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Historia Militar
Historia de la flota de superficie alemana en la II WW
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<blockquote data-quote="Pavía" data-source="post: 853665" data-attributes="member: 10030"><p>4º.- LANGSDORFF Y LA EPOPEYA DEL GRAF SPEE </p><p></p><p></p><p></p><p>Antes de desencadenarse la tormenta el mando de la marina alemana había posicionado algunos de sus buques para realizar labores de corso en alta mar. Las unidades más notables eran el acorazado de bolsillo Graf Spee y el Deustschland, que partieron hacia sus puntos de patrulla el 21 y 24 de agosto respectivamente. Actuando como buques nodrizas de ambos partieron el Altmark y el Westerwald . En este capítulo nos centraremos en las acciones del Graf Spee, comandado por el capitán de navío Hans Langsdorff. </p><p></p><p></p><p></p><p></p><p>Su zona de patrulla asignada era al Sur del Ecuador, pero quedó lastrado por la indecisión de Hitler de comenzar la guerra contra el comercio aliado, seguramente esperando apaciguar las cosas y llegar a un acuerdo con Inglaterra. El 23 de septiembre Raeder consigue por fin del canciller alemán la esperada orden de comenzar el ataque. La armada alemana estaba deseosa de devolver golpes, ya que los británicos habían estado atacando ya su tráfico comercial desde el día 3 de septiembre. </p><p>El día 30 de septiembre el Graf Spee consigue su primera presa, el mercante inglés Clement, hundido frente a las costas de Pernambuco. Gracias a hábiles maniobras de engaño los ingleses desconocían el número real de buques al que se enfrentaban en la guerra contra el tráfico mercante. Una de las tretas era dar falsos informes de avistamientos y ataques. Pero aún así reaccionaron con prontitud, teniendo cinco grupos de caza recorriendo el Atlántico en busca de los barcos alemanes. Ese mismo día se iba a pique una nueva presa del acorazado de bolsillo, el Newton Beach. </p><p>El 8 de noviembre hundió al Huntsman y Travanion, dirigiéndose hacia el Este, hacia el océano Índico. El 15 de noviembre sumó a su lista de presas el petrolero Africa Shell, pero la tripulación del mismo, que los alemanes liberaron cerca de la costa, pudo dar rápido aviso acerca de su atacante. Sin embargo todo era un hábil engaño de Langsdorff, que había decidido cambiar de zona de patrulla y de esta manera esperaba entretener a los cazadores en una búsqueda inútil. </p><p>El 2 y 3 de diciembre, en la zona de Santa Elena, hundió al Doric Star y Tairoa. El 6 de diciembre se reúne con el Altmark, reaprovisionándose de petróleo y dejando en él a los prisioneros, será su último encuentro. Después pone rumbo hacia la zona marítima del Río de la Plata. </p><p></p><p></p><p></p><p></p><p>El 7 de diciembre hunden su última víctima, el carguero Stronshalh. Por su parte el comodoro H.H. Harwood había adivinado los pasos del buque alemán, suponiendo correctamente que se dirigía hacia el tráfico de Río de la Plata. En esta zona comienza a patrullar con sus cruceros Ajax y Achiles (armas de seis pulgadas) y el Exeter 8artilleria de 8 pulgadas). También debería de pertenecer al grupo el crucero Cumberland (8 pulgadas) a fin de realizar algunas reparaciones. Estando así las cosas, el grupo de Harwood avista al Graf Spee al alba del 13 de diciembre, frente al Río de la Plata. </p><p>Langsdorff, creyendo que se haya ante los palos de escoltas de un convoy, cierra sobre ellos. Para cuando se percata de su error la batalla es inevitable. Los británicos aumentan la velocidad tratando de ganar el flanco del acorazado alemán. El Graf Spee era sin duda más potente que cualquiera de los cruceros, pero no había sido diseñado para este tipo de combate. </p><p>El Graf Spee centró sus ataque en el Exeter, al que sus cañones de 11 pulgadas redujeron a la nada… pero sin embargo los británicos se negaron a dejar de combatir, disparando con su única pieza útil y lanzando salvas de torpedos, hasta que las inundaciones dejan al buque sin energía y planta motriz. El barco no fuie hundido gracias a los esfuerzos del Ajax y el Achiles que valiéntemente se acercaban al acorazado de bolsillo, a pesar de que el Ajax también estaba sufriendo graves daños. </p><p>Sin embargo, cuando el comodoro inglés ya cedía, el buque alemán, que también había sufrido suyo, rompe el contacto y, en medio de grandes pantallas de humo, se dirige hacia el puerto neutral de Montevideo. Viendo una oportunidad única ordena a sus maltratados cruceros perseguir y acosar el barco alemán. Éste fondea a las 5 horas, mientras sus enemigos, que esperaban fervientemente que el buque alemán no diera cara, patrullaban frente a la entrada del puerto. </p><p>Es el turno de la diplomacia. Órdenes y contraórdenes salen desde Alemania, ordenando unas veces dirigirse hacia Buenos Aires, otras abrirse camino combatiendo. Pero lo cierto es que el bravo comandante alemán estaba descorazonado por la pérdida de sus queridos hombres. En el entierro de un grupo de ellos se produjo una de esas fotografías que hacen temblar a los propagandistas de una dictadura y llenan de asombro a los enemigos: mientras todos, sacerdote incluido, saludan al estilo nazi, el capitán de navío Hans Langsdorff lo hace al riguroso estilo naval (el globo en Berlín fue enorme). </p><p>Mientras los británicos intentan por todos los medios que el Graf Spee no salga de Montevideo, ya que sus barcos están más dañados que el alemán, y necesitan tiempo hasta que los refuerzos lleguen. El embajador, E. Millington-Drake y su agregado naval H Mc Call (que al principio habían intentado forzar la partida inmediata del buque) dan orden al mercante Ashworth de que se haga a la mar, con lo que, según las leyes del mar, hacía que el buque alemán (que ciertamente también estaba dañado) no pudiera salir en 24 horas. </p><p>Hans Langsdorff que presenta signos claros de depresión, no es capaz de pensar con claridad y, debido a las informaciones que escucha de la BBC, cree que varios acorazados se cierran sobre él, con lo que, aunque salve el primer bloqueo, será hundido en alta mar. Lo cierto es que los británicos mantenían a sus dos maltratados cruceros y el Cumberland, que había forzado máquinas desde las Malvinas, llegando a destino el 15 de diciembre. </p><p>Los británicos siguen con la estratagema de hacer salir mercantes, lo que retrasa otras 24 horas a los alemanes, más si tenemos en cuenta que les obligan a salir de día lo que no es nada adecuado. </p><p>El 17 de diciembre el Graf Spee zarpa al fin, pero cerca de 700 hombres de su dotación son transferidos al mercante alemán Tacona. A las 20,54 grandes cargas de demolición abren el casco del acorazado de bolsillo, mientras Hans Langsdorff y otro millón de almas (cálculos de la época) observan el fin del barco. Mientras el barco se hunde su capitán permanece en posición de saludo. </p><p></p><p></p><p></p><p></p><p>Tres días más tarde su cuerpo sin vida es encontrado en su habitación envuelto en la bandera de guerra de la Marina imperial Alemana, bajo cuyo pabellón había luchado en el 1ª GM… un final de aventura digno de las leyendas. </p><p>A resaltar que en toda la trayectoria del Graf Spee y su honorable capitán ni un solo marino mercante británico fue muerto, hundiendo en su campaña 9 buques con un total de 50.000 tn.. </p><p></p><p></p><p></p><p>Sin más se despide Pavia desde Asturias.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Pavía, post: 853665, member: 10030"] 4º.- LANGSDORFF Y LA EPOPEYA DEL GRAF SPEE Antes de desencadenarse la tormenta el mando de la marina alemana había posicionado algunos de sus buques para realizar labores de corso en alta mar. Las unidades más notables eran el acorazado de bolsillo Graf Spee y el Deustschland, que partieron hacia sus puntos de patrulla el 21 y 24 de agosto respectivamente. Actuando como buques nodrizas de ambos partieron el Altmark y el Westerwald . En este capítulo nos centraremos en las acciones del Graf Spee, comandado por el capitán de navío Hans Langsdorff. Su zona de patrulla asignada era al Sur del Ecuador, pero quedó lastrado por la indecisión de Hitler de comenzar la guerra contra el comercio aliado, seguramente esperando apaciguar las cosas y llegar a un acuerdo con Inglaterra. El 23 de septiembre Raeder consigue por fin del canciller alemán la esperada orden de comenzar el ataque. La armada alemana estaba deseosa de devolver golpes, ya que los británicos habían estado atacando ya su tráfico comercial desde el día 3 de septiembre. El día 30 de septiembre el Graf Spee consigue su primera presa, el mercante inglés Clement, hundido frente a las costas de Pernambuco. Gracias a hábiles maniobras de engaño los ingleses desconocían el número real de buques al que se enfrentaban en la guerra contra el tráfico mercante. Una de las tretas era dar falsos informes de avistamientos y ataques. Pero aún así reaccionaron con prontitud, teniendo cinco grupos de caza recorriendo el Atlántico en busca de los barcos alemanes. Ese mismo día se iba a pique una nueva presa del acorazado de bolsillo, el Newton Beach. El 8 de noviembre hundió al Huntsman y Travanion, dirigiéndose hacia el Este, hacia el océano Índico. El 15 de noviembre sumó a su lista de presas el petrolero Africa Shell, pero la tripulación del mismo, que los alemanes liberaron cerca de la costa, pudo dar rápido aviso acerca de su atacante. Sin embargo todo era un hábil engaño de Langsdorff, que había decidido cambiar de zona de patrulla y de esta manera esperaba entretener a los cazadores en una búsqueda inútil. El 2 y 3 de diciembre, en la zona de Santa Elena, hundió al Doric Star y Tairoa. El 6 de diciembre se reúne con el Altmark, reaprovisionándose de petróleo y dejando en él a los prisioneros, será su último encuentro. Después pone rumbo hacia la zona marítima del Río de la Plata. El 7 de diciembre hunden su última víctima, el carguero Stronshalh. Por su parte el comodoro H.H. Harwood había adivinado los pasos del buque alemán, suponiendo correctamente que se dirigía hacia el tráfico de Río de la Plata. En esta zona comienza a patrullar con sus cruceros Ajax y Achiles (armas de seis pulgadas) y el Exeter 8artilleria de 8 pulgadas). También debería de pertenecer al grupo el crucero Cumberland (8 pulgadas) a fin de realizar algunas reparaciones. Estando así las cosas, el grupo de Harwood avista al Graf Spee al alba del 13 de diciembre, frente al Río de la Plata. Langsdorff, creyendo que se haya ante los palos de escoltas de un convoy, cierra sobre ellos. Para cuando se percata de su error la batalla es inevitable. Los británicos aumentan la velocidad tratando de ganar el flanco del acorazado alemán. El Graf Spee era sin duda más potente que cualquiera de los cruceros, pero no había sido diseñado para este tipo de combate. El Graf Spee centró sus ataque en el Exeter, al que sus cañones de 11 pulgadas redujeron a la nada… pero sin embargo los británicos se negaron a dejar de combatir, disparando con su única pieza útil y lanzando salvas de torpedos, hasta que las inundaciones dejan al buque sin energía y planta motriz. El barco no fuie hundido gracias a los esfuerzos del Ajax y el Achiles que valiéntemente se acercaban al acorazado de bolsillo, a pesar de que el Ajax también estaba sufriendo graves daños. Sin embargo, cuando el comodoro inglés ya cedía, el buque alemán, que también había sufrido suyo, rompe el contacto y, en medio de grandes pantallas de humo, se dirige hacia el puerto neutral de Montevideo. Viendo una oportunidad única ordena a sus maltratados cruceros perseguir y acosar el barco alemán. Éste fondea a las 5 horas, mientras sus enemigos, que esperaban fervientemente que el buque alemán no diera cara, patrullaban frente a la entrada del puerto. Es el turno de la diplomacia. Órdenes y contraórdenes salen desde Alemania, ordenando unas veces dirigirse hacia Buenos Aires, otras abrirse camino combatiendo. Pero lo cierto es que el bravo comandante alemán estaba descorazonado por la pérdida de sus queridos hombres. En el entierro de un grupo de ellos se produjo una de esas fotografías que hacen temblar a los propagandistas de una dictadura y llenan de asombro a los enemigos: mientras todos, sacerdote incluido, saludan al estilo nazi, el capitán de navío Hans Langsdorff lo hace al riguroso estilo naval (el globo en Berlín fue enorme). Mientras los británicos intentan por todos los medios que el Graf Spee no salga de Montevideo, ya que sus barcos están más dañados que el alemán, y necesitan tiempo hasta que los refuerzos lleguen. El embajador, E. Millington-Drake y su agregado naval H Mc Call (que al principio habían intentado forzar la partida inmediata del buque) dan orden al mercante Ashworth de que se haga a la mar, con lo que, según las leyes del mar, hacía que el buque alemán (que ciertamente también estaba dañado) no pudiera salir en 24 horas. Hans Langsdorff que presenta signos claros de depresión, no es capaz de pensar con claridad y, debido a las informaciones que escucha de la BBC, cree que varios acorazados se cierran sobre él, con lo que, aunque salve el primer bloqueo, será hundido en alta mar. Lo cierto es que los británicos mantenían a sus dos maltratados cruceros y el Cumberland, que había forzado máquinas desde las Malvinas, llegando a destino el 15 de diciembre. Los británicos siguen con la estratagema de hacer salir mercantes, lo que retrasa otras 24 horas a los alemanes, más si tenemos en cuenta que les obligan a salir de día lo que no es nada adecuado. El 17 de diciembre el Graf Spee zarpa al fin, pero cerca de 700 hombres de su dotación son transferidos al mercante alemán Tacona. A las 20,54 grandes cargas de demolición abren el casco del acorazado de bolsillo, mientras Hans Langsdorff y otro millón de almas (cálculos de la época) observan el fin del barco. Mientras el barco se hunde su capitán permanece en posición de saludo. Tres días más tarde su cuerpo sin vida es encontrado en su habitación envuelto en la bandera de guerra de la Marina imperial Alemana, bajo cuyo pabellón había luchado en el 1ª GM… un final de aventura digno de las leyendas. A resaltar que en toda la trayectoria del Graf Spee y su honorable capitán ni un solo marino mercante británico fue muerto, hundiendo en su campaña 9 buques con un total de 50.000 tn.. Sin más se despide Pavia desde Asturias. [/QUOTE]
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