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<blockquote data-quote="Shandor" data-source="post: 1404612" data-attributes="member: 50"><p><span style="font-size: 22px"><strong>Guerras, rebeliones y golpes, una dolorosa lucha por la democracia</strong></span></p><p></p><p>ARÍS.- Las rebeliones populares, las revoluciones, los golpes de Estado y las guerras civiles que sacuden el mundo árabe-musulmán se han convertido en la mayor transformación histórica que conoció la región desde la caída del Imperio Otomano. Para muchos, ese violento proceso indica el derrumbe de la región. Para otros, no es más que el obligado y doloroso aprendizaje de la democracia.</p><p>En el viento de libertad que comenzó hace casi tres años o -según el prisma con que se lo mire- en el caos de las llamadas "primaveras árabes", hay una certeza: la tormenta no va a amainar en forma inminente. Harán falta 10, 15 o 20 años de agitación antes de que llegue el equilibrio político.</p><p>En las calles de Egipto se enfrentan las dos fuerzas probablemente menos democráticas del país, pero las mejor organizadas.</p><p>El ejército parece incapaz de dejar el poder. El 3 de julio destituyó al primer presidente civil y democráticamente elegido de la historia del país: Mohammed Morsi, de los Hermanos Musulmanes, que gobernó en forma sectaria, incompetente y autoritaria. En menos de un año, consiguió ponerse en contra a millones de egipcios.</p><p>El ejército intervino con la excusa de que el país se hundía y promete comicios en seis meses. Pero nada bueno puede salir de esa situación. Durante los 16 meses que los militares gobernaron tras la caída de Hosni Mubarak, las libertades públicas fueron atropelladas, la economía se derrumbó y aumentó la inseguridad.</p><p>En otras palabras, si las próximas elecciones fueran realmente libres, los islamistas podrían ganar una vez más. Mientras tanto, los 83 millones de egipcios, habitantes del mayor país árabe del mundo, viven gracias a los subsidios de las monarquías del Golfo.</p><p>Los otros dos ex Estados fuertes de Medio Oriente, Siria e Irak, no están en mejores condiciones. El primero -en plena guerra civil desde hace dos años- lucha por sobrevivir, y el otro se halla amenazado por una guerra religiosa. Como Egipto, están al borde de la quiebra.</p><p>El derrumbe económico también amenaza a Túnez. En ese país, donde comenzó un movimiento de protesta prodemocrático del mundo árabe para desembarazarse del presidente Zine El Abidine Ben Ali, ahora dos militantes de izquierda fueron asesinados en seis meses, mientras el clima político se volvió explosivo.</p><p>"El pueblo hizo la revolución para obtener más libertad, pero los Hermanos Musulmanes, que llegaron al poder gracias al derrumbe del régimen que los combatía, quieren ahora adoptar una Constitución que establezca la <em>sharia </em>como norma principal", dijo Mohamed Elarbi Nsiri, historiador de las religiones.</p><p>El actual gobierno tunecino, sin embargo, es considerado "traidor" por los fundamentalistas (cerca de 10% del cuerpo electoral), que plantean abiertamente la cuestión del restablecimiento de la poligamia -abolida en 1956-, e incluso la unión con chicas apenas púberes.</p><p>Después de la intervención occidental para terminar con el régimen del coronel Muammar Khadafy, Libia es otro país al borde de la disolución política. El Norte está completamente dividido y en manos de milicias tribales o religiosas. Más preocupante es el Sur, transformado en una suerte de "Libistán", feudo de jihadistas que exportan su violencia terrorista a toda la región del Sahara y el Sahel.</p><p>En ese tumulto medio-oriental, Irán juega un papel de importancia. La República Islámica invirtió dinero y esfuerzos en su alianza con Hezbollah y con el régimen sirio de Bashar al-Assad. Su derrota podría representar para Teherán lo mismo que significó para la URSS el fracaso del Ejército Rojo en Afganistán: el comienzo del fin.</p><p>Pero ningún análisis de la región estaría completo sin tener en cuenta otros tres actores exteriores de importancia: Estados Unidos (aliado de Israel y de Arabia Saudita), Rusia y la Unión Europea (UE).</p><p>Washington, que apoya al ejército egipcio, pero mantiene buenas relaciones con los Hermanos Musulmanes, ha decidido guardar una prudente distancia del martirio sirio. Detalle de importancia: desde hace poco, Estados Unidos puede prescindir del petróleo de Medio Oriente.</p><p>Marginalizada después de la Guerra Fría, Rusia regresa poco a poco a ese teatro de operaciones a través de su alianza con Teherán y Damasco. Por su parte, la UE es sólo una potencia financiera en la región.</p><p>¿Revoluciones políticas inacabadas? ¿Regresión económica? ¿Verdadero proceso de democratización?</p><p>"Una cosa es segura -afirma Didier Billion-. Los árabes parecen ser hoy dueños de su propio destino, tal vez por primera vez en la historia."</p><p><span style="font-size: 18px"><strong>Los partidarios de Morsi salen a la calle en Egipto</strong></span></p><p>Miles de manifestantes que apoyan al derrocado presidente egipcio Mohammed Morsi se reunieron ayer en un campamento de protesta alrededor de una mezquita, en El Cairo, desafiando las advertencias del gobierno instalado por el ejército de que debían abandonar el lugar.</p><p>Los líderes del grupo que respalda a Morsi, los Hermanos Musulmanes, montaron un escenario en Rabaa al-Adawiya para exigir su retorno al poder. "Soldado, tu lugar no es la política", dijo uno de los oradores, Ahmed Aref. A pesar de la preocupación internacional acerca de que una confrontación violenta era inminente, las fuerzas de seguridad no aparecieron ayer en El Cairo. Sin embargo, sí hubo choques en otras provincias, donde se registraron varios heridos.</p><p>la nacion</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Shandor, post: 1404612, member: 50"] [SIZE=6][B]Guerras, rebeliones y golpes, una dolorosa lucha por la democracia[/B][/SIZE] ARÍS.- Las rebeliones populares, las revoluciones, los golpes de Estado y las guerras civiles que sacuden el mundo árabe-musulmán se han convertido en la mayor transformación histórica que conoció la región desde la caída del Imperio Otomano. Para muchos, ese violento proceso indica el derrumbe de la región. Para otros, no es más que el obligado y doloroso aprendizaje de la democracia. En el viento de libertad que comenzó hace casi tres años o -según el prisma con que se lo mire- en el caos de las llamadas "primaveras árabes", hay una certeza: la tormenta no va a amainar en forma inminente. Harán falta 10, 15 o 20 años de agitación antes de que llegue el equilibrio político. En las calles de Egipto se enfrentan las dos fuerzas probablemente menos democráticas del país, pero las mejor organizadas. El ejército parece incapaz de dejar el poder. El 3 de julio destituyó al primer presidente civil y democráticamente elegido de la historia del país: Mohammed Morsi, de los Hermanos Musulmanes, que gobernó en forma sectaria, incompetente y autoritaria. En menos de un año, consiguió ponerse en contra a millones de egipcios. El ejército intervino con la excusa de que el país se hundía y promete comicios en seis meses. Pero nada bueno puede salir de esa situación. Durante los 16 meses que los militares gobernaron tras la caída de Hosni Mubarak, las libertades públicas fueron atropelladas, la economía se derrumbó y aumentó la inseguridad. En otras palabras, si las próximas elecciones fueran realmente libres, los islamistas podrían ganar una vez más. Mientras tanto, los 83 millones de egipcios, habitantes del mayor país árabe del mundo, viven gracias a los subsidios de las monarquías del Golfo. Los otros dos ex Estados fuertes de Medio Oriente, Siria e Irak, no están en mejores condiciones. El primero -en plena guerra civil desde hace dos años- lucha por sobrevivir, y el otro se halla amenazado por una guerra religiosa. Como Egipto, están al borde de la quiebra. El derrumbe económico también amenaza a Túnez. En ese país, donde comenzó un movimiento de protesta prodemocrático del mundo árabe para desembarazarse del presidente Zine El Abidine Ben Ali, ahora dos militantes de izquierda fueron asesinados en seis meses, mientras el clima político se volvió explosivo. "El pueblo hizo la revolución para obtener más libertad, pero los Hermanos Musulmanes, que llegaron al poder gracias al derrumbe del régimen que los combatía, quieren ahora adoptar una Constitución que establezca la [I]sharia [/I]como norma principal", dijo Mohamed Elarbi Nsiri, historiador de las religiones. El actual gobierno tunecino, sin embargo, es considerado "traidor" por los fundamentalistas (cerca de 10% del cuerpo electoral), que plantean abiertamente la cuestión del restablecimiento de la poligamia -abolida en 1956-, e incluso la unión con chicas apenas púberes. Después de la intervención occidental para terminar con el régimen del coronel Muammar Khadafy, Libia es otro país al borde de la disolución política. El Norte está completamente dividido y en manos de milicias tribales o religiosas. Más preocupante es el Sur, transformado en una suerte de "Libistán", feudo de jihadistas que exportan su violencia terrorista a toda la región del Sahara y el Sahel. En ese tumulto medio-oriental, Irán juega un papel de importancia. La República Islámica invirtió dinero y esfuerzos en su alianza con Hezbollah y con el régimen sirio de Bashar al-Assad. Su derrota podría representar para Teherán lo mismo que significó para la URSS el fracaso del Ejército Rojo en Afganistán: el comienzo del fin. Pero ningún análisis de la región estaría completo sin tener en cuenta otros tres actores exteriores de importancia: Estados Unidos (aliado de Israel y de Arabia Saudita), Rusia y la Unión Europea (UE). Washington, que apoya al ejército egipcio, pero mantiene buenas relaciones con los Hermanos Musulmanes, ha decidido guardar una prudente distancia del martirio sirio. Detalle de importancia: desde hace poco, Estados Unidos puede prescindir del petróleo de Medio Oriente. Marginalizada después de la Guerra Fría, Rusia regresa poco a poco a ese teatro de operaciones a través de su alianza con Teherán y Damasco. Por su parte, la UE es sólo una potencia financiera en la región. ¿Revoluciones políticas inacabadas? ¿Regresión económica? ¿Verdadero proceso de democratización? "Una cosa es segura -afirma Didier Billion-. Los árabes parecen ser hoy dueños de su propio destino, tal vez por primera vez en la historia." [SIZE=5][B]Los partidarios de Morsi salen a la calle en Egipto[/B][/SIZE] Miles de manifestantes que apoyan al derrocado presidente egipcio Mohammed Morsi se reunieron ayer en un campamento de protesta alrededor de una mezquita, en El Cairo, desafiando las advertencias del gobierno instalado por el ejército de que debían abandonar el lugar. Los líderes del grupo que respalda a Morsi, los Hermanos Musulmanes, montaron un escenario en Rabaa al-Adawiya para exigir su retorno al poder. "Soldado, tu lugar no es la política", dijo uno de los oradores, Ahmed Aref. A pesar de la preocupación internacional acerca de que una confrontación violenta era inminente, las fuerzas de seguridad no aparecieron ayer en El Cairo. Sin embargo, sí hubo choques en otras provincias, donde se registraron varios heridos. la nacion [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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