIM 5. El Alto Mando Naval
decidió desplegar esta unidad cuya base permanente esta en Río Grande (Tierra del Fuego) por
varias razones: por ser la mejor adaptada para combatir en un terreno similar al de las Malvinas;
por estar bien equipado; y estar altamente entrenado, particularmente, en combate nocturno y en
el uso de cooperación aérea (5). Para su despliegue en las Islas, el BIM 5 fue reforzado por un
grupo de ametralladoras pesadas calibre 12.7mm., por la Primera Sección de Ingenieros
Anfibios, y por la Batería B del Batallón de Artillería de campaña de la Infantería de Marina.
Entre los días 8 y 12 de abril, el personal y el equipo del batallón fueron aerotransportados a Puerto Argentino. Allí, el Alto Mando local le asignó la responsabilidad de defender parte del cinturón de elevaciones que rodean a esa ciudad. Al BIM 5 le correspondieron los Montes Tumbledown, Williams, y Sapper Hill6. Además del batallón, otras unidades de IMARA estuvieron presentes en las Islas: el Batallón de Artillería Antiaérea, la Compañía de Ingenieros Anfibios (-), un destacamento de Comandos Anfibios, la Tercera Sección de la Compañía D del BIM 2, Segunda y Tercera Secciones de la Compañía H del BIM 3, dos grupos de mísiles antitanque Bantam, tres grupos de controladores aéreos, una sección de Seguridad con perros y un grupo de Comando de Infantería de Marina. Estas unidades participaron de la defensa de la capital, de la Península Camber, y de la Isla Borbón, y todas entraron en combate con resultados satisfactorios (7). En total, las tropas de la Infantería de Marina destacados en las islas alcanzó a 1.590 hombres. Al mismo tiempo, la Primera Brigada de Infantería de Marina con 3.587 hombres permaneció a la espera en Tierra del Fuego. Esta constituyó la reserva estratégica operacional del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS) (8).
Es importante destacar que durante su permanencia en las islas los Infantes estuvieron
bien alimentados, contaron con adecuada ropa y con equipo de comunicaciones apropiado.
También fue importante el hecho que durante el período de espera desde su llegada hasta que los
británicos desembarcaran, los Infantes se mantuvieron ocupados preparándose para ese
momento (9). El batallón contó también con herramientas para preparar posiciones aptas para el
suelo malvinense. Se trataba de las famosas “barretas”(10). Estos preparativos luego fueron claves
en la dura defensa que los Infantes presentaron a los atacantes británicos.
Monte Tumbledown: el reconocimiento
Los británicos desembarcaron en la madrugada del 21 de mayo en San Carlos (Isla
Soledad) y los combates finales por las alturas que rodean a Puerto Argentino tuvieron lugar
entre los días 11 y 14 de junio11. El Segundo Batallón de Guardias Escoceses atacó Monte
Tumbledown en la noche del 13. Un corresponsal británico testigo de los combates describió la
acción en los siguientes términos:
A los pocos minutos, francotiradores argentinos utilizando miras nocturnas habían
matado a tres de los Guardias y herido a otros dos. La típica fórmula británica de responder con fuego de cohetes de 66 y 84 milímetros pareció tener poco efecto en las posiciones enemigas ubicadas entre las rocas. Los Guardias Escoceses escucharon a los argentinos gritando y hasta cantando mientras combatían. Estas eran las mejores tropas de las que disponía el General Menéndez en el campo de batalla, se trataba del BIM 5...Mientras la noche avanzaba, el duro combate continuó y los argentinos no mostraban signos de quebrarse y sus posiciones
principales se mantuvieron firmes12.
Esta acción descripta por Hastings y Jenkins duró once horas. Su relato continúa:
Los Guardias alcanzaron las últimas posiciones en Tumbledown sólo después de
luchar pulgada por pulgada en las rocas utilizando granadas de fósforo y armas
automáticas para eliminar los bunkers enemigos... El batallón de Guardias
Escoceses había... capturado una de las posiciones argentinas más fuertemente
defendidas de la guerra (13).
Luego de una larga noche combatiendo los restos de los Infantes reforzados por unidades
dispersas del Ejército aún estaban en posesión del puesto de comando del BIM 5 y de la Colina
del Zapador. Desde allí los Infantes se prepararon para el contraataque. Pero hacia el mediodía
del 14 de junio, el Alto Mando argentino ordenó el cese de fuego en las islas. La lucha armada
por las Malvinas había concluido. Al final de la batalla, el BIM 5 sufrió un total de 61 bajas, de
los cuales 16 fueron muertos y 45 heridos. Los Guardias Escoceses declararon haber tenido 9
muertos y 41 heridos (14).
Con posterioridad, el equipo de corresponsales del Sunday Times informó a sus lectores
que en Tumbledown “los Guardias habían enfrentado la acción más dura de todas. Allí había,
bien atrincherados en una serie de intrincados bunkers cortados en al tierra, un batallón argentino
bien entrenado de Infantería de Marina”. Además, “el volumen de fuego de los Infantes fue
intenso e impresionante”. Del mismo modo, el analista militar norteamericano Harry G.
Summers señaló que “a medida que los Guardias Escoceses se aproximaron a las principales
alturas del Monte Tumbledown se toparon con una fuerte oposición. En lugar de las apresuradas
fortificaciones de campaña que los Británicos habían encontrado más temprano en la guerra, se enfrentaron a una compañía bien atrincherada del BIM 5” El norteamericano agregó que “un
oficial de artillería británico describió esas posiciones como excepcionalmente bien
preparadas” (15).
Aún en la derrota los Infantes no perdieron la cohesión y se mantuvieron unidos y
ordenados16. De acuerdo con el relato del teniente coronel Vaux, comandante del 42nd Marine
Commandos, los Infantes argentinos marcharon a lo largo de las calles de Puerto Argentino
“elegantemente” (smartly) y portando en alto sus colores regimentales (17). Por último, el
historiador británico Martin Middlebrook también tiene palabras de reconocimiento para el
desempeño de los Infantes argentinos:
Los Infantes argentinos quienes se consideran a si mismos mejores soldados que
los del Ejército probablemente los sean. Su componente básico también era de
conscriptos, pero el sistema de los Infantes de incorporar nuevos conscriptos en
tandas a lo largo del año significó que la unidad tenía un mayor grado de
entrenamiento y no tuvo ningún joven de la clase 1963 cuando fueron enviados a
las Malvinas. Otras ventaja de la que disfrutaban los Infantes era que tenían mejor
ropa de invierno ... Al mismo tiempo que estaban apoyados por su propia batería
de artillería de Infantería de Marina (18).
En el lado argentino, la Infantería de Marina tuvo también evaluaciones positivas por
parte de fuentes ajenas a la Armada. Por ejemplo, una publicación del Ejército Argentino
enumeró las razones, que según ellos, explican el desempeño superior del BIM 5:
El BIM 5 poseía un conjunto bien balanceado de armas y excelentes equipos de
comunicaciones. Pero mucho más importante fue que dispuso de hombres que
como consecuencia del sistema de incorporación de la Armada habían completado
su adiestramiento, adaptados desde la paz al terreno y a las condiciones
meteorológicas extremas...a la vez que contó con un sistema logístico particular
de la Armada...logrando mantenerlo con una excelente aptitud para el combate (19).
Por otra parte, el informe elaborado por la Comisión de Análisis y Evaluación (también conocido
como Informe Rattenbach) reportó que:
El BIM 5 (…) demostró vocación conjunta, un elevado grado de alistamiento,
profesionalismo y equipamiento adecuado, lo que se puso de manifiesto en el
combate terrestre, durante la defensa de Puerto Argentino, acción donde tuvo un
desempeño destacado (20).
Por lo tanto, propios y adversarios reconocieron el desempeño destacado de las unidades
de Infantería de Marina y en particular del BIM 5 (21).
Factores organizacionales: estructurales y culturales
En general, el desempeño en combate de unidades terrestres se explica a partir de una
variable psicológica: el grado de cohesión. Según ésta, los hombres y las unidades en combate se
cohesionan (o se mantienen unidos) por supervivencia, confianza en su compañeros, o por
patriotismo. Más aún, se sostiene que un alto grado de cohesión permite que las unidades
“intenten cumplir con su misión a pesar de la situación” (22). Otros autores afirman que otros
factores como el carácter nacional, la relación entre la sociedad y las fuerzas armadas, las
creencias religiosas, y la ideología afectan la forma en que la unidades combatenn (23). Sin
embargo, existen aún otros factores que hasta el momento han sido poco estudiados. Se trata de
las variables relacionadas con características propias de la organización dentro de la cual los
soldados combaten. Estos también contribuyen a cimentar la cohesión y pueden ser importantes
al momento de explicar el “desempeño en combate.” Este concepto se utiliza aquí en términos
similares al de efectividad táctica (tactical effectiveness) definida por Millet y Murray como “las
técnicas específicas utilizadas por las unidades de combate para luchar en los enfrentamientos
que tiene por objeto asegurar los objetivos operacionales”. Según los autores, “la actividad
táctica implica el movimiento [o despliegue] de las fuerzas, en el campo de batalla contra el enemigo, la provisión de fuego destructivo contra las fuerzas enemigas o los blancos, y la
preparación del apoyo logístico a ser aplicado en el enfrentamiento.” (24).
Además del personal que da vida a una organización, ésta esta constituida por elementos
estructurales y culturales. Los primeros son el esqueleto, los elementos o características visibles,
externas, que pueden ser, entre otros, desde el material y equipo militar, el número de integrantes
y el organigrama y disposición geográfica de las unidades. Los segundos son más sutiles y, por
lo tanto, más difíciles de observar a simple vista. Se trata de los presupuestos básicos, las
normas, las creencias, y los conocimientos formales con que cuentan los miembros de la
organización. Ambos conjuntos de elementos configuran y moldean el comportamiento colectivo
de los soldados. Por lo tanto, este trabajo parte del supuesto que además del grado de cohesión se
deben estudiar tanto los aspectos estructurales como los culturales de la organización militar para
explicar de un modo comprensivo su desempeño en combate dado que estos finalmente ayudan a
desarrollar, reforzar o mantener la cohesión. De este modo, el foco de la investigación se
desplaza de la dimensión humana a la dimensión organizativa de la guerra.
En una reseña histórica de las organizaciones militares, el historiador británico Jeremy
Black describe el siguiente patrón: si bien las armas y las tácticas si son exitosas pueden ser
fácilmente reproducidas, es mucho más difícil reproducir un “desempeño militar eficiente”. De
acuerdo con Black, esto último parece estar conectado con la calidad de los cuadros, es decir,
oficiales y suboficiales (25). Por lo tanto, ¿cómo es posible obtener cuadros de alta calidad? Una
rápida respuesta a esta pregunta es mirar cómo las organizaciones militares reclutan y educan a
su personal para realizar el trabajo.
Durante este proceso la organización militar inculca los conocimientos, procedimientos y valores uniformes que le permite a sus miembros compartir el mismo espíritu que distingue a un grupo de soldados de otro26. Por lo tanto, para comprender el desempeño de una organización es necesario prestar atención tanto a sus aspectos visibles como a los más sutiles que son sus elementos culturales característicos. Estos últimos constituyen “la fuerza invisible detrás de las actividades de la organización”( 27).
La cultura organizacional se define comúnmente como “el conjunto de supuestos, valores, normas, creencias, y conocimiento formal que configura el entendimiento colectivo” 28.
Según Mintzberg, la ideología (o cultura organizacional) abarca “las tradiciones y creencias de
una organización y el lo que la distingue del resto de las organizaciones e infunde cierta vida en
el esqueleto de su estructura.” 29 Así, la cultura organizacional es el pegamento normativo y
social que mantiene unida a la organización y expresa los valores e ideales sociales que los
miembros de esa organización llegan a compartir. Al mismo tiempo, ésta ayuda a superar los
desafíos externos a la organización. Además, es importante tener en cuenta que estas ideas se
consideran válidas porque han funcionado30. Más importante aún, se considera a la cultura como
la “caja de herramientas” o “repertorio” del comportamiento organizacional. Sin embargo, es
importante resaltar que la cultura no define los objetivos31. Al respecto existe entre los expertos
cierto grado de acuerdo acerca de las consecuencias de la cultura en las organizaciones: ayuda a
manejar las incertidumbres colectivas, ayuda a crear un orden social, generan continuidad en las
creencias y las prácticas. Al mismo tiempo, los miembros que comparten la misma cultura crean
una identidad colectiva y compromiso.32
Por último, las organizaciones militares, en tanto organizaciones “totales”, inculcan a sus
miembros una cultura común o espíritu de cuerpo. Por ejemplo, al analizar el caso del cuerpo de
Infantería de Marina de los Estados Unidos un historiador observó que sus “hombres comparten
una relación definida institucionalmente basada en la subordinación al espíritu de la Infantería de
Marina” 33. Por lo tanto, esta investigación indaga sobre la influencia que pueden tener los factores organizacionales de una organización específica bajo una circunstancia también
específica, en nuestro caso, el comportamiento en combate de la infantería de marina argentina.
Factores estructurales
Al describir el comportamiento en combate del BIM 5 los comentarios arriba expresados
concuerdan en señalar aspectos observables, es decir factores estructurales. Estos fueron la
cohesión, un balanceado conjunto de armas y equipo, una logística superior, y la habilidad en la
preparación de posiciones defensivas34. Los observadores también coincidieron en valorar otra
características de la Armada, el sistema de incorporación de conscriptos. Según uno de sus miembros, una de las características de los Infantes de Marina argentinos es “la obsesión por el entrenamiento y el alistamiento.” Y según él, eso significa que
los Infantes quieren estar preparados todo el tiempo35. Sin duda, un elemento que ayuda
desarrollar esta característica es la ubicación geográfica de la principal base de la Infantería de
Marina, Baterías. En efecto, la localización de dicha base custodiando la entrada a la Base Naval
de Puerto Belgrano ayuda a explicar una parte de este “impuls o” por el entrenamiento. Por lo
tanto, la ubicación aislada de la base provee el incentivo para entrenarse más seguido que
cualquier otra unidad que se encuentre cerca de una ciudad36.
Al factor aislamiento de la guarnición de Baterías se agrega el hecho que en ese lugar se
concentra el núcleo de la fuerza, la Brigada de Infantería de Marina y la Fuerza de Apoyo
Anfibio. La primera “planea, regula y supervisa la instrucción, el adiestramiento y toda la
actividad o tarea operativa de las Unidades Orgánicas” de esta gran unidad de combate37. Durante la campaña de las Malvinas estuvo conformada por el Batallón de Comando, el BIM 1,
el BIM 2, el Batallón de artillería de campaña 1, el Batallón de apoyo logístico, y la Compañía de Ingenieros Anfibios. La Fuerza de Apoyo Anfibio tiene como misión “suministrar con su
personal, medios y sistemas de armas, los apoyos y/o refuerzos que ordene el Comando de la
Infantería de Marina, a requerimiento de las distintas Fuerzas del Cuerpo que deban entrar o se
encuentren en operaciones” 38. Esta unidad estaba constituida por el Batallón de Vehículos
Anfibios 1, el Batallón de Comunicaciones 1, el Batallón Antiaéreo y la Agrupación de
Comandos Anfibios.
El tamaño es otro factor estructural que puede ayudar a consolidar la cohesión militar, o
el espíritu de cuerpo. Al respecto, la Infantería de Marina argentina es una fuerza pequeña que
existe dentro del contexto de una organización más grande, la Armada. De este modo, es posible
que sus miembros se conozcan o estén mas familiarizados entre si y aprenden a trabajar en
conjunto39. En ese caso, puede afirmarse que la Infantería de Marina también está constituida
por una densa trama de relaciones entre sus miembros. En 1982 la Infantería de Marina contaba
con un total de 9.500 efectivos. El total de efectivos de al Armada alcanzaba en ese momento a
36.000. Esta cifra incluía a los conscriptos40.
La mayoría de los oficiales entrevistados coincidieron que estos tres factores ayudan a
crear una fuerza anfibia integrada, cohesionada y coordinada.
Como se ha señalado repetidas veces, una ventaja que posee la Armada por sobre las
otras fuerzas armadas surge de disponer de medios de apoyo logístico propios41. Al respecto, un
oficial veterano de la campaña afirmó que “el secreto de la exitos a capacidad logística de las
unidades terrestres de la Armada en Malvinas se debió a que la logística era nuestra, no dependíamos de nadie mas” 42.
Por último, muchos observadores señalaron otro aspecto institucional que distinguió a la
Armada en comparación con el Ejército. Llegado el momento, consideran que el sistema de incorporación de conscriptos fue crítico para su desempeño. La Armada incorporaba a los
nuevos conscriptos en cinco tandas bimestrales sucesivas y los conscriptos servían un tiempo fijo
de catorce meses43.
Para muchos este sistema adoptado en los años 70 fue “una de las razones por las cuales la fuerza siempre estuvo lista para el combate” 44. Hasta aquí esta investigación ha identificado un conjunto de aspectos estructurales que hacen a la configuración de la organización: ubicación geográfica, concentración de efectivos, tamaño, apoyo logístico propio y sistema de incorporación de conscriptos. La conjunción de estos factores facilitaron el entrenamiento y ayudaron a la conformación de una fuerza integrada, densa y cohesionada que cumplió con la misión que se esperaba de ella.
Factores Organizacionales y Desempeño en Combate: la experiencia de la IMARA en Malvinas 1
Alejandro L. Corbacho
Cuando los soldados entran en combate lo hacen en el marco de una organización que los
envía y los apoya. De este modo su calidad es puesta a prueba y, por ese motivo, el combate es el
momento crítico de toda organización militar. En esa situación su desempeño dependerá no sólo
de los planes estratégicos, su cantidad y el material disponible, sino también de la preparación y
del espíritu que le fue inculcado a sus miembros a lo largo de su paso por la organización militar.
No cabe duda que para la Fuerzas Armadas argentinas la Guerra de las Malvinas fue un
momento crítico.
El siguiente trabajo explora las razones del comportamiento de las unidades de Infantería
de Marina de la Armada Argentina (IMARA) a partir del análisis de dos factores
organizacionales. El primer factor, más comúnmente señalado, es lo que en éste análisis se
denomina estructural; el segundo se centra en algunos aspectos sociológicos, más precisamente
la cultura organizacional. Para explicar los atributos estructurales y culturales del cuerpo de
Infantería de Marina argentina se entrevistaron a oficiales de la Armada en servicio activo o en
situación de retiro que participaron o que fueron testigos privilegiados de los acontecimientos
descriptos y a documentos y artículos oficiales y otros testimonios impresos.
UCEMA
Serie Documentos de Trabajo
N° 255-Diciembre 2003
En Malvinas los argentinos combatieron bien y con bravura en muchas partes de las islas. No
todos. Pero muchos. Y esos grupos de argentinos son más interesantes que aquellos que huyeron (2)
Introducción
Cuando los soldados entran en combate lo hacen en el marco de una organización que los
envía y los apoya. De este modo su calidad es puesta a prueba y por ese motivo, el combate es el
momento crítico de toda organización militar. En esa situación su desempeño dependerá no sólo
de los planes estratégicos, su cantidad y el material disponible, sino también de la preparación y
del espíritu que le fue inculcado a sus miembros a lo largo de su paso por la organización militar.
No cabe duda que para la Fuerzas Armadas argentinas la Guerra de las Malvinas fue un
momento crítico. Este trabajo investiga cuáles de estos temas afectaron el desempeño en
combate de una unidad en particular: la Infantería de Marina de la Armada Argentina (IMARA).
El conflicto del Atlántico Sur que se desarrolló entre abril y junio de 1982 terminó en una
derrota para la Argentina y son numerosos los trabajos que analizan y reflexionan sobre los
motivos de la misma. Sin embargo, durante el desarrollo del conflicto hubo tropas que se
destacaron por su habilidad en combate. Estas constituyen casos exitosos que también merecen
ser investigados. Entre ellos se encuentran las unidades de la Infantería de Marina.(3)
El siguiente trabajo explora las razones del comportamiento de las unidades de Infantería
de Marina a partir del análisis de dos factores organizacionales. El primer factor, más
comúnmente señalado, es lo que en éste análisis se denomina estructural; el segundo se centra en
algunos aspectos sociológicos, más precisamente la cultura organizacional. Para explicar los
atributos estructurales y culturales del cuerpo de Infantería de Marina argentina que fueron
centrales para su destacado desempeño en combate se entrevistaron a oficiales de la Armada en
servicio activo o en situación de retiro que participaron o que fueron testigos privilegiados de los
acontecimientos descriptos y a documentos y artículos oficiales y otros testimonios impresos.
La Infantería de Marina en el Teatro de las Malvinas.
Una vez concluida con éxito la recuperación de las Islas Malvinas el 2 de abril de 1982,
las fuerzas de Infantería de Marina que participaron en la operación debieron haber regresado al
continente dado que el plan original de defensa no contemplaba su posterior empleo (4). Sin
embargo, cuando los británicos decidieron responder militarmente a la acción argentina, las
autoridades argentinas resolvieron reforzar la guarnición de las islas y enviaron, entre otras
unidades, un contingente de Infantería de Marina.
El grueso de este contingente estuvo conformado por el BIM 5. El Alto Mando Naval
decidió desplegar esta unidad cuya base permanente esta en Río Grande (Tierra del Fuego) por
varias razones: por ser la mejor adaptada para combatir en un terreno similar al de las Malvinas;
por estar bien equipado; y estar altamente entrenado, particularmente, en combate nocturno y en
el uso de cooperación aérea (5). Para su despliegue en las Islas, el BIM 5 fue reforzado por un
grupo de ametralladoras pesadas calibre 12.7mm., por la Primera Sección de Ingenieros
Anfibios, y por la Batería B del Batallón de Artillería de campaña de la Infantería de Marina.
Entre los días 8 y 12 de abril, el personal y el equipo del batallón fueron aerotransportados a Puerto Argentino. Allí, el Alto Mando local le asignó la responsabilidad de defender parte del cinturón de elevaciones que rodean a esa ciudad. Al BIM 5 le correspondieron los Montes Tumbledown, Williams, y Sapper Hill6. Además del batallón, otras unidades de IMARA estuvieron presentes en las Islas: el Batallón de Artillería Antiaérea, la Compañía de Ingenieros Anfibios (-), un destacamento de Comandos Anfibios, la Tercera Sección de la Compañía D del BIM 2, Segunda y Tercera Secciones de la Compañía H del BIM 3, dos grupos de mísiles antitanque Bantam, tres grupos de controladores aéreos, una sección de Seguridad con perros y un grupo de Comando de Infantería de Marina. Estas unidades participaron de la defensa de la capital, de la Península Camber, y de la Isla Borbón, y todas entraron en combate con resultados satisfactorios (7). En total, las tropas de la Infantería de Marina destacados en las islas alcanzó a 1.590 hombres. Al mismo tiempo, la Primera Brigada de Infantería de Marina con 3.587 hombres permaneció a la espera en Tierra del Fuego. Esta constituyó la reserva estratégica operacional del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS) (8).
Es importante destacar que durante su permanencia en las islas los Infantes estuvieron
bien alimentados, contaron con adecuada ropa y con equipo de comunicaciones apropiado.
También fue importante el hecho que durante el período de espera desde su llegada hasta que los
británicos desembarcaran, los Infantes se mantuvieron ocupados preparándose para ese
momento (9). El batallón contó también con herramientas para preparar posiciones aptas para el
suelo malvinense. Se trataba de las famosas “barretas”(10). Estos preparativos luego fueron claves
en la dura defensa que los Infantes presentaron a los atacantes británicos.
Monte Tumbledown: el reconocimiento
Los británicos desembarcaron en la madrugada del 21 de mayo en San Carlos (Isla
Soledad) y los combates finales por las alturas que rodean a Puerto Argentino tuvieron lugar
entre los días 11 y 14 de junio11. El Segundo Batallón de Guardias Escoceses atacó Monte
Tumbledown en la noche del 13. Un corresponsal británico testigo de los combates describió la
acción en los siguientes términos:
A los pocos minutos, francotiradores argentinos utilizando miras nocturnas habían
matado a tres de los Guardias y herido a otros dos. La típica fórmula británica de responder con fuego de cohetes de 66 y 84 milímetros pareció tener poco efecto en las posiciones enemigas ubicadas entre las rocas. Los Guardias Escoceses escucharon a los argentinos gritando y hasta cantando mientras combatían. Estas eran las mejores tropas de las que disponía el General Menéndez en el campo de batalla, se trataba del BIM 5...Mientras la noche avanzaba, el duro combate continuó y los argentinos no mostraban signos de quebrarse y sus posiciones
principales se mantuvieron firmes12.
Esta acción descripta por Hastings y Jenkins duró once horas. Su relato continúa:
Los Guardias alcanzaron las últimas posiciones en Tumbledown sólo después de
luchar pulgada por pulgada en las rocas utilizando granadas de fósforo y armas
automáticas para eliminar los bunkers enemigos... El batallón de Guardias
Escoceses había... capturado una de las posiciones argentinas más fuertemente
defendidas de la guerra (13).
Luego de una larga noche combatiendo los restos de los Infantes reforzados por unidades
dispersas del Ejército aún estaban en posesión del puesto de comando del BIM 5 y de la Colina
del Zapador. Desde allí los Infantes se prepararon para el contraataque. Pero hacia el mediodía
del 14 de junio, el Alto Mando argentino ordenó el cese de fuego en las islas. La lucha armada
por las Malvinas había concluido. Al final de la batalla, el BIM 5 sufrió un total de 61 bajas, de
los cuales 16 fueron muertos y 45 heridos. Los Guardias Escoceses declararon haber tenido 9
muertos y 41 heridos (14).
Con posterioridad, el equipo de corresponsales del Sunday Times informó a sus lectores
que en Tumbledown “los Guardias habían enfrentado la acción más dura de todas. Allí había,
bien atrincherados en una serie de intrincados bunkers cortados en al tierra, un batallón argentino
bien entrenado de Infantería de Marina”. Además, “el volumen de fuego de los Infantes fue
intenso e impresionante”. Del mismo modo, el analista militar norteamericano Harry G.
Summers señaló que “a medida que los Guardias Escoceses se aproximaron a las principales
alturas del Monte Tumbledown se toparon con una fuerte oposición. En lugar de las apresuradas
fortificaciones de campaña que los Británicos habían encontrado más temprano en la guerra, se enfrentaron a una compañía bien atrincherada del BIM 5” El norteamericano agregó que “un
oficial de artillería británico describió esas posiciones como excepcionalmente bien
preparadas” (15).
Aún en la derrota los Infantes no perdieron la cohesión y se mantuvieron unidos y
ordenados16. De acuerdo con el relato del teniente coronel Vaux, comandante del 42nd Marine
Commandos, los Infantes argentinos marcharon a lo largo de las calles de Puerto Argentino
“elegantemente” (smartly) y portando en alto sus colores regimentales (17). Por último, el
historiador británico Martin Middlebrook también tiene palabras de reconocimiento para el
desempeño de los Infantes argentinos:
Los Infantes argentinos quienes se consideran a si mismos mejores soldados que
los del Ejército probablemente los sean. Su componente básico también era de
conscriptos, pero el sistema de los Infantes de incorporar nuevos conscriptos en
tandas a lo largo del año significó que la unidad tenía un mayor grado de
entrenamiento y no tuvo ningún joven de la clase 1963 cuando fueron enviados a
las Malvinas. Otras ventaja de la que disfrutaban los Infantes era que tenían mejor
ropa de invierno ... Al mismo tiempo que estaban apoyados por su propia batería
de artillería de Infantería de Marina (18).
En el lado argentino, la Infantería de Marina tuvo también evaluaciones positivas por
parte de fuentes ajenas a la Armada. Por ejemplo, una publicación del Ejército Argentino
enumeró las razones, que según ellos, explican el desempeño superior del BIM 5:
El BIM 5 poseía un conjunto bien balanceado de armas y excelentes equipos de
comunicaciones. Pero mucho más importante fue que dispuso de hombres que
como consecuencia del sistema de incorporación de la Armada habían completado
su adiestramiento, adaptados desde la paz al terreno y a las condiciones
meteorológicas extremas...a la vez que contó con un sistema logístico particular
de la Armada...logrando mantenerlo con una excelente aptitud para el combate (19).
Por otra parte, el informe elaborado por la Comisión de Análisis y Evaluación (también conocido
como Informe Rattenbach) reportó que:
El BIM 5 (…) demostró vocación conjunta, un elevado grado de alistamiento,
profesionalismo y equipamiento adecuado, lo que se puso de manifiesto en el
combate terrestre, durante la defensa de Puerto Argentino, acción donde tuvo un
desempeño destacado (20).
Por lo tanto, propios y adversarios reconocieron el desempeño destacado de las unidades
de Infantería de Marina y en particular del BIM 5 (21).
Factores organizacionales: estructurales y culturales
En general, el desempeño en combate de unidades terrestres se explica a partir de una
variable psicológica: el grado de cohesión. Según ésta, los hombres y las unidades en combate se
cohesionan (o se mantienen unidos) por supervivencia, confianza en su compañeros, o por
patriotismo. Más aún, se sostiene que un alto grado de cohesión permite que las unidades
“intenten cumplir con su misión a pesar de la situación” (22). Otros autores afirman que otros
factores como el carácter nacional, la relación entre la sociedad y las fuerzas armadas, las
creencias religiosas, y la ideología afectan la forma en que la unidades combatenn (23). Sin
embargo, existen aún otros factores que hasta el momento han sido poco estudiados. Se trata de
las variables relacionadas con características propias de la organización dentro de la cual los
soldados combaten. Estos también contribuyen a cimentar la cohesión y pueden ser importantes
al momento de explicar el “desempeño en combate.” Este concepto se utiliza aquí en términos
similares al de efectividad táctica (tactical effectiveness) definida por Millet y Murray como “las
técnicas específicas utilizadas por las unidades de combate para luchar en los enfrentamientos
que tiene por objeto asegurar los objetivos operacionales”. Según los autores, “la actividad
táctica implica el movimiento [o despliegue] de las fuerzas, en el campo de batalla contra el enemigo, la provisión de fuego destructivo contra las fuerzas enemigas o los blancos, y la
preparación del apoyo logístico a ser aplicado en el enfrentamiento.” (24).
Además del personal que da vida a una organización, ésta esta constituida por elementos
estructurales y culturales. Los primeros son el esqueleto, los elementos o características visibles,
externas, que pueden ser, entre otros, desde el material y equipo militar, el número de integrantes
y el organigrama y disposición geográfica de las unidades. Los segundos son más sutiles y, por
lo tanto, más difíciles de observar a simple vista. Se trata de los presupuestos básicos, las
normas, las creencias, y los conocimientos formales con que cuentan los miembros de la
organización. Ambos conjuntos de elementos configuran y moldean el comportamiento colectivo
de los soldados. Por lo tanto, este trabajo parte del supuesto que además del grado de cohesión se
deben estudiar tanto los aspectos estructurales como los culturales de la organización militar para
explicar de un modo comprensivo su desempeño en combate dado que estos finalmente ayudan a
desarrollar, reforzar o mantener la cohesión. De este modo, el foco de la investigación se
desplaza de la dimensión humana a la dimensión organizativa de la guerra.
En una reseña histórica de las organizaciones militares, el historiador británico Jeremy
Black describe el siguiente patrón: si bien las armas y las tácticas si son exitosas pueden ser
fácilmente reproducidas, es mucho más difícil reproducir un “desempeño militar eficiente”. De
acuerdo con Black, esto último parece estar conectado con la calidad de los cuadros, es decir,
oficiales y suboficiales (25). Por lo tanto, ¿cómo es posible obtener cuadros de alta calidad? Una
rápida respuesta a esta pregunta es mirar cómo las organizaciones militares reclutan y educan a
su personal para realizar el trabajo.
Durante este proceso la organización militar inculca los conocimientos, procedimientos y valores uniformes que le permite a sus miembros compartir el mismo espíritu que distingue a un grupo de soldados de otro26. Por lo tanto, para comprender el desempeño de una organización es necesario prestar atención tanto a sus aspectos visibles como a los más sutiles que son sus elementos culturales característicos. Estos últimos constituyen “la fuerza invisible detrás de las actividades de la organización”( 27).
La cultura organizacional se define comúnmente como “el conjunto de supuestos, valores, normas, creencias, y conocimiento formal que configura el entendimiento colectivo” 28.
Según Mintzberg, la ideología (o cultura organizacional) abarca “las tradiciones y creencias de
una organización y el lo que la distingue del resto de las organizaciones e infunde cierta vida en
el esqueleto de su estructura.” 29 Así, la cultura organizacional es el pegamento normativo y
social que mantiene unida a la organización y expresa los valores e ideales sociales que los
miembros de esa organización llegan a compartir. Al mismo tiempo, ésta ayuda a superar los
desafíos externos a la organización. Además, es importante tener en cuenta que estas ideas se
consideran válidas porque han funcionado30. Más importante aún, se considera a la cultura como
la “caja de herramientas” o “repertorio” del comportamiento organizacional. Sin embargo, es
importante resaltar que la cultura no define los objetivos31. Al respecto existe entre los expertos
cierto grado de acuerdo acerca de las consecuencias de la cultura en las organizaciones: ayuda a
manejar las incertidumbres colectivas, ayuda a crear un orden social, generan continuidad en las
creencias y las prácticas. Al mismo tiempo, los miembros que comparten la misma cultura crean
una identidad colectiva y compromiso.32
Por último, las organizaciones militares, en tanto organizaciones “totales”, inculcan a sus
miembros una cultura común o espíritu de cuerpo. Por ejemplo, al analizar el caso del cuerpo de
Infantería de Marina de los Estados Unidos un historiador observó que sus “hombres comparten
una relación definida institucionalmente basada en la subordinación al espíritu de la Infantería de
Marina” 33. Por lo tanto, esta investigación indaga sobre la influencia que pueden tener los factores organizacionales de una organización específica bajo una circunstancia también
específica, en nuestro caso, el comportamiento en combate de la infantería de marina argentina.
Factores estructurales
Al describir el comportamiento en combate del BIM 5 los comentarios arriba expresados
concuerdan en señalar aspectos observables, es decir factores estructurales. Estos fueron la
cohesión, un balanceado conjunto de armas y equipo, una logística superior, y la habilidad en la
preparación de posiciones defensivas34. Los observadores también coincidieron en valorar otra
características de la Armada, el sistema de incorporación de conscriptos. Según uno de sus miembros, una de las características de los Infantes de Marina argentinos es “la obsesión por el entrenamiento y el alistamiento.” Y según él, eso significa que
los Infantes quieren estar preparados todo el tiempo35. Sin duda, un elemento que ayuda
desarrollar esta característica es la ubicación geográfica de la principal base de la Infantería de
Marina, Baterías. En efecto, la localización de dicha base custodiando la entrada a la Base Naval
de Puerto Belgrano ayuda a explicar una parte de este “impuls o” por el entrenamiento. Por lo
tanto, la ubicación aislada de la base provee el incentivo para entrenarse más seguido que
cualquier otra unidad que se encuentre cerca de una ciudad36.
Al factor aislamiento de la guarnición de Baterías se agrega el hecho que en ese lugar se
concentra el núcleo de la fuerza, la Brigada de Infantería de Marina y la Fuerza de Apoyo
Anfibio. La primera “planea, regula y supervisa la instrucción, el adiestramiento y toda la
actividad o tarea operativa de las Unidades Orgánicas” de esta gran unidad de combate37. Durante la campaña de las Malvinas estuvo conformada por el Batallón de Comando, el BIM 1,
el BIM 2, el Batallón de artillería de campaña 1, el Batallón de apoyo logístico, y la Compañía de Ingenieros Anfibios. La Fuerza de Apoyo Anfibio tiene como misión “suministrar con su
personal, medios y sistemas de armas, los apoyos y/o refuerzos que ordene el Comando de la
Infantería de Marina, a requerimiento de las distintas Fuerzas del Cuerpo que deban entrar o se
encuentren en operaciones” 38. Esta unidad estaba constituida por el Batallón de Vehículos
Anfibios 1, el Batallón de Comunicaciones 1, el Batallón Antiaéreo y la Agrupación de
Comandos Anfibios.
El tamaño es otro factor estructural que puede ayudar a consolidar la cohesión militar, o
el espíritu de cuerpo. Al respecto, la Infantería de Marina argentina es una fuerza pequeña que
existe dentro del contexto de una organización más grande, la Armada. De este modo, es posible
que sus miembros se conozcan o estén mas familiarizados entre si y aprenden a trabajar en
conjunto39. En ese caso, puede afirmarse que la Infantería de Marina también está constituida
por una densa trama de relaciones entre sus miembros. En 1982 la Infantería de Marina contaba
con un total de 9.500 efectivos. El total de efectivos de al Armada alcanzaba en ese momento a
36.000. Esta cifra incluía a los conscriptos40.
La mayoría de los oficiales entrevistados coincidieron que estos tres factores ayudan a
crear una fuerza anfibia integrada, cohesionada y coordinada.
Como se ha señalado repetidas veces, una ventaja que posee la Armada por sobre las
otras fuerzas armadas surge de disponer de medios de apoyo logístico propios41. Al respecto, un
oficial veterano de la campaña afirmó que “el secreto de la exitos a capacidad logística de las
unidades terrestres de la Armada en Malvinas se debió a que la logística era nuestra, no dependíamos de nadie mas” 42.
Por último, muchos observadores señalaron otro aspecto institucional que distinguió a la
Armada en comparación con el Ejército. Llegado el momento, consideran que el sistema de incorporación de conscriptos fue crítico para su desempeño. La Armada incorporaba a los
nuevos conscriptos en cinco tandas bimestrales sucesivas y los conscriptos servían un tiempo fijo
de catorce meses43.
Para muchos este sistema adoptado en los años 70 fue “una de las razones por las cuales la fuerza siempre estuvo lista para el combate” 44. Hasta aquí esta investigación ha identificado un conjunto de aspectos estructurales que hacen a la configuración de la organización: ubicación geográfica, concentración de efectivos, tamaño, apoyo logístico propio y sistema de incorporación de conscriptos. La conjunción de estos factores facilitaron el entrenamiento y ayudaron a la conformación de una fuerza integrada, densa y cohesionada que cumplió con la misión que se esperaba de ella.