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<blockquote data-quote="Dagger" data-source="post: 85342" data-attributes="member: 11"><p><strong>Esto salió hoy en el Diario La Capital de Rosario</strong></p><p></p><p><span style="font-size: 12px">Invap multiplicó sus ingresos de la mano de la tecnología de punta </span></p><p><em>Los desarrollos de la empresa estatal se venden en todo el mundo. Desde satélites a la conservación de alimentos </em></p><p></p><p>La empresa estatal rionegrina Invap, fundada hace treinta años en San Carlos de Bariloche, tiene una facturación anual de unos 60 millones de dólares estadounidenses cuando diez años atrás, apenas superaba los 30 millones.</p><p></p><p>En el camino, multiplicó sus desarrollos y logró grandes contratos internacionales, entre los que se destaca el de la provisión de un reactor nuclear "llave en mano" a Australia, que por un monto de 180 millones de dólares se convirtió en la mayor exportación unitaria de la Argentina.</p><p></p><p>La diversificación de sus desarrollos tecnológicos es sorprendente, y va desde sistemas para conservar alimentos o para preservar y exhibir momias, satélites, radares, hasta reactores nucleares.</p><p></p><p>El ingeniero Eduardo Rodríguez Lubary, gerente de varios proyectos de Invap, explicó que "esa virtud industrial nació en la actividad nuclear, que es la actividad original de Invap".</p><p></p><p>Luego de su primer desarrollo, la firma comenzó fabricando reactores para investigación y fabricación de radioisótopos, para la Comisión Nacional de Energía Atómica (Conae) primero, y luego para otros países, como Perú y Egipto.</p><p></p><p>En 2000 dio un gran salto, al ganar una licitación internacional en Australia para la provisión del reactor, en un concurso en el que compitió con las empresas más importantes del mundo en el rubro, de Estados Unidos de América, Canadá, Francia y Alemania.</p><p></p><p>Hasta llegar ahí, Invap desarrolló con éxito numerosos proyectos, que en la sola enumeración parecen abrumadores. Además de los reactores exportados, desarrolló una capacidad notable para proveer equipos de medicina nuclear.</p><p></p><p>Además de Brasil y la India (por supuesto, también Argentina), está completando una provisión por 53 millones de dólares a Venezuela, en el marco de un convenio comercial de integración entre ambos gobiernos.</p><p></p><p>Rodríguez Lubary explicó que se trata de un programa de dos años para la entrega de equipos, puesta en marcha y asesoramiento de manejo de 18 centros de terapia radiante, entre los que ya hay varios prestando servicios. "Ya entregamos equipos de cobaltoterapia, aceleradores lineales y simuladores, y restan algunos en los que debemos encarar la obra civil desde cero, luego instalar los equipos y finalmente capacitar al personal que los operará", señaló.</p><p></p><p>Además, en este marco, ya hay conversaciones para ampliar los acuerdos firmados. "Es un asunto muy importante y lo demuestra que el monto del negocio a dos años es lo que implica para Invap por año el contrato de Australia", dijo.</p><p></p><p></p><p>Conservar historia y alimentos </p><p>Por otra parte, también está avanzado el desarrollo del sistema de conservación -único en el mundo- para exhibir los "Niños de Llullaillaco" (mal llamados "momias") en el Museo de Arqueología de Alta Montaña (Maam) de Salta.</p><p></p><p>Se trata de tres niños incas que fueron hallados en 1999, congelados en la cima del volcán Llullaillaco, a 6.700 metros de altitud, junto a 146 objetos que componen su ajuar, pertenecientes a un ritual sagrado de hace 500 años, antes de la llegada de los españoles al lugar.</p><p></p><p>El sistema está basado en el almacenamiento en cápsulas móviles, a 20 grados bajo cero de temperatura y a alta presión, y será instalado en el Museo creado especialmente por el gobierno de Salta para resguardar, estudiar y difundir el hallazgo.</p><p></p><p>Otra facilidad de Invap que va ganando terreno es la planta de liofilización (deshidratado) para conservación de alimentos, de la que vendió una (también "llave en mano") a México por 1,5 millón de dólares, y recientemente firmó con una cooperativa productora de fruta fina un contrato similar.</p><p></p><p>En este desarrollo, los científicos y técnicos de Invap estudiaron una tecnología que habían desarrollado los aztecas, para debutar con el desarrollo nada menos que con México.</p><p></p><p>Mientras continúa explorando mercados y comprometiendo obras, Invap decidió el año pasado construir su propia sede. Con una inversión que será de poco más de 30 millones de pesos y 200 operarios comenzó a edificar el ambicioso proyecto, que incluye tres edificios principales autónomos e interconectados. </p><p></p><p><span style="font-size: 10px"><strong>De Bariloche a la Nasa </strong></span></p><p></p><p>La industria espacial significó para la empresa Invap una revolución empresarial, y además de tratar con proveedores y clientes del ámbito nuclear, pasó a negociar con la Conae y su par, la Nasa estadounidense.</p><p></p><p>La evolución ya era perceptible años atrás, cuando el director de la Nasa, Daniel Goldin, visitó las instalaciones satelitales de Invap.</p><p></p><p>El organismo espacial estadounidense ya había lanzado el SAC B y luego el SAC A (ambos hechos en San Carlos de Bariloche), y se aprestaba a hacer lo propio con el SAC C, el más importante de todos, aún en órbita.</p><p></p><p>Goldin sentó las bases para un programa espacial conjunto (integrado también por agencias espaciales europeas). Hoy se desarrolla la ingeniería y los primeros trabajos de los satélites SAC D (de investigación ecológica y comunicaciones) y Saocom (para estudios y prevención de catástrofes naturales).</p><p></p><p>En ese camino está también el anhelado y logrado contrato de provisión de once radares secundarios para la Fuerza Aérea argentina, de los que el primero ya está terminado y funcionando: el montado en el aeropuerto internacional de Bariloche.</p><p></p><p>Se trata de un programa a cinco años, que demandará una inversión global de 237 millones de pesos.</p><p></p><p>Este negocio tuvo una fuerte competencia de grandes grupos de Estados Unidos de América, que el presidente Néstor Kirchner resolvió en favor de Invap, empresa que a su vez cumplió en tiempo y forma con lo comprometido.</p><p></p><p>La Fuerza Aérea deberá disponer del proceso de homologación del aparato, después de lo cual seguirá la provisión de los demás.</p><p></p><p>Ahora la apuesta siguiente de Invap será la competencia para quedarse con la concesión de los radares de tres dimensiones, de los que la Argentina necesita seis, y de nuevo fabricantes de EEUU quieren ganarle.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Dagger, post: 85342, member: 11"] [b]Esto salió hoy en el Diario La Capital de Rosario[/b] [SIZE="3"]Invap multiplicó sus ingresos de la mano de la tecnología de punta [/SIZE] [I]Los desarrollos de la empresa estatal se venden en todo el mundo. Desde satélites a la conservación de alimentos [/I] La empresa estatal rionegrina Invap, fundada hace treinta años en San Carlos de Bariloche, tiene una facturación anual de unos 60 millones de dólares estadounidenses cuando diez años atrás, apenas superaba los 30 millones. En el camino, multiplicó sus desarrollos y logró grandes contratos internacionales, entre los que se destaca el de la provisión de un reactor nuclear "llave en mano" a Australia, que por un monto de 180 millones de dólares se convirtió en la mayor exportación unitaria de la Argentina. La diversificación de sus desarrollos tecnológicos es sorprendente, y va desde sistemas para conservar alimentos o para preservar y exhibir momias, satélites, radares, hasta reactores nucleares. El ingeniero Eduardo Rodríguez Lubary, gerente de varios proyectos de Invap, explicó que "esa virtud industrial nació en la actividad nuclear, que es la actividad original de Invap". Luego de su primer desarrollo, la firma comenzó fabricando reactores para investigación y fabricación de radioisótopos, para la Comisión Nacional de Energía Atómica (Conae) primero, y luego para otros países, como Perú y Egipto. En 2000 dio un gran salto, al ganar una licitación internacional en Australia para la provisión del reactor, en un concurso en el que compitió con las empresas más importantes del mundo en el rubro, de Estados Unidos de América, Canadá, Francia y Alemania. Hasta llegar ahí, Invap desarrolló con éxito numerosos proyectos, que en la sola enumeración parecen abrumadores. Además de los reactores exportados, desarrolló una capacidad notable para proveer equipos de medicina nuclear. Además de Brasil y la India (por supuesto, también Argentina), está completando una provisión por 53 millones de dólares a Venezuela, en el marco de un convenio comercial de integración entre ambos gobiernos. Rodríguez Lubary explicó que se trata de un programa de dos años para la entrega de equipos, puesta en marcha y asesoramiento de manejo de 18 centros de terapia radiante, entre los que ya hay varios prestando servicios. "Ya entregamos equipos de cobaltoterapia, aceleradores lineales y simuladores, y restan algunos en los que debemos encarar la obra civil desde cero, luego instalar los equipos y finalmente capacitar al personal que los operará", señaló. Además, en este marco, ya hay conversaciones para ampliar los acuerdos firmados. "Es un asunto muy importante y lo demuestra que el monto del negocio a dos años es lo que implica para Invap por año el contrato de Australia", dijo. Conservar historia y alimentos Por otra parte, también está avanzado el desarrollo del sistema de conservación -único en el mundo- para exhibir los "Niños de Llullaillaco" (mal llamados "momias") en el Museo de Arqueología de Alta Montaña (Maam) de Salta. Se trata de tres niños incas que fueron hallados en 1999, congelados en la cima del volcán Llullaillaco, a 6.700 metros de altitud, junto a 146 objetos que componen su ajuar, pertenecientes a un ritual sagrado de hace 500 años, antes de la llegada de los españoles al lugar. El sistema está basado en el almacenamiento en cápsulas móviles, a 20 grados bajo cero de temperatura y a alta presión, y será instalado en el Museo creado especialmente por el gobierno de Salta para resguardar, estudiar y difundir el hallazgo. Otra facilidad de Invap que va ganando terreno es la planta de liofilización (deshidratado) para conservación de alimentos, de la que vendió una (también "llave en mano") a México por 1,5 millón de dólares, y recientemente firmó con una cooperativa productora de fruta fina un contrato similar. En este desarrollo, los científicos y técnicos de Invap estudiaron una tecnología que habían desarrollado los aztecas, para debutar con el desarrollo nada menos que con México. Mientras continúa explorando mercados y comprometiendo obras, Invap decidió el año pasado construir su propia sede. Con una inversión que será de poco más de 30 millones de pesos y 200 operarios comenzó a edificar el ambicioso proyecto, que incluye tres edificios principales autónomos e interconectados. [SIZE="2"][B]De Bariloche a la Nasa [/B][/SIZE] La industria espacial significó para la empresa Invap una revolución empresarial, y además de tratar con proveedores y clientes del ámbito nuclear, pasó a negociar con la Conae y su par, la Nasa estadounidense. La evolución ya era perceptible años atrás, cuando el director de la Nasa, Daniel Goldin, visitó las instalaciones satelitales de Invap. El organismo espacial estadounidense ya había lanzado el SAC B y luego el SAC A (ambos hechos en San Carlos de Bariloche), y se aprestaba a hacer lo propio con el SAC C, el más importante de todos, aún en órbita. Goldin sentó las bases para un programa espacial conjunto (integrado también por agencias espaciales europeas). Hoy se desarrolla la ingeniería y los primeros trabajos de los satélites SAC D (de investigación ecológica y comunicaciones) y Saocom (para estudios y prevención de catástrofes naturales). En ese camino está también el anhelado y logrado contrato de provisión de once radares secundarios para la Fuerza Aérea argentina, de los que el primero ya está terminado y funcionando: el montado en el aeropuerto internacional de Bariloche. Se trata de un programa a cinco años, que demandará una inversión global de 237 millones de pesos. Este negocio tuvo una fuerte competencia de grandes grupos de Estados Unidos de América, que el presidente Néstor Kirchner resolvió en favor de Invap, empresa que a su vez cumplió en tiempo y forma con lo comprometido. La Fuerza Aérea deberá disponer del proceso de homologación del aparato, después de lo cual seguirá la provisión de los demás. Ahora la apuesta siguiente de Invap será la competencia para quedarse con la concesión de los radares de tres dimensiones, de los que la Argentina necesita seis, y de nuevo fabricantes de EEUU quieren ganarle. [/QUOTE]
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