guido-f
Tanista-Derruidista
Introducción
Aunque pueda resultar sorprendente se sabe muy poco acerca de la historia económica de la Unión Soviética a lo largo de los cuatro intensos años de guerra habidos entre, por un lado, Alemania y sus aliados y, por otro, el imperio soviético. Para colmo de males la Segunda Guerra Mundial es aún la mayor laguna estadística del siglo XX, pese a los muchos años ya transcurridos.
La guerra no es, como se atreven a afirmar muchos, una situación puntual anómala que se repite cual infeccioso furúnculo a lo largo de la historia de la humanidad. De hecho los conflictos armados han acompañado al hombre a lo largo de su existencia con tanta frecuencia que queda automáticamente descartada la tesis de su naturaleza excepcional.
Un elemento clave que pasa muchas veces desapercibido es que para que se de un estado de guerra es conditio sine qua non que las dos partes tengan voluntad de combatir. Por ejemplo, los EEUU siempre dispusieron de una capacidad industrial y militar más que suficiente para batir a la guerrilla comunista de Vietnam del Sur y dominar a Vietnam del Norte. Lo que hizo perder la guerra a los Estados Unidos fue la quiebra de su voluntad de lucha a razón del colapso de su frente doméstico. Los comunistas asumieron la muerte de millones de sus conciudadanos, pero la población estadounidense no fue capaz de digerir la pérdida de 58.000 de sus soldados.
Otro ejemplo válido es el afgano, allí las diferentes tribus, pese a su desfase tecnológico expulsaron a los ingleses en el siglo XIX, a los rusos en el XX, (quizás lo hagan con los estadounidenses en el XXI) de su árida y dura tierra.
Como veremos más adelante la Unión Soviética estaba dispuesta al sacrificio, su capacidad de resistencia se endureció al máximo en la adversidad, en parte por la idiosincrasia del pueblo ruso, pero principalmente por la férrea, y todo hay que decirlo, cruel mano del PCUS.
El Ejército Ruso siempre ha hecho un generoso uso de las masas humanas que moran en sus extensos territorios. Los estamentos y clases directoras rusas han intentado compensar sus escasos medios de bienes de capital por medio de su uso. Sea como sea la indiferencia con que el país de los soviets dilapidó sus “activos humanos” llega a sobrecoger el ánimo.
En caso de guerra todo estado militarizará su economía dependiendo del grado de riesgo que acuse en el conflicto. Los estados que vean peligrar su existencia en grado absoluto, (por ejemplo Israel en las guerras árabe-israelíes) llevará adelante el concepto de potencial económico total al ser la única alternativa a la victoria la aniquilación. En este caso extremo se intentará tensar al máximo la capacidad productiva nacional, pero esto ni siquiera se cumplió en países como Alemania, (por razones ideológicas) o Japón, (por causas materiales). Pese a lo expuesto, aún así es necesario un poder capaz de señorear en grado absoluto a su población, como fue el caso de la Rusia soviética, o, en la situación de países más débiles, una victoria rápida, como Israel, cuya frágil estructura económica quebraría indefectiblemente en caso de mantenerse durante un tiempo más o menos prolongado la militarización de su economía.
El coste de la guerra no constituye por fuerza una limitación sobre el potencial bélico, pues esta limitación vendrá determinada por el plan estratégico global.
Durante la década de los 30 Rusia ya estaba inmersa en una carrera de armamentos contra los países no comunistas europeos, (todos menos ellos). En 1.934 Defensa se llevaba el 6% del PNB, en 1.937 el 13%, y en 1.941 del 25 al 30%.
http://historiadelosconflictos.blog...en la Gran Guerra Patriótica (I).Introducción
Aunque pueda resultar sorprendente se sabe muy poco acerca de la historia económica de la Unión Soviética a lo largo de los cuatro intensos años de guerra habidos entre, por un lado, Alemania y sus aliados y, por otro, el imperio soviético. Para colmo de males la Segunda Guerra Mundial es aún la mayor laguna estadística del siglo XX, pese a los muchos años ya transcurridos.
La guerra no es, como se atreven a afirmar muchos, una situación puntual anómala que se repite cual infeccioso furúnculo a lo largo de la historia de la humanidad. De hecho los conflictos armados han acompañado al hombre a lo largo de su existencia con tanta frecuencia que queda automáticamente descartada la tesis de su naturaleza excepcional.
Un elemento clave que pasa muchas veces desapercibido es que para que se de un estado de guerra es conditio sine qua non que las dos partes tengan voluntad de combatir. Por ejemplo, los EEUU siempre dispusieron de una capacidad industrial y militar más que suficiente para batir a la guerrilla comunista de Vietnam del Sur y dominar a Vietnam del Norte. Lo que hizo perder la guerra a los Estados Unidos fue la quiebra de su voluntad de lucha a razón del colapso de su frente doméstico. Los comunistas asumieron la muerte de millones de sus conciudadanos, pero la población estadounidense no fue capaz de digerir la pérdida de 58.000 de sus soldados.
Otro ejemplo válido es el afgano, allí las diferentes tribus, pese a su desfase tecnológico expulsaron a los ingleses en el siglo XIX, a los rusos en el XX, (quizás lo hagan con los estadounidenses en el XXI) de su árida y dura tierra.
Como veremos más adelante la Unión Soviética estaba dispuesta al sacrificio, su capacidad de resistencia se endureció al máximo en la adversidad, en parte por la idiosincrasia del pueblo ruso, pero principalmente por la férrea, y todo hay que decirlo, cruel mano del PCUS.
El Ejército Ruso siempre ha hecho un generoso uso de las masas humanas que moran en sus extensos territorios. Los estamentos y clases directoras rusas han intentado compensar sus escasos medios de bienes de capital por medio de su uso. Sea como sea la indiferencia con que el país de los soviets dilapidó sus “activos humanos” llega a sobrecoger el ánimo.
En caso de guerra todo estado militarizará su economía dependiendo del grado de riesgo que acuse en el conflicto. Los estados que vean peligrar su existencia en grado absoluto, (por ejemplo Israel en las guerras árabe-israelíes) llevará adelante el concepto de potencial económico total al ser la única alternativa a la victoria la aniquilación. En este caso extremo se intentará tensar al máximo la capacidad productiva nacional, pero esto ni siquiera se cumplió en países como Alemania, (por razones ideológicas) o Japón, (por causas materiales). Pese a lo expuesto, aún así es necesario un poder capaz de señorear en grado absoluto a su población, como fue el caso de la Rusia soviética, o, en la situación de países más débiles, una victoria rápida, como Israel, cuya frágil estructura económica quebraría indefectiblemente en caso de mantenerse durante un tiempo más o menos prolongado la militarización de su economía.
El coste de la guerra no constituye por fuerza una limitación sobre el potencial bélico, pues esta limitación vendrá determinada por el plan estratégico global.
Durante la década de los 30 Rusia ya estaba inmersa en una carrera de armamentos contra los países no comunistas europeos, (todos menos ellos). En 1.934 Defensa se llevaba el 6% del PNB, en 1.937 el 13%, y en 1.941 del 25 al 30%.
http://historiadelosconflictos.blog...en la Gran Guerra Patriótica (I).Introducción