IA-37P
Forista Sancionado o Expulsado
“Los directores miran al país desde sus propias experiencias”
Enrique Piñeyro, director de “Whisky, Romeo, Zulu” -que trata sobre el accidente de Lapa- afirmó que “las fallas están intactas” en materia de seguridad, y que nada se ha modificado. El documental.
CONTRA LA FUERZA AEREA. El ex piloto aseguró que esa institución es un ejemplo de incompetencia y corrupción.(LA GACETA/Héctor Peralta)
“En el cine hubo un recambio generacional. Aunque me cueste definir eso del nuevo cine nacional, lo que sí veo es que hay un conjunto de directores que empezaron a contar sus cosas personales”, le dijo Enrique Piñeyro a LA GACETA.
El director de “Whisky, Romeo, Zulu” estuvo el martes a la noche en esta ciudad, invitado por el Colegio de Abogados, en el marco del mes del abogado. Participó de un debate que se realizó en torno de su filme, que trata sobre el accidente del avión de Lapa, en 1999, en el que perdieron la vida 67 personas.
En una conversación con LA GACETA, Piñeyro sostuvo que “La Ciénaga”, de Lucrecia Martel, “Garage Olimpo”, de Marcos Bechis y “Whisky, Romeo, Zulu”, “son cosas que nos han pasado a nosotros mismos. Diría que miramos al país a través de lo que nos sucede a nosotros, en base a nuestras experiencias. Lo que nos pasa a nosotros también le pasa al país. La experiencia de cada uno no está despegada de lo que pasa en el país”.
Piñeyro fue piloto de Lapa cuando ocurrió el siniestro y, además de dirigir el filme, es también uno de sus protagonistas. “Whisky, Romeo, Zulu” revela una compleja trama de complicidades entre la Fuerza Aérea y la empresa Lapa para soslayar los controles de seguridad, a fin de obtener mayor beneficio económico en las operaciones.
En su disertación del martes, el cineasta aseguró que su realización cuenta una tragedia que se convirtió en una metáfora de cómo se cae un país. Duramente, advirtió que los sistemas de seguridad todavía no se han modificado. “La Fuerza Aérea, esa institución que es ejemplo de incompetencia y de corrupción, sigue manejando la aviación civil. Las fallas están intactas, y la trampa está abierta para que vuelva a ocurrir cualquier desastre”, alertó.
Como para despejar toda duda sobre su pensamiento, Piñeyro estrenará el 31 un documental que se denomina “Fuerza Aérea. Sociedad Anónima”. En esta película, anticipó, las denuncias estarán más explícitas. “Es como la cueva dirigida por Alí Babá y los 40 ladrones, por donde se la mire. Es algo residual... la aviación civil quedó atrapada en el golpe del 76 y nunca volvió a la sociedad civil. El documental está formado por el archivo de un montón de brigadieres y comodoros”, agregó. Pero después de “Fuerza Aérea. Sociedad Anónima”, el cineasta no tiene otro proyecto. “Soy un conflictuado vocacional permanente; tal vez ponga un restaurante, o quizá vuelva a volar, quién te dice”, pensó en voz alta.
La conversación con Piñeyro se desarrolló luego en torno del lenguaje específico del cine. “El género documental tiene su comodidad; en la ficción, en cambio, hay muchos límites, porque no podés explicar ni ser discursivo. En el documental podés hacer lo que quieras, pero igual no tenés que aburrir, porque si no, la gente se te va a ir de la sala. Pero, lo que tiene la ficción es que es un vehículo mucho más potente para transmitir emociones; el problema del documental es que esto de la emoción cuesta mucho más transmitirlo”, afirmó. “Si tenés algo para decir y lo decís mal, no te van a escuchar; esto es el núcleo del cine, de la narrativa, de la telenovela o del teatro”, reflexionó.
Link a la noticia:
http://www.lagaceta.com.ar/vernotae.asp?id_nota=170684
Enrique Piñeyro, director de “Whisky, Romeo, Zulu” -que trata sobre el accidente de Lapa- afirmó que “las fallas están intactas” en materia de seguridad, y que nada se ha modificado. El documental.
CONTRA LA FUERZA AEREA. El ex piloto aseguró que esa institución es un ejemplo de incompetencia y corrupción.(LA GACETA/Héctor Peralta)
“En el cine hubo un recambio generacional. Aunque me cueste definir eso del nuevo cine nacional, lo que sí veo es que hay un conjunto de directores que empezaron a contar sus cosas personales”, le dijo Enrique Piñeyro a LA GACETA.
El director de “Whisky, Romeo, Zulu” estuvo el martes a la noche en esta ciudad, invitado por el Colegio de Abogados, en el marco del mes del abogado. Participó de un debate que se realizó en torno de su filme, que trata sobre el accidente del avión de Lapa, en 1999, en el que perdieron la vida 67 personas.
En una conversación con LA GACETA, Piñeyro sostuvo que “La Ciénaga”, de Lucrecia Martel, “Garage Olimpo”, de Marcos Bechis y “Whisky, Romeo, Zulu”, “son cosas que nos han pasado a nosotros mismos. Diría que miramos al país a través de lo que nos sucede a nosotros, en base a nuestras experiencias. Lo que nos pasa a nosotros también le pasa al país. La experiencia de cada uno no está despegada de lo que pasa en el país”.
Piñeyro fue piloto de Lapa cuando ocurrió el siniestro y, además de dirigir el filme, es también uno de sus protagonistas. “Whisky, Romeo, Zulu” revela una compleja trama de complicidades entre la Fuerza Aérea y la empresa Lapa para soslayar los controles de seguridad, a fin de obtener mayor beneficio económico en las operaciones.
En su disertación del martes, el cineasta aseguró que su realización cuenta una tragedia que se convirtió en una metáfora de cómo se cae un país. Duramente, advirtió que los sistemas de seguridad todavía no se han modificado. “La Fuerza Aérea, esa institución que es ejemplo de incompetencia y de corrupción, sigue manejando la aviación civil. Las fallas están intactas, y la trampa está abierta para que vuelva a ocurrir cualquier desastre”, alertó.
Como para despejar toda duda sobre su pensamiento, Piñeyro estrenará el 31 un documental que se denomina “Fuerza Aérea. Sociedad Anónima”. En esta película, anticipó, las denuncias estarán más explícitas. “Es como la cueva dirigida por Alí Babá y los 40 ladrones, por donde se la mire. Es algo residual... la aviación civil quedó atrapada en el golpe del 76 y nunca volvió a la sociedad civil. El documental está formado por el archivo de un montón de brigadieres y comodoros”, agregó. Pero después de “Fuerza Aérea. Sociedad Anónima”, el cineasta no tiene otro proyecto. “Soy un conflictuado vocacional permanente; tal vez ponga un restaurante, o quizá vuelva a volar, quién te dice”, pensó en voz alta.
La conversación con Piñeyro se desarrolló luego en torno del lenguaje específico del cine. “El género documental tiene su comodidad; en la ficción, en cambio, hay muchos límites, porque no podés explicar ni ser discursivo. En el documental podés hacer lo que quieras, pero igual no tenés que aburrir, porque si no, la gente se te va a ir de la sala. Pero, lo que tiene la ficción es que es un vehículo mucho más potente para transmitir emociones; el problema del documental es que esto de la emoción cuesta mucho más transmitirlo”, afirmó. “Si tenés algo para decir y lo decís mal, no te van a escuchar; esto es el núcleo del cine, de la narrativa, de la telenovela o del teatro”, reflexionó.
Link a la noticia:
http://www.lagaceta.com.ar/vernotae.asp?id_nota=170684