LA EXPERIENCIA DEL TIMONEL SALVO AL “TRAMONTANA” Y SUS TRIPULANTES
Sólo soltó el timón cuando ya se encontraban en superficie. Y rompió a llorar desconsoladamente. Acababa de salvarle la vida a sus sesenta compañeros de tripulación. La sangre fría y, sobre todo, la experiencia del cabo que ocupaba el puesto de timonel del submarino 'Tramontana' fueron lo que evitó que todos acabaran en el fondo del mar la tarde del pasado jueves, cuando se abrió una vía de agua en la cámara de mandos del buque mientras navegaban a unas quince millas de Cartagena y a trescientos metros de profundidad, la cota máxima en la que la nave es operativa.
También fue determinante la rápida reacción de otros tres compañeros: el encargado de soplar, una maniobra que consiste en vaciar los tanques que se llenan de agua para la inmersión y rellenarlos con aire a presión; el que se ocupa de soltar los plomos, que pesan cerca de quince toneladas; y el marino que puso avante seis, máxima velocidad para subir a toda máquina.
En zafarrancho de combate. Incluso, el comandante, como si sospechara que algo así podía pasar, acertó en la decisión de ordenar zafarrancho de combate minutos antes del incidente, lo que obligaba a toda la tripulación a ocupar sus puestos y estar en alerta. "No era necesario ordenar zafarrancho de combate, pero si no lo hubiera hecho, es probable que al timón hubiera estado un marinero menos experimentado", explicó el familiar de uno de los militares que vivieron este episodio.
Desde que se produjo la avería hasta que alcanzaron la superficie apenas pasaron tres o cuatro minutos, pero a la mayoría de los marinos que iban a bordo les pareció una eternidad. "Había mucho ruido, muchos gritos y no se oía nada. Apenas se veía en la cámara de mandos, porque el agua entraba difuminada y creaba como una densa niebla", relataron las fuentes citadas.
En estas circunstancias, el timonel, a quien le caía directamente el chorro de agua helada, superó incluso el momento más difícil. Era vital que el submarino tuviera una inclinación de proa adecuada que les permitiera subir. La normal es de unos 25 grados, pero sólo pudo alcanzar los diez grados. Además, en plena maniobra de subida, cuando aún estaban por debajo de la cota de doscientos metros, el submarino comenzó a perder inclinación. Fue el momento más dramático. "Salía humo de algunos equipos y fallaron algunos generadores de corriente. Empezó a perder poco a poco inclinación hasta bajar a los cinco grados de inclinación. En ese momento, nos temimos lo peor".
Así se lo relató uno de los tripulantes a su familiar. Finalmente, salieron a superficie y pudieron respirar tranquilos. Regresaron a su base en Cartagena por sus propios medios, aunque con muchos equipos tocados y escoltados por el patrullero de altura 'Diana'.
ANDRÉS TORRES
FUENTES
http://www.laopiniondemurcia.es/sec...ipulantes-submarino-Tramontana-temieron-vidas
http://www.corlobe.tk/article11943.html
Sólo soltó el timón cuando ya se encontraban en superficie. Y rompió a llorar desconsoladamente. Acababa de salvarle la vida a sus sesenta compañeros de tripulación. La sangre fría y, sobre todo, la experiencia del cabo que ocupaba el puesto de timonel del submarino 'Tramontana' fueron lo que evitó que todos acabaran en el fondo del mar la tarde del pasado jueves, cuando se abrió una vía de agua en la cámara de mandos del buque mientras navegaban a unas quince millas de Cartagena y a trescientos metros de profundidad, la cota máxima en la que la nave es operativa.
También fue determinante la rápida reacción de otros tres compañeros: el encargado de soplar, una maniobra que consiste en vaciar los tanques que se llenan de agua para la inmersión y rellenarlos con aire a presión; el que se ocupa de soltar los plomos, que pesan cerca de quince toneladas; y el marino que puso avante seis, máxima velocidad para subir a toda máquina.
En zafarrancho de combate. Incluso, el comandante, como si sospechara que algo así podía pasar, acertó en la decisión de ordenar zafarrancho de combate minutos antes del incidente, lo que obligaba a toda la tripulación a ocupar sus puestos y estar en alerta. "No era necesario ordenar zafarrancho de combate, pero si no lo hubiera hecho, es probable que al timón hubiera estado un marinero menos experimentado", explicó el familiar de uno de los militares que vivieron este episodio.
Desde que se produjo la avería hasta que alcanzaron la superficie apenas pasaron tres o cuatro minutos, pero a la mayoría de los marinos que iban a bordo les pareció una eternidad. "Había mucho ruido, muchos gritos y no se oía nada. Apenas se veía en la cámara de mandos, porque el agua entraba difuminada y creaba como una densa niebla", relataron las fuentes citadas.
En estas circunstancias, el timonel, a quien le caía directamente el chorro de agua helada, superó incluso el momento más difícil. Era vital que el submarino tuviera una inclinación de proa adecuada que les permitiera subir. La normal es de unos 25 grados, pero sólo pudo alcanzar los diez grados. Además, en plena maniobra de subida, cuando aún estaban por debajo de la cota de doscientos metros, el submarino comenzó a perder inclinación. Fue el momento más dramático. "Salía humo de algunos equipos y fallaron algunos generadores de corriente. Empezó a perder poco a poco inclinación hasta bajar a los cinco grados de inclinación. En ese momento, nos temimos lo peor".
Así se lo relató uno de los tripulantes a su familiar. Finalmente, salieron a superficie y pudieron respirar tranquilos. Regresaron a su base en Cartagena por sus propios medios, aunque con muchos equipos tocados y escoltados por el patrullero de altura 'Diana'.
ANDRÉS TORRES
FUENTES
http://www.laopiniondemurcia.es/sec...ipulantes-submarino-Tramontana-temieron-vidas
http://www.corlobe.tk/article11943.html