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"Investigar las violaciones en la guerra hasta hace poco era tabú"
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<blockquote data-quote="Shandor" data-source="post: 614825" data-attributes="member: 50"><p>Cineasta, escritora, docente de la Escuela Superior de Artes de Hamburgo, militante feminista preocupada por la cuestión materna, creadora de un sistema de jardines maternales que nacieron en locales quebrados y todavía funcionan, Helke Sander presenta en Sala Lugones, y en el marco del 8° Doc BsAs, una retrospectiva de su obra, que incluye el intenso film « Liberadores y liberadas», sobre las víctimas de violaciones masivas al final de la Segunda Guerra Mundial, y sus hijos (se proyecta el lunes 20). Vale la pena dialogar con ella. </p><p></p><p>Periodista: Hacia el final de la guerra usted tenía siete años. ¿Qué recuerda de aquel entonces? </p><p></p><p>Helke Sander: Ocho. Una imagen muy fuerteme acompañó durante décadas: masas de mujeres huyendo. No necesariamente sintetiza la guerra, pero me quedó grabada. </p><p></p><p>P.: ¿Fue entonces cuando supo de las violaciones? </p><p></p><p>H.S.: En parte hasta viví una situación. El 8 de mayo de 1944 escapamos en un tren nocturno, sin saber si nos podrían detener los rusos o los aliados, porque en ese momento el frente era muy impreciso. Nos acomodamos en una litera superior, mi madre contra la pared, yo sobre el borde, y lo mismo mi hermanito con una tía. Fue una suerte que desde abajo nadie pudiera verlas, porque de pronto paró el tren, irrumpieron los rusos, y se llevaron a todas las mujeres que hallaron en las literas inferiores. Fue un griterío espantoso. </p><p></p><p>P.: Ahí es donde se enteró. </p><p></p><p>H.S.: La verdad, pasaban tantas cosas inexplicables para los chicos. Teníamos miedo, estábamos aturdidas. No, no quise saber. Es curioso cómo los chicos soportan situaciones límites. Pero después, durante años, investigué de todo, y muchísimo, inclusive los registros de abortos y nacimientos en archivos de hospitales de toda Alemania. Con un experto en estadísticas, especializado en movimientos de masa, y respetado por el Este y por el Oeste, logramos aportar cifras serias por primera vez sobre esos hechos. </p><p></p><p>P.: ¿A qué resultados llegaron? </p><p></p><p>H.S.: En sólo seis meses violaron no menos de 100.000 mujeres de 14 a 60 años en Berlín, y unos dos millones en todo el país, el 10% de la población femenina de ese entonces. Pero como muy pocas se animaban a contarlo, nadie tomó conciencia del hecho masivo. Hace 50 años, cuando empecé a preguntar, eso era tabú. Y en los libros de historia, todo se resumía en una línea: «hubo violaciones masivas». ¿Qué significa eso? ¿Cuántas personas son una masa? Para algunas mujeres, la cifra llegó a rondar más de 20 soldados seguidos, uno detrás del otro, hasta hacerles perder el conocimiento. </p><p></p><p>P.: ¿Desde entonces quedó la figura de los bárbaros mongoles y tártaros enviados por la URSS en venganza de las atrocidades nazis? </p><p></p><p>H.S.: Pasó de todo. Pero comparado con las masacres y violaciones sistemáticas que hubo en las recientes guerras de los Balcanes, o las que están ocurriendo desde hace años en Ruanda y el Congo, aquello hasta parece civilizado. Piense que muchos oficiales permitían esos abusos, pero otros aplicaban la ley marcial, fusilando en forma inmediata a cualquier soldado que cometiera una violación. Y se trataba de adolescentes que apenas sabían de la vida y las mujeres. </p><p></p><p>P.: Viajó a Rusia. ¿Pudo hablar con alguno? </p><p></p><p>H.S.: Hablé con diversos veteranos, entre ellos una mujer soldado y un pintor ruso que integró el Ejército Rojo a los 14 años, y sus compañeros de 18 no lo dejaban enterarse de nada. Pero sobre todo logré que muchas mujeres, ya grandes, se animaran a contar su drama, algunas por primera vez en su vida. Y todavía les cuesta mucho, fíjese que en la película no miran hacia la cámara, sino hacia mi lado, buscando contención. Tambvién charlé con varios hijos. Ahora, cada vez que presento la película, alguien me dice «yo también». Otros ni siquiera lo saben. Pero hay asociaciones que rastrean en archivos militares, y también situaciones grotescas, como la chica alemana que publicó la foto de su madre en la TV rusa, buscando al padre, y se presentaron cinco, pero todos con la esperanza de ser mantenidos por ella. </p><p></p><p>P.: Parece el síndrome de la pelirroja de Abba, que hizo buscar al soldado que estuvo con su madre, y lo aceptó con todo cariño como padre. </p><p></p><p>H.S.: Pero ese es un caso de seducción. Muchos esperan haber sido concebidos por amor. En la película hay uno que vivió años orgulloso de ser hijo de un norteamericano, según lo engañó la madre, y otra que se imaginó un oficial francés de finos bigotes como padre. Prefieren que la madre haya sido amante de un soldado antes que víctima de una o más violaciones, para colmo de hombres anónimos. Pero hay algo aun más curioso. </p><p></p><p>P.: Cuénteme. </p><p></p><p>H.S.: A veces, cuando una mujer veía la fila de tantos hombres esperando, se aferraba al primero, le pedía que se quedase con ella, o terminaba siendo la «mantenida» de uno. Otras veces, algunas mujeres violadas rogaron a los oficiales por la vida de sus violadores, ya que se trataba de chiquilines sumidos en el alcohol, la cercanía de la muerte, y la falta de contención, que necesitaban y no sabían pedir. Un paso más allá, una mujer me contó que, después de violarla, un rusito se quedó dormido en su regazo, y ella empezó a acariciarlo. </p><p></p><p>P.: Eso habla de la capacidad de comprensión de las mujeres. </p><p></p><p>H.S.: Preferiría que no fueran tan comprensivas. </p><p></p><p>P.: Dentro del material de archivo que usted incluye, ¿qué es ese noticiero con una manifestación de mujeres cargando sus chicos? </p><p></p><p>H.S.: Inglesas reclamando un barco para ir a buscar a sus seductores norteamericanos, que les habían hecho falsas promesas de casamiento. Quizás hasta les habían dado un nombre falso. </p><p></p><p>Entrevista de Paraná Sendrós </p><p></p><p>MHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH, mas vale ni pensar.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Shandor, post: 614825, member: 50"] Cineasta, escritora, docente de la Escuela Superior de Artes de Hamburgo, militante feminista preocupada por la cuestión materna, creadora de un sistema de jardines maternales que nacieron en locales quebrados y todavía funcionan, Helke Sander presenta en Sala Lugones, y en el marco del 8° Doc BsAs, una retrospectiva de su obra, que incluye el intenso film « Liberadores y liberadas», sobre las víctimas de violaciones masivas al final de la Segunda Guerra Mundial, y sus hijos (se proyecta el lunes 20). Vale la pena dialogar con ella. Periodista: Hacia el final de la guerra usted tenía siete años. ¿Qué recuerda de aquel entonces? Helke Sander: Ocho. Una imagen muy fuerteme acompañó durante décadas: masas de mujeres huyendo. No necesariamente sintetiza la guerra, pero me quedó grabada. P.: ¿Fue entonces cuando supo de las violaciones? H.S.: En parte hasta viví una situación. El 8 de mayo de 1944 escapamos en un tren nocturno, sin saber si nos podrían detener los rusos o los aliados, porque en ese momento el frente era muy impreciso. Nos acomodamos en una litera superior, mi madre contra la pared, yo sobre el borde, y lo mismo mi hermanito con una tía. Fue una suerte que desde abajo nadie pudiera verlas, porque de pronto paró el tren, irrumpieron los rusos, y se llevaron a todas las mujeres que hallaron en las literas inferiores. Fue un griterío espantoso. P.: Ahí es donde se enteró. H.S.: La verdad, pasaban tantas cosas inexplicables para los chicos. Teníamos miedo, estábamos aturdidas. No, no quise saber. Es curioso cómo los chicos soportan situaciones límites. Pero después, durante años, investigué de todo, y muchísimo, inclusive los registros de abortos y nacimientos en archivos de hospitales de toda Alemania. Con un experto en estadísticas, especializado en movimientos de masa, y respetado por el Este y por el Oeste, logramos aportar cifras serias por primera vez sobre esos hechos. P.: ¿A qué resultados llegaron? H.S.: En sólo seis meses violaron no menos de 100.000 mujeres de 14 a 60 años en Berlín, y unos dos millones en todo el país, el 10% de la población femenina de ese entonces. Pero como muy pocas se animaban a contarlo, nadie tomó conciencia del hecho masivo. Hace 50 años, cuando empecé a preguntar, eso era tabú. Y en los libros de historia, todo se resumía en una línea: «hubo violaciones masivas». ¿Qué significa eso? ¿Cuántas personas son una masa? Para algunas mujeres, la cifra llegó a rondar más de 20 soldados seguidos, uno detrás del otro, hasta hacerles perder el conocimiento. P.: ¿Desde entonces quedó la figura de los bárbaros mongoles y tártaros enviados por la URSS en venganza de las atrocidades nazis? H.S.: Pasó de todo. Pero comparado con las masacres y violaciones sistemáticas que hubo en las recientes guerras de los Balcanes, o las que están ocurriendo desde hace años en Ruanda y el Congo, aquello hasta parece civilizado. Piense que muchos oficiales permitían esos abusos, pero otros aplicaban la ley marcial, fusilando en forma inmediata a cualquier soldado que cometiera una violación. Y se trataba de adolescentes que apenas sabían de la vida y las mujeres. P.: Viajó a Rusia. ¿Pudo hablar con alguno? H.S.: Hablé con diversos veteranos, entre ellos una mujer soldado y un pintor ruso que integró el Ejército Rojo a los 14 años, y sus compañeros de 18 no lo dejaban enterarse de nada. Pero sobre todo logré que muchas mujeres, ya grandes, se animaran a contar su drama, algunas por primera vez en su vida. Y todavía les cuesta mucho, fíjese que en la película no miran hacia la cámara, sino hacia mi lado, buscando contención. Tambvién charlé con varios hijos. Ahora, cada vez que presento la película, alguien me dice «yo también». Otros ni siquiera lo saben. Pero hay asociaciones que rastrean en archivos militares, y también situaciones grotescas, como la chica alemana que publicó la foto de su madre en la TV rusa, buscando al padre, y se presentaron cinco, pero todos con la esperanza de ser mantenidos por ella. P.: Parece el síndrome de la pelirroja de Abba, que hizo buscar al soldado que estuvo con su madre, y lo aceptó con todo cariño como padre. H.S.: Pero ese es un caso de seducción. Muchos esperan haber sido concebidos por amor. En la película hay uno que vivió años orgulloso de ser hijo de un norteamericano, según lo engañó la madre, y otra que se imaginó un oficial francés de finos bigotes como padre. Prefieren que la madre haya sido amante de un soldado antes que víctima de una o más violaciones, para colmo de hombres anónimos. Pero hay algo aun más curioso. P.: Cuénteme. H.S.: A veces, cuando una mujer veía la fila de tantos hombres esperando, se aferraba al primero, le pedía que se quedase con ella, o terminaba siendo la «mantenida» de uno. Otras veces, algunas mujeres violadas rogaron a los oficiales por la vida de sus violadores, ya que se trataba de chiquilines sumidos en el alcohol, la cercanía de la muerte, y la falta de contención, que necesitaban y no sabían pedir. Un paso más allá, una mujer me contó que, después de violarla, un rusito se quedó dormido en su regazo, y ella empezó a acariciarlo. P.: Eso habla de la capacidad de comprensión de las mujeres. H.S.: Preferiría que no fueran tan comprensivas. P.: Dentro del material de archivo que usted incluye, ¿qué es ese noticiero con una manifestación de mujeres cargando sus chicos? H.S.: Inglesas reclamando un barco para ir a buscar a sus seductores norteamericanos, que les habían hecho falsas promesas de casamiento. Quizás hasta les habían dado un nombre falso. Entrevista de Paraná Sendrós MHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH, mas vale ni pensar. [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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