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Area Militar General
Malvinas 1982
Historias francesas de la gesta de Malvinas
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<blockquote data-quote="HernanF" data-source="post: 1138471" data-attributes="member: 7964"><p><span style="font-size: 18px"><strong>C.L. continúa contando su estancia en Argentina mientras se aproxima la guerra de Malvinas (fines de 1981 - principios de 1982)</strong></span></p><p></p><p><img src="http://i.imgur.com/iSftVf1.jpg?1" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p></p><p>Estuve destinado en la ciudad de Bahía Blanca, cerca de la base aeronaval Comandante Espora, de noviembre de 1981 hasta fines de mayo de 1982, cuenta C. L. El equipo de asistencia francesa implicaba una decena de personas. Cinco venían de Dassault Aviation, del que formaba parte el responsable de la misión, H.C., el joven ingeniero de alrededor de 35 años. Era, creo, su primera misión en el extranjero. Estaban con él dos especialistas en electrónica y un mecánico, no sé quién era el quinto.</p><p>Entre los cinco técnicos, yo representaba a Sagem, otro a Snecma (reactor Atar 8K50), otro a Thomson (radar Agave), otro finalmente para el banco de pruebas Atec de Aérospatiale, más tarde se agregó otro por Matra (misiles Magic) y posteriormente el último para el simulador de vuelo Thomson.</p><p>En ese momento, descubrí quiénes eran los militares argentinos. Los había frecuentado dos o tres semanas antes en Francia pero desde el primer día, el 16 de noviembre, fuimos convocados por el jefe de la flotilla de Super Etendard, el CF Colombo, que había creído conveniente invitarnos a su oficina.</p><p></p><p><strong>Verano austral.</strong></p><p></p><p>Imaginen a los diez franceses alineados allí y Colombo que pasaba frente a ellos y con gran cuidado explicaba que todo lo que habíamos podido saber en Francia sobre Argentina eran sólo mentiras, que nosotros mismos nos daríamos cuenta que Argentina era un bello país, que los argentinos eran gente acogedora y que pasaríamos finalmente una muy buena estancia.</p><p>Era un poco severo como recibimiento, sorprendente e inesperado. Entonces, yo, descubría todo esto. Tenía 24 años y no sabía lo que era la dictadura. Pero en general, el ambiente en el hangar de los Super Etendard era profesional y amistoso.</p><p>El recibimiento y el trato que nos dispensaban realmente eran buenos, muy buenos. Nos sentíamos muy bien.</p><p>Los cinco aviones llegaron por barco al puerto militar de Puerto Belgrano, cerca de la ciudad de Punta Alta. Los otros aviones debían llegar en el transcurso de 1982 pero, a causa de la guerra de Malvinas en primavera, el embargo pospuso la entrega de los mismos a fines de 1982 o principios de 1983.</p><p>Nos pusimos entonces a trabajar. Durante el verano austral y el calor, trabajábamos sólo por la mañana, desde las 7 de la mañana hasta las 14. Nosotros estábamos en un taller al lado del hangar de los Super Etendard y preparábamos la puesta en marcha de los aviones, así como el mantenimiento, la asistencia, las reparaciones, y a veces la instrucción.</p><p>A fines de noviembre, los vuelos pudieron comenzar. Había una decena de pilotos y volaban cada vez más. En diciembre, volaban todo el tiempo: a la mañana, a la tarde, y a veces a la noche.</p><p>A fines de marzo de 1982, Argentina lanza las operaciones para reconquistar el archipiélago de Malvinas. El lunes 29, el portaaviones argentino 25 de Mayo suelta amarras de su puerto de origen, Puerto Belgrano. Tres aviones Skyhawk se reúnen para un eventual apoyo a las futuras operaciones del 2 de abril (desembarco en las islas); por supuesto, no soy informado. Los Super Etendard no estando operacionales sobre portaaviones, se quedan en Espora.</p><p>El día siguiente, hay grandes manifestaciones en varias ciudades del país contra el gobierno militar que reprime a los manifestantes muy duramente. Lo veo por la televisión. Esto me confunde.</p><p>El viernes 2 de abril, día del desembarco argentino en Malvinas. Hay grandes manifestaciones muy alegres en numerosas ciudades del país para apoyar la acción militar. Lo puedo ver en la plaza central Rivadavia de Bahia Blanca. El contraste con las manifestaciones del 30 de marzo es sorprendente, difícil de creer.</p><p>Allí comienzan los vuelos de los Super Etendard sobre el mar, los pilotos llevan equipos de supervivencia para agua fría. Ellos duplican las cantidades de vuelos. Estaban todo el tiempo afuera. Es justo ahí cuando comienzan ejercicios alrededor de sus dos destructores tipo 42, Hercules y Santisima Trinidad, que son buques gemelos de los tipos 42 ingleses como el Sheffield. De la misma forma que los pilotos argentinos de Super Etendard se entrenaban alrededor del Santisima Trinidad haciendo aproximaciones, diciendo «¿me ves, no me ves?», los pilotos franceses hacen lo mismo con la flota inglesa que deja el canal de la Mancha hacia el Atlántico sur y pasan a la altura de Bretaña.</p><p></p><p><img src="http://i.imgur.com/ccP0YLx.jpg?1" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p></p><p><strong>Autónomos y aislados.</strong></p><p></p><p>En Sagem, también había sido formado sobre material naval para instalar dos sensores en el casco del portaaviones 25 de Mayo. Entre el 30 de marzo y el 5 de abril, un colega de Sagem, del departamento naval, llega a Bahía Blanca para ayudarme a instalar los sensores en la parte inferior del casco del portaaviones y los equipos eléctricos correspondientes, cerca del compartimiento NAV.</p><p>No estando el buque más en el puerto, nos preguntábamos si mi colega debe quedarse para esperar su regreso. No sabemos por cuánto tiempo. Por supuesto el comandante de Puerto Belgrano, a quien voy a ver dos veces, se niega a decírmelo. Pero él insiste muy firmemente para que mi colega se quede unos días más. Durante una conversación telefónica muy corta con nuestros superiores en Sagem, deciden que mi colega se quede en el lugar unos días más.</p><p>Martes 6 de abril de 1982: Francia, Alemania y Canadá declaran un embargo sobre las exportaciones de armas hacia Argentina pero ni mi empresa, ni nuestro representante en Buenos Aires, ni la embajada de Francia en Buenos Aires me informan nada de lo que sucede, ni me advierten de cualquier actitud.</p><p>En ese momento, mi jefe directo me dice desde Brétigny: «¿Querés que siga enviándote tu salario?» Esto me sorprendió. Esto pasaba durante una muy corta conversación telefónica. En ese momento, no habiendo comprendido, respondí: « ¡Sí, que broma!» Después comprendí que de hecho, él me preguntaba si quería volver a Francia o quedarme aquí.</p><p>Nosotros quedamos autónomos y aislados. No estábamos en épocas de Internet o de teléfonos móviles. Era probablemente difícil repatriar al equipo de asistencia técnica. Finalmente, ¡no nos dijeron nada de nada! No hubo ningún telefonazo desde Francia, nada, ni para saber lo que hacíamos ni para ordenarnos volver, ni para decirnos que nos quedemos.</p><p>Entre el 7 y el 9 de abril, el portaaviones 25 de Mayo vuelve a Puerto Belgrano y al dique. Los trabajos de Sagem de instalación de equipos navales son realizados porque luego mi colega del departamento naval regresa a Francia.</p><p>Viernes 9 de abril (Viernes Santo): después de unos días pasados en Puerto Belgrano, regreso a la base aeronaval Comandante Espora. Voy como de costumbre directamente al último hangar verde oscuro que abriga a la flotilla de Super Etendard y me reintegro al equipo de asistencia técnica de Dassault. Es ahí dónde soy informado que, a causa de un embargo, los especialistas de Aeroespatiale no vendrán de Francia para realizar las pruebas de validación de los "Exocet" bajo los aviones.</p><p>¿Cómo harán los argentinos para resolver este problema técnico?</p><p></p><p><em><strong>Contínua...</strong></em></p><p></p><p><img src="http://i.imgur.com/4tnQuZc.jpg?1" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="HernanF, post: 1138471, member: 7964"] [SIZE=5][B]C.L. continúa contando su estancia en Argentina mientras se aproxima la guerra de Malvinas (fines de 1981 - principios de 1982)[/B][/SIZE] [img]http://i.imgur.com/iSftVf1.jpg?1[/img] Estuve destinado en la ciudad de Bahía Blanca, cerca de la base aeronaval Comandante Espora, de noviembre de 1981 hasta fines de mayo de 1982, cuenta C. L. El equipo de asistencia francesa implicaba una decena de personas. Cinco venían de Dassault Aviation, del que formaba parte el responsable de la misión, H.C., el joven ingeniero de alrededor de 35 años. Era, creo, su primera misión en el extranjero. Estaban con él dos especialistas en electrónica y un mecánico, no sé quién era el quinto. Entre los cinco técnicos, yo representaba a Sagem, otro a Snecma (reactor Atar 8K50), otro a Thomson (radar Agave), otro finalmente para el banco de pruebas Atec de Aérospatiale, más tarde se agregó otro por Matra (misiles Magic) y posteriormente el último para el simulador de vuelo Thomson. En ese momento, descubrí quiénes eran los militares argentinos. Los había frecuentado dos o tres semanas antes en Francia pero desde el primer día, el 16 de noviembre, fuimos convocados por el jefe de la flotilla de Super Etendard, el CF Colombo, que había creído conveniente invitarnos a su oficina. [B]Verano austral.[/B] Imaginen a los diez franceses alineados allí y Colombo que pasaba frente a ellos y con gran cuidado explicaba que todo lo que habíamos podido saber en Francia sobre Argentina eran sólo mentiras, que nosotros mismos nos daríamos cuenta que Argentina era un bello país, que los argentinos eran gente acogedora y que pasaríamos finalmente una muy buena estancia. Era un poco severo como recibimiento, sorprendente e inesperado. Entonces, yo, descubría todo esto. Tenía 24 años y no sabía lo que era la dictadura. Pero en general, el ambiente en el hangar de los Super Etendard era profesional y amistoso. El recibimiento y el trato que nos dispensaban realmente eran buenos, muy buenos. Nos sentíamos muy bien. Los cinco aviones llegaron por barco al puerto militar de Puerto Belgrano, cerca de la ciudad de Punta Alta. Los otros aviones debían llegar en el transcurso de 1982 pero, a causa de la guerra de Malvinas en primavera, el embargo pospuso la entrega de los mismos a fines de 1982 o principios de 1983. Nos pusimos entonces a trabajar. Durante el verano austral y el calor, trabajábamos sólo por la mañana, desde las 7 de la mañana hasta las 14. Nosotros estábamos en un taller al lado del hangar de los Super Etendard y preparábamos la puesta en marcha de los aviones, así como el mantenimiento, la asistencia, las reparaciones, y a veces la instrucción. A fines de noviembre, los vuelos pudieron comenzar. Había una decena de pilotos y volaban cada vez más. En diciembre, volaban todo el tiempo: a la mañana, a la tarde, y a veces a la noche. A fines de marzo de 1982, Argentina lanza las operaciones para reconquistar el archipiélago de Malvinas. El lunes 29, el portaaviones argentino 25 de Mayo suelta amarras de su puerto de origen, Puerto Belgrano. Tres aviones Skyhawk se reúnen para un eventual apoyo a las futuras operaciones del 2 de abril (desembarco en las islas); por supuesto, no soy informado. Los Super Etendard no estando operacionales sobre portaaviones, se quedan en Espora. El día siguiente, hay grandes manifestaciones en varias ciudades del país contra el gobierno militar que reprime a los manifestantes muy duramente. Lo veo por la televisión. Esto me confunde. El viernes 2 de abril, día del desembarco argentino en Malvinas. Hay grandes manifestaciones muy alegres en numerosas ciudades del país para apoyar la acción militar. Lo puedo ver en la plaza central Rivadavia de Bahia Blanca. El contraste con las manifestaciones del 30 de marzo es sorprendente, difícil de creer. Allí comienzan los vuelos de los Super Etendard sobre el mar, los pilotos llevan equipos de supervivencia para agua fría. Ellos duplican las cantidades de vuelos. Estaban todo el tiempo afuera. Es justo ahí cuando comienzan ejercicios alrededor de sus dos destructores tipo 42, Hercules y Santisima Trinidad, que son buques gemelos de los tipos 42 ingleses como el Sheffield. De la misma forma que los pilotos argentinos de Super Etendard se entrenaban alrededor del Santisima Trinidad haciendo aproximaciones, diciendo «¿me ves, no me ves?», los pilotos franceses hacen lo mismo con la flota inglesa que deja el canal de la Mancha hacia el Atlántico sur y pasan a la altura de Bretaña. [img]http://i.imgur.com/ccP0YLx.jpg?1[/img] [B]Autónomos y aislados.[/B] En Sagem, también había sido formado sobre material naval para instalar dos sensores en el casco del portaaviones 25 de Mayo. Entre el 30 de marzo y el 5 de abril, un colega de Sagem, del departamento naval, llega a Bahía Blanca para ayudarme a instalar los sensores en la parte inferior del casco del portaaviones y los equipos eléctricos correspondientes, cerca del compartimiento NAV. No estando el buque más en el puerto, nos preguntábamos si mi colega debe quedarse para esperar su regreso. No sabemos por cuánto tiempo. Por supuesto el comandante de Puerto Belgrano, a quien voy a ver dos veces, se niega a decírmelo. Pero él insiste muy firmemente para que mi colega se quede unos días más. Durante una conversación telefónica muy corta con nuestros superiores en Sagem, deciden que mi colega se quede en el lugar unos días más. Martes 6 de abril de 1982: Francia, Alemania y Canadá declaran un embargo sobre las exportaciones de armas hacia Argentina pero ni mi empresa, ni nuestro representante en Buenos Aires, ni la embajada de Francia en Buenos Aires me informan nada de lo que sucede, ni me advierten de cualquier actitud. En ese momento, mi jefe directo me dice desde Brétigny: «¿Querés que siga enviándote tu salario?» Esto me sorprendió. Esto pasaba durante una muy corta conversación telefónica. En ese momento, no habiendo comprendido, respondí: « ¡Sí, que broma!» Después comprendí que de hecho, él me preguntaba si quería volver a Francia o quedarme aquí. Nosotros quedamos autónomos y aislados. No estábamos en épocas de Internet o de teléfonos móviles. Era probablemente difícil repatriar al equipo de asistencia técnica. Finalmente, ¡no nos dijeron nada de nada! No hubo ningún telefonazo desde Francia, nada, ni para saber lo que hacíamos ni para ordenarnos volver, ni para decirnos que nos quedemos. Entre el 7 y el 9 de abril, el portaaviones 25 de Mayo vuelve a Puerto Belgrano y al dique. Los trabajos de Sagem de instalación de equipos navales son realizados porque luego mi colega del departamento naval regresa a Francia. Viernes 9 de abril (Viernes Santo): después de unos días pasados en Puerto Belgrano, regreso a la base aeronaval Comandante Espora. Voy como de costumbre directamente al último hangar verde oscuro que abriga a la flotilla de Super Etendard y me reintegro al equipo de asistencia técnica de Dassault. Es ahí dónde soy informado que, a causa de un embargo, los especialistas de Aeroespatiale no vendrán de Francia para realizar las pruebas de validación de los "Exocet" bajo los aviones. ¿Cómo harán los argentinos para resolver este problema técnico? [I][B]Contínua...[/B][/I] [img]http://i.imgur.com/4tnQuZc.jpg?1[/img] [/QUOTE]
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