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<blockquote data-quote="ATOTAJ" data-source="post: 1233893" data-attributes="member: 15583"><p><span style="font-family: 'Arial'"><span style="color: #333333">Terrorismo y crimen organizado en la península del Sinaí</span></span></p><p></p><p style="text-align: center"><span style="font-size: 22px"><strong>¿Un nuevo agujero negro en Oriente Medio? (I) </strong></span></p> <p style="text-align: center"></p><p></p><p><span style="font-family: 'Arial'"><span style="color: #333333"><img src="http://www.aurora-israel.co.il/images/uploaded/image/01-31-08-2012/2738/otros/3elcano.JPEG" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></span></span></p><p></p><p><span style="color: #333333"><span style="font-family: 'Arial'">Bajo la firma de Félix Arteaga* y Fernando Reinares**, el sitio del Instituto Real Elcano de España, publicó recientemente un profundo análisis de los recientes sucesos en el Sinaí y las perspectivas de futuro. Ofrecemos aquí la primera parte del trabajo que ilustra a los lectores acerca de la complejidad del tema tanto para Egipto como para Israel.</span></span></p><p><span style="color: #333333"><span style="font-family: 'Arial'">La Península del Sinaí ha sido una zona segura y estable desde que en 1978 se firmaron los acuerdos de paz de Camp David entre el presidente egipcio, Anwar el Sadat, y el primer ministro israelí, Menachem Begin. Los dos países se preocuparon de convertir la península en una zona de seguridad vigilada por una fuerza internacional independiente (Multinational Force and Observers, MFO) con el aval de EEUU. Sin embargo, se olvidaron de la suerte de sus pobladores autóctonos y estos tuvieron que aprender a vivir por su cuenta del contrabando mientras acumulaban resentimiento contra las autoridades egipcias e israelíes. La población del Sinaí está formada por unos 400.000 habitantes a los que se denomina genéricamente beduinos, aunque no se puede precisar con exactitud cuáles tienen esa procedencia en un territorio que es sólo la sexta parte del egipcio pero tres veces mayor que Israel.</span></span></p><p><span style="color: #333333"><span style="font-family: 'Arial'">En el Sinaí ha permanecido dicha población al margen de los problemas de seguridad entre los vecinos y esperando a que las autoridades egipcias llevaran a cabo los proyectos de desarrollo que les prometieron. Pero pocos de los planes de desarrollo diseñados por el gobierno egipcio tuvieron el éxito esperado y en su mayoría beneficiaron a los colonos llegados desde otros lugares de Egipto. También llegaron refugiados palestinos, hasta formar un grupo de entre 50.000 y 100.000 habitantes y, en menor número, militantes islamistas de Hamas y Hizbolá, entre otros, que utilizaron la península para operar contra Israel desde su frontera sur. Las bandas locales y los activistas extranjeros comenzaron compartiendo las redes logísticas que se utilizaban para el contrabando y acabaron compartiendo la doctrina salafista, arrinconando tanto la tradición sufí como las jerarquías y los principios tribales que habían articulado a la población autóctona.</span></span></p><p><span style="color: #333333"><span style="font-family: 'Arial'">A finales de los años 90 comenzó la construcción de túneles para burlar la vigilancia israelí del corredor fronterizo entre Israel y Egipto (los 14 km del Philadelphia Road) y con ellos floreció el negocio del contrabando de mercancías y armas con destino a la franja de Gaza mientras se consolidaban los tráficos ilícitos de drogas y personas a través del resto de los 230 km de frontera con Israel. La radicalización condujo a una primera oleada de atentados terroristas en 2004 en Taba, en 2005 en Sharm el-Sheikh y en 2006 en Dahab que en conjunto provocaron alrededor de 100 muertos y un número considerablemente superior de heridos en zonas turísticas egipcias. El gobierno de El Cairo respondió exacerbando la represión contra los integrantes de varios grupos terroristas, especialmente contra los considerados miembros de Tawhid wa-Jihad, un grupo salafista creado en 2000, aunque nunca quedaron claras la autoría y conexiones de los atentados. La persecución y encarcelamiento de miles de ellos por las autoridades egipcias agudizó el encono local contra Egipto pero no puso fin al problema.</span></span></p><p><span style="color: #333333"><span style="font-family: 'Arial'">La retirada israelí de 2005 de Gaza y, especialmente, la toma de control por Hamas, acentuaron el problema de seguridad porque las Fuerzas de Fronteras egipcias que relevaron a las israelíes en el control del corredor no estaban tan preparadas ni dispuestas a controlar las fronteras como las israelíes. Y si al principio los túneles sirvieron para facilitar el paso de armamento hacia Gaza, luego sirvieron para propiciar la salida de terroristas armados y de armas hacia el Sinai, desde donde actuar contra intereses israelíes o egipcios. El régimen del presidente Mubarak mantuvo la presión sobre los grupos contrabandistas y las tramas terroristas pero no pudo hacerlo con eficacia porque sus servicios de seguridad (Mukhabarat) no estaban preparados para ello y porque el número de sus fuerzas armadas estaba limitado por los acuerdos de Camp David. Además, al dedicar sus limitados recursos a vigilar las fronteras y zonas turísticas permitió que las redes contrabandistas y terroristas se hicieran fuertes en zonas del interior como las de Jabal alHalal y Wadi Amr.</span></span></p><p><span style="color: #333333"><span style="font-family: 'Arial'">La falta de control comenzó a ser patente antes de la caída del presidente Mubarak (en octubre de 2010 se dispararon cohetes sobre Eilat, la ciudad israelí sobre el Golfo de Aqaba) pero, tras ella, la desmovilización policial de la península y los problemas internos de las</span></span></p><p style="text-align: right"></p><p><span style="font-family: 'Arial'"><span style="color: #333333">Fuerzas Armadas acrecentaron el vacío de poder. La desestabilización aumentó con la llegada de los liberados o fugados de los centros egipcios de detención y con la implantación de la nuevas redes terroristas. El conglomerado delictivo tiene su cabecera en la capital del norte, Al-Arish, y comparte fines comunes, como combatir a Israel, vengarse de la represión y el control militar egipcio o, simplemente, aprovecharse del vacío de autoridad para realizar todo tipo de tráficos ilícitos de armas, personas y bienes. A los propósitos terroristas de sembrar el pánico y secuestrar nacionales israelíes o egipcios para pedir intercambio de prisioneros, se ha ido añadiendo el asalto y robo en instalaciones hoteleras y rutas turísticas con fines económicos. Las limitaciones que tanto Israel como Egipto tienen para controlar o revertir la situación favorecen la consolidación en el Sinaí de un agujero negro que complica, aún más, la inestabilidad regional.</span></span></p><p></p><p><span style="color: #333333"><span style="font-family: 'Arial'"><strong>El problema de seguridad para Israel y Egipto</strong></span></span></p><p><span style="color: #333333"><span style="font-family: 'Arial'">Las acciones armadas de los terroristas y de las bandas criminales no han desembocado todavía en una insurgencia armada generalizada pero las últimas acciones advierten de esa posibilidad (durante los primeros meses de 2012 se han registrado, entre otros, el secuestro de dos turistas norteamericanos y el ataque a un puesto de control policial en El-Arish en febrero, el cerco del campamento de las MFO en al-Gorah durante varios días de marzo, el ataque con cohetes a Eilat y al oleoducto que atraviesa la península en abril). Estas acciones representan un grave problema para El Cairo, Tel Aviv y las relaciones bilaterales entre los dos países. Israel se ha visto sometida a bombardeos desde Gaza y -en menor medida- desde el Sinaí por los grupos terroristas, mientras que los criminales continúan alimentando la bolsa de emigrantes irregulares eritreos, somalíes y sudaneses que deambula por aquel país sin oportunidades de trabajo, junto a mujeres que proceden de los países del este europeo con destino a la prostitución.</span></span></p><p><span style="color: #333333"><span style="font-family: 'Arial'">Así, Israel se ha visto en la necesidad de prolongar el muro de separación de la frontera hacia la mitad sur y desplegar tras él las mismas medidas de seguridad a las que ha recurrido en la Franja de Gaza: defensas contra misiles, vigilancia electrónica, despliegue de guarniciones militares y medidas de autoprotección de las poblaciones locales. Mientras prosigue el vallado, Israel no puede llevar a cabo acciones de represalia sobre suelo egipcio como las que llevó a cabo en Gaza (operación Cast Lead) porque los daños colaterales que producen colocarían al país en una situación comprometida (la muerte de cinco policías egipcios durante los intercambios de disparos tras un ataque en agosto de 2011 provocaron el cerco y asalto de la Embajada israelí). Por eso aspira a que sea Egipto quien se ocupe de controlar la situación y se ha ofrecido a levantar las limitaciones numéricas y geográficas de los Acuerdos de Camp David. Pero hasta ahora Egipto no ha demostrado ni voluntad ni capacidad para atender los deseos de su vecino y, además, Israel teme que con el cambio de gobierno peligre incluso la continuidad de esos Acuerdos.</span></span></p><p><span style="color: #333333"><span style="font-family: 'Arial'">Para Egipto, el problema se plantea también en forma de reivindicación secesionista, porque la población autóctona ha tomado consciencia de su abandono económico y político, decantándose por una identidad más árabe que egipcia y más islámica que laica. La radicalización religiosa y nacionalista ha avanzado muy deprisa debido a la segurización de la política territorial egipcia en el Sinaí del pasado y a la falta de planes de integración y vertebración. Mientras no se estabilice la situación política en Egipto, las nuevas autoridades no podrán reducir los sentimientos de agravio y de desafección que se han ido instalando en la Península durante los últimos años. Tampoco podrán contar con la colaboración de los jeques tribales porque su autoridad se ha visto reemplazada por la que detentan los jefes de las bandas criminales o de las redes terroristas. Unas y otras disponen de santuarios a ambos lados de la frontera y han acumulado armas ligeras, misiles contra carro y tierra-aire, explosivos y granadas de mortero suficientes para organizar y sostener una insurgencia armada frente a la que las autoridades militares egipcias sólo pueden desplegar tropas cuando la inseguridad adquiere notoriedad (en agosto de 2011 desplegaron fuerzas militares al norte y este del Sinaí).</span></span></p><p><span style="color: #333333"><span style="font-family: 'Arial'"><em>*Investigador principal de Seguridad y Defensa</em></span></span></p><p><span style="color: #333333"><span style="font-family: 'Arial'"><em>**Investigador principal de Terrorismo Global</em></span></span></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="ATOTAJ, post: 1233893, member: 15583"] [FONT=Arial][COLOR=#333333]Terrorismo y crimen organizado en la península del Sinaí[/COLOR][/FONT] [CENTER][SIZE=6][B]¿Un nuevo agujero negro en Oriente Medio? (I) [/B][/SIZE][/CENTER] [CENTER] [/CENTER] [FONT=Arial][COLOR=#333333][IMG]http://www.aurora-israel.co.il/images/uploaded/image/01-31-08-2012/2738/otros/3elcano.JPEG[/IMG][/COLOR][/FONT] [COLOR=#333333][FONT=Arial]Bajo la firma de Félix Arteaga* y Fernando Reinares**, el sitio del Instituto Real Elcano de España, publicó recientemente un profundo análisis de los recientes sucesos en el Sinaí y las perspectivas de futuro. Ofrecemos aquí la primera parte del trabajo que ilustra a los lectores acerca de la complejidad del tema tanto para Egipto como para Israel.[/FONT][/COLOR] [COLOR=#333333][FONT=Arial]La Península del Sinaí ha sido una zona segura y estable desde que en 1978 se firmaron los acuerdos de paz de Camp David entre el presidente egipcio, Anwar el Sadat, y el primer ministro israelí, Menachem Begin. Los dos países se preocuparon de convertir la península en una zona de seguridad vigilada por una fuerza internacional independiente (Multinational Force and Observers, MFO) con el aval de EEUU. Sin embargo, se olvidaron de la suerte de sus pobladores autóctonos y estos tuvieron que aprender a vivir por su cuenta del contrabando mientras acumulaban resentimiento contra las autoridades egipcias e israelíes. La población del Sinaí está formada por unos 400.000 habitantes a los que se denomina genéricamente beduinos, aunque no se puede precisar con exactitud cuáles tienen esa procedencia en un territorio que es sólo la sexta parte del egipcio pero tres veces mayor que Israel.[/FONT][/COLOR] [COLOR=#333333][FONT=Arial]En el Sinaí ha permanecido dicha población al margen de los problemas de seguridad entre los vecinos y esperando a que las autoridades egipcias llevaran a cabo los proyectos de desarrollo que les prometieron. Pero pocos de los planes de desarrollo diseñados por el gobierno egipcio tuvieron el éxito esperado y en su mayoría beneficiaron a los colonos llegados desde otros lugares de Egipto. También llegaron refugiados palestinos, hasta formar un grupo de entre 50.000 y 100.000 habitantes y, en menor número, militantes islamistas de Hamas y Hizbolá, entre otros, que utilizaron la península para operar contra Israel desde su frontera sur. Las bandas locales y los activistas extranjeros comenzaron compartiendo las redes logísticas que se utilizaban para el contrabando y acabaron compartiendo la doctrina salafista, arrinconando tanto la tradición sufí como las jerarquías y los principios tribales que habían articulado a la población autóctona.[/FONT][/COLOR] [COLOR=#333333][FONT=Arial]A finales de los años 90 comenzó la construcción de túneles para burlar la vigilancia israelí del corredor fronterizo entre Israel y Egipto (los 14 km del Philadelphia Road) y con ellos floreció el negocio del contrabando de mercancías y armas con destino a la franja de Gaza mientras se consolidaban los tráficos ilícitos de drogas y personas a través del resto de los 230 km de frontera con Israel. La radicalización condujo a una primera oleada de atentados terroristas en 2004 en Taba, en 2005 en Sharm el-Sheikh y en 2006 en Dahab que en conjunto provocaron alrededor de 100 muertos y un número considerablemente superior de heridos en zonas turísticas egipcias. El gobierno de El Cairo respondió exacerbando la represión contra los integrantes de varios grupos terroristas, especialmente contra los considerados miembros de Tawhid wa-Jihad, un grupo salafista creado en 2000, aunque nunca quedaron claras la autoría y conexiones de los atentados. La persecución y encarcelamiento de miles de ellos por las autoridades egipcias agudizó el encono local contra Egipto pero no puso fin al problema.[/FONT][/COLOR] [COLOR=#333333][FONT=Arial]La retirada israelí de 2005 de Gaza y, especialmente, la toma de control por Hamas, acentuaron el problema de seguridad porque las Fuerzas de Fronteras egipcias que relevaron a las israelíes en el control del corredor no estaban tan preparadas ni dispuestas a controlar las fronteras como las israelíes. Y si al principio los túneles sirvieron para facilitar el paso de armamento hacia Gaza, luego sirvieron para propiciar la salida de terroristas armados y de armas hacia el Sinai, desde donde actuar contra intereses israelíes o egipcios. El régimen del presidente Mubarak mantuvo la presión sobre los grupos contrabandistas y las tramas terroristas pero no pudo hacerlo con eficacia porque sus servicios de seguridad (Mukhabarat) no estaban preparados para ello y porque el número de sus fuerzas armadas estaba limitado por los acuerdos de Camp David. Además, al dedicar sus limitados recursos a vigilar las fronteras y zonas turísticas permitió que las redes contrabandistas y terroristas se hicieran fuertes en zonas del interior como las de Jabal alHalal y Wadi Amr.[/FONT][/COLOR] [COLOR=#333333][FONT=Arial]La falta de control comenzó a ser patente antes de la caída del presidente Mubarak (en octubre de 2010 se dispararon cohetes sobre Eilat, la ciudad israelí sobre el Golfo de Aqaba) pero, tras ella, la desmovilización policial de la península y los problemas internos de las[/FONT][/COLOR] [RIGHT] [/RIGHT] [FONT=Arial][COLOR=#333333]Fuerzas Armadas acrecentaron el vacío de poder. La desestabilización aumentó con la llegada de los liberados o fugados de los centros egipcios de detención y con la implantación de la nuevas redes terroristas. El conglomerado delictivo tiene su cabecera en la capital del norte, Al-Arish, y comparte fines comunes, como combatir a Israel, vengarse de la represión y el control militar egipcio o, simplemente, aprovecharse del vacío de autoridad para realizar todo tipo de tráficos ilícitos de armas, personas y bienes. A los propósitos terroristas de sembrar el pánico y secuestrar nacionales israelíes o egipcios para pedir intercambio de prisioneros, se ha ido añadiendo el asalto y robo en instalaciones hoteleras y rutas turísticas con fines económicos. Las limitaciones que tanto Israel como Egipto tienen para controlar o revertir la situación favorecen la consolidación en el Sinaí de un agujero negro que complica, aún más, la inestabilidad regional.[/COLOR][/FONT] [COLOR=#333333][FONT=Arial][B]El problema de seguridad para Israel y Egipto[/B][/FONT][/COLOR] [COLOR=#333333][FONT=Arial]Las acciones armadas de los terroristas y de las bandas criminales no han desembocado todavía en una insurgencia armada generalizada pero las últimas acciones advierten de esa posibilidad (durante los primeros meses de 2012 se han registrado, entre otros, el secuestro de dos turistas norteamericanos y el ataque a un puesto de control policial en El-Arish en febrero, el cerco del campamento de las MFO en al-Gorah durante varios días de marzo, el ataque con cohetes a Eilat y al oleoducto que atraviesa la península en abril). Estas acciones representan un grave problema para El Cairo, Tel Aviv y las relaciones bilaterales entre los dos países. Israel se ha visto sometida a bombardeos desde Gaza y -en menor medida- desde el Sinaí por los grupos terroristas, mientras que los criminales continúan alimentando la bolsa de emigrantes irregulares eritreos, somalíes y sudaneses que deambula por aquel país sin oportunidades de trabajo, junto a mujeres que proceden de los países del este europeo con destino a la prostitución.[/FONT][/COLOR] [COLOR=#333333][FONT=Arial]Así, Israel se ha visto en la necesidad de prolongar el muro de separación de la frontera hacia la mitad sur y desplegar tras él las mismas medidas de seguridad a las que ha recurrido en la Franja de Gaza: defensas contra misiles, vigilancia electrónica, despliegue de guarniciones militares y medidas de autoprotección de las poblaciones locales. Mientras prosigue el vallado, Israel no puede llevar a cabo acciones de represalia sobre suelo egipcio como las que llevó a cabo en Gaza (operación Cast Lead) porque los daños colaterales que producen colocarían al país en una situación comprometida (la muerte de cinco policías egipcios durante los intercambios de disparos tras un ataque en agosto de 2011 provocaron el cerco y asalto de la Embajada israelí). Por eso aspira a que sea Egipto quien se ocupe de controlar la situación y se ha ofrecido a levantar las limitaciones numéricas y geográficas de los Acuerdos de Camp David. Pero hasta ahora Egipto no ha demostrado ni voluntad ni capacidad para atender los deseos de su vecino y, además, Israel teme que con el cambio de gobierno peligre incluso la continuidad de esos Acuerdos.[/FONT][/COLOR] [COLOR=#333333][FONT=Arial]Para Egipto, el problema se plantea también en forma de reivindicación secesionista, porque la población autóctona ha tomado consciencia de su abandono económico y político, decantándose por una identidad más árabe que egipcia y más islámica que laica. La radicalización religiosa y nacionalista ha avanzado muy deprisa debido a la segurización de la política territorial egipcia en el Sinaí del pasado y a la falta de planes de integración y vertebración. Mientras no se estabilice la situación política en Egipto, las nuevas autoridades no podrán reducir los sentimientos de agravio y de desafección que se han ido instalando en la Península durante los últimos años. Tampoco podrán contar con la colaboración de los jeques tribales porque su autoridad se ha visto reemplazada por la que detentan los jefes de las bandas criminales o de las redes terroristas. Unas y otras disponen de santuarios a ambos lados de la frontera y han acumulado armas ligeras, misiles contra carro y tierra-aire, explosivos y granadas de mortero suficientes para organizar y sostener una insurgencia armada frente a la que las autoridades militares egipcias sólo pueden desplegar tropas cuando la inseguridad adquiere notoriedad (en agosto de 2011 desplegaron fuerzas militares al norte y este del Sinaí).[/FONT][/COLOR] [COLOR=#333333][FONT=Arial][I]*Investigador principal de Seguridad y Defensa[/I][/FONT][/COLOR] [COLOR=#333333][FONT=Arial][I]**Investigador principal de Terrorismo Global[/I][/FONT][/COLOR] [/QUOTE]
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