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Mensaje: <blockquote data-quote="alex69" data-source="post: 280622" data-attributes="member: 5738">Rodhe procesado.Procesaron por fraude a un ex jefe de la Fuerza AéreaAutorizó la compra de máquinas para detectar explosivos que no servían para esa finalidadGabriel Sued LA NACION El general Roberto Bendini ya no es el único jefe militar del gobierno de Néstor Kirchner procesado por un caso de corrupción. El juez federal Ariel Lijo acaba de procesar al brigadier mayor (R) Carlos Rodhe, ex jefe de la Fuerza Aérea, por anomalías en la contratación de equipos para detectar explosivos en los aeropuertos, en diciembre de 2003. El magistrado concluyó que Rodhe, despedido de su cargo en marzo de 2005 tras el escándalo de Southern Winds, es responsable del delito de defraudación en perjuicio de la administración pública y le trabó un embargo de un millón de pesos sobre sus bienes. El fallo alcanza también a otros tres militares y a un empresario que había estado en la fuerza, a los que se procesó por el mismo delito, que establece una pena de entre dos y seis años de cárcel. Pero ninguno irá a prisión, al menos, hasta el juicio oral. La maniobra que involucra al ex jefe de la Fuerza Aérea consistió en el desvío de fondos públicos por casi 5 millones de pesos. En lugar de destinarlos a la adquisición de equipos para la detección de explosivos, como preveía el decreto de asignación de recursos, el organismo usó ese dinero para contratar a un grupo empresarial, con conexiones dentro de la fuerza, que desarrollaría, fabricaría e instalaría ese equipamiento. Pero lo más grave es que se demostró que esos equipos -tres máquinas del tamaño de una camioneta trafic- tenían graves falencias: sólo detectaban explosivos del tipo RDX, siempre que la cantidad fuera mayor a 200 gramos, que la temperatura del explosivo estuviera entre 19°5 y 28°1, y siempre y cuando no estuvieran dentro de un envase metálico. De hecho, durante la investigación, se constató que los equipos no eran capaces de detectar siquiera una tira de granadas. Sin controles Rodhe firmó la contratación directa el 1° de diciembre de 2003, por un total de 4.984.995 pesos, pese a que en un primer momento la operación se había acordado en 5.100.000 pesos. La rebaja no es inocente: al fijar una cifra inferior a 5 millones de pesos, la Fuerza Aérea se aseguró de que el contrato no requiriera la aprobación del Ministerio de Defensa, por entonces a cargo de José Pampuro. En su resolución, Lijo sostiene que Rodhe aprobó el contrato, pese a que estaba al tanto de las irregularidades. Lo habían alertado en junio y en julio de 2003. La última advertencia se la hizo el brigadier mayor (R) Horacio Orefice, que había estado a cargo de la Comandancia de Regiones Aéreas, dependencia donde se inició la maniobra. La causa comenzó en octubre de 2005 con una denuncia del jefe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), Marcelo Saín, que se negó a autorizar la instalación de esas máquinas hasta que se comprobara su buen funcionamiento. Entre los procesados están Guillermo Donadille, sucesor de Orefice en la Comandancia de Regiones Aéreas; Heriberto Rozzi, el jefe de esa dependencia que autorizó la rebaja de la operación para, según el magistrado, evitar los controles del ministerio; Avelino Menéndez, ex jefe del proyecto de desarrollo de las máquinas, y Luis Puga, un militar retirado que encabezaba el grupo empresarial que resultó contratado. Donadille y Puga eran amigos y compañeros de promoción y, según el juez, fueron los que orquestaron la operación que, finalmente, aprobó Rodhe. El plan de ambos, siempre según Lijo, era que la empresa obtuviera la patente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) para poder vender los equipos al exterior. El perjuicio para el Estado, según la resolución, es igual al precio que se pagó por las máquinas. Pero el desfalco pudo ser mayor: "La maniobra incluía el compromiso de compra, por parte de la Fuerza Aérea, de veinte equipos más, lo que hubiera implicado el desembolso de, por lo menos, 34 millones de pesos".</blockquote>

Verificación: Libertador de Argentina