Menú
Inicio
Visitar el Sitio Zona Militar
Foros
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Qué hay de nuevo
Nuevos mensajes
Última actividad
Miembros
Visitantes actuales
Entrar
Registrarse
Novedades
Buscar
Buscar
Buscar sólo en títulos
Por:
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Menú
Entrar
Registrarse
Inicio
Foros
Area Militar General
Historia Militar
Historia de la Fuerza Aérea Argentina
JavaScript is disabled. For a better experience, please enable JavaScript in your browser before proceeding.
Estás usando un navegador obsoleto. No se pueden mostrar estos u otros sitios web correctamente.
Se debe actualizar o usar un
navegador alternativo
.
Responder al tema
Mensaje
<blockquote data-quote="spirit666" data-source="post: 2857905" data-attributes="member: 6"><p><strong>A-4C persiguiendo Lear y sobrevolando Punta Arenas</strong></p><p></p><p>El 19 de Noviembre de 1978 entró en vigencia la Orden de Operaciones Aymount, CATOS 78. El Escuadrón Aeromóvil A-4C adelantó al sur parte de sus medios: tres escuadrillas a San Julián y una a Comodoro Rivadavia. El 29, el comandante en jefe, brigadier general Orlando R. Agosti, inspeccionó la unidad. Y el 19 de diciembre, se completó el traslado del Escuadrón a San Julián. En aquella base, se montó en forma pre- caria un taller de electrónica, y se logró poner en servicio los programadores de tiro AWE-1 en todos los aviones. Uno de los tripulantes, que ha pedido permanecer en el anonimato, evoca el ambiente de ese período tan crítico de la historia del país y de la aviación de caza en especial:</p><p></p><p><em>Nos alojamos en el mejor residencial de Puerto San Julián. Recuerdo los asados en el galpón municipal, de sus deliciosos corderos patagónicos. También, el cansancio que fuimos acumulando con las alertas permanentes, en la cabecera de la pista. Los turnos duraban dos horas, vestidos con el equipo de vuelo, los mecánicos listos para poner la puesta en marcha. <strong>Se habían detectado vuelos fotográficos chilenos y nos ordenaron interceptarlos. En una oportunidad, cruzaron la vertical de San Julián y despegó la sección en alerta. Nuestros pilotos alcanzaron ver al Learjet fotográfico que, al saberse perseguido, escapó a plena potencia rumbo al Oeste. A máxima velocidad, los A-4C no lo alcanzaron</strong>. </em></p><p><img src="https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/e2/LR-35A_Learjet%2C_Chilean_Air_Force_(FACh).jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p><em>Durante la espera, en estas alertas, cuando no estábamos sentados en los aviones, jugábamos al ajedrez y apostábamos quién sería el primero en lograr una interceptación. Existía un gran espíritu de camaradería. Organizábamos campeonatos de fútbol, voleibol y básquet. Aquella experiencia de nuestra juventud nos permitió adquirir gran práctica de despliegues de más de dieciséis aviones y a familiarizarnos con la geografía del lejano Sur. Diariamente, salíamos en navegaciones reconociendo las posibles rutas de ataque, volando sin restricciones de consumo. Como llegábamos muy cansados a la hostería, negociábamos con el jefe de escuadrón tratando de lograr un poco más de descanso y disfrutar de la pesca de centollas. Recuerdo a un veterano de la zona, que nos acompañaba cuando bajaba la ría y nos enseñaba a pescarlas con un palo de escoba y una bolsa. Caminábamos sobre el fondo barroso mirando las pequeñas lagunas que el mar dejaba al retirarse y con el palo le pegábamos en el lomo. Ésta se prendía al palo y la metíamos en la bolsa. ¡Las sopas y los banquetes que disfrutamos! En una pequeña barraca del lugar ahumaban truchas para comercializarlas. Nos hicimos amigos del dueño y también comíamos truchas. Con gran satisfacción hago una especial mención del afecto y la solidaridad con que nos recibió el pueblo de San Julián.</em></p><p></p><p><img src="http://1.bp.blogspot.com/-V2ji9WE4PVQ/UyplCAktYjI/AAAAAAAACLU/cuk-6LjAiA0/s1600/Foto08.JPG" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p>El 22 diciembre, el comando necesitaba descubrir la capacidad de respuesta de la defensa aérea de la FACH. Se ordenó una misión para comprobarla. Alrededor de las 22, despegó una sección de A-4C compuesta por el capitán Piuma Justo y el teniente González, en versión Charlie. Debían sobrevolar Punta Arenas y observar la reacción de la caza enemiga. La operación se efectuó con el apoyo del radar del Centro de Información y Control (CIC) Río Gallegos. Tras alcanzar los 10.000 metros, nivel de vuelo previsto, el guía comprobó que la calefacción se había trabado en frío y que tenía los pies casi congelados. Pese a ello, continuó y el radar lo guió a la vertical de Punta Arenas. En ese momento le indicó: “<strong>Penetre, penetre más, se encuentra a 10 millas, ahora a 5, a 3...” De repente, con tono alarmado, el controlador del radar le advirtió que hiciera un viraje de 180° y regresara a territorio argentino, porque acababan de despegar dos F-5</strong>. Añadió que no se preocupara porque estaban lejos y los tenía identificados en la pantalla. De regreso, los A-4C bloquearon Río Gallegos y Puerto Santa Cruz. Con combustible suficiente, el vuelo se hizo largo y agotador. La meteorología empeoró, comenzó a llover y González se quedó sin radio. Por señas, el N°2 le hizo saber a Piuma Justo que tenía pérdida de combustible. Como el último tramo era sobre el mar, la novedad resultó inquietante. La sección llegó a San Julián, hizo el procedimiento y recién en la final vio las luces de la ciudad. Primero aterrizó el numeral, mientras el guía efectuaba un circuito corto. En la plataforma, el jefe de escuadrón los esperaba con un vaso de ginebra. Los pilotos lo bebieron de un envión; sólo entonces se recuperaron del frío y de la tensión vivida.</p><p></p><p>Dos días después de este episodio, Chile y Argentina aceptaron la mediación papal. El comando ordenó el repliegue de la mayoría de los medios; y se mantuvo, por precaución, un despliegue preventivo de los sistemas de armas más expuestos a un ataque sorpresa; entre ellos, el Escuadrón A-4C, que se instaló en el Área de Material Río IV, el 27 de diciembre.</p><p></p><p>Historia de la FAA Tomo IV Capítulo VII</p><p>A-4C Skyhawk 1975-1999</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="spirit666, post: 2857905, member: 6"] [B]A-4C persiguiendo Lear y sobrevolando Punta Arenas[/B] El 19 de Noviembre de 1978 entró en vigencia la Orden de Operaciones Aymount, CATOS 78. El Escuadrón Aeromóvil A-4C adelantó al sur parte de sus medios: tres escuadrillas a San Julián y una a Comodoro Rivadavia. El 29, el comandante en jefe, brigadier general Orlando R. Agosti, inspeccionó la unidad. Y el 19 de diciembre, se completó el traslado del Escuadrón a San Julián. En aquella base, se montó en forma pre- caria un taller de electrónica, y se logró poner en servicio los programadores de tiro AWE-1 en todos los aviones. Uno de los tripulantes, que ha pedido permanecer en el anonimato, evoca el ambiente de ese período tan crítico de la historia del país y de la aviación de caza en especial: [I]Nos alojamos en el mejor residencial de Puerto San Julián. Recuerdo los asados en el galpón municipal, de sus deliciosos corderos patagónicos. También, el cansancio que fuimos acumulando con las alertas permanentes, en la cabecera de la pista. Los turnos duraban dos horas, vestidos con el equipo de vuelo, los mecánicos listos para poner la puesta en marcha. [B]Se habían detectado vuelos fotográficos chilenos y nos ordenaron interceptarlos. En una oportunidad, cruzaron la vertical de San Julián y despegó la sección en alerta. Nuestros pilotos alcanzaron ver al Learjet fotográfico que, al saberse perseguido, escapó a plena potencia rumbo al Oeste. A máxima velocidad, los A-4C no lo alcanzaron[/B]. [/I] [IMG]https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/e2/LR-35A_Learjet%2C_Chilean_Air_Force_(FACh).jpg[/IMG] [I]Durante la espera, en estas alertas, cuando no estábamos sentados en los aviones, jugábamos al ajedrez y apostábamos quién sería el primero en lograr una interceptación. Existía un gran espíritu de camaradería. Organizábamos campeonatos de fútbol, voleibol y básquet. Aquella experiencia de nuestra juventud nos permitió adquirir gran práctica de despliegues de más de dieciséis aviones y a familiarizarnos con la geografía del lejano Sur. Diariamente, salíamos en navegaciones reconociendo las posibles rutas de ataque, volando sin restricciones de consumo. Como llegábamos muy cansados a la hostería, negociábamos con el jefe de escuadrón tratando de lograr un poco más de descanso y disfrutar de la pesca de centollas. Recuerdo a un veterano de la zona, que nos acompañaba cuando bajaba la ría y nos enseñaba a pescarlas con un palo de escoba y una bolsa. Caminábamos sobre el fondo barroso mirando las pequeñas lagunas que el mar dejaba al retirarse y con el palo le pegábamos en el lomo. Ésta se prendía al palo y la metíamos en la bolsa. ¡Las sopas y los banquetes que disfrutamos! En una pequeña barraca del lugar ahumaban truchas para comercializarlas. Nos hicimos amigos del dueño y también comíamos truchas. Con gran satisfacción hago una especial mención del afecto y la solidaridad con que nos recibió el pueblo de San Julián.[/I] [IMG]http://1.bp.blogspot.com/-V2ji9WE4PVQ/UyplCAktYjI/AAAAAAAACLU/cuk-6LjAiA0/s1600/Foto08.JPG[/IMG] El 22 diciembre, el comando necesitaba descubrir la capacidad de respuesta de la defensa aérea de la FACH. Se ordenó una misión para comprobarla. Alrededor de las 22, despegó una sección de A-4C compuesta por el capitán Piuma Justo y el teniente González, en versión Charlie. Debían sobrevolar Punta Arenas y observar la reacción de la caza enemiga. La operación se efectuó con el apoyo del radar del Centro de Información y Control (CIC) Río Gallegos. Tras alcanzar los 10.000 metros, nivel de vuelo previsto, el guía comprobó que la calefacción se había trabado en frío y que tenía los pies casi congelados. Pese a ello, continuó y el radar lo guió a la vertical de Punta Arenas. En ese momento le indicó: “[B]Penetre, penetre más, se encuentra a 10 millas, ahora a 5, a 3...” De repente, con tono alarmado, el controlador del radar le advirtió que hiciera un viraje de 180° y regresara a territorio argentino, porque acababan de despegar dos F-5[/B]. Añadió que no se preocupara porque estaban lejos y los tenía identificados en la pantalla. De regreso, los A-4C bloquearon Río Gallegos y Puerto Santa Cruz. Con combustible suficiente, el vuelo se hizo largo y agotador. La meteorología empeoró, comenzó a llover y González se quedó sin radio. Por señas, el N°2 le hizo saber a Piuma Justo que tenía pérdida de combustible. Como el último tramo era sobre el mar, la novedad resultó inquietante. La sección llegó a San Julián, hizo el procedimiento y recién en la final vio las luces de la ciudad. Primero aterrizó el numeral, mientras el guía efectuaba un circuito corto. En la plataforma, el jefe de escuadrón los esperaba con un vaso de ginebra. Los pilotos lo bebieron de un envión; sólo entonces se recuperaron del frío y de la tensión vivida. Dos días después de este episodio, Chile y Argentina aceptaron la mediación papal. El comando ordenó el repliegue de la mayoría de los medios; y se mantuvo, por precaución, un despliegue preventivo de los sistemas de armas más expuestos a un ataque sorpresa; entre ellos, el Escuadrón A-4C, que se instaló en el Área de Material Río IV, el 27 de diciembre. Historia de la FAA Tomo IV Capítulo VII A-4C Skyhawk 1975-1999 [/QUOTE]
Insertar citas…
Verificación
¿Cuanto es 2 mas 6? (en letras)
Responder
Inicio
Foros
Area Militar General
Historia Militar
Historia de la Fuerza Aérea Argentina
Este sitio usa cookies. Para continuar usando este sitio, se debe aceptar nuestro uso de cookies.
Aceptar
Más información.…
Arriba