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Area Militar General
Malvinas 1982
Factores Organizacionales y Desempeño en Combate: la experiencia de la IMARA en Malvi
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<blockquote data-quote="Pablo01" data-source="post: 885397" data-attributes="member: 4259"><p>Cultura Organizacional: valores, normas, creencias e ideales</p><p></p><p>Además de los factores aquí denominados estructurales, algunas de las apreciaciones</p><p>positivas al desempeño del BIM 5 mencionan el atributo de “profesionalismo” 45. Este concepto</p><p>es difícil de cuantificar pero responde, al menos, a la impresión de que aquellos que llevan a</p><p>cabo una tarea específica la desempeñan como se espera que debería hacerse. La demostración</p><p>de profesionalismo frente a una situación como es el combate en condiciones extremas contra un</p><p>enemigo de talla es una demostración de la presencia de una cultura compartida que permite a</p><p>quienes la poseen enfrentarla y superarla con mayor éxito que aquellos que carecen de este</p><p>atributo. El análisis de documentos oficiales y semioficiales y las entrevistas personales al</p><p>personal de la Armada y de la IMARA sugiere la presencia de los siguientes elementos claves</p><p>como parte de la cultura organizacional de la Armada y particularmente de la Infantería de</p><p>Marina. En tanto que algunos elementos son comunes a ambas, otros son específicos de la</p><p>última.</p><p></p><p>Integración</p><p></p><p>La idea de integración de sus cuadros esta incorporado en el sistema educativo de la</p><p>Armada. Desde el comienzo, con su incorporación a la Escuela Naval, los jóvenes cadetes pasan</p><p>a formar parte de una fuerza integrada. Durante los dos primero años la instrucción se imparte</p><p>sin distinguir entre cadetes navales o de la Infantería. Más tarde, cuando los últimos se gradúan</p><p>como guardiamarinas todos comienzan estando a cargo de una sección de infantería. Luego de</p><p>dos años de servicio en las compañías de tiradores inician su especialización en artillería,</p><p>comunicaciones, ingenieros o infantería en las correspondientes unidades escuela. Es importante</p><p>destacar que los Infantes consideran estas especializaciones como orientaciones o habilidades</p><p>técnicas.46 Este proceso contrasta con el que empleaba el Ejército. Allí, la separación en armas</p><p>estaba estrictamente establecida y los cadetes desde el inicio recibían instrucción en aulas</p><p>separadas y tenían sus cuadras separadas por armas47.</p><p></p><p>Los miembros de la Infantería de Marina también están acostumbrados a trabajar como</p><p>un todo en campañas extensas48. Por consiguiente, la continua actividad genera integración, es</p><p>decir, una situación en la cual “todos saben un poco de todo y se entrenan en conjunto” 49. Por</p><p>ello, durante la campaña de Malvinas, la Infantería de Marina fue muy efectiva en el uso de</p><p>fuego de apoyo coordinado50. La integración no sólo fue lograda dentro de la fuerza sino también</p><p>con los otros componentes de la Armada como apoyo naval y, especialmente, la aviación51. En</p><p>general, la Armada enfatiza la importancia de la unidad de acción y el concepto de</p><p>“interoperatividad”, es decir, la capacidad para operar en cualquier zona geográfica en</p><p>conjunción con otros componentes del arma52.</p><p></p><p>Por último, por las características de la profesión naval enseña a su personal la necesidad</p><p>de trabajar armónicamente en equipo. El personal sabe que se encontrarán confinados en el mismo barco por un tiempo largo. Bajo esas circunstancias, los tripulantes están en contacto</p><p>cercano entre ellos y cada uno desempeña dentro del barco una tarea importante para todo el</p><p>grupo. Además, está presente la idea de que “si el barco se hunde, todos los miembros de la</p><p>tripulación son iguales en las balsas” 53.</p><p></p><p>Importancia del liderazgo</p><p></p><p>El historiador Craig Cameron en su libro sobre la preparación para el combate de la</p><p>Primera división de Infantería de Marina estadounidense observa que “los infantes de marina</p><p>casi universalmente atribuyen sus logros principalmente a su extraordinario liderazgo a nivel de</p><p>las pequeñas unidades” 54. Los infantes argentinos no fueron una excepción a esta observación.</p><p>Al recordar su experiencia en Malvinas, el Capitán de Fragata (IM) Alberto Baffico señala a la</p><p>calidad del liderazgo de los oficiales y suboficiales del arma como la clave del éxito de los</p><p>Infantes. Según él, el liderazgo se ejerce tanto por la presencia como por el ejemplo55. La</p><p>Armada en general enfatiza el liderazgo del personal tanto en términos prácticos como teóricos.</p><p>En contraposición con algunos relatos en los que se afirma que los oficiales argentinos</p><p>abandonaron a sus hombres en el frente, Baffico sostiene que los Infantes “no estuvieron solos en</p><p>sus posiciones”. En efecto, “hubo una presencia constante de los oficiales al mando”. Más aún,</p><p>“en la Armada es importante ser un líder natural y no meramente institucional” 56. El</p><p>Contralmirante (IM) (ret.) Carlos Büsser señaló que el buen desempeño de las unidades de</p><p>Infantería de Marina se debió a que los oficiales y suboficiales estuvieron siempre muy cerca de las tropas que conducían, en contacto muy directo con las diferentes situaciones que plantea el</p><p>combate moderno y por lo tanto, en condiciones de adoptar resoluciones en forma</p><p>rápida y segura57.</p><p></p><p>En resumen, conducir es “saber dar una orden de modo tal que pueda ser llevada a cabo” 58. En relación con el rol del líder, algunos entrevistados mencionaron que a los oficiales de</p><p>la Armada siempre se les enseña la preocupación por el bienestar de sus subordinados. Su</p><p>“preocupación por el personal es real, no meramente formal o simplemente enunciada” 59.</p><p>Además, para los infantes, “el hombre y su arma personal son el sistema de armas más</p><p>importante” 60.</p><p></p><p>Disciplina</p><p></p><p>Como en toda institución militar la Armada y la Infantería de Marina ponen el énfasis en</p><p>el valor de la disciplina. Al respecto, Vicealmirante (IM) (ret.) Julio Bardi y el Capitán de Navío</p><p>(IM) Enrique Olmedo coincidieron en calificar a los Infantes argentinos como una fuerza</p><p>altamente disciplinada. Ambos subrayaron que dentro de la fuerza la disciplina es tanto formal</p><p>como fundamental. Los Infantes tienden a poner el énfasis en la disciplina formal porque son</p><p>mas rígidos y porque “manifiestan la disciplina fundamental al ceñirse a los principios de la</p><p>disciplina formal” 61. Dentro de la Armada, los Infantes son reconocidos por el cuidado personal</p><p>y de las formas militares62. De acuerdo con un oficial, “los infantes necesitan su disciplina</p><p>formal como complemento de su adiestramiento para el combate” 63.</p><p></p><p>La importancia de la iniciativa</p><p></p><p>De acuerdo con los entrevistados, los Infantes respetan el criterio de decisión</p><p>independiente. Es decir, hacen hincapié en la inventiva, la autoconfianza, y en la capacidad para</p><p>llevar adelante una acción independiente. En este caso, “la habilidad de actuar por iniciativa</p><p>propia es más marcado en la Infantería de Marina” 64. El autor de este artículo recuerda</p><p>vividamente su paso por el CIFIM en City Bell como conscripto recién incorporado.65 Durante la</p><p>instrucción los suboficiales siempre repetían: “¡el milico piensa y ejecuta!” Esto contrastaba con lo que le contaban sus amigos de la secundaria que servían al mismo tiempo en el Ejército. Ellos</p><p>eran instruidos bajo la consigna: “¡el milico no piensa, ejecuta!”. Este simple ejercicio resalta un</p><p>aspecto importante de la cultura de una organización en donde aun sus elementos de menor</p><p>jerarquía eran inculcados en la idea de “pensar”. Ello puede ser de gran utilidad para el ejercicio</p><p>de la iniciativa en caso de que los hombres pierdan a los superiores que normalmente dan las</p><p>órdenes.</p><p></p><p>La importancia de la planificación</p><p></p><p>Según el CN Olmedo, los oficiales de Infantería son educados de un modo tal que</p><p>desarrollan una característica capacidad por el planeamiento. Por este motivo, a los Infantes</p><p>normalmente se les asignan las tareas de planificación66. Esta tendencia puede ilustrarse con una</p><p>anécdota que existe en el Cuerpo. Durante la Guerra de Malvinas al Estado Mayor del Comando</p><p>de Infantería de Marina una vez que planificó y ejecutó la movilización y las operaciones de</p><p>apoyo de sus tropas en las islas y en el continente se le ordenó la preparación de numerosos</p><p>planes esquemáticos. Estos planes muy generales tenían el propósito de cubrir un amplio</p><p>espectro de contingencias. La demanda por planificar cuidadosamente cada situación imaginable</p><p>fue tan grande que el personal comenzó a utilizar el acronismo no oficial de “PAPs” para est os</p><p>planes67.</p><p></p><p>El valor de la tenacidad</p><p></p><p>La tenacidad es otro de los valores señalados por los oficiales entrevistados. Según el</p><p>Capitán de Navío (IM) (ret.) Jorge Errecaborde “la tenacidad es valorada por los Infantes”. Más</p><p>aún, puede decirse que los infantes son diferentes no porque son “más inteligentes, sino porque</p><p>son más tenaces”. A los Infantes se les enseña que deben hacer aquello que dicen que van a hacer68. En este caso, afirmó el CN Olmedo, “la idea de cumplir la misión es tal que debe</p><p>hacerse muy difícil encontrar una justificación para no haberla cumplido” 69. En la Infantería de</p><p>Marina, el entrenamiento apunta a enseñar a los reclutas como “superar los obstáculos creando</p><p>los medios para hacerlo” 70. Una máxima característica entre sus miembros es: “s uperar las</p><p>carencias con ingenio y sacrificio” 71.</p><p></p><p>Previsión: la cultura logística</p><p></p><p>Una de las ventajas de la Armada comentada más a menudo es que en Malvinas contó</p><p>con un “excelente apoyo logístico”. El CLIM (ret.) Büsser explica que la Armada había</p><p>aprovisionado a los Infantes estacionados en las islas con alimentos, combustible, medicinas,</p><p>repuestos y ropas suficientes para 180 días. El comando naval también envió municiones</p><p>suficientes para sostener un combate continuo por 30 días72.</p><p></p><p>Las razones de semejante previsión se deriva de una idea importante en la Armada. El</p><p>concepto de “barco” que significa que para operar exitosamente la unidad debe ser autosuficiente</p><p>y, por lo tanto, todo lo necesario para mantenerse en operaciones debe ser llevado a bordo73. En</p><p>consecuencia, por estos requerimientos, la Armada ha desarrollado una característica profunda</p><p>“idea de previsión”.</p><p></p><p>Capacidad de aprendizaje</p><p></p><p>Con respecto a la preparación, la Armada como organización, mostró una notable</p><p>capacidad de aprendizaje de las experiencias pasadas. En efecto, los mandos navales</p><p>aprovecharon los aprestos militares de 1978 en previsión de un choque armado con Chile por la</p><p>disputa del Canal del Beagle. Esa experiencia permitió a la Armada ajustar su equipo y obtener</p><p>los suministros necesarios para llevar adelante una campaña en regiones de clima riguroso como las Malvinas74. El especialista naval norteamericano Robert Scheina coincide en comentar que</p><p>“una de las lecciones que aprendió la flota argentina durante las tensiones fue su necesidad de</p><p>mayor capacidad logística” 75. Más tarde, durante la experiencia de Malvinas los cambios</p><p>logísticos introducidos después de la movilización de 1978 funcionaron en forma adecuada.</p><p></p><p>Conclusiones</p><p></p><p>Una vez concluida la Guerra de Malvinas diferentes comentaristas destacaron el notable</p><p>desempeño de las unidades de la Infantería de Marina argentina desplegadas en las Islas. Las</p><p>razones para semejante desempeño, según estos, estaban en el elevado grado de cohesión, la</p><p>disposición de una balanceada dotación de armas y equipo, y la habilidad para la preparación de</p><p>posiciones defensivas. Un análisis más comprensivo permite observar la presencia de otras</p><p>características que también coadyuvaron a la fuerza realizar una labor destacada. Estos factores</p><p>son: ubicación geográfica, concentración de medios, tamaño, apoyo logístico propio y el sistema</p><p>de incorporación de conscriptos. Todos estos elementos que llamamos estructurales son</p><p>fácilmente observables y facilitan la presencia del siguiente grupo de factores, los de la cultura</p><p>organizacional. Al mismo tiempo, la sola presencia de estos factores no garantiza un desempeño</p><p>destacado sino sólo cuando se alcanza la noción de “profesionalismo”. Por lo tanto, cuando los</p><p>factores son considerados en conjunto ayudan a explicar el comportamiento de la IMARA en</p><p>combate. Así, esta investigación agrega una dimensión raramente discutida. La misma, más sutil</p><p>y menos visible, esta presente a todo lo largo del sistema educativo de la Armada y ayuda a</p><p>conformar al espíritu de la organización. En el caso de IMARA, la dimensión cultura</p><p>organizacional comprende los siguientes elementos: integración, liderazgo, disciplina, iniciativa,</p><p>planificación, tenacidad, previsión, y capacidad de aprendizaje. Podría argüirse que estos elementos son comunes a las culturas de todas las organizaciones militares y que, por lo tanto, esta investigación resulta superflua. </p><p></p><p>Sin embargo, los Infantes de Marina argentinos como miembros de la Armada, comparten estos valores y creencias básicos que fueron probados en combate y demostraron un desempeño notable durante la campaña. En consecuencia, estos valores y creencias pueden ser considerados como</p><p>componentes válidos de la cultura de la IMARA. Este trabajo tampoco afirma que sólo la</p><p>Infantería de Marina tuvo un comportamiento destacado, pues como ya se señaló, otra unidades</p><p>del Ejército y de la Fuerza Aérea también lo tuvieron. Sin embargo, otra investigación del autor</p><p>parece sugerir que, en el caso del ejército, el comportamiento de sus hombres dependió más de la</p><p>calidad de los individuos, tanto de oficiales como de soldados, que del conjunto de la</p><p>organización.76</p><p></p><p>Esta investigación muestra también que a medida que los nuevos efectivos se</p><p>incorporaban a la Infantería de Marina, ésta fue exitosa en inculcar un “orgullo de Infante” que</p><p>parece ser un rasgo casi universal de las fuerzas de Infantería de Marina de todo el mundo. Según</p><p>un Infante argentino “los Infantes de Marina somos la mejor tropa que haya existido en la</p><p>historia de nuestro país y hasta nuestros días” 77. Estas palabras escritas en tiempos presentes se</p><p>asemejan a otras escritas años antes por un joven Marine de los Estados Unidos: “el espíritu del</p><p>Marine Corps que no puedo explicar (uno lo siente en el cuerpo y actúa de acuerdo a él) es la</p><p>razón por la cual la nuestra es la más grande organización de combate del mundo” 78. Quizás esta</p><p>última frase es la que mejor encapsula la idea de cultura organizacional y el rol que la misma</p><p>cumple.</p><p></p><p>Por último, una publicación de la Armada editada poco antes del conflicto de Malvinas</p><p>caracterizaba al BIM 5 como una unidad particularmente cohesiva, capaz de “obtener logros superlativos”. Según la misma, las causas que explican esta condición eran el aislamiento, la</p><p>insularidad geográfica de Río Grande, y las condiciones adversas que prevalecen en el área. Más</p><p>importante, la publicación señalaba la presencia de un espíritu especial que provía una “única e</p><p>inflexible voluntad... que arrastra y obliga a sus hombres a brindar lo mejor de si” 79. Este trabajo</p><p>es un primer intento para encontrar una explicación a ese espíritu.<span style="color: Silver"></span></p><p><span style="color: Silver"></span></p><p><span style="color: Silver"><span style="font-size: 9px">---------- Post added at 04:38 ---------- Previous post was at 04:38 ----------</span></span></p><p><span style="color: Silver"></span></p><p><span style="color: Silver"></span>Referencias</p><p></p><p>1 El presente es una versión mejorada del trabajo presentado en el XIVth Naval History Symposium, U.S. Naval</p><p>Academy, Annapolis, Maryland, 23-25 septiembre de 1999. El autor agradece al Contralmirante (ret.) Guillermo</p><p>Delamer por sus comentarios y el apoyo brindado durante la investigación para el mismo, al Capitán de Navío (ret.)</p><p>Guillermo Montenegro por sus valiosos comentarios y a los oficiales entrevistados por haber compartido</p><p>generosamente sus experiencias con el autor.</p><p>2 Nora Kinzer Stewart, Mates & Muchachos. Unit Cohesión in the Malvinas/Malvinas War (New York: Brasseys,</p><p>1991). pp. 127-128.</p><p>3 Además del BIM 5, Stewart identifica como unidades argentinas que combatieron con distinción al Regimiento 25</p><p>de Infantería, a las compañías de comandos 601 y 602, al Regimiento 7 de Infantería y al Grupo de Artillería 3. (p.</p><p>108).</p><p>4 Ver, por ejemplo, Martin Middlebrook, The Fight for the Malvinas. The Argentine Forces in the Malvinas War</p><p>(Londres: Penguin Books, 1990) pp. 47-48; F. R. Aguiar et. al., Operaciones Terrestres en las Islas Malvinas</p><p>(Buenos Aires: Círculo Militar, 1985) pp. 33-34, 60-61, 103; y Carlos Augusto Landaburu, La Guerra de las</p><p>Malvinas (Buenos Aires: Círculo Militar, 1988) pp. 133.</p><p>5 Separata Desembarco N° 16 (1996), 14-15. El CLIM (ret.) Carlos Büsser menciona también a la proximidad</p><p>geográfica como una de las razones que llevaron a la decisión de enviar al BIM 5 a la islas (Emilio Villarino,</p><p>Batallón 5. El Batallón de Infantería de Marina N° 5 en la Guerra de Malvinas (Buenos Aires: Aller Atucha, 1992),</p><p>p. 9. El BIM 5 es la unidad escuela especializada en áreas frías, terreno de baja montaña y combate en el monte</p><p>austral. El VLIM (ret.) Julio Juan Bardi explicó en una entrevista personal con el autor que el hecho de que el BIM 5</p><p>se hallara preparado y listo fue el producto de la visión estratégica de la Armada. Esta destacó el batallón en un área</p><p>marítima (Entrevista personal, Buenos Aires, 10-08-99). El Vicealmirante Julio Juan Bardi fue comandante de la</p><p>Infantería de Marina durante los años 70.</p><p>6 Villarino, Batallón 5, 58; Carlos H. Robacio y Jorge Hernández, Desde el Frente. Batallón de Infantería de Marina</p><p>N° 5 ( Buenos Aires: Solaris, 1996) pp. 250 y 258. El 28 de abril la Guarnición Militar Malvinas se organizó en dos</p><p>sub comandos, la Agrupación de Ejército Litoral y la Agrupación de Ejército Puerto Argentino. El BIM 5 quedó</p><p>bajo el mando de la última.</p><p>7 Desembarco, Separatas N° 10 (s/f), 14 (1995), N° 15 (1995), y N° 20 (1997).</p><p>8 En las islas Georgias del Sur también hubo un pequeño destacamento de Infantería de Marina (70 hombres)</p><p>(Desembarco N° 160, marzo 1997, pp. 41-42). Según el Informe Oficial del Ejército Argentino el número de</p><p>efectivos de la fuerza en las Malvinas alcanzó a 10.001 (t. 2, Anexo 21).</p><p>9 Villarino, Batallón 5, pp. 64-65; Robacio y Hernández, Desde el Frente, pp. 72, 118, 189.</p><p>10 Ibid. 123; ibid. 19; Desembarco, Separata N° 16 (1996), 20.</p><p>11 Los británicos atacaron primero a los Montes Longdon, Dos Hermanas (Two Sisters), y Harriet durante la noche del 11y 12. En la</p><p>noche de 13 y 14 atacaron los Montes Tumbledown, Williams y Wireless Ridge.</p><p>12 Max Hastings y Simon Jenkins, The Battle for the Malvinas (New York: W. W. Norton, 1983) pp. 301-303.</p><p>13 Ibid. 303. Según Middlebrook , “los argenitnos perdieron Tumbledown luego de una resuelta y prolongada</p><p>resistencia que trastornó el esquema de horarios inglés (The Fight for the Malvinas, 262).</p><p>14 Paul Eddy et al., The Malvinas War, 253; Martín Middlebrook, Task Force. The Malvinas War, 1982 (London:</p><p>Penguin Books, Rev. ed. 1987) p. 366; Hastings and Jenkins, The Battle..., 303.</p><p>15 Harry G. Summers Jr., “Yomping to Port Stantley,” Military Review LXIV (3) Marzo 1984, p. 14.</p><p>16 Stewart, Mates & Muchachos, p. 104.</p><p>17 N. Vaux, March to the South Atlantic: 42 Commando Royal Marines in the Malvinas War (London: Buchan and</p><p>Enright, 1986) p. 206-07 citado en ibid. p. 105; Villarino, Batallón 5, p. 201. Como señal de reconocimiento los</p><p>británicos permitieron a los Infantes mantener sus armas personales por un corto tiempo.</p><p>18 Middlebrook, The Fight for the Malvinas, pp. 254-55.</p><p>19 Eugenio Dalton y Martin Balza, “La batalla de Puerto Argentino” en Operaciones terrestres en las Islas Malvinas</p><p>(Buenos Aires: Círculo Militar), p. 236.</p><p>20 Comisión Rattenbach, Informe Rattenbach. El Drama de Malvinas (Buenos Aires: Espartaco, 1988), p. 203.</p><p>21 Sin embargo, un oficial de la IMARA presente durante el conflicto le contó al autor que la unidad no pudo operar</p><p>al ciento por ciento de su capacidad debido al extremo cansancio que tenían sus hombres al faltarles el sueño por el</p><p>intenso bombardeo al que se vieron sometidos por muchos días. Esta observación parece estar respaldada en la</p><p>afirmación de un oficial de inteligencia británico: “los Infantes se las arreglaron bien con las condiciones hostiles.</p><p>Sin embargo, las lluvias, el descanso y la recuperación fueron raros” (Nicholas van der Bijl: Nine Battles to Stantley.</p><p>Leo Cooper: 1999. p. 189). Para una evaluación del desempeño de las otras unidades de IMARA ver Horacio A.</p><p>Mayorga, No Vencidos. Relatos de las operaciones navales en el conflicto del Atlántico Sur (Buenos Aires: Planeta,</p><p>1998), pp. 458-462, 463-471, 495, 501-02, y Desembarco, Separatas N°s. 10 (sf), 14 (1995), 15 (1995), 16 (1996),</p><p>20 (1997).</p><p>22 John G. Fowler, Jr.: “Combat Cohesion in Vietnam,” Military Review, Diciembre 1979, p. 26. Sobre el tema</p><p>referido específicamente al conflicto de las Malvinas ver Stewart, Mates & Muchachos... op. cit.</p><p>23 Martin van Creveld: Fighting Power. German and U.S. Army performance, 1939-1945 (Westport, CT:</p><p>Greenwood Press. 1982) p. 4. Ver también Omer Bartov: Hitler´s Army. Soldiers, Nazis and War in the Third Reich</p><p>(Oxford, New York: Oxford University Press. 1992) y Stephen Fritz: Frontsoldaten. The German Soldier in the</p><p>World War II (Lexington, Ky: The University Press of Kentuky, 1995).</p><p>24 Allan Millett y Williamson Murray (eds.), Military Effectiveness Vol. I, Boston: Unwin Hyman, 1989, p. 19. Otra</p><p>definición similar puede ser la de “poder de combate” que según el historiador militar Martín van Creveld es “la</p><p>suma de la totalidad de las cualidades mentales que hace que un ejército combata”. (Fighting Power. German and</p><p>U.S. Army performance, 1939-1945. p. 3)</p><p>25 Jeremy Black: “Military Organization and Military Change in Historical Perspective”. Journal of Military History</p><p>62 (4) Octubre 1998, p. 884.</p><p>26 De acuerdo con la historiadora norteamericana Elisabeth Kier, “las organizaciones militares desarro llan culturas</p><p>fuertes por su membresía de larga duración y sus poderosos mecanismos de asimilación”. ( Imagining War. French</p><p>and British Military Doctrine Between the Wars. Princeton, NJ: Princeton University Press, 1997, p. 28).</p><p>27 Steven J. Ott, The Organizational Culture Perspective (Pacific Grove, Ca.: Brooks/Cole, 1989) p. 50.</p><p>28 Kier, Imagining War, p. 28</p><p>29 Henry Mintzberg: “La estructuración de las organizaciones” p. 372.</p><p>30 Según Schein, la cultura organizacional es, entre otras cosas, un patrón de supuestos básicos que “han funcionado</p><p>lo suficientemente bien como para ser considerados válidos y, por lo tanto, para ser transmitidos a los nuevos</p><p>miembros como el modo correcto de percibir, pensar, y sentir en relación con los problemas”. (Edgard H. Schein,</p><p>“Coming to a New Awareness of Organizational Culture”, Sloan Management Review 25 (2) 1984, p. 3).</p><p>31 Kier, Imagining War, p. 31.</p><p>32 Ver Harrison Trice y Janice Beyer: The Cultures of Work Organizations, Englewood Cliffs, NJ: Prentice Hall,</p><p>1993. pp. 8-10.</p><p>33 Craig M. Cameron, American Samurai. Myth, Imagination, and the Conduct of Battle in the First Marine</p><p>Division, 1941-1951 (Nueva York: Cambridge University Press, 1994) p. 196.</p><p>34Esta habilidad es más notable dado que la Infantería de Marina tiene como misión primordial atacar posiciones y</p><p>no la defensa estática del frente.</p><p>35 Entrevista personal al Capitán de Navío IM (ret.) Jorge Errecaborde (21-07-1999). El capitán Errecaborde</p><p>colaboró con la Comisión de Análisis de las Acciones de Combate Conflicto Malvinas, y desde 1987 es Jefe de la</p><p>oficina Malvinas del Comando de Infantería de Marina.</p><p>36 Entrevista a Errecaborde (21-07-1999) y con un oficial de alto rango que solicitó permanecer anónimo (17-07-</p><p>1999). El aislamiento geográfico ayuda también a explicar la tradicional predisposición del BIM 5 al entrenamiento</p><p>y el desarrollo profesional (Jorge A. Errecaborde, Anecdotario de la Infantería de Marina de la Armada Argentina,</p><p>Buenos Aires: Instituto de Publicaciones Navales, 1997. p. 179).</p><p>37 Armada Argentina, Infantería de Marina. Tres Siglos de Historia y Cien años de vida orgánica. 1879-19 de</p><p>noviembre- 1979, Buenos Aires, 1979. p. 122.</p><p>38 Ibid. p. 134.</p><p>39 Entrevista a Errecaborde (21-07-1999). Ver también Errecaborde, “Reflexiones”, 32 (5); entrevistas person ales a</p><p>Bardi (10-08-1999) y a Baffico (20-08-1999).</p><p>40 Errecaborde, “Reflexiones”, 42 -42. Al mismo tiempo, el Ejército contaba con un total de 125.000 efectivos (The</p><p>International Institute for Strategic Studies, IISS, Military Balance, 1982-1983, Londres, 1983, p. 99)</p><p>41 Entrevista a Errecaborde (21-07-1999). Ver también Errecaborde, “Reflexiones”,pp. 37 -38 (6. Logística). 42 Entrevista a Baffico (20-08-1999).</p><p>43 Robacio y Hernández, Desde el Frente, p. 14; Villarino, Batallón 5, p. 21.</p><p>44 Entrevista a Bardi (10-08-1999).</p><p>45 Ver arriba comentario del Informe Rattenbach. En un libro de reciente publicación, el General Martín Balza, quien</p><p>comandara el Grupo de Artillería 3 desplegado durante el conflicto en las islas, señala lo siguiente: “los ingleses</p><p>dicen que en Tumbledown enfrentaron a un Batallón de elite de Infantería de Marina. Doy fe de su profesionalidad”</p><p>(Malvinas. Gesta e incompetencia, Buenos Aires: Editorial Atlántica, 2003, p. 175)</p><p>46 Entrevista a Olmedo (20-07-1999).</p><p>47 El contraste con el Ejército es marcado. Las Armas dentro de éste permanecían fuertemente separadas y se creaba</p><p>un espíritu muy competitivo entre sus miembros, puede describirse como “tribal”. En esos años, los cadetes del</p><p>Ejército tomaban clases en aulas separadas de acuerdo con el Arma a la que pertenecían (infantería, caballería,</p><p>artillería, comunicaciones, ingenieros e intendencia). Cada una tenía su cuadra separada de las otras. Una vez</p><p>graduados, los jóvenes subtenientes eran destinados a las unidades de su especialización y luego a las escuelas de las</p><p>propias Armas.</p><p>48 Según Olmedo, “los ejercicios de toda la Brigada comienzan cada octubre...Esta es un sistema operando como un</p><p>todo. De este modo, la Brigada esta acostumbrada a operar conjuntamente en campañas largas” (Entrevista 20-07-</p><p>1999).</p><p>49 Entrevista a Errecaborde (21-07-1999).</p><p>50 Para alcanzar semejante grado de eficiencia “se necesita estar altamente entrenado” (ibid.. Ver también Jorge</p><p>Errecaborde, “Reflexiones a 15 años de la gesta,” Desembarco XLI N° 160, 1997, p. 36). El relato de las</p><p>operaciones de la artillería de la Infantería de Marina se halla en Desembarco, Separatas N° 16 (1996) 58-66 y N°</p><p>17 (1996), pp. 162-64; Villarino, Batallón 5, 124-25.</p><p>51 Errecaborde, Anecdotario, 84-85; Mayorga, No Vencidos, 463-471.</p><p>52 Entrevistas a Olmedo (20-07-1999); Bardi (10-08-1999) y a Baffico (20-08-1999). El CF Baffico comentó que</p><p>“en la Armada trabajamos continuamente con las otras armas, había integración, especialmente con la aviación</p><p>naval”.</p><p>53 Entrevista a un oficial naval que pidió permanecer anónimo (Buenos Aires, 17-07-1999).</p><p>54 Cameron, The American Samurai, pp. 222-23.</p><p>55 Entrevista personal a Baffico (20-08-1999).</p><p>56 idem. Esta afirmación contrasta con la de los periodista británicos Hasting y Jenkins quienes sostienen que cuando</p><p>la guerra terminó “muchos soldados argentinos eran amargamente críticos de la carencia de liderazgo que mostraron</p><p>sus oficiales en el campo de batalla...muchos oficiales se retiraron de sus posiciones en el frente tan pronto como la</p><p>batalla comenzó” y c itan la opinión de un conscripto argentino camillero quien afirmó que “cuando los soldados se</p><p>encontraban solos, en el medio de la noche, en la oscuridad total, y buscaban el apoyo de sus superiores no los</p><p>pudieron encontrar”. (The Battle for the Malvinas, pp. 296).</p><p>57 Büsser en Villarino, Batallón 5, p. 16.</p><p>58 Entrevista a Errecaborde (21-07-1999).</p><p>59 Entrevista a Olmedo (20-07-1999).</p><p>60 Entrevista a Errecaborde (21-07-1999).</p><p>61 Entrevista a Bardi (10-08-1999) y a Olmedo (20-07-1999). Esto puede resumirse en la frase “pelo corto y vientre</p><p>chato” (Errecaborde, Anecdotario, p. 168).</p><p>62 Errecaborde, Anecdotario, p. 168.</p><p>63 Ibid. p. 127.</p><p>64 Olmedo (20-07-1999). Algunas anécdotas sobre la inventiva de los Infantes durante su entrenamiento son</p><p>contadas en el Anecdotario, pp. 29-30, 38-.39 y, 40-41.</p><p>65 CIFIM: Centro de Instrucción y Formación de la Infantería de Marina. El centro estaba ubicado en City Bell,</p><p>Provincia de Buenos Aires.</p><p>66 Entrevista a Olmedo (20-07-1999).</p><p>67 Errecaborde, Anecdotario, pp. 187-188. En los comentarios a este trabajo, el CN (ret.) Guillermo Montenegro</p><p>confirmó que los Infantes son reconocidos como “fanáticos” en términos de su apego por el planeamiento en general</p><p>(XIVth Naval History Symposium, Annapolis, Estados Unidos, 14-09-1999).</p><p>68 Entrevista a Errecaborde (21-07-1999).</p><p>69 Entrevista a Olmedo (20-07-1999). Entrevista a Bardi (10-08-1999).</p><p>71 Errecaborde, Anecdotario, p. 41.</p><p>72 Büsser en Villarino, Batallón 5, p. 15.</p><p>73 Entrevistas a Olmedo (20-07-1999) y a Bardi (10-08-1999).</p><p>74 Entrevistas a Olmedo (20-07-1999) y a Baffico (20-08-1999), y entrevista al Vicealmirante Máximo E. Rivero</p><p>Kelly, Boletín del Centro Naval N° 752/753, Buenos Aires, 1987, p. 100.</p><p>75 Robert L. Scheina, Iberoamérica. Una Historia Naval, 1810-1987 (Madrid: Ed. San Martin, s.f.) p. 200.</p><p>76 Alejandro L. Corbacho: “Reassessing Fighting Performance of Conscripts Soldiers during the Malvinas/Malvinas</p><p>War (1982)” Trabajo presentado en el Congreso Anual para la Society for Military History 1998 Lisle Hilton, Lisle,</p><p>IL. Estados Unidos, Abril 24-26, 1998.</p><p>77 Capitan de Fragata (IM) Jorge Saénz en Errecaborde, Anecdotario, p. 132.</p><p>78 Carta a sus padres del Subteniente Richard C. Kennard (USMC), citado por Cameron, American Samurai, p. 156.</p><p>79 Armada Argentina, Infantería de Marina, pp. 133-134.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Pablo01, post: 885397, member: 4259"] Cultura Organizacional: valores, normas, creencias e ideales Además de los factores aquí denominados estructurales, algunas de las apreciaciones positivas al desempeño del BIM 5 mencionan el atributo de “profesionalismo” 45. Este concepto es difícil de cuantificar pero responde, al menos, a la impresión de que aquellos que llevan a cabo una tarea específica la desempeñan como se espera que debería hacerse. La demostración de profesionalismo frente a una situación como es el combate en condiciones extremas contra un enemigo de talla es una demostración de la presencia de una cultura compartida que permite a quienes la poseen enfrentarla y superarla con mayor éxito que aquellos que carecen de este atributo. El análisis de documentos oficiales y semioficiales y las entrevistas personales al personal de la Armada y de la IMARA sugiere la presencia de los siguientes elementos claves como parte de la cultura organizacional de la Armada y particularmente de la Infantería de Marina. En tanto que algunos elementos son comunes a ambas, otros son específicos de la última. Integración La idea de integración de sus cuadros esta incorporado en el sistema educativo de la Armada. Desde el comienzo, con su incorporación a la Escuela Naval, los jóvenes cadetes pasan a formar parte de una fuerza integrada. Durante los dos primero años la instrucción se imparte sin distinguir entre cadetes navales o de la Infantería. Más tarde, cuando los últimos se gradúan como guardiamarinas todos comienzan estando a cargo de una sección de infantería. Luego de dos años de servicio en las compañías de tiradores inician su especialización en artillería, comunicaciones, ingenieros o infantería en las correspondientes unidades escuela. Es importante destacar que los Infantes consideran estas especializaciones como orientaciones o habilidades técnicas.46 Este proceso contrasta con el que empleaba el Ejército. Allí, la separación en armas estaba estrictamente establecida y los cadetes desde el inicio recibían instrucción en aulas separadas y tenían sus cuadras separadas por armas47. Los miembros de la Infantería de Marina también están acostumbrados a trabajar como un todo en campañas extensas48. Por consiguiente, la continua actividad genera integración, es decir, una situación en la cual “todos saben un poco de todo y se entrenan en conjunto” 49. Por ello, durante la campaña de Malvinas, la Infantería de Marina fue muy efectiva en el uso de fuego de apoyo coordinado50. La integración no sólo fue lograda dentro de la fuerza sino también con los otros componentes de la Armada como apoyo naval y, especialmente, la aviación51. En general, la Armada enfatiza la importancia de la unidad de acción y el concepto de “interoperatividad”, es decir, la capacidad para operar en cualquier zona geográfica en conjunción con otros componentes del arma52. Por último, por las características de la profesión naval enseña a su personal la necesidad de trabajar armónicamente en equipo. El personal sabe que se encontrarán confinados en el mismo barco por un tiempo largo. Bajo esas circunstancias, los tripulantes están en contacto cercano entre ellos y cada uno desempeña dentro del barco una tarea importante para todo el grupo. Además, está presente la idea de que “si el barco se hunde, todos los miembros de la tripulación son iguales en las balsas” 53. Importancia del liderazgo El historiador Craig Cameron en su libro sobre la preparación para el combate de la Primera división de Infantería de Marina estadounidense observa que “los infantes de marina casi universalmente atribuyen sus logros principalmente a su extraordinario liderazgo a nivel de las pequeñas unidades” 54. Los infantes argentinos no fueron una excepción a esta observación. Al recordar su experiencia en Malvinas, el Capitán de Fragata (IM) Alberto Baffico señala a la calidad del liderazgo de los oficiales y suboficiales del arma como la clave del éxito de los Infantes. Según él, el liderazgo se ejerce tanto por la presencia como por el ejemplo55. La Armada en general enfatiza el liderazgo del personal tanto en términos prácticos como teóricos. En contraposición con algunos relatos en los que se afirma que los oficiales argentinos abandonaron a sus hombres en el frente, Baffico sostiene que los Infantes “no estuvieron solos en sus posiciones”. En efecto, “hubo una presencia constante de los oficiales al mando”. Más aún, “en la Armada es importante ser un líder natural y no meramente institucional” 56. El Contralmirante (IM) (ret.) Carlos Büsser señaló que el buen desempeño de las unidades de Infantería de Marina se debió a que los oficiales y suboficiales estuvieron siempre muy cerca de las tropas que conducían, en contacto muy directo con las diferentes situaciones que plantea el combate moderno y por lo tanto, en condiciones de adoptar resoluciones en forma rápida y segura57. En resumen, conducir es “saber dar una orden de modo tal que pueda ser llevada a cabo” 58. En relación con el rol del líder, algunos entrevistados mencionaron que a los oficiales de la Armada siempre se les enseña la preocupación por el bienestar de sus subordinados. Su “preocupación por el personal es real, no meramente formal o simplemente enunciada” 59. Además, para los infantes, “el hombre y su arma personal son el sistema de armas más importante” 60. Disciplina Como en toda institución militar la Armada y la Infantería de Marina ponen el énfasis en el valor de la disciplina. Al respecto, Vicealmirante (IM) (ret.) Julio Bardi y el Capitán de Navío (IM) Enrique Olmedo coincidieron en calificar a los Infantes argentinos como una fuerza altamente disciplinada. Ambos subrayaron que dentro de la fuerza la disciplina es tanto formal como fundamental. Los Infantes tienden a poner el énfasis en la disciplina formal porque son mas rígidos y porque “manifiestan la disciplina fundamental al ceñirse a los principios de la disciplina formal” 61. Dentro de la Armada, los Infantes son reconocidos por el cuidado personal y de las formas militares62. De acuerdo con un oficial, “los infantes necesitan su disciplina formal como complemento de su adiestramiento para el combate” 63. La importancia de la iniciativa De acuerdo con los entrevistados, los Infantes respetan el criterio de decisión independiente. Es decir, hacen hincapié en la inventiva, la autoconfianza, y en la capacidad para llevar adelante una acción independiente. En este caso, “la habilidad de actuar por iniciativa propia es más marcado en la Infantería de Marina” 64. El autor de este artículo recuerda vividamente su paso por el CIFIM en City Bell como conscripto recién incorporado.65 Durante la instrucción los suboficiales siempre repetían: “¡el milico piensa y ejecuta!” Esto contrastaba con lo que le contaban sus amigos de la secundaria que servían al mismo tiempo en el Ejército. Ellos eran instruidos bajo la consigna: “¡el milico no piensa, ejecuta!”. Este simple ejercicio resalta un aspecto importante de la cultura de una organización en donde aun sus elementos de menor jerarquía eran inculcados en la idea de “pensar”. Ello puede ser de gran utilidad para el ejercicio de la iniciativa en caso de que los hombres pierdan a los superiores que normalmente dan las órdenes. La importancia de la planificación Según el CN Olmedo, los oficiales de Infantería son educados de un modo tal que desarrollan una característica capacidad por el planeamiento. Por este motivo, a los Infantes normalmente se les asignan las tareas de planificación66. Esta tendencia puede ilustrarse con una anécdota que existe en el Cuerpo. Durante la Guerra de Malvinas al Estado Mayor del Comando de Infantería de Marina una vez que planificó y ejecutó la movilización y las operaciones de apoyo de sus tropas en las islas y en el continente se le ordenó la preparación de numerosos planes esquemáticos. Estos planes muy generales tenían el propósito de cubrir un amplio espectro de contingencias. La demanda por planificar cuidadosamente cada situación imaginable fue tan grande que el personal comenzó a utilizar el acronismo no oficial de “PAPs” para est os planes67. El valor de la tenacidad La tenacidad es otro de los valores señalados por los oficiales entrevistados. Según el Capitán de Navío (IM) (ret.) Jorge Errecaborde “la tenacidad es valorada por los Infantes”. Más aún, puede decirse que los infantes son diferentes no porque son “más inteligentes, sino porque son más tenaces”. A los Infantes se les enseña que deben hacer aquello que dicen que van a hacer68. En este caso, afirmó el CN Olmedo, “la idea de cumplir la misión es tal que debe hacerse muy difícil encontrar una justificación para no haberla cumplido” 69. En la Infantería de Marina, el entrenamiento apunta a enseñar a los reclutas como “superar los obstáculos creando los medios para hacerlo” 70. Una máxima característica entre sus miembros es: “s uperar las carencias con ingenio y sacrificio” 71. Previsión: la cultura logística Una de las ventajas de la Armada comentada más a menudo es que en Malvinas contó con un “excelente apoyo logístico”. El CLIM (ret.) Büsser explica que la Armada había aprovisionado a los Infantes estacionados en las islas con alimentos, combustible, medicinas, repuestos y ropas suficientes para 180 días. El comando naval también envió municiones suficientes para sostener un combate continuo por 30 días72. Las razones de semejante previsión se deriva de una idea importante en la Armada. El concepto de “barco” que significa que para operar exitosamente la unidad debe ser autosuficiente y, por lo tanto, todo lo necesario para mantenerse en operaciones debe ser llevado a bordo73. En consecuencia, por estos requerimientos, la Armada ha desarrollado una característica profunda “idea de previsión”. Capacidad de aprendizaje Con respecto a la preparación, la Armada como organización, mostró una notable capacidad de aprendizaje de las experiencias pasadas. En efecto, los mandos navales aprovecharon los aprestos militares de 1978 en previsión de un choque armado con Chile por la disputa del Canal del Beagle. Esa experiencia permitió a la Armada ajustar su equipo y obtener los suministros necesarios para llevar adelante una campaña en regiones de clima riguroso como las Malvinas74. El especialista naval norteamericano Robert Scheina coincide en comentar que “una de las lecciones que aprendió la flota argentina durante las tensiones fue su necesidad de mayor capacidad logística” 75. Más tarde, durante la experiencia de Malvinas los cambios logísticos introducidos después de la movilización de 1978 funcionaron en forma adecuada. Conclusiones Una vez concluida la Guerra de Malvinas diferentes comentaristas destacaron el notable desempeño de las unidades de la Infantería de Marina argentina desplegadas en las Islas. Las razones para semejante desempeño, según estos, estaban en el elevado grado de cohesión, la disposición de una balanceada dotación de armas y equipo, y la habilidad para la preparación de posiciones defensivas. Un análisis más comprensivo permite observar la presencia de otras características que también coadyuvaron a la fuerza realizar una labor destacada. Estos factores son: ubicación geográfica, concentración de medios, tamaño, apoyo logístico propio y el sistema de incorporación de conscriptos. Todos estos elementos que llamamos estructurales son fácilmente observables y facilitan la presencia del siguiente grupo de factores, los de la cultura organizacional. Al mismo tiempo, la sola presencia de estos factores no garantiza un desempeño destacado sino sólo cuando se alcanza la noción de “profesionalismo”. Por lo tanto, cuando los factores son considerados en conjunto ayudan a explicar el comportamiento de la IMARA en combate. Así, esta investigación agrega una dimensión raramente discutida. La misma, más sutil y menos visible, esta presente a todo lo largo del sistema educativo de la Armada y ayuda a conformar al espíritu de la organización. En el caso de IMARA, la dimensión cultura organizacional comprende los siguientes elementos: integración, liderazgo, disciplina, iniciativa, planificación, tenacidad, previsión, y capacidad de aprendizaje. Podría argüirse que estos elementos son comunes a las culturas de todas las organizaciones militares y que, por lo tanto, esta investigación resulta superflua. Sin embargo, los Infantes de Marina argentinos como miembros de la Armada, comparten estos valores y creencias básicos que fueron probados en combate y demostraron un desempeño notable durante la campaña. En consecuencia, estos valores y creencias pueden ser considerados como componentes válidos de la cultura de la IMARA. Este trabajo tampoco afirma que sólo la Infantería de Marina tuvo un comportamiento destacado, pues como ya se señaló, otra unidades del Ejército y de la Fuerza Aérea también lo tuvieron. Sin embargo, otra investigación del autor parece sugerir que, en el caso del ejército, el comportamiento de sus hombres dependió más de la calidad de los individuos, tanto de oficiales como de soldados, que del conjunto de la organización.76 Esta investigación muestra también que a medida que los nuevos efectivos se incorporaban a la Infantería de Marina, ésta fue exitosa en inculcar un “orgullo de Infante” que parece ser un rasgo casi universal de las fuerzas de Infantería de Marina de todo el mundo. Según un Infante argentino “los Infantes de Marina somos la mejor tropa que haya existido en la historia de nuestro país y hasta nuestros días” 77. Estas palabras escritas en tiempos presentes se asemejan a otras escritas años antes por un joven Marine de los Estados Unidos: “el espíritu del Marine Corps que no puedo explicar (uno lo siente en el cuerpo y actúa de acuerdo a él) es la razón por la cual la nuestra es la más grande organización de combate del mundo” 78. Quizás esta última frase es la que mejor encapsula la idea de cultura organizacional y el rol que la misma cumple. Por último, una publicación de la Armada editada poco antes del conflicto de Malvinas caracterizaba al BIM 5 como una unidad particularmente cohesiva, capaz de “obtener logros superlativos”. Según la misma, las causas que explican esta condición eran el aislamiento, la insularidad geográfica de Río Grande, y las condiciones adversas que prevalecen en el área. Más importante, la publicación señalaba la presencia de un espíritu especial que provía una “única e inflexible voluntad... que arrastra y obliga a sus hombres a brindar lo mejor de si” 79. Este trabajo es un primer intento para encontrar una explicación a ese espíritu.[COLOR="Silver"] [SIZE=1]---------- Post added at 04:38 ---------- Previous post was at 04:38 ----------[/SIZE] [/COLOR]Referencias 1 El presente es una versión mejorada del trabajo presentado en el XIVth Naval History Symposium, U.S. Naval Academy, Annapolis, Maryland, 23-25 septiembre de 1999. El autor agradece al Contralmirante (ret.) Guillermo Delamer por sus comentarios y el apoyo brindado durante la investigación para el mismo, al Capitán de Navío (ret.) Guillermo Montenegro por sus valiosos comentarios y a los oficiales entrevistados por haber compartido generosamente sus experiencias con el autor. 2 Nora Kinzer Stewart, Mates & Muchachos. Unit Cohesión in the Malvinas/Malvinas War (New York: Brasseys, 1991). pp. 127-128. 3 Además del BIM 5, Stewart identifica como unidades argentinas que combatieron con distinción al Regimiento 25 de Infantería, a las compañías de comandos 601 y 602, al Regimiento 7 de Infantería y al Grupo de Artillería 3. (p. 108). 4 Ver, por ejemplo, Martin Middlebrook, The Fight for the Malvinas. The Argentine Forces in the Malvinas War (Londres: Penguin Books, 1990) pp. 47-48; F. R. Aguiar et. al., Operaciones Terrestres en las Islas Malvinas (Buenos Aires: Círculo Militar, 1985) pp. 33-34, 60-61, 103; y Carlos Augusto Landaburu, La Guerra de las Malvinas (Buenos Aires: Círculo Militar, 1988) pp. 133. 5 Separata Desembarco N° 16 (1996), 14-15. El CLIM (ret.) Carlos Büsser menciona también a la proximidad geográfica como una de las razones que llevaron a la decisión de enviar al BIM 5 a la islas (Emilio Villarino, Batallón 5. El Batallón de Infantería de Marina N° 5 en la Guerra de Malvinas (Buenos Aires: Aller Atucha, 1992), p. 9. El BIM 5 es la unidad escuela especializada en áreas frías, terreno de baja montaña y combate en el monte austral. El VLIM (ret.) Julio Juan Bardi explicó en una entrevista personal con el autor que el hecho de que el BIM 5 se hallara preparado y listo fue el producto de la visión estratégica de la Armada. Esta destacó el batallón en un área marítima (Entrevista personal, Buenos Aires, 10-08-99). El Vicealmirante Julio Juan Bardi fue comandante de la Infantería de Marina durante los años 70. 6 Villarino, Batallón 5, 58; Carlos H. Robacio y Jorge Hernández, Desde el Frente. Batallón de Infantería de Marina N° 5 ( Buenos Aires: Solaris, 1996) pp. 250 y 258. El 28 de abril la Guarnición Militar Malvinas se organizó en dos sub comandos, la Agrupación de Ejército Litoral y la Agrupación de Ejército Puerto Argentino. El BIM 5 quedó bajo el mando de la última. 7 Desembarco, Separatas N° 10 (s/f), 14 (1995), N° 15 (1995), y N° 20 (1997). 8 En las islas Georgias del Sur también hubo un pequeño destacamento de Infantería de Marina (70 hombres) (Desembarco N° 160, marzo 1997, pp. 41-42). Según el Informe Oficial del Ejército Argentino el número de efectivos de la fuerza en las Malvinas alcanzó a 10.001 (t. 2, Anexo 21). 9 Villarino, Batallón 5, pp. 64-65; Robacio y Hernández, Desde el Frente, pp. 72, 118, 189. 10 Ibid. 123; ibid. 19; Desembarco, Separata N° 16 (1996), 20. 11 Los británicos atacaron primero a los Montes Longdon, Dos Hermanas (Two Sisters), y Harriet durante la noche del 11y 12. En la noche de 13 y 14 atacaron los Montes Tumbledown, Williams y Wireless Ridge. 12 Max Hastings y Simon Jenkins, The Battle for the Malvinas (New York: W. W. Norton, 1983) pp. 301-303. 13 Ibid. 303. Según Middlebrook , “los argenitnos perdieron Tumbledown luego de una resuelta y prolongada resistencia que trastornó el esquema de horarios inglés (The Fight for the Malvinas, 262). 14 Paul Eddy et al., The Malvinas War, 253; Martín Middlebrook, Task Force. The Malvinas War, 1982 (London: Penguin Books, Rev. ed. 1987) p. 366; Hastings and Jenkins, The Battle..., 303. 15 Harry G. Summers Jr., “Yomping to Port Stantley,” Military Review LXIV (3) Marzo 1984, p. 14. 16 Stewart, Mates & Muchachos, p. 104. 17 N. Vaux, March to the South Atlantic: 42 Commando Royal Marines in the Malvinas War (London: Buchan and Enright, 1986) p. 206-07 citado en ibid. p. 105; Villarino, Batallón 5, p. 201. Como señal de reconocimiento los británicos permitieron a los Infantes mantener sus armas personales por un corto tiempo. 18 Middlebrook, The Fight for the Malvinas, pp. 254-55. 19 Eugenio Dalton y Martin Balza, “La batalla de Puerto Argentino” en Operaciones terrestres en las Islas Malvinas (Buenos Aires: Círculo Militar), p. 236. 20 Comisión Rattenbach, Informe Rattenbach. El Drama de Malvinas (Buenos Aires: Espartaco, 1988), p. 203. 21 Sin embargo, un oficial de la IMARA presente durante el conflicto le contó al autor que la unidad no pudo operar al ciento por ciento de su capacidad debido al extremo cansancio que tenían sus hombres al faltarles el sueño por el intenso bombardeo al que se vieron sometidos por muchos días. Esta observación parece estar respaldada en la afirmación de un oficial de inteligencia británico: “los Infantes se las arreglaron bien con las condiciones hostiles. Sin embargo, las lluvias, el descanso y la recuperación fueron raros” (Nicholas van der Bijl: Nine Battles to Stantley. Leo Cooper: 1999. p. 189). Para una evaluación del desempeño de las otras unidades de IMARA ver Horacio A. Mayorga, No Vencidos. Relatos de las operaciones navales en el conflicto del Atlántico Sur (Buenos Aires: Planeta, 1998), pp. 458-462, 463-471, 495, 501-02, y Desembarco, Separatas N°s. 10 (sf), 14 (1995), 15 (1995), 16 (1996), 20 (1997). 22 John G. Fowler, Jr.: “Combat Cohesion in Vietnam,” Military Review, Diciembre 1979, p. 26. Sobre el tema referido específicamente al conflicto de las Malvinas ver Stewart, Mates & Muchachos... op. cit. 23 Martin van Creveld: Fighting Power. German and U.S. Army performance, 1939-1945 (Westport, CT: Greenwood Press. 1982) p. 4. Ver también Omer Bartov: Hitler´s Army. Soldiers, Nazis and War in the Third Reich (Oxford, New York: Oxford University Press. 1992) y Stephen Fritz: Frontsoldaten. The German Soldier in the World War II (Lexington, Ky: The University Press of Kentuky, 1995). 24 Allan Millett y Williamson Murray (eds.), Military Effectiveness Vol. I, Boston: Unwin Hyman, 1989, p. 19. Otra definición similar puede ser la de “poder de combate” que según el historiador militar Martín van Creveld es “la suma de la totalidad de las cualidades mentales que hace que un ejército combata”. (Fighting Power. German and U.S. Army performance, 1939-1945. p. 3) 25 Jeremy Black: “Military Organization and Military Change in Historical Perspective”. Journal of Military History 62 (4) Octubre 1998, p. 884. 26 De acuerdo con la historiadora norteamericana Elisabeth Kier, “las organizaciones militares desarro llan culturas fuertes por su membresía de larga duración y sus poderosos mecanismos de asimilación”. ( Imagining War. French and British Military Doctrine Between the Wars. Princeton, NJ: Princeton University Press, 1997, p. 28). 27 Steven J. Ott, The Organizational Culture Perspective (Pacific Grove, Ca.: Brooks/Cole, 1989) p. 50. 28 Kier, Imagining War, p. 28 29 Henry Mintzberg: “La estructuración de las organizaciones” p. 372. 30 Según Schein, la cultura organizacional es, entre otras cosas, un patrón de supuestos básicos que “han funcionado lo suficientemente bien como para ser considerados válidos y, por lo tanto, para ser transmitidos a los nuevos miembros como el modo correcto de percibir, pensar, y sentir en relación con los problemas”. (Edgard H. Schein, “Coming to a New Awareness of Organizational Culture”, Sloan Management Review 25 (2) 1984, p. 3). 31 Kier, Imagining War, p. 31. 32 Ver Harrison Trice y Janice Beyer: The Cultures of Work Organizations, Englewood Cliffs, NJ: Prentice Hall, 1993. pp. 8-10. 33 Craig M. Cameron, American Samurai. Myth, Imagination, and the Conduct of Battle in the First Marine Division, 1941-1951 (Nueva York: Cambridge University Press, 1994) p. 196. 34Esta habilidad es más notable dado que la Infantería de Marina tiene como misión primordial atacar posiciones y no la defensa estática del frente. 35 Entrevista personal al Capitán de Navío IM (ret.) Jorge Errecaborde (21-07-1999). El capitán Errecaborde colaboró con la Comisión de Análisis de las Acciones de Combate Conflicto Malvinas, y desde 1987 es Jefe de la oficina Malvinas del Comando de Infantería de Marina. 36 Entrevista a Errecaborde (21-07-1999) y con un oficial de alto rango que solicitó permanecer anónimo (17-07- 1999). El aislamiento geográfico ayuda también a explicar la tradicional predisposición del BIM 5 al entrenamiento y el desarrollo profesional (Jorge A. Errecaborde, Anecdotario de la Infantería de Marina de la Armada Argentina, Buenos Aires: Instituto de Publicaciones Navales, 1997. p. 179). 37 Armada Argentina, Infantería de Marina. Tres Siglos de Historia y Cien años de vida orgánica. 1879-19 de noviembre- 1979, Buenos Aires, 1979. p. 122. 38 Ibid. p. 134. 39 Entrevista a Errecaborde (21-07-1999). Ver también Errecaborde, “Reflexiones”, 32 (5); entrevistas person ales a Bardi (10-08-1999) y a Baffico (20-08-1999). 40 Errecaborde, “Reflexiones”, 42 -42. Al mismo tiempo, el Ejército contaba con un total de 125.000 efectivos (The International Institute for Strategic Studies, IISS, Military Balance, 1982-1983, Londres, 1983, p. 99) 41 Entrevista a Errecaborde (21-07-1999). Ver también Errecaborde, “Reflexiones”,pp. 37 -38 (6. Logística). 42 Entrevista a Baffico (20-08-1999). 43 Robacio y Hernández, Desde el Frente, p. 14; Villarino, Batallón 5, p. 21. 44 Entrevista a Bardi (10-08-1999). 45 Ver arriba comentario del Informe Rattenbach. En un libro de reciente publicación, el General Martín Balza, quien comandara el Grupo de Artillería 3 desplegado durante el conflicto en las islas, señala lo siguiente: “los ingleses dicen que en Tumbledown enfrentaron a un Batallón de elite de Infantería de Marina. Doy fe de su profesionalidad” (Malvinas. Gesta e incompetencia, Buenos Aires: Editorial Atlántica, 2003, p. 175) 46 Entrevista a Olmedo (20-07-1999). 47 El contraste con el Ejército es marcado. Las Armas dentro de éste permanecían fuertemente separadas y se creaba un espíritu muy competitivo entre sus miembros, puede describirse como “tribal”. En esos años, los cadetes del Ejército tomaban clases en aulas separadas de acuerdo con el Arma a la que pertenecían (infantería, caballería, artillería, comunicaciones, ingenieros e intendencia). Cada una tenía su cuadra separada de las otras. Una vez graduados, los jóvenes subtenientes eran destinados a las unidades de su especialización y luego a las escuelas de las propias Armas. 48 Según Olmedo, “los ejercicios de toda la Brigada comienzan cada octubre...Esta es un sistema operando como un todo. De este modo, la Brigada esta acostumbrada a operar conjuntamente en campañas largas” (Entrevista 20-07- 1999). 49 Entrevista a Errecaborde (21-07-1999). 50 Para alcanzar semejante grado de eficiencia “se necesita estar altamente entrenado” (ibid.. Ver también Jorge Errecaborde, “Reflexiones a 15 años de la gesta,” Desembarco XLI N° 160, 1997, p. 36). El relato de las operaciones de la artillería de la Infantería de Marina se halla en Desembarco, Separatas N° 16 (1996) 58-66 y N° 17 (1996), pp. 162-64; Villarino, Batallón 5, 124-25. 51 Errecaborde, Anecdotario, 84-85; Mayorga, No Vencidos, 463-471. 52 Entrevistas a Olmedo (20-07-1999); Bardi (10-08-1999) y a Baffico (20-08-1999). El CF Baffico comentó que “en la Armada trabajamos continuamente con las otras armas, había integración, especialmente con la aviación naval”. 53 Entrevista a un oficial naval que pidió permanecer anónimo (Buenos Aires, 17-07-1999). 54 Cameron, The American Samurai, pp. 222-23. 55 Entrevista personal a Baffico (20-08-1999). 56 idem. Esta afirmación contrasta con la de los periodista británicos Hasting y Jenkins quienes sostienen que cuando la guerra terminó “muchos soldados argentinos eran amargamente críticos de la carencia de liderazgo que mostraron sus oficiales en el campo de batalla...muchos oficiales se retiraron de sus posiciones en el frente tan pronto como la batalla comenzó” y c itan la opinión de un conscripto argentino camillero quien afirmó que “cuando los soldados se encontraban solos, en el medio de la noche, en la oscuridad total, y buscaban el apoyo de sus superiores no los pudieron encontrar”. (The Battle for the Malvinas, pp. 296). 57 Büsser en Villarino, Batallón 5, p. 16. 58 Entrevista a Errecaborde (21-07-1999). 59 Entrevista a Olmedo (20-07-1999). 60 Entrevista a Errecaborde (21-07-1999). 61 Entrevista a Bardi (10-08-1999) y a Olmedo (20-07-1999). Esto puede resumirse en la frase “pelo corto y vientre chato” (Errecaborde, Anecdotario, p. 168). 62 Errecaborde, Anecdotario, p. 168. 63 Ibid. p. 127. 64 Olmedo (20-07-1999). Algunas anécdotas sobre la inventiva de los Infantes durante su entrenamiento son contadas en el Anecdotario, pp. 29-30, 38-.39 y, 40-41. 65 CIFIM: Centro de Instrucción y Formación de la Infantería de Marina. El centro estaba ubicado en City Bell, Provincia de Buenos Aires. 66 Entrevista a Olmedo (20-07-1999). 67 Errecaborde, Anecdotario, pp. 187-188. En los comentarios a este trabajo, el CN (ret.) Guillermo Montenegro confirmó que los Infantes son reconocidos como “fanáticos” en términos de su apego por el planeamiento en general (XIVth Naval History Symposium, Annapolis, Estados Unidos, 14-09-1999). 68 Entrevista a Errecaborde (21-07-1999). 69 Entrevista a Olmedo (20-07-1999). Entrevista a Bardi (10-08-1999). 71 Errecaborde, Anecdotario, p. 41. 72 Büsser en Villarino, Batallón 5, p. 15. 73 Entrevistas a Olmedo (20-07-1999) y a Bardi (10-08-1999). 74 Entrevistas a Olmedo (20-07-1999) y a Baffico (20-08-1999), y entrevista al Vicealmirante Máximo E. Rivero Kelly, Boletín del Centro Naval N° 752/753, Buenos Aires, 1987, p. 100. 75 Robert L. Scheina, Iberoamérica. Una Historia Naval, 1810-1987 (Madrid: Ed. San Martin, s.f.) p. 200. 76 Alejandro L. Corbacho: “Reassessing Fighting Performance of Conscripts Soldiers during the Malvinas/Malvinas War (1982)” Trabajo presentado en el Congreso Anual para la Society for Military History 1998 Lisle Hilton, Lisle, IL. Estados Unidos, Abril 24-26, 1998. 77 Capitan de Fragata (IM) Jorge Saénz en Errecaborde, Anecdotario, p. 132. 78 Carta a sus padres del Subteniente Richard C. Kennard (USMC), citado por Cameron, American Samurai, p. 156. 79 Armada Argentina, Infantería de Marina, pp. 133-134. [/QUOTE]
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Factores Organizacionales y Desempeño en Combate: la experiencia de la IMARA en Malvi
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