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Malvinas 1982
La division de la Union Europea y la cuestion Malvinas
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<blockquote data-quote="Wolve" data-source="post: 1094008" data-attributes="member: 484"><p>Tampoco creo que se vayan de la Union del todo, pero veremos, es cuestion de esperar y puede suceder lo que no creamos.</p><p>Si Londres no se integra aun mas a la UE, esta no tiene porque querer congraciarse reconociendo sus territorios de ultramar..es un metodo de presion..descontando que no estan mirando con buenos ojos a los paraisos fiscales (Gibraltar entre otros). En mi opinion Gran Bretaña cometio un gravisimo error en un momento en que Estados Unidos pierde su hegemonia..veremos que sucede.</p><p></p><p>Aproposito ¿es usted polaca?</p><p></p><p></p><p><span style="font-size: 22px"><strong>España buscará el eje con Berlín recabando fuerzas en América</strong></span></p><p></p><p><span style="font-size: 18px"><strong>Prioridades de Rajoy: Alemania, Latinoamérica, Estados Unidos y entente con Francia</strong></span></p><p></p><p></p><p></p><p>Mariano Rajoy intentará dibujar una nueva geometría española. Una geometría que enmiende las líneas débiles de José Luis Rodríguez Zapatero y evite los borrones de José María Aznar, en una época en la que la buena tinta escasea. El nuevo gobierno español buscará una vía de acuerdo preferente con la cancillería de Berlín; trabajará para mantener una buena relación con Francia, sin ser prisionero del palacio del Elíseo; e intentará contrapesar la actual debilidad de España en la Unión Europea con una intensa reaproximación a todo el continente americano. La debilitada España se esforzará en ganar peso en el núcleo europeo cultivando su dimensión atlántica, justo en el momento en que Gran Bretaña se aleja del continente.</p><p></p><p>Aznar intentó uno de los movimientos más audaces de la política exterior española desde la pérdida de Cuba y Filipinas. Buscó una alianza preferente con Estados Unidos y Gran Bretaña en un momento de alta tensión entre Washington y la vieja Europa franco-alemana. Atlantis contra Carolingia. Convencido de que la hegemonía neoconservadora en Estados Unidos –alentada por el trauma del 11 de Septiembre– tenía por delante un largo recorrido, Aznar quiso emanciparse de la secular tutela francesa –el sueño de todo nacionalista español– y de la potencia alemana, en aquel momento en horas bajas.</p><p></p><p>La historia es conocida. Aznar se enemistó con Jacques Chirac ("il est ennuyeux le petit espagnol..."), tensó la cuerda con el reino de Marruecos (enojando aún más a París), quiso dar lecciones de estabilidad presupuestaria al canciller Gerhard Schröder –que aún no ha salido de su asombro–, puso los pies encima de la mesa en un receso de la cumbre del G-8 en Canadá y adquirió un asombroso acento texano a medida que fortalecía su amistad con George W. Bush. La guerra de Iraq fue la gran piedra de toque. EE.UU. necesitaba los buenos oficios de España en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y Aznar se los ofreció, con la opinión en contra del 80% de la sociedad española. Se enemistó entonces con buena parte de los países latinoamericanos, pero consiguió inmortalizar su apuesta estratégica en la famosa foto de las Azores. Estaba contento. Había conquistado su lugar en el mundo. Luego vino el 11-M: el zarpazo del terrorismo islámico en Madrid. Obnubilado por la tragedia, Aznar leyó mal el momento y movilizó a todos los españoles contrariados con el PP. Por su culpa, Mariano Rajoy perdió las elecciones de marzo del 2004. Los tiempos estaban cambiando y la alianza de las Azores comenzó a venirse abajo. La invasión de Iraq acabó fortaleciendo a los ayatolás de Irán y al terrorista Bin Laden lo cazaría años más tarde –y lo liquidaría en el acto– un presidente negro y demócrata.</p><p></p><p>Catapultado al poder de manera inesperada, Zapatero se convirtió en la negación hegeliana del aznarismo. Retiró las tropas de Iraq, se enemistó con Bush, puso al Vaticano en guardia, hizo las paces con el rey de Marruecos, restableció la cordialidad con los países latinoamericanos (con una fuerte querencia por el caudillo bolivariano Hugo Chávez) y se reconcilió teatralmente con la vieja Europa. Chirac y Schröder viajaron a Madrid para sellar el regreso de España a Carolingia. A Zapatero, sin embargo, no le apasionaba la política europea. Menos aún a su ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, experto en Oriente Medio. La España de la burbuja inmobiliaria cambió un Quijote de derechas por un Quijote de izquierdas. Si Aznar soñaba con una aleación de Felipe II y Cánovas del Castillo, Zapatero se propuso forjar una Alianza de Civilizaciones. No captó a tiempo el cambio que se gestaba en Alemania y menospreció a Angela Merkel en el 2005. Carolingia es un castillo gótico. Si te equivocas de pasadizo puedes acabar encerrado en la torre. Rota la sintonía con Berlín, el Maquiavelo de León quedó en manos de París. La historia imponía su ley. La relación de Francia con España jamás será simétrica: mayor fuerza económica, demográfica y militar, un servicio exterior potentísimo, la energía nuclear, el control de ETA y la llave de los Pirineos. Al estallar la crisis, Nicolas Sarkozy salvó a Zapatero de un humillante aislamiento internacional. Le garantizó una silla en el G-20 y el de la Moncloa pasó a deberle gratitud eterna. Obligado a cambiar de política económica en mayo del 2010, Zapatero quedó en manos del Directorio. El súbito bajón español y la insólita evolución de Italia –la apoteosis felliniana de Silvio Berlusconi con la viagra– dejo inermes a dos países que suman más de cien millones de habitantes. Sin esa suma de debilidades, el cuadro europeo sería hoy matizadamente distinto.</p><p></p><p>Rajoy pretende otra geometría sin poner los pies encima de la mesa. No están los tiempos para prepotencias españolas. En términos hegelianos, el PP que acaba de ganar las elecciones con un millón de votos provenientes del PSOE, estaría buscando una síntesis de los dos estadios anteriores. Una España bien anclada en Carolingia que recaba fuerzas en Atlantis. Una España de obediencia europea que juega a fondo su baza transatlántica.</p><p></p><p>Un 30% del PIB español se produce en América. Las principales empresas del Ibex 35 tienen hoy su principal fuente de negocio en Latinoamérica, preferentemente en el Gran Brasil. Dos cosas han cambiado en América desde los tiempos de Aznar: el presidente de EE.UU. es del Partido Demócrata y el populismo bolivariano está en retroceso. El PP marianista ha abandonado el monocultivo del Partido Republicano y tiene abiertas vías de contacto con la Administración Obama, como ha quedado de relieve en la reciente entrevista de Rajoy con el secretario del Tesoro Timothy Geithner. Las relaciones con Brasil, Colombia, Perú, Chile, Uruguay y Paraguay se prevé que sean buenas desde el principio. Con México y Argentina –dos referencias de primer orden– cabe esperar un poco más de complejidad. Venezuela está en vilo por la salud de Chávez y no se esperan grandes problemas con Bolivia y Ecuador. Dos serán las bazas a jugar: el fortalecimiento de la lengua española como vector internacional (400 millones de hablantes) y la apertura de mercados para las pequeñas y medianas empresas. El nuevo gobierno ofrecerá cooperación y paridad. "Soñar con una política de liderazgo en Latinoamérica como la que se intentó, de distinta manera, en tiempos de González y Aznar es hoy una quimera. Las cosas han cambiado. España deberá ofrecer cooperación en un plano de mayor igualdad", subrayan fuentes del entorno de Rajoy.</p><p></p><p><a href="http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20111211/54240934868/enric-juliana-espana-buscara-el-eje-con-berlin-recabando-fuerzas-en-america.html">http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20111211/54240934868/enric-juliana-espana-buscara-el-eje-con-berlin-recabando-fuerzas-en-america.html</a></p><p></p><p></p><p>--------------------------------------------------------------</p><p></p><p></p><p><span style="font-size: 22px"><strong>Gran Bretaña se queda sola en la cumbre europea</strong></span></p><p></p><p><a href="http://feeds.univision.com/feeds/article/2011-12-09/gran-bretana-se-queda-sola">http://feeds.univision.com/feeds/article/2011-12-09/gran-bretana-se-queda-sola</a></p><p></p><p><strong><span style="color: #888888">Cameron se va a los puertos, la Isla se queda sola</span></strong></p><p></p><p><a href="http://www.expansion.com/blogs/cambra/2011/12/11/cameron-se-va-a-los-puertos-la-isla-se.html">http://www.expansion.com/blogs/cambra/2011/12/11/cameron-se-va-a-los-puertos-la-isla-se.html</a></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p></p><p>Hay que prestarle atencion al repunte conomico aleman; al fortalecimiento de la Union y nuestras estrechas relaciones con España.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Wolve, post: 1094008, member: 484"] Tampoco creo que se vayan de la Union del todo, pero veremos, es cuestion de esperar y puede suceder lo que no creamos. Si Londres no se integra aun mas a la UE, esta no tiene porque querer congraciarse reconociendo sus territorios de ultramar..es un metodo de presion..descontando que no estan mirando con buenos ojos a los paraisos fiscales (Gibraltar entre otros). En mi opinion Gran Bretaña cometio un gravisimo error en un momento en que Estados Unidos pierde su hegemonia..veremos que sucede. Aproposito ¿es usted polaca? [SIZE=6][B]España buscará el eje con Berlín recabando fuerzas en América[/B][/SIZE] [SIZE=5][B]Prioridades de Rajoy: Alemania, Latinoamérica, Estados Unidos y entente con Francia[/B][/SIZE] Mariano Rajoy intentará dibujar una nueva geometría española. Una geometría que enmiende las líneas débiles de José Luis Rodríguez Zapatero y evite los borrones de José María Aznar, en una época en la que la buena tinta escasea. El nuevo gobierno español buscará una vía de acuerdo preferente con la cancillería de Berlín; trabajará para mantener una buena relación con Francia, sin ser prisionero del palacio del Elíseo; e intentará contrapesar la actual debilidad de España en la Unión Europea con una intensa reaproximación a todo el continente americano. La debilitada España se esforzará en ganar peso en el núcleo europeo cultivando su dimensión atlántica, justo en el momento en que Gran Bretaña se aleja del continente. Aznar intentó uno de los movimientos más audaces de la política exterior española desde la pérdida de Cuba y Filipinas. Buscó una alianza preferente con Estados Unidos y Gran Bretaña en un momento de alta tensión entre Washington y la vieja Europa franco-alemana. Atlantis contra Carolingia. Convencido de que la hegemonía neoconservadora en Estados Unidos –alentada por el trauma del 11 de Septiembre– tenía por delante un largo recorrido, Aznar quiso emanciparse de la secular tutela francesa –el sueño de todo nacionalista español– y de la potencia alemana, en aquel momento en horas bajas. La historia es conocida. Aznar se enemistó con Jacques Chirac ("il est ennuyeux le petit espagnol..."), tensó la cuerda con el reino de Marruecos (enojando aún más a París), quiso dar lecciones de estabilidad presupuestaria al canciller Gerhard Schröder –que aún no ha salido de su asombro–, puso los pies encima de la mesa en un receso de la cumbre del G-8 en Canadá y adquirió un asombroso acento texano a medida que fortalecía su amistad con George W. Bush. La guerra de Iraq fue la gran piedra de toque. EE.UU. necesitaba los buenos oficios de España en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y Aznar se los ofreció, con la opinión en contra del 80% de la sociedad española. Se enemistó entonces con buena parte de los países latinoamericanos, pero consiguió inmortalizar su apuesta estratégica en la famosa foto de las Azores. Estaba contento. Había conquistado su lugar en el mundo. Luego vino el 11-M: el zarpazo del terrorismo islámico en Madrid. Obnubilado por la tragedia, Aznar leyó mal el momento y movilizó a todos los españoles contrariados con el PP. Por su culpa, Mariano Rajoy perdió las elecciones de marzo del 2004. Los tiempos estaban cambiando y la alianza de las Azores comenzó a venirse abajo. La invasión de Iraq acabó fortaleciendo a los ayatolás de Irán y al terrorista Bin Laden lo cazaría años más tarde –y lo liquidaría en el acto– un presidente negro y demócrata. Catapultado al poder de manera inesperada, Zapatero se convirtió en la negación hegeliana del aznarismo. Retiró las tropas de Iraq, se enemistó con Bush, puso al Vaticano en guardia, hizo las paces con el rey de Marruecos, restableció la cordialidad con los países latinoamericanos (con una fuerte querencia por el caudillo bolivariano Hugo Chávez) y se reconcilió teatralmente con la vieja Europa. Chirac y Schröder viajaron a Madrid para sellar el regreso de España a Carolingia. A Zapatero, sin embargo, no le apasionaba la política europea. Menos aún a su ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, experto en Oriente Medio. La España de la burbuja inmobiliaria cambió un Quijote de derechas por un Quijote de izquierdas. Si Aznar soñaba con una aleación de Felipe II y Cánovas del Castillo, Zapatero se propuso forjar una Alianza de Civilizaciones. No captó a tiempo el cambio que se gestaba en Alemania y menospreció a Angela Merkel en el 2005. Carolingia es un castillo gótico. Si te equivocas de pasadizo puedes acabar encerrado en la torre. Rota la sintonía con Berlín, el Maquiavelo de León quedó en manos de París. La historia imponía su ley. La relación de Francia con España jamás será simétrica: mayor fuerza económica, demográfica y militar, un servicio exterior potentísimo, la energía nuclear, el control de ETA y la llave de los Pirineos. Al estallar la crisis, Nicolas Sarkozy salvó a Zapatero de un humillante aislamiento internacional. Le garantizó una silla en el G-20 y el de la Moncloa pasó a deberle gratitud eterna. Obligado a cambiar de política económica en mayo del 2010, Zapatero quedó en manos del Directorio. El súbito bajón español y la insólita evolución de Italia –la apoteosis felliniana de Silvio Berlusconi con la viagra– dejo inermes a dos países que suman más de cien millones de habitantes. Sin esa suma de debilidades, el cuadro europeo sería hoy matizadamente distinto. Rajoy pretende otra geometría sin poner los pies encima de la mesa. No están los tiempos para prepotencias españolas. En términos hegelianos, el PP que acaba de ganar las elecciones con un millón de votos provenientes del PSOE, estaría buscando una síntesis de los dos estadios anteriores. Una España bien anclada en Carolingia que recaba fuerzas en Atlantis. Una España de obediencia europea que juega a fondo su baza transatlántica. Un 30% del PIB español se produce en América. Las principales empresas del Ibex 35 tienen hoy su principal fuente de negocio en Latinoamérica, preferentemente en el Gran Brasil. Dos cosas han cambiado en América desde los tiempos de Aznar: el presidente de EE.UU. es del Partido Demócrata y el populismo bolivariano está en retroceso. El PP marianista ha abandonado el monocultivo del Partido Republicano y tiene abiertas vías de contacto con la Administración Obama, como ha quedado de relieve en la reciente entrevista de Rajoy con el secretario del Tesoro Timothy Geithner. Las relaciones con Brasil, Colombia, Perú, Chile, Uruguay y Paraguay se prevé que sean buenas desde el principio. Con México y Argentina –dos referencias de primer orden– cabe esperar un poco más de complejidad. Venezuela está en vilo por la salud de Chávez y no se esperan grandes problemas con Bolivia y Ecuador. Dos serán las bazas a jugar: el fortalecimiento de la lengua española como vector internacional (400 millones de hablantes) y la apertura de mercados para las pequeñas y medianas empresas. El nuevo gobierno ofrecerá cooperación y paridad. "Soñar con una política de liderazgo en Latinoamérica como la que se intentó, de distinta manera, en tiempos de González y Aznar es hoy una quimera. Las cosas han cambiado. España deberá ofrecer cooperación en un plano de mayor igualdad", subrayan fuentes del entorno de Rajoy. [url]http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20111211/54240934868/enric-juliana-espana-buscara-el-eje-con-berlin-recabando-fuerzas-en-america.html[/url] -------------------------------------------------------------- [SIZE=6][B]Gran Bretaña se queda sola en la cumbre europea[/B][/SIZE] [url]http://feeds.univision.com/feeds/article/2011-12-09/gran-bretana-se-queda-sola[/url] [B][COLOR=#888888]Cameron se va a los puertos, la Isla se queda sola[/COLOR][/B] [url]http://www.expansion.com/blogs/cambra/2011/12/11/cameron-se-va-a-los-puertos-la-isla-se.html[/url] Hay que prestarle atencion al repunte conomico aleman; al fortalecimiento de la Union y nuestras estrechas relaciones con España. [/QUOTE]
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