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Mensaje: <blockquote data-quote="HernanF" data-source="post: 1469495" data-attributes="member: 7964">Oriente Medio: Guerra abierta entre servicios: nuevo asesinato en Beirut.Apenas algunas horas después de haber acusado, abiertamente, en vivo en las cadenas de televisión aliadas y comprometidas, a Arabia Saudita de estar detrás de la nueva ola de violencia al espacio geopolítica chiíta, el secretario general del Hezbollah Hassan Nasrallah perdía a uno de sus jefes militares más importantes: Hassan Laqqis. El asesinato, festejado por los israelíes solamente desde una perspectiva profesional y "limpia", fue atribuido inmediatamente, por Hezbollah e Irán, a Israel. Los israelíes niegan su implicancia en el asesinato de aquel que es presentado, con insistencia, por su propio bando, como un blanco estratégico para el Estado hebreo. Laqqis es presentado, oficialmente, como un líder mujahidin, mientras que los rumores, atizados por su propio bando, hacen de él el jefe de la guerra electrónica, el coordinador del arsenal balístico, el oficial de enlace entre los combatientes del Hezbollah y el estado-mayor militar sirio, el arquitecto de la victoria, estratégica, en al-Qussaïr. Este hombre cercano al jefe militar Imad Mughniye, cuyo asesinato, en Damasco, es atribuido a Israel, es un blanco prioritario y estratégico para los israelíes. Sin duda alguna.Nuestros interrogantes se refieren al timing de tal asesinato, mientras que el frente israelí está estabilizado con el Líbano y el eje sirio-iraní, mientras el frente saudi-iraní, en Irak, en Siria y en el Líbano, se incendia. Este asesinato, de un próximo de Hassan Nasrallah, que ocurre luego del doble atentado suicida contra la Embajada de Irán en Beirut, el 19/11, es reivindicado por un grupo islamista sunnita de Baalbeck. Coincide sobre todo con la tirantez interna, en Riyad y en Teherán, o con este reparto de los roles peligrosos entre halcones y palomas sauditas e iraníes, sobre el reajuste de las políticas iraníes y saudíes en la escena levantina.En Riyad, el jefe de la Inteligencia, el príncipe Bandar Ben Sultan Ben Abdulaziz, que acaba de retomar el camino de Moscú para intentar interesar a los rusos de sus proyectos y puntos de vista sobre los asuntos calientes (Irán, Irak, Siria, Hezbollah, Egipto, terrorismo, energía), encarna el ala radical del poder, la que pretende proseguir e intensificar el compromiso con los iraníes. En Teherán, los Pasdarans también, interlocutores casi exclusivos del Hezbollah y de su ala militar, pueden ellos mismos actuar para mostrar sus capacidades de daño, en el contexto actual. Hassan Nasrallah piensa en los sauditas intentando identificar a los responsables de los atentados antichiítas en Irak, los encargados detrás de las reorganizaciones de las fuerzas jihadistas comprometidas en Siria (los nombres de decenas de ciudadanos sauditas abatidos en los combates en Siria, entre los que figuran por lo menos uno o dos oficiales), y los socios encargados del atentado antiiraní en Beirut. Sobre este último asunto, el Irán oficial quiso templar las acusaciones antisauditas, mientras que el presidente Hassan Rohani intenta una apertura diplomática dirigida hacia las monarquías árabes del Golfo, acusando a Israel de ser responsable de este atentado. En Beirut, los proiraníes y los prosirios cortan la manzana en dos, y ven allí el resultado de una colaboración saudita-israelí. Ahora, con el asesinato de Hassan Laqqis, todos acusan a Israel, pero pensando en los sauditas. Tema a seguir.Middle East Strategic Perspectives December 05, 2013</blockquote>

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