Hace 80 años del cese al fuego y posterior armisticio entre Bolivia y Paraguay que dio por finalizada la guerra del Chaco.
Son 83 años que en este mes de septiembre se cumplen de la defensa del Fortín Boquerón en el mes de septiembre de 1932.
Antes de postear de lleno el contenido del presente tema; algunas puntualizaciones para contextualizar y ubicar históricamente la defensa del fortín Boquerón por unidades del Ejército Boliviano durante la Guerra del Chaco.
Julio de 1932
El 5 de julio la delegación paraguaya se retiró de la conferencia en Washington debido al "incalificable" ataque boliviano al fortín Carlos Antonio López en Pitiantuta. Este ataque se realizó el 15 de junio, mientras, a pedido de Bolivia, se estaban realizando conversaciones para firmar un pacto de no agresión en el Chaco..
Un mes después del ataque, el día 15 de julio, las fuerzas paraguayas desalojaron a los bolivianos del fortín Carlos A. López. En represalia el presidente Salamanca ordenó la captura de tres fortines paraguayos: Corrales, Toledo y Boquerón.
El coronel boliviano Enrique Peñaranda ocupó el día 27 de julio el fortín paraguayo Corrales, el día 28 el fortín Toledo, y el día 31 el teniente coronel Luis Emilio Aguirre ocupó el fortín paraguayo Boquerón. Todas estas operaciones militares se hicieron ante fuerzas paraguayas escasas que se retiraron sin ofrecer resistencia salvo en la emboscada planeada mucho antes por el teniente paraguayo Heriberto Florentín en Boquerón y que fue ejecutada por el teniente Eulalio Facetti que le costó la vida a Aguirre y a varios oficiales y soldados que fueron acribillados mientras estaban izando la bandera boliviana en el centro del fortín creyendo que los paraguayos se habían retirado del lugar.
“Nadie se preocupaba por explorar o reconocer los alrededores fuera de la patrulla [boliviana] que siguió a los que huían hacia Isla-Poí [...] una multitud abigarrada se había congregado en la placita, atronando con sus cantos, vítores y hurras [...] Mientras tanto de nuestro lado la expectativa era enorme [...] Cada soldado, cada tirador, embelesado y perplejo ante semejante cuadro no atinaba a fijar la puntería sobre un blanco determinado [...] Un trío de jefes a caballo apareció del lado de Yujra y su presencia fue saludada con grandes ovaciones. Entonces di la señal [...] Todas las ametralladoras y todos los fusiles abrieron fuego simultáneamente [...]La sorpresa fue total sembrando la muerte y el pánico" Teniente paraguayo Facetti (Querejazu Calvo, 1981, p. 57)
Siendo esa escalada de acciones las que dieron inicio a la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay.
Agosto de 1932
El 3 de agosto se produjo una declaración continental por la cual las naciones americanas comunicaron a Bolivia y al Paraguay que no reconocerían en el Chaco ninguna posesión territorial que no fuera obtenida por medios pacíficos. Esta declaración se dirigía esencialmente a Bolivia en la creencia de que esta pulverizaría fácilmente al Paraguay.3 Pese a esta advertencia, el día 7, fuerzas bolivianas ocuparon el fortín paraguayo Carayá bautizándolo Huijay como parte del plan del general Quintanilla, comandante del Primer Cuerpo boliviano, de avanzar hacia Isla Poí, base de operaciones del ejército paraguayo.
Previendo el fracaso de las negociaciones diplomáticas entre Bolivia y Paraguay debido a la dura posición del gobierno de Salamanca de no devolver los tres fortines capturados, el comando boliviano mejoró las defensas de Boquerón. Se construyeron "chapapas" (trincheras cubiertas al nivel del suelo), nidos de ametralladoras camuflados y en todo el sector de pajonales y montes se abrieron campos de tiro para facilitar el fuego medido y calibrado. Al mismo efecto se quemaron los pastizales alrededor del fortín.
Sin conocer la masiva y veloz movilización del ejército paraguayo, el comandante del ejército boliviano, general Osorio, informó al comandante del Primer Cuerpo de Ejército en el Chaco, general Carlos Quintanilla, que tenía "datos fidedignos [de] que la mentalidad del comando paraguayo es aniquilarnos a fuerza de frecuentes emboscadas, pequeñas y grandes”.
El 17 de agosto, en el mismo momento en que Osorio advertía a Quintanilla “Asegure defensa de Boquerón que probablemente mañana será atacado por Huijay e Isla Poí […]”, fuerzas paraguayas recuperaron preventivamente el fortín Huijay, defendido por el mayor boliviano Raimundo Cárdenas quien en dudosa actitud abandonó a su tropa y se refugió en Boquerón siendo recriminado por el teniente coronel Marzana, a cargo de ese fortín.
En su cifrado N.º 1925, el general Quintanilla, en represalia por la pérdida de Huijay, solicitó a Osorio el permiso para ocupar el fortín Nanawa con los regimientos "Ayacucho", "Azurduy" y dos compañías del batallón Lairana del RI-14 (pertenecientes a la 7.ª División) y, una vez que llegara el regimiento RI-15, preparar un ataque hacia Isla Poí. Esta solicitud lo hizo agregando que se vería obligado a pedir su reemplazo si el Estado Mayor General no aprobaba el pedido que él proponía.
"Así Quintanilla, el General de las Represalias, movido un tanto por la orden presidencial y más por sus ansias locas por popularizarse [...] obteniendo triunfos baratos sobre el Paraguay, indirectamente cooperó [...] para precipitar al inerme pueblo boliviano a la vorágine del Chaco". Teniente coronel boliviano Tabera (1979, p. 54)
Osorio le respondió que había causado "malísima impresión" al presidente Salamanca la facilidad con que los paraguayos retomaron el fortín Huijay y que este no autorizaba el ataque a Nanawa por razones diplomáticas.
El 22 de agosto Osorio firmó la orden de "no abandonar Boquerón de ninguna manera prefiriendo morir en su defensa antes que dar parte de retirada". Justificó la orden en dos razones: quebrar la moral del enemigo, y desmentir la propaganda paraguaya sobre la incapacidad del ejército boliviano.
Debido al fracaso en la utilización de camiones para trasladar fuerzas desde Villamontes hacia el sudeste chaqueño, en una reunión del día 23 de agosto, Salamanca acordó con Osorio que estos marcharían a pie en secciones de 200 soldados cada dos días previéndose en el trayecto las etapas de alimentación y descanso necesarias.
A fines de agosto el gobierno boliviano intentó justificar la no devolución de los fortines capturados y de paso amedrentar al Paraguay diciendo que si devolvía los fortines "… se producirían trastornos en su política interna y derrocado el [actual] Gobierno sería sustituido por otro más intransigente y guerrerista" (Paraguay. Ministerio de Relaciones Exteriores, 1933, p. 240)
Septiembre de 1932
El día 3, Quintanilla recibió una importante información de su amigo personal Jorge Alemán de visita en el fortín Muñoz. Alemán era un comerciante argentino que desde Formosa (Argentina) proveía de alimentos, combustibles y repuestos de camiones a la 4.ª División boliviana con asiento en el fortín Arce:
"[Alemán le advirtió que] el Paraguay tenía fuertes concentraciones de tropas desde Casado a Isla Poí y que en próximos días desencadenaría su ofensiva sobre Boquerón con 6000 hombres [...]" Información del comerciante formoseño Jorge Alemán al general Quintanilla (Antezana Villagrán, 1981, p. 100)
La respuesta de Quintanilla no fue alertar al general Osorio en La Paz sino negar rotundamente esa posibilidad en función de sus propias limitaciones: "¡Ni nosotros podemos poner en el Chaco 5000 hombres y el Paraguay va a atacarnos con 6000 [sólo en Boquerón], usted trata de desmoralizarnos!" le respondió Quintanilla.
El día 7, el teniente coronel José Félix Estigarribia, comandante de las fuerzas paraguayas, inició la marcha de aproximación desde Isla Poí con un contingente de 5000 combatientes cuyo primer objetivo era recuperar el fortín Boquerón. La aviación boliviana atacó a estas fuerzas que avanzaban hacia Boquerón. La orden que recibió el teniente coronel Manuel Marzana fue terminante: "El destacamento tiene la misión de defender sus posiciones sin abandonarlas bajo ningún pretexto". Esta orden, que respondía a razones políticas, selló la suerte militar de Marzana y sus fuerzas.
Estamos en el mes de la heroica defensa de Boquerón, es para mi muy grato recordar esta singular gesta donde quedó demostrada la bravura y el valor del soldado Boliviano, quien a pesar de las condiciones adversas y completamente desconocidas para el Soldado Boliviano, supo mantener a raya por prácticamente 21 días a todo el Ejercito Paraguayo, a ellos todo el honor.
En esta acción de guerra, se realizó una defensa que es considerada como una de las tres defensas más heroicas en la historia de la humanidad; estas 3 defensas son: Batalla de las Termopilas, Boqueron y Dien Bien Phu
En lo que al tema corresponde es bueno destacar que la sed, los insectos y las condiciones climatológicas jugaron en contra de ambos bandos enfrentados, sin embargo, el soldado Paraguayo combatía en su ambiente, al contrario del soldado Boliviano que combatía en un ambiente por demás desconocido.
Para ver claramente desde ambos puntos de vista, Paraguayo y Boliviano, postearemos fecha a fecha lo que compartían dos combatientes en sus diarios de campaña, por un lado el Cnel. Rafael Franco del Ejto. De Paraguay y por el otro el Tcnel. Manuel Marzana Ejercito de Bolivia.
Veamos entonces como se percibía cada día, a través de ambos diarios, a partir del día 8 para el Tcnel. Marzana y desde el día 10 para el Cnel. Franco, en este caso solo desde el día 10 debido a que antes de esta fecha no se tiene registro por parte de este combatiente.
Son 83 años que en este mes de septiembre se cumplen de la defensa del Fortín Boquerón en el mes de septiembre de 1932.
Antes de postear de lleno el contenido del presente tema; algunas puntualizaciones para contextualizar y ubicar históricamente la defensa del fortín Boquerón por unidades del Ejército Boliviano durante la Guerra del Chaco.
Antecedentes
Julio de 1932
El 5 de julio la delegación paraguaya se retiró de la conferencia en Washington debido al "incalificable" ataque boliviano al fortín Carlos Antonio López en Pitiantuta. Este ataque se realizó el 15 de junio, mientras, a pedido de Bolivia, se estaban realizando conversaciones para firmar un pacto de no agresión en el Chaco..
Un mes después del ataque, el día 15 de julio, las fuerzas paraguayas desalojaron a los bolivianos del fortín Carlos A. López. En represalia el presidente Salamanca ordenó la captura de tres fortines paraguayos: Corrales, Toledo y Boquerón.
El coronel boliviano Enrique Peñaranda ocupó el día 27 de julio el fortín paraguayo Corrales, el día 28 el fortín Toledo, y el día 31 el teniente coronel Luis Emilio Aguirre ocupó el fortín paraguayo Boquerón. Todas estas operaciones militares se hicieron ante fuerzas paraguayas escasas que se retiraron sin ofrecer resistencia salvo en la emboscada planeada mucho antes por el teniente paraguayo Heriberto Florentín en Boquerón y que fue ejecutada por el teniente Eulalio Facetti que le costó la vida a Aguirre y a varios oficiales y soldados que fueron acribillados mientras estaban izando la bandera boliviana en el centro del fortín creyendo que los paraguayos se habían retirado del lugar.
“Nadie se preocupaba por explorar o reconocer los alrededores fuera de la patrulla [boliviana] que siguió a los que huían hacia Isla-Poí [...] una multitud abigarrada se había congregado en la placita, atronando con sus cantos, vítores y hurras [...] Mientras tanto de nuestro lado la expectativa era enorme [...] Cada soldado, cada tirador, embelesado y perplejo ante semejante cuadro no atinaba a fijar la puntería sobre un blanco determinado [...] Un trío de jefes a caballo apareció del lado de Yujra y su presencia fue saludada con grandes ovaciones. Entonces di la señal [...] Todas las ametralladoras y todos los fusiles abrieron fuego simultáneamente [...]La sorpresa fue total sembrando la muerte y el pánico" Teniente paraguayo Facetti (Querejazu Calvo, 1981, p. 57)
Siendo esa escalada de acciones las que dieron inicio a la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay.
Agosto de 1932
El 3 de agosto se produjo una declaración continental por la cual las naciones americanas comunicaron a Bolivia y al Paraguay que no reconocerían en el Chaco ninguna posesión territorial que no fuera obtenida por medios pacíficos. Esta declaración se dirigía esencialmente a Bolivia en la creencia de que esta pulverizaría fácilmente al Paraguay.3 Pese a esta advertencia, el día 7, fuerzas bolivianas ocuparon el fortín paraguayo Carayá bautizándolo Huijay como parte del plan del general Quintanilla, comandante del Primer Cuerpo boliviano, de avanzar hacia Isla Poí, base de operaciones del ejército paraguayo.
Previendo el fracaso de las negociaciones diplomáticas entre Bolivia y Paraguay debido a la dura posición del gobierno de Salamanca de no devolver los tres fortines capturados, el comando boliviano mejoró las defensas de Boquerón. Se construyeron "chapapas" (trincheras cubiertas al nivel del suelo), nidos de ametralladoras camuflados y en todo el sector de pajonales y montes se abrieron campos de tiro para facilitar el fuego medido y calibrado. Al mismo efecto se quemaron los pastizales alrededor del fortín.
Sin conocer la masiva y veloz movilización del ejército paraguayo, el comandante del ejército boliviano, general Osorio, informó al comandante del Primer Cuerpo de Ejército en el Chaco, general Carlos Quintanilla, que tenía "datos fidedignos [de] que la mentalidad del comando paraguayo es aniquilarnos a fuerza de frecuentes emboscadas, pequeñas y grandes”.
El 17 de agosto, en el mismo momento en que Osorio advertía a Quintanilla “Asegure defensa de Boquerón que probablemente mañana será atacado por Huijay e Isla Poí […]”, fuerzas paraguayas recuperaron preventivamente el fortín Huijay, defendido por el mayor boliviano Raimundo Cárdenas quien en dudosa actitud abandonó a su tropa y se refugió en Boquerón siendo recriminado por el teniente coronel Marzana, a cargo de ese fortín.
En su cifrado N.º 1925, el general Quintanilla, en represalia por la pérdida de Huijay, solicitó a Osorio el permiso para ocupar el fortín Nanawa con los regimientos "Ayacucho", "Azurduy" y dos compañías del batallón Lairana del RI-14 (pertenecientes a la 7.ª División) y, una vez que llegara el regimiento RI-15, preparar un ataque hacia Isla Poí. Esta solicitud lo hizo agregando que se vería obligado a pedir su reemplazo si el Estado Mayor General no aprobaba el pedido que él proponía.
"Así Quintanilla, el General de las Represalias, movido un tanto por la orden presidencial y más por sus ansias locas por popularizarse [...] obteniendo triunfos baratos sobre el Paraguay, indirectamente cooperó [...] para precipitar al inerme pueblo boliviano a la vorágine del Chaco". Teniente coronel boliviano Tabera (1979, p. 54)
Osorio le respondió que había causado "malísima impresión" al presidente Salamanca la facilidad con que los paraguayos retomaron el fortín Huijay y que este no autorizaba el ataque a Nanawa por razones diplomáticas.
El 22 de agosto Osorio firmó la orden de "no abandonar Boquerón de ninguna manera prefiriendo morir en su defensa antes que dar parte de retirada". Justificó la orden en dos razones: quebrar la moral del enemigo, y desmentir la propaganda paraguaya sobre la incapacidad del ejército boliviano.
Debido al fracaso en la utilización de camiones para trasladar fuerzas desde Villamontes hacia el sudeste chaqueño, en una reunión del día 23 de agosto, Salamanca acordó con Osorio que estos marcharían a pie en secciones de 200 soldados cada dos días previéndose en el trayecto las etapas de alimentación y descanso necesarias.
A fines de agosto el gobierno boliviano intentó justificar la no devolución de los fortines capturados y de paso amedrentar al Paraguay diciendo que si devolvía los fortines "… se producirían trastornos en su política interna y derrocado el [actual] Gobierno sería sustituido por otro más intransigente y guerrerista" (Paraguay. Ministerio de Relaciones Exteriores, 1933, p. 240)
Septiembre de 1932
El día 3, Quintanilla recibió una importante información de su amigo personal Jorge Alemán de visita en el fortín Muñoz. Alemán era un comerciante argentino que desde Formosa (Argentina) proveía de alimentos, combustibles y repuestos de camiones a la 4.ª División boliviana con asiento en el fortín Arce:
"[Alemán le advirtió que] el Paraguay tenía fuertes concentraciones de tropas desde Casado a Isla Poí y que en próximos días desencadenaría su ofensiva sobre Boquerón con 6000 hombres [...]" Información del comerciante formoseño Jorge Alemán al general Quintanilla (Antezana Villagrán, 1981, p. 100)
La respuesta de Quintanilla no fue alertar al general Osorio en La Paz sino negar rotundamente esa posibilidad en función de sus propias limitaciones: "¡Ni nosotros podemos poner en el Chaco 5000 hombres y el Paraguay va a atacarnos con 6000 [sólo en Boquerón], usted trata de desmoralizarnos!" le respondió Quintanilla.
El día 7, el teniente coronel José Félix Estigarribia, comandante de las fuerzas paraguayas, inició la marcha de aproximación desde Isla Poí con un contingente de 5000 combatientes cuyo primer objetivo era recuperar el fortín Boquerón. La aviación boliviana atacó a estas fuerzas que avanzaban hacia Boquerón. La orden que recibió el teniente coronel Manuel Marzana fue terminante: "El destacamento tiene la misión de defender sus posiciones sin abandonarlas bajo ningún pretexto". Esta orden, que respondía a razones políticas, selló la suerte militar de Marzana y sus fuerzas.
Estamos en el mes de la heroica defensa de Boquerón, es para mi muy grato recordar esta singular gesta donde quedó demostrada la bravura y el valor del soldado Boliviano, quien a pesar de las condiciones adversas y completamente desconocidas para el Soldado Boliviano, supo mantener a raya por prácticamente 21 días a todo el Ejercito Paraguayo, a ellos todo el honor.
En esta acción de guerra, se realizó una defensa que es considerada como una de las tres defensas más heroicas en la historia de la humanidad; estas 3 defensas son: Batalla de las Termopilas, Boqueron y Dien Bien Phu
En lo que al tema corresponde es bueno destacar que la sed, los insectos y las condiciones climatológicas jugaron en contra de ambos bandos enfrentados, sin embargo, el soldado Paraguayo combatía en su ambiente, al contrario del soldado Boliviano que combatía en un ambiente por demás desconocido.
Para ver claramente desde ambos puntos de vista, Paraguayo y Boliviano, postearemos fecha a fecha lo que compartían dos combatientes en sus diarios de campaña, por un lado el Cnel. Rafael Franco del Ejto. De Paraguay y por el otro el Tcnel. Manuel Marzana Ejercito de Bolivia.
Veamos entonces como se percibía cada día, a través de ambos diarios, a partir del día 8 para el Tcnel. Marzana y desde el día 10 para el Cnel. Franco, en este caso solo desde el día 10 debido a que antes de esta fecha no se tiene registro por parte de este combatiente.
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