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Area Militar General
Malvinas 1982
Informe Rattenbach (diciembre de 1982)
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<blockquote data-quote="FloSof" data-source="post: 676751" data-attributes="member: 5836"><p><strong><em><u>II Parte - Antecedentes del conflicto</u></em></strong></p><p></p><p><span style="color: Blue">Capítulo V -[ Las negociaciones a partir del día 02 de abril de 1982 (1)</span></p><p><em><u>La última etapa de la gestión Haig </u></em></p><p>1) GRAN BRETAÑA</p><p></p><p>- Realizó la primera contraofensiva invocando los principios del derecho internacional y logró que el Consejo de Seguridad adoptara la Resolución 502.</p><p></p><p>- La poco estabilizada situación del gobierno conservador, más la inmediata reacción de su oposición, hicieron poco probable encontrar una disposición complaciente a retrotraer sus exigencias de alcanzar el objetivo fijado.</p><p></p><p>- Una solución poco satisfactoria para Gran Bretaña hubiera podido significar, muy probablemente, la caía del gobierno.</p><p></p><p>CONCLUSIÓN</p><p></p><p>Con el apoyo del derecho y de la opinión internacional de los estados con mayor peso político y económico del mundo occidental y con una situación interna que otorgaba al Gobierno escaso margen de flexibilidad, Gran Bretaña encaró esta etapa de las negociaciones con una posición rígida que puede sintetizarse en su aspiración de retornar al Status previo al 2 de abril como condición para iniciar cualquier negociación.</p><p></p><p>2) EE.UU.</p><p></p><p>- Asumió su rol de potencia hegemónica e inició sus esfuerzos para evitar un conflicto que alteraría el orden en el Continente Americano, sumándose a otras circunstancias conflictivas que se vivían en el mismo.</p><p></p><p>- Contó, para ello con el expreso pedido de su principal aliado y con la aceptación de las partes.</p><p></p><p>- Supo de la firme determinación británica.</p><p></p><p>- Representó un interés superior a cualquier otro tipo de consideración, la preservación del Gobierno Conservador, por todas sus implicaciones en el ámbito de la NATO.</p><p></p><p>- Condenó oficialmente la posición argentina (Resolución 502). Los principios que sustentaba internacionalmente eran los que en esa oportunidad invocaba Gran Bretaña.</p><p></p><p>- Descartó la superioridad militar británica.</p><p></p><p>- Evitó un compromiso mayor al rechazar la realización de una gestión de buenos oficios o una mediación,.</p><p></p><p>CONCLUSIÓN</p><p></p><p>Se prestó a iniciar su gestión negociadora con el convencimiento de que las máximas aspiraciones de cada una de las partes deberían resignarse para el logro de una solución. Argentina era la parte que debería ceder más.</p><p></p><p>3) ARGENTINA</p><p></p><p>- Consideró expresamente esta participación de EE.UU., para adoptar la resolución de ocupar las Islas.</p><p></p><p>- EE.UU. se interpondría ante cualquier intento militar británico destinado a recuperar las Islas.</p><p></p><p>CONCLUSIÓN</p><p></p><p>Se concretaron exactamente las previsiones argentinas respecto de la actitud que asumiría EE.UU.</p><p></p><p>b. SEGUNDA ETAPA, que se inició con el viaje de Haig a Londres, el 7 de abril, y finalizó con su regreso desde Buenos Aires hacia Washington, el 19 de abril, siendo portador del Proyecto Argentino.</p><p></p><p>1.GRAN BRETAÑA</p><p></p><p>- Logró, basada en acuerdos previos, la utilización de la base militar de EE.UU. en la Isla Ascensión.</p><p></p><p>- Realizó el movimiento de la masa de la Fuerza de Tareas hasta la mencionada isla.</p><p></p><p>- Dispuso que el día 16 de abril la Task Force partiera desde la Isla Ascensión hacia el Atlántico Sur, oportunidad en que el General Haig se encontraba en Buenos Aires.</p><p></p><p>- Sostuvo que buscaba una solución pacífica y negociada, pero aclaró que en modo alguno descartaba el empleo de los medios militares para recuperar las islas.</p><p></p><p>- Insistió reiteradamente en que el sustento de su postura y de su actitud estaba dado por la Resolución 502. El incumplimiento de la misma por Argentina la autorizaba a hacer uso del derecho de legítima defensa.</p><p></p><p>CONCLUSIÓN</p><p></p><p>Durante todo este período incrementó la solidez de su posición interna y externa, ubicaba sus medios militares en condiciones de realiza operaciones y mantuvo, con respecto a la negociación encarada por Haig, sus requisitos al volver al Status previo de abril, antes de iniciar las conversaciones con Argentina.</p><p></p><p>2) EE.UU.</p><p></p><p>- El General Haig realizó dos viajes a cada capital. El viaje inicial lo realizó a Londres.</p><p></p><p>- En sus dos visitas a Buenos Aires nunca trajo ningún documento que estableciese, real y concretamente, cuál era la posición oficial británica respecto de su gestión.</p><p></p><p>- El General Haig sólo se limitó a manifestar los aspectos que, según su opinión, los británicos podrían llegar a aceptar.</p><p></p><p>- El Secretario de Estado reclamó confianza en la actitud que, con posterioridad, mantendría EE.UU., pero indicó que no podía dar garantía efectiva de ella.</p><p></p><p>CONCLUSIÓN</p><p></p><p>Se vio materializado el interés de EE.UU. para no perder su rol protagónico como potencia hegemónica, inclusive tratando de impedir que la cuestión fuese elevada a otros organismos.</p><p></p><p>Todo hacía suponer que el Secretario de Estado confrontaba la inamovible posición británica con la postura argentina, tratando de que ésta última cediese todo lo necesario.</p><p></p><p>3) ARGENTINA</p><p></p><p>- A lo largo de este período flexibilizó su postura inicial.</p><p></p><p>- Nunca llegó a saber, a través el General Haig, hasta qué punto Gran Bretaña estaba dispuesta a disminuir sus exigencias iniciales.</p><p></p><p>- La opinión pública interna estaba enfervorizada por los acontecimientos, por lo que una claudicación podría resultar sumamente perjudicial para la estabilidad del gobierno.</p><p></p><p>- Argentina preparó un documento en el que se estableció, concretamente, su postura de máxima flexibilidad. Este fue entregado el 19 de abril al General Haig.</p><p></p><p>CONCLUSIÓN</p><p></p><p>Esta última propuesta argentina, por su contenido, contrariaba seriamente la posición británica (posición por la que estaba aparentemente dispuesta a luchar) y no alcanzaba los límites hasta los cuales EE.UU. podía presionar al Gobierno de Gran Bretaña para obligarlo a aceptarla.</p><p></p><p>c. TERCERA ETAPA, que corresponde a las tratativas de la propuesta presentada por EE.UU. a ambas partes.</p><p></p><p>1) GRAN BRETAÑA</p><p></p><p>CONCLUSIÓN</p><p></p><p>Las manifestaciones británicas respecto de esa propuesta fueron difusas. Aparentemente no habrían sido del agrado del Gobierno de Gran Bretaña. No hubo respuesta oficial al respecto.</p><p></p><p>Se apreció que, de haber aceptado Argentina, los británicos hubiesen presionado para introducir algunas modificaciones, pero no la habrían rechazado puesto que hubiesen perdido posiciones.</p><p></p><p>2) EE.UU.</p><p></p><p>- Debió enfrentar la convocatoria del TIAR.</p><p></p><p>- Mantuvo vigente su intención de encontrar una solución negociada.</p><p></p><p>- Esta propuesta jugó contra el tiempo. Aceptó solamente observaciones de detalle, que debieron ser formuladas rápidamente por Argentina.</p><p></p><p>- Estableció la posición definitiva de EE.UU. Su rechazo significó el apoyo norteamericano a Gran Bretaña y la sanción de Argentina.</p><p></p><p>- Argentina no logró que el General Haig le expusiera en forma concreta, a través de un documento, los lineamientos básicos de la posición británica.</p><p></p><p>- Por su parte, Argentina manifestó una gran flexibilidad a lo largo de las negociaciones.</p><p></p><p>La posición con que iniciara esta gestión negociadora fe modificándose, sucesivamente, a través de los diferentes requerimientos formulados por el Secretario de Estado, hasta llegar al Proyecto del 19 de abril que, sin ser definitivo, fue ejemplo de las máximas concesiones a las cuales estaba dispuesta.</p><p></p><p>- Debe destacarse que Argentina negoció bajo la constante presión e la acción militar de Gran Bretaña. A esta presión se sumaron algunos comentarios poco contemplativos del Gral. Haig, en el sentido de que el tiempo se acababa, que Gran Bretaña rechazaría la propuesta y se iría a la guerra, que regresaría a Washington porque se habían agotado las posibilidades, etc., lo cual, evidentemente, no contribuyó a crear el clima adecuado que las circunstancias requerían.</p><p></p><p>- Los comentarios de la prensa de EE.UU., y las declaraciones de ciertas autoridades norteamericanas propiciadoras de una toma de posición de EE.UU. a favor de Gran Bretaña, tampoco aportaron apoyo a la imagen de absoluta imparcialidad que hubiese requerido todo lo relativo a esta negociación.</p><p></p><p>- Justo es decir que, para quien debía adoptar decisiones tremendamente significativas basadas sobre la confianza en una gestión futura del mediador, en nada resultó favorable esta supuesta parcialidad que se mostraba.</p><p></p><p>- Una posible sobreestimación de nuestras reales posibilidades militares, sumadas al éxito de diplomáticos manifiestos (si bien en foros no significativos como la OEA), pudieron haber llevado a la conducción argentina a especular sobre la posibilidad de obtención de resultados definitivos superiores a los estipulados en la propuesta de EE.UU.</p><p></p><p>- El sentimiento triunfalista extendido en la población, alentado en más de una oportunidad por las propias autoridades, hizo que la gestión diplomática de los negociadores argentinos se viera influenciada por el temor de defraudar las expectativas.</p><p></p><p>CONCLUSIONES</p><p></p><p>Esta propuesta, cuyos términos estaban por debajo de las aspiraciones argentinas, se complementaría con la gestión que EE.UU. podría realizar en el futuro. Esto último requería un alto grado de confianza por parte de Argentina en el Gobierno norteamericano, ya que éste, por costo político, no podía garantizarle los resultados.</p><p></p><p>3) ARGENTINA</p><p></p><p>- La propuesta norteamericana no alcanzaba a satisfacer las mínimas aspiraciones nacionales.</p><p></p><p>- El documento tenía un alto contenido de riesgo.</p><p></p><p>- Si bien Argentina mantendría una presencia en las Islas, ésta no sería, en modo alguno, decisoria.</p><p></p><p>- Gran Bretaña, de proponérselo, encontraría justificativos suficientes para prolongar indeterminadamente las negociaciones.</p><p></p><p>- EE.UU. SE COMPROMETÍA A ORIENTAR LA ACCIÓN FUTURA DE MODO QUE LAS ASPIRACIONES ARGENTINAS SE VIERAN SATISFECHAS. POR CUESTIONES POLÍTICAS, ESTE COMPROMISO NO PODÍA FORMALIZARSE POR ESCRITO.</p><p></p><p>- La Resolución de la Reunión de Consulta de Cancilleres Americanos había respaldado la posición argentina, lo cual contribuyó a exaltar el fervor patriótico argentino.</p><p></p><p>- No se habían producido hechos de armas significativos (Excepto Georgias).</p><p></p><p>- La propuesta establecía un precedente favorable al incluir las islas Georgias y Sandwich del Sur.</p><p></p><p>CONCLUSIONES</p><p></p><p>Se incluyen, a continuación, las conclusiones de toda la gestión respecto de Argentina, por cuanto esta tercera etapa, dedicada a la propuesta norteamericana, resulta el corolario de toda gestión negociadora encarada por el Secretario de Estado.</p><p></p><p>- Al haber considerado como factor fundamental en su decisión de ocupar las islas, la intervención de EE.UU. para el logro de una solución de conflicto, que seguramente se generaría, ello implicaba supeditarse a la propuesta de negociación que este país podría formular.</p><p></p><p>- No aceptarla, significaba afrontar la respuesta británica, respuesta que el Gobierno argentino había dado por cierta.</p><p></p><p>- Además, el conflicto que presupondría la no aceptación, colocaría a EE.UU. al lado de Gran Bretaña, de acuerdo con lo que había sido oportunamente anticipado.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="FloSof, post: 676751, member: 5836"] [B][I][U]II Parte - Antecedentes del conflicto[/U][/I][/B] [COLOR="Blue"]Capítulo V -[ Las negociaciones a partir del día 02 de abril de 1982 (1)[/COLOR] [I][U]La última etapa de la gestión Haig [/U][/I] 1) GRAN BRETAÑA - Realizó la primera contraofensiva invocando los principios del derecho internacional y logró que el Consejo de Seguridad adoptara la Resolución 502. - La poco estabilizada situación del gobierno conservador, más la inmediata reacción de su oposición, hicieron poco probable encontrar una disposición complaciente a retrotraer sus exigencias de alcanzar el objetivo fijado. - Una solución poco satisfactoria para Gran Bretaña hubiera podido significar, muy probablemente, la caía del gobierno. CONCLUSIÓN Con el apoyo del derecho y de la opinión internacional de los estados con mayor peso político y económico del mundo occidental y con una situación interna que otorgaba al Gobierno escaso margen de flexibilidad, Gran Bretaña encaró esta etapa de las negociaciones con una posición rígida que puede sintetizarse en su aspiración de retornar al Status previo al 2 de abril como condición para iniciar cualquier negociación. 2) EE.UU. - Asumió su rol de potencia hegemónica e inició sus esfuerzos para evitar un conflicto que alteraría el orden en el Continente Americano, sumándose a otras circunstancias conflictivas que se vivían en el mismo. - Contó, para ello con el expreso pedido de su principal aliado y con la aceptación de las partes. - Supo de la firme determinación británica. - Representó un interés superior a cualquier otro tipo de consideración, la preservación del Gobierno Conservador, por todas sus implicaciones en el ámbito de la NATO. - Condenó oficialmente la posición argentina (Resolución 502). Los principios que sustentaba internacionalmente eran los que en esa oportunidad invocaba Gran Bretaña. - Descartó la superioridad militar británica. - Evitó un compromiso mayor al rechazar la realización de una gestión de buenos oficios o una mediación,. CONCLUSIÓN Se prestó a iniciar su gestión negociadora con el convencimiento de que las máximas aspiraciones de cada una de las partes deberían resignarse para el logro de una solución. Argentina era la parte que debería ceder más. 3) ARGENTINA - Consideró expresamente esta participación de EE.UU., para adoptar la resolución de ocupar las Islas. - EE.UU. se interpondría ante cualquier intento militar británico destinado a recuperar las Islas. CONCLUSIÓN Se concretaron exactamente las previsiones argentinas respecto de la actitud que asumiría EE.UU. b. SEGUNDA ETAPA, que se inició con el viaje de Haig a Londres, el 7 de abril, y finalizó con su regreso desde Buenos Aires hacia Washington, el 19 de abril, siendo portador del Proyecto Argentino. 1.GRAN BRETAÑA - Logró, basada en acuerdos previos, la utilización de la base militar de EE.UU. en la Isla Ascensión. - Realizó el movimiento de la masa de la Fuerza de Tareas hasta la mencionada isla. - Dispuso que el día 16 de abril la Task Force partiera desde la Isla Ascensión hacia el Atlántico Sur, oportunidad en que el General Haig se encontraba en Buenos Aires. - Sostuvo que buscaba una solución pacífica y negociada, pero aclaró que en modo alguno descartaba el empleo de los medios militares para recuperar las islas. - Insistió reiteradamente en que el sustento de su postura y de su actitud estaba dado por la Resolución 502. El incumplimiento de la misma por Argentina la autorizaba a hacer uso del derecho de legítima defensa. CONCLUSIÓN Durante todo este período incrementó la solidez de su posición interna y externa, ubicaba sus medios militares en condiciones de realiza operaciones y mantuvo, con respecto a la negociación encarada por Haig, sus requisitos al volver al Status previo de abril, antes de iniciar las conversaciones con Argentina. 2) EE.UU. - El General Haig realizó dos viajes a cada capital. El viaje inicial lo realizó a Londres. - En sus dos visitas a Buenos Aires nunca trajo ningún documento que estableciese, real y concretamente, cuál era la posición oficial británica respecto de su gestión. - El General Haig sólo se limitó a manifestar los aspectos que, según su opinión, los británicos podrían llegar a aceptar. - El Secretario de Estado reclamó confianza en la actitud que, con posterioridad, mantendría EE.UU., pero indicó que no podía dar garantía efectiva de ella. CONCLUSIÓN Se vio materializado el interés de EE.UU. para no perder su rol protagónico como potencia hegemónica, inclusive tratando de impedir que la cuestión fuese elevada a otros organismos. Todo hacía suponer que el Secretario de Estado confrontaba la inamovible posición británica con la postura argentina, tratando de que ésta última cediese todo lo necesario. 3) ARGENTINA - A lo largo de este período flexibilizó su postura inicial. - Nunca llegó a saber, a través el General Haig, hasta qué punto Gran Bretaña estaba dispuesta a disminuir sus exigencias iniciales. - La opinión pública interna estaba enfervorizada por los acontecimientos, por lo que una claudicación podría resultar sumamente perjudicial para la estabilidad del gobierno. - Argentina preparó un documento en el que se estableció, concretamente, su postura de máxima flexibilidad. Este fue entregado el 19 de abril al General Haig. CONCLUSIÓN Esta última propuesta argentina, por su contenido, contrariaba seriamente la posición británica (posición por la que estaba aparentemente dispuesta a luchar) y no alcanzaba los límites hasta los cuales EE.UU. podía presionar al Gobierno de Gran Bretaña para obligarlo a aceptarla. c. TERCERA ETAPA, que corresponde a las tratativas de la propuesta presentada por EE.UU. a ambas partes. 1) GRAN BRETAÑA CONCLUSIÓN Las manifestaciones británicas respecto de esa propuesta fueron difusas. Aparentemente no habrían sido del agrado del Gobierno de Gran Bretaña. No hubo respuesta oficial al respecto. Se apreció que, de haber aceptado Argentina, los británicos hubiesen presionado para introducir algunas modificaciones, pero no la habrían rechazado puesto que hubiesen perdido posiciones. 2) EE.UU. - Debió enfrentar la convocatoria del TIAR. - Mantuvo vigente su intención de encontrar una solución negociada. - Esta propuesta jugó contra el tiempo. Aceptó solamente observaciones de detalle, que debieron ser formuladas rápidamente por Argentina. - Estableció la posición definitiva de EE.UU. Su rechazo significó el apoyo norteamericano a Gran Bretaña y la sanción de Argentina. - Argentina no logró que el General Haig le expusiera en forma concreta, a través de un documento, los lineamientos básicos de la posición británica. - Por su parte, Argentina manifestó una gran flexibilidad a lo largo de las negociaciones. La posición con que iniciara esta gestión negociadora fe modificándose, sucesivamente, a través de los diferentes requerimientos formulados por el Secretario de Estado, hasta llegar al Proyecto del 19 de abril que, sin ser definitivo, fue ejemplo de las máximas concesiones a las cuales estaba dispuesta. - Debe destacarse que Argentina negoció bajo la constante presión e la acción militar de Gran Bretaña. A esta presión se sumaron algunos comentarios poco contemplativos del Gral. Haig, en el sentido de que el tiempo se acababa, que Gran Bretaña rechazaría la propuesta y se iría a la guerra, que regresaría a Washington porque se habían agotado las posibilidades, etc., lo cual, evidentemente, no contribuyó a crear el clima adecuado que las circunstancias requerían. - Los comentarios de la prensa de EE.UU., y las declaraciones de ciertas autoridades norteamericanas propiciadoras de una toma de posición de EE.UU. a favor de Gran Bretaña, tampoco aportaron apoyo a la imagen de absoluta imparcialidad que hubiese requerido todo lo relativo a esta negociación. - Justo es decir que, para quien debía adoptar decisiones tremendamente significativas basadas sobre la confianza en una gestión futura del mediador, en nada resultó favorable esta supuesta parcialidad que se mostraba. - Una posible sobreestimación de nuestras reales posibilidades militares, sumadas al éxito de diplomáticos manifiestos (si bien en foros no significativos como la OEA), pudieron haber llevado a la conducción argentina a especular sobre la posibilidad de obtención de resultados definitivos superiores a los estipulados en la propuesta de EE.UU. - El sentimiento triunfalista extendido en la población, alentado en más de una oportunidad por las propias autoridades, hizo que la gestión diplomática de los negociadores argentinos se viera influenciada por el temor de defraudar las expectativas. CONCLUSIONES Esta propuesta, cuyos términos estaban por debajo de las aspiraciones argentinas, se complementaría con la gestión que EE.UU. podría realizar en el futuro. Esto último requería un alto grado de confianza por parte de Argentina en el Gobierno norteamericano, ya que éste, por costo político, no podía garantizarle los resultados. 3) ARGENTINA - La propuesta norteamericana no alcanzaba a satisfacer las mínimas aspiraciones nacionales. - El documento tenía un alto contenido de riesgo. - Si bien Argentina mantendría una presencia en las Islas, ésta no sería, en modo alguno, decisoria. - Gran Bretaña, de proponérselo, encontraría justificativos suficientes para prolongar indeterminadamente las negociaciones. - EE.UU. SE COMPROMETÍA A ORIENTAR LA ACCIÓN FUTURA DE MODO QUE LAS ASPIRACIONES ARGENTINAS SE VIERAN SATISFECHAS. POR CUESTIONES POLÍTICAS, ESTE COMPROMISO NO PODÍA FORMALIZARSE POR ESCRITO. - La Resolución de la Reunión de Consulta de Cancilleres Americanos había respaldado la posición argentina, lo cual contribuyó a exaltar el fervor patriótico argentino. - No se habían producido hechos de armas significativos (Excepto Georgias). - La propuesta establecía un precedente favorable al incluir las islas Georgias y Sandwich del Sur. CONCLUSIONES Se incluyen, a continuación, las conclusiones de toda la gestión respecto de Argentina, por cuanto esta tercera etapa, dedicada a la propuesta norteamericana, resulta el corolario de toda gestión negociadora encarada por el Secretario de Estado. - Al haber considerado como factor fundamental en su decisión de ocupar las islas, la intervención de EE.UU. para el logro de una solución de conflicto, que seguramente se generaría, ello implicaba supeditarse a la propuesta de negociación que este país podría formular. - No aceptarla, significaba afrontar la respuesta británica, respuesta que el Gobierno argentino había dado por cierta. - Además, el conflicto que presupondría la no aceptación, colocaría a EE.UU. al lado de Gran Bretaña, de acuerdo con lo que había sido oportunamente anticipado. [/QUOTE]
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