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Malvinas 1982
la A.R.A, en la guerra.....
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<blockquote data-quote="Aleramon" data-source="post: 233907" data-attributes="member: 94"><p><strong>Extracto de la polémica entrevista realizada por la periodista italiana Oriana Fallaci al Tte. Gral Galtieri en los primeros días de Junio:</strong></p><p></p><p>Oriana Fallaci: Señor presidente, yo sé que aquí los niños crecen aprendiendo que el verdadero nombre de las Malvinas es Malvinas, y que las Malvinas son argentinas. Sin embargo, ninguno de sus predecesores se atrevió a la ocupación que Ud. ordenó hace dos meses. De ahí la pregunta que se formulan todos: ¿por qué Galtieri ha hecho aquello que otros no hicieron, ni intentaron, ni pensaron? ¿Cuál era la necesidad imperiosa, al deseo vital, de provocar una guerra?</p><p></p><p>Leopoldo Galtieri: Un suceso fortuito, señora periodista, algo que sucedió durante el mes de marzo en la Georgia del Sur, más exactamente en la isla de San Pedro cuando 40 argentinos de una empresa privada viajaron allí con un contrato aceptado por los ingleses, para realizar algunos trabajos. Apenas comenzaron los trabajos, el embajador británico envió una nota a nuestro ministerio de Relaciones Exteriores, advirtiendo que si los 40 argentinos no se retiraban de inmediato con sus naves, serían expulsados por la fuerza. O sea expulsados a bordo de naves británicas. Bien, aquel fue más que una demostración del rechazo inglés por negociar, discutir. Fue la gota que hizo desbordar el vaso.</p><p></p><p>Oriana Fallaci: Pero si no hubo cálculo frío, señor presidente, ha habido errores de cálculo. ¿O debería decir ilusiones? Para comenzar, la ilusión de que Inglaterra no reaccionaría, no enviaría su flota tan lejos de casa. ¿O me equivoco?</p><p></p><p>Leopoldo Galtieri: No. Le diré que, si bien una reacción inglesa me pareció posible, no creíamos que la Gran Bretaña se movilizaría por las Malvinas. Quiero decir que no nos parecía un hecho probable. Personalmente juzgaba escasamente posible una respuesta inglesa y absolutamente improbable: imagínese si esperaba esta reacción tan desmesurada, desproporcionada. No lo esperaba nadie. Me digo ¿por qué un país situado en el corazón de Europa debía afectarse tanto por dos islas ubicadas aquí abajo en el Océano Atlántico y que no le sirven para nada? Me parece algo que carece de sentido.</p><p></p><p>Oriana Fallaci: Pero ocupémonos de otro cálculo equivocado: la ilusión de que los Estados Unidos no apoyarían a Gran Bretaña. Comprendo la amargura, y también la rabia que tiene contra los norteamericanos, ¿pero no sabía que la Gran Bretaña es uno de los miembros más importantes de la OTAN?</p><p></p><p>Leopoldo Galtieri: Señora periodista, la diferencia en América del Sur y América del Norte es que los sudamericanos se consideran parte integrante del continente americano, y por el contrario los norteamericanos se consideran pertenecientes a otro hemisferio, el hemisferio norte. Sí, hay una profunda amargura en mí. Una tremenda desilusión. Porque los norteamericanos saben muy bien que, también como comandante en jefe del Ejército, es decir antes de ser presidente, yo he intentado por todos los medios de mantener buenas relaciones con su gobierno, de restablecer una comprensión recíproca, que durante el gobierno de Carter había llegado a faltar. Dada la importancia que el continente americano tiene en la estrategia global, y esto no es sólo en el presente, sino también en el futuro, estos vínculos con nosotros eran para ellos más que indispensables, y debo decir que las relaciones personales que había establecido con el gobierno de Reagan eran excelentes. Nos entendíamos bien los norteamericanos y yo, y debíamos hacer muchas cosas juntos en el continente. Y por eso cuando el señor Haig se ofreció como mediador lo acepté sin duda... y bien, no esperaba su aprobación, no esperaba su apoyo, pero estaba seguro de que comportaría con equilibrio y neutralidad. No esperaba que se aliara con los ingleses utilizando el pretexto de no poder llegar a un acuerdo entre las dos partes. No me esperaba tampoco que el señor Reagan se uniera al señor Haig junto con todo su equipo. Tanto para mí como para el pueblo argentino, la actitud de los norteamericanos se define en una palabra: Traición.</p><p></p><p><strong>Alguna frases que, de pronto, ayuden a comprender la decisión de desembarcar en Las Islas aquel 2 de Abril.-</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong>Saludos.</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong>Ale.-</strong></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Aleramon, post: 233907, member: 94"] [B]Extracto de la polémica entrevista realizada por la periodista italiana Oriana Fallaci al Tte. Gral Galtieri en los primeros días de Junio:[/B] Oriana Fallaci: Señor presidente, yo sé que aquí los niños crecen aprendiendo que el verdadero nombre de las Malvinas es Malvinas, y que las Malvinas son argentinas. Sin embargo, ninguno de sus predecesores se atrevió a la ocupación que Ud. ordenó hace dos meses. De ahí la pregunta que se formulan todos: ¿por qué Galtieri ha hecho aquello que otros no hicieron, ni intentaron, ni pensaron? ¿Cuál era la necesidad imperiosa, al deseo vital, de provocar una guerra? Leopoldo Galtieri: Un suceso fortuito, señora periodista, algo que sucedió durante el mes de marzo en la Georgia del Sur, más exactamente en la isla de San Pedro cuando 40 argentinos de una empresa privada viajaron allí con un contrato aceptado por los ingleses, para realizar algunos trabajos. Apenas comenzaron los trabajos, el embajador británico envió una nota a nuestro ministerio de Relaciones Exteriores, advirtiendo que si los 40 argentinos no se retiraban de inmediato con sus naves, serían expulsados por la fuerza. O sea expulsados a bordo de naves británicas. Bien, aquel fue más que una demostración del rechazo inglés por negociar, discutir. Fue la gota que hizo desbordar el vaso. Oriana Fallaci: Pero si no hubo cálculo frío, señor presidente, ha habido errores de cálculo. ¿O debería decir ilusiones? Para comenzar, la ilusión de que Inglaterra no reaccionaría, no enviaría su flota tan lejos de casa. ¿O me equivoco? Leopoldo Galtieri: No. Le diré que, si bien una reacción inglesa me pareció posible, no creíamos que la Gran Bretaña se movilizaría por las Malvinas. Quiero decir que no nos parecía un hecho probable. Personalmente juzgaba escasamente posible una respuesta inglesa y absolutamente improbable: imagínese si esperaba esta reacción tan desmesurada, desproporcionada. No lo esperaba nadie. Me digo ¿por qué un país situado en el corazón de Europa debía afectarse tanto por dos islas ubicadas aquí abajo en el Océano Atlántico y que no le sirven para nada? Me parece algo que carece de sentido. Oriana Fallaci: Pero ocupémonos de otro cálculo equivocado: la ilusión de que los Estados Unidos no apoyarían a Gran Bretaña. Comprendo la amargura, y también la rabia que tiene contra los norteamericanos, ¿pero no sabía que la Gran Bretaña es uno de los miembros más importantes de la OTAN? Leopoldo Galtieri: Señora periodista, la diferencia en América del Sur y América del Norte es que los sudamericanos se consideran parte integrante del continente americano, y por el contrario los norteamericanos se consideran pertenecientes a otro hemisferio, el hemisferio norte. Sí, hay una profunda amargura en mí. Una tremenda desilusión. Porque los norteamericanos saben muy bien que, también como comandante en jefe del Ejército, es decir antes de ser presidente, yo he intentado por todos los medios de mantener buenas relaciones con su gobierno, de restablecer una comprensión recíproca, que durante el gobierno de Carter había llegado a faltar. Dada la importancia que el continente americano tiene en la estrategia global, y esto no es sólo en el presente, sino también en el futuro, estos vínculos con nosotros eran para ellos más que indispensables, y debo decir que las relaciones personales que había establecido con el gobierno de Reagan eran excelentes. Nos entendíamos bien los norteamericanos y yo, y debíamos hacer muchas cosas juntos en el continente. Y por eso cuando el señor Haig se ofreció como mediador lo acepté sin duda... y bien, no esperaba su aprobación, no esperaba su apoyo, pero estaba seguro de que comportaría con equilibrio y neutralidad. No esperaba que se aliara con los ingleses utilizando el pretexto de no poder llegar a un acuerdo entre las dos partes. No me esperaba tampoco que el señor Reagan se uniera al señor Haig junto con todo su equipo. Tanto para mí como para el pueblo argentino, la actitud de los norteamericanos se define en una palabra: Traición. [B]Alguna frases que, de pronto, ayuden a comprender la decisión de desembarcar en Las Islas aquel 2 de Abril.- Saludos. Ale.-[/B] [/QUOTE]
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