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<blockquote data-quote="Sebastian" data-source="post: 1469453" data-attributes="member: 8629"><p style="text-align: center"><span style="font-size: 22px"><strong> <span style="font-size: 26px">Netanyahu, Kerry y, al fondo, Obama</span></strong></span></p><p><span style="font-size: 22px"><strong><a href="http://www.abc.es/internacional/20131205/rc-netanyahu-kerry-fondo-obama-201312051655.html">http://www.abc.es/internacional/20131205/rc-netanyahu-kerry-fondo-obama-201312051655.html</a> </strong></span></p><p>ENRIQUE VÁZQUEZ</p><p>Día 05/12/2013 - 16.55h</p><p></p><p><span style="font-size: 15px"><strong> El secretario de Estado de EE UU ofrece al líder israelí un plan para garantizar la seguridad militar fronteriza en caso de acuerdo con los palestinos</strong></span></p><p></p><p>La rápida reordenación geopolítica en Oriente Medio forzada por las sedicentes primaveras árabes y la guerra en Siria ¿afectarán decisivamente a la interminable negociación de Israel con los palestinos? El Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, está hoy en Israel y hasta la mañana del viernes sostendrá tres reuniones con Benjamin Netanyahu a quien hoy se ha entregado un papel sin precedentes: un plan para garantizar la seguridad militar fronteriza de Israel en caso de acuerdo con los palestinos que ha redactado el general John Allen.</p><p></p><p>Hasta su pase a retiro en febrero, este general de cuatro estrellas fue comandante en jefe en Afganistán y se le tiene por bien sintonizado con la ya obvia preferencia de la administración Obama por los medios políticos y diplomáticos frente a los recursos militares.</p><p></p><p>Por formalmente técnico que sea su plan su mera redacción es una involucración directa de Washington en el proceso negociador en marcha con los palestinos y que parece algo más que estancado ahora: la prensa israelí ha sabido que la última sesión bilateral terminó el martes con bronca verbal e intercambio de insultos entre las partes.</p><p></p><p><span style="font-size: 12px"><strong>La impaciencia de Washington</strong></span></p><p>El gobierno Obama está algo más que molesto con la definición que el primer ministro Netanyahu hizo del acuerdo interino con Irán a cuenta de su programa nuclear, al que calificó de “error histórico” y tampoco ha apreciado mucho su elección de la mano derecha de Ron Dermer, un colaborador de toda confianza política y personal del primer ministro, como nuevo embajador en Washington.</p><p></p><p>Dermer, norteamericano de nacimiento, como su predecesor Michael Oren y que, como él, debió renunciar a su nacionalidad para ser embajador de un país extranjero, es conocido en Washington como un incansable “lobbysta” en el Congreso y la prensa contra los criterios de la Casa Blanca y algunos no han vacilado en presentarle como el hombre que hizo cuanto pudo por aportar el voto y el dinero judío a Mitt Romney en la elección presidencial del año pasado.</p><p></p><p>John Kerry, quien contra pronóstico, decidió hacer lo que se tiene por el último esfuerzo norteamericano en alcanzar un arreglo israelo-palestino desde el criterio de “dos pueblos, dos Estados” que dispone del general respaldo internacional, se ha vinculado personalmente a la negociación, ha visitado cuatro veces Israel desde febrero y presentarse ahora con un plan militar ahorra comentarios.</p><p></p><p><span style="font-size: 12px"><strong>"El común enemigo principal"</strong></span></p><p>Sería imposible que la evolución general de la situación en el área – el golpe de Estado en Egipto, los cambios de régimen en Libia y Túnez, la guerra en Siria y su evolución, la amenaza de vuelta a la guerra civil en Líbano, la violencia terrorista en Iraq, el acuerdo con Irán y la inquietud consiguiente en Arabia Saudí – no influyeran de un modo u otro sobre la “cuestión palestina”.</p><p></p><p>La argumentación norteamericana es clara: se trata de convencer a su viejo socio israelí de que es preciso identificar y combatir sin tregua al “enemigo principal” que no es la resistencia palestina, militarmente extinguida, sino el yihadismo y, dicho tranquilamente en los medios norteamericanos, al-Qaeda. Ya es un secreto a voces que el sucesor de Bin Laden, el egipcio Ayman al-Zawahiri, rentabiliza con éxito la fuerte presencia de al-Qaeda en Siria e Iraq para proponer un amplísimo “Emirato Islámico” transfronterizo.</p><p></p><p>Solo algunos medios israelíes o “blogs” de fuerte especialización han subrayado debidamente un hecho sin precedentes: la aparición aún tibia y difusa de una facción islamista militante en las filas palestinas de los territorios ocupados. Más atención ha merecido el acercamiento físico del yihadismo endémico en el remoto Sinaí egipcio al Canal de Suez y que lo haya cruzado ya en ocasiones.</p><p></p><p><span style="font-size: 12px"><strong>El argumento norteamericano</strong></span></p><p>Washington ha defendido invariablemente la necesidad de un estado nacional palestino viable desde la base territorial del suelo ocupado y la resolución 242 de la ONU. Esto vale para todos los presidentes, Bush incluido, y, por tanto, es inútil presentar a Obama como otra cosa que el vigente servidor de esa juiciosa doctrina. Ocurre, sencillamente, que con él se ha generalizado la llegada a la región de la violencia política, el flujo insoportable de refugiados y el auge de al-Qaeda, inicialmente bien servido por la invasión de Iraq.</p><p></p><p>Muchos observadores creen que la seguridad a largo plazo del Estado de Israel se reforzaría con su cooperación con la ONU y la creación del previsto Estado palestino en la tierra ocupada. No hay que insistir mucho en lo que representa para el radicalismo islamista que los santos lugares de Jerusalen oriental estén bajo soberanía jurídica israelí (no reconocida internacionalmente) de Israel.</p><p></p><p>Entre los israelíes, también numerosos, que creen lo mismo está, por ejemplo, Yuval Diskin, antiguo y distinguido jefe del Shin Beth (contraespionaje y seguridad interior) quien todavía anteayer, repitió que “para la seguridad de Israel es más peligroso mantener la ocupación que el programa nuclear israelí”. Y un columnista poco sospechoso de hostilidad hacia Israel, David Ignatius, escribía el mismo día en “Teh Washington Post” que “más allá del destino de al-Assad y eventual desaparición “se perfila en Siria la sombra de al-Qaeda”.</p><p></p><p><span style="font-size: 12px"><strong>El tiempo tasado</strong></span></p><p>Esta es la novedad de la presente visita de Kerry a Israel: el general Allen lleva una desconocida garantía de seguridad para los israelíes en las áreas palestinas que deberían evacuar y si, así y todo, Israel no coopera en lo que se valora como un arma central en la lucha contra al-Qaeda deberá atenerse a las consecuencias. El país, además, ha sido muy explícitamente advertido, por ejemplo por el Foreign Office británico, de que se abstenga de sabotear el acuerdo con Irán.</p><p></p><p>Cuando acabe el tiempo atribuido al plan Kerry (hacia mayo próximo según un cálculo oficioso pero aceptado) la Autoridad Palestina podrá poner en marcha su propio plan, que consiste hace años en no disparar ni un tiro: denunciar a Israel en las instancias internacionales como ocupante y Estado apartheid.</p><p></p><p>La Asamblea General de la ONU podría en septiembre próximo – como ya hizo en 2011 – otorgarle su “estatalidad”, pero sin la amenaza de un veto americano en el Consejo de Seguridad, y alcanzar así su condición de Estado tan reconocido como Israel o España… Eso se juega Israel si decide pasar de Obama y si la derecha ultrasionista, en auge allí, sigue presentando a Obama como un adversario indigno de confianza…</p><p></p><p><a href="http://www.abc.es/internacional/20131205/rc-netanyahu-kerry-fondo-obama-201312051655.html?utm_source=abc&utm_medium=rss&utm_content=uh-rss&utm_campaign=traffic-rss">http://www.abc.es/internacional/20131205/rc-netanyahu-kerry-fondo-obama-201312051655.html?utm_source=abc&utm_medium=rss&utm_content=uh-rss&utm_campaign=traffic-rss</a></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Sebastian, post: 1469453, member: 8629"] [CENTER][SIZE=6][B] [SIZE=7]Netanyahu, Kerry y, al fondo, Obama[/SIZE][/B][/SIZE][/CENTER] [SIZE=6][B][URL='http://www.abc.es/internacional/20131205/rc-netanyahu-kerry-fondo-obama-201312051655.html'][/URL] [/B][/SIZE] ENRIQUE VÁZQUEZ Día 05/12/2013 - 16.55h [SIZE=4][B] El secretario de Estado de EE UU ofrece al líder israelí un plan para garantizar la seguridad militar fronteriza en caso de acuerdo con los palestinos[/B][/SIZE] La rápida reordenación geopolítica en Oriente Medio forzada por las sedicentes primaveras árabes y la guerra en Siria ¿afectarán decisivamente a la interminable negociación de Israel con los palestinos? El Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, está hoy en Israel y hasta la mañana del viernes sostendrá tres reuniones con Benjamin Netanyahu a quien hoy se ha entregado un papel sin precedentes: un plan para garantizar la seguridad militar fronteriza de Israel en caso de acuerdo con los palestinos que ha redactado el general John Allen. Hasta su pase a retiro en febrero, este general de cuatro estrellas fue comandante en jefe en Afganistán y se le tiene por bien sintonizado con la ya obvia preferencia de la administración Obama por los medios políticos y diplomáticos frente a los recursos militares. Por formalmente técnico que sea su plan su mera redacción es una involucración directa de Washington en el proceso negociador en marcha con los palestinos y que parece algo más que estancado ahora: la prensa israelí ha sabido que la última sesión bilateral terminó el martes con bronca verbal e intercambio de insultos entre las partes. [SIZE=3][B]La impaciencia de Washington[/B][/SIZE] El gobierno Obama está algo más que molesto con la definición que el primer ministro Netanyahu hizo del acuerdo interino con Irán a cuenta de su programa nuclear, al que calificó de “error histórico” y tampoco ha apreciado mucho su elección de la mano derecha de Ron Dermer, un colaborador de toda confianza política y personal del primer ministro, como nuevo embajador en Washington. Dermer, norteamericano de nacimiento, como su predecesor Michael Oren y que, como él, debió renunciar a su nacionalidad para ser embajador de un país extranjero, es conocido en Washington como un incansable “lobbysta” en el Congreso y la prensa contra los criterios de la Casa Blanca y algunos no han vacilado en presentarle como el hombre que hizo cuanto pudo por aportar el voto y el dinero judío a Mitt Romney en la elección presidencial del año pasado. John Kerry, quien contra pronóstico, decidió hacer lo que se tiene por el último esfuerzo norteamericano en alcanzar un arreglo israelo-palestino desde el criterio de “dos pueblos, dos Estados” que dispone del general respaldo internacional, se ha vinculado personalmente a la negociación, ha visitado cuatro veces Israel desde febrero y presentarse ahora con un plan militar ahorra comentarios. [SIZE=3][B]"El común enemigo principal"[/B][/SIZE] Sería imposible que la evolución general de la situación en el área – el golpe de Estado en Egipto, los cambios de régimen en Libia y Túnez, la guerra en Siria y su evolución, la amenaza de vuelta a la guerra civil en Líbano, la violencia terrorista en Iraq, el acuerdo con Irán y la inquietud consiguiente en Arabia Saudí – no influyeran de un modo u otro sobre la “cuestión palestina”. La argumentación norteamericana es clara: se trata de convencer a su viejo socio israelí de que es preciso identificar y combatir sin tregua al “enemigo principal” que no es la resistencia palestina, militarmente extinguida, sino el yihadismo y, dicho tranquilamente en los medios norteamericanos, al-Qaeda. Ya es un secreto a voces que el sucesor de Bin Laden, el egipcio Ayman al-Zawahiri, rentabiliza con éxito la fuerte presencia de al-Qaeda en Siria e Iraq para proponer un amplísimo “Emirato Islámico” transfronterizo. Solo algunos medios israelíes o “blogs” de fuerte especialización han subrayado debidamente un hecho sin precedentes: la aparición aún tibia y difusa de una facción islamista militante en las filas palestinas de los territorios ocupados. Más atención ha merecido el acercamiento físico del yihadismo endémico en el remoto Sinaí egipcio al Canal de Suez y que lo haya cruzado ya en ocasiones. [SIZE=3][B]El argumento norteamericano[/B][/SIZE] Washington ha defendido invariablemente la necesidad de un estado nacional palestino viable desde la base territorial del suelo ocupado y la resolución 242 de la ONU. Esto vale para todos los presidentes, Bush incluido, y, por tanto, es inútil presentar a Obama como otra cosa que el vigente servidor de esa juiciosa doctrina. Ocurre, sencillamente, que con él se ha generalizado la llegada a la región de la violencia política, el flujo insoportable de refugiados y el auge de al-Qaeda, inicialmente bien servido por la invasión de Iraq. Muchos observadores creen que la seguridad a largo plazo del Estado de Israel se reforzaría con su cooperación con la ONU y la creación del previsto Estado palestino en la tierra ocupada. No hay que insistir mucho en lo que representa para el radicalismo islamista que los santos lugares de Jerusalen oriental estén bajo soberanía jurídica israelí (no reconocida internacionalmente) de Israel. Entre los israelíes, también numerosos, que creen lo mismo está, por ejemplo, Yuval Diskin, antiguo y distinguido jefe del Shin Beth (contraespionaje y seguridad interior) quien todavía anteayer, repitió que “para la seguridad de Israel es más peligroso mantener la ocupación que el programa nuclear israelí”. Y un columnista poco sospechoso de hostilidad hacia Israel, David Ignatius, escribía el mismo día en “Teh Washington Post” que “más allá del destino de al-Assad y eventual desaparición “se perfila en Siria la sombra de al-Qaeda”. [SIZE=3][B]El tiempo tasado[/B][/SIZE] Esta es la novedad de la presente visita de Kerry a Israel: el general Allen lleva una desconocida garantía de seguridad para los israelíes en las áreas palestinas que deberían evacuar y si, así y todo, Israel no coopera en lo que se valora como un arma central en la lucha contra al-Qaeda deberá atenerse a las consecuencias. El país, además, ha sido muy explícitamente advertido, por ejemplo por el Foreign Office británico, de que se abstenga de sabotear el acuerdo con Irán. Cuando acabe el tiempo atribuido al plan Kerry (hacia mayo próximo según un cálculo oficioso pero aceptado) la Autoridad Palestina podrá poner en marcha su propio plan, que consiste hace años en no disparar ni un tiro: denunciar a Israel en las instancias internacionales como ocupante y Estado apartheid. La Asamblea General de la ONU podría en septiembre próximo – como ya hizo en 2011 – otorgarle su “estatalidad”, pero sin la amenaza de un veto americano en el Consejo de Seguridad, y alcanzar así su condición de Estado tan reconocido como Israel o España… Eso se juega Israel si decide pasar de Obama y si la derecha ultrasionista, en auge allí, sigue presentando a Obama como un adversario indigno de confianza… [url]http://www.abc.es/internacional/20131205/rc-netanyahu-kerry-fondo-obama-201312051655.html?utm_source=abc&utm_medium=rss&utm_content=uh-rss&utm_campaign=traffic-rss[/url] [/QUOTE]
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