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La guerra de los drones
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<blockquote data-quote="HernanF" data-source="post: 996400" data-attributes="member: 7964"><p><strong>Drones en formación.</strong></p><p></p><p><strong><span style="font-size: 18px">Los drones aprenden a volar en formación.</span></strong></p><p></p><p>“Somos más eficaces si somos varios” Bien conocido por los seres humanos, el adagio puede aplicarse también a las máquinas. Es la base del proyecto Carus, que tiene como objetivo de hacer volar drones en formación. Estos aparatos que funcionan sin piloto, son hoy capaces de volar y cumplir misiones (tomas fotográficas o de vídeo, mediciones de diferentes tipos) de forma autónoma. Hacerlos evolucionar en grupo es más complicado. El proyecto es llevado en el marco del «cluster» Aetos, iniciado por el Consejo Regional de Aquitania, que tiene como finalidad hacer emerger un polo industrial alrededor de los drones.</p><p>Tres empresas están a cargo. Thales, que realizó un acuerdo con la universidad de Burdeos, se encarga de la gestión del proyecto. La joven sociedad Fly-n-Sense, instalada en el seno de la empresa tecnológica Technowest, proporciona el drone: el Scancopter CB 750, un pequeño aparato de 2 kilos que con sus 4 hélices es capaz de despegar verticalmente, de alcanzar una velocidad de 30 metros por segundo, como también de mantenerse en vuelo estacionario con una autonomía de unos veinte minutos. Y Labri (Laboratorio bordelés de investigación informática) está encargado de hacerles aprender a estas pequeñas máquinas a colaborar.</p><p></p><p><strong>Máquinas en autogestión.</strong></p><p></p><p>Otros laboratorios, en la universidad de Queensland en Australia, en la Escuela politécnica federal de Lausanne (proyecto Smavnet) o en la universidad de Colorado (proyecto Recuv), también se interesan por este asunto. Carus, sin embargo, es más ambicioso, y trata de demostrar que los aparatos deben poder trabajar de modo autónomo y sin recibir órdenes, insiste Serge Chaumette, profesor en Labri: «Parece que nosotros somos los únicos que contemplan vuelos en formación con tomas de decisión que se hacen únicamente en el aire sin interacción con el suelo».</p><p>La aproximación innovadora de los investigadores consiste en dejar a los aparatos decidir ellos mismos. Una suerte de autogestión concedida a las máquinas. «Si uno de los drones está obligado a dedicarse a una tarea asignada, los otros pueden repartirse las tareas y continuar con la misión. De manera similar, si se envían a nuevos drones al aire después de que la misión ya comenzó, ellos tomarán a su cargo una parte de las tareas que hay que realizar», explica Serge Chaumette.</p><p>¿El secreto? La comunicación. Cada drone dialoga por radio con el aparato más próximo. «La decisión luego es tomada de modo global a partir de los conocimientos propios de cada drone, que posee su propia experiencia», precisa el científico.</p><p>Los ensayos se efectúan en este momento en el campo de Souge, sobre un terreno militar en las afueras de Burdeos. A largo plazo, el objetivo es lograr hacer volar a los drones a menos de 10 metros unos de otros como una verdadera patrulla. «El objetivo operacional más probable y más fácil será hacerlos volar sobre sectores geográficos alejados. Con el interés de cubrir una zona más o menos importante según la resistencia de los drones», precisa Christophe Mazel, presidente de Fly-n-Sense. Una de las aplicaciones contempladas consiste en vigilar los bosques para prevenir los focos de fuego. Los drones del proyecto Carus deberían demostrar lo que saben hacer a fines de junio, con motivo del inició del conocido Salón de Le Bourget.</p><p></p><p><em>Fuente</em>: Les Echos 07 de mayo 2011 por Frank Niedercorn, para el Observatorio de la industria de defensa.</p><p>Traducción propia.</p><p> </p><p><strong><span style="font-size: 12px">Les drones apprennent à voler en formation</span>.</strong></p><p></p><p>On est plus efficace à plusieurs». Bien connu pour les êtres humains, l’adage peut aussi s’appliquer aux machines. Il est à la base du projet Carus, qui a pour objectif de faire voler des drones en formation. Ces appareils fonctionnant sans pilote sont aujourd’hui capables de voler et d’accomplir des missions (prise de photo ou de vidéo, mesures de différentes natures…) de façon autonome. Les faire évoluer en groupe est plus compliqué. Le projet est mené dans le cadre du «cluster» Aetos, initié par le Conseil régional d’Aquitaine, qui a pour vocation de faire émerger une filière industrielle autour des drones.</p><p>Trois partenaires sont aux commandes. Thales, qui a passé un accord avec l’université de Bordeaux, se charge de la gestion du projet. La jeune société Fly-n-Sense, installée au sein de la technopole Technowest, fournit le drone: le Scancopter CB 750, un petit appareil de 2 kilogrammes, capable avec ses 4 hélices de décoller verticalement, d’atteindre une vitesse de 30 mètres par seconde, mais aussi de rester en vol stationnaire avec une autonome d’une vingtaine de minutes. Et c’est le Labri (Laboratoire bordelais de recherche en informatique) qui est chargé d’apprendre à ces petites machines à collaborer.</p><p></p><p><strong>Des machines en autogestion.</strong></p><p></p><p>D’autres laboratoires, à l’université du Queensland en Australie, à l’Ecole polytechnique fédérale de Lausanne (projet Smavnet) ou à l’université du Colorado (projet Recuv), s’intéressent au sujet. Carus est cependant plus ambitieux, et entend montrer que les appareils doivent pouvoir travailler de façon autonome et sans recevoir d’ordre, insiste Serge Chaumette, professeur au Labri: «Il semble que nous soyons les seuls à envisager des vols en essaim avec des prises de décision qui se font uniquement en l’air sans interaction avec le sol».</p><p>L’approche innovante des chercheurs consiste à laisser les appareils décider eux-mêmes. Une sorte d’autogestion accordée aux machines. «Si l’un des drones est obligé de se poser à la suite d’un incident, les autres peuvent se répartir les tâches et continuer la mission. De façon symétrique, si on envoie de nouveaux drones en l’air après que la mission soit commencée, ils prendront à leur charge une partie des tâches à réaliser », explique Serge Chaumette.</p><p>Le secret? La communication. Chaque drone dialogue en effet par radio avec l’appareil le plus proche. «La décision est ensuite prise de façon globale à partir des connaissances locales de chaque drone, qui possède sa propre expertise», précise le scientifique.</p><p>Les essais ont lieu en ce moment au camp de Souge, sur un terrain militaire de la banlieue de Bordeaux. A long terme, l’objectif est d’arriver à faire voler les drones à moins de 10 mètres les uns des autres comme une véritable patrouille. «L’objectif opérationnel le plus probable et le plus facile sera de les faire voler sur des secteurs géographiques éloignés. Avec pour intérêt de couvrir une zone plus ou moins importante selon l’endurance des drones», précise Christophe Mazel, président de Fly-n-Sense. L’une des applications envisagées consiste à surveiller les forêts pour prévenir les départs de feu. Les drones du projet Carus devraient montrer ce qu’ils savent faire fin juin, à l’occasion du Salon du Bourget.</p><p></p><p><strong><em>Les Echos mai 7, 2011 Frank Niedercorn par observatoire de l'industrie de défense.</em></strong></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="HernanF, post: 996400, member: 7964"] [B]Drones en formación.[/B] [B][SIZE=5]Los drones aprenden a volar en formación.[/SIZE][/B] “Somos más eficaces si somos varios” Bien conocido por los seres humanos, el adagio puede aplicarse también a las máquinas. Es la base del proyecto Carus, que tiene como objetivo de hacer volar drones en formación. Estos aparatos que funcionan sin piloto, son hoy capaces de volar y cumplir misiones (tomas fotográficas o de vídeo, mediciones de diferentes tipos) de forma autónoma. Hacerlos evolucionar en grupo es más complicado. El proyecto es llevado en el marco del «cluster» Aetos, iniciado por el Consejo Regional de Aquitania, que tiene como finalidad hacer emerger un polo industrial alrededor de los drones. Tres empresas están a cargo. Thales, que realizó un acuerdo con la universidad de Burdeos, se encarga de la gestión del proyecto. La joven sociedad Fly-n-Sense, instalada en el seno de la empresa tecnológica Technowest, proporciona el drone: el Scancopter CB 750, un pequeño aparato de 2 kilos que con sus 4 hélices es capaz de despegar verticalmente, de alcanzar una velocidad de 30 metros por segundo, como también de mantenerse en vuelo estacionario con una autonomía de unos veinte minutos. Y Labri (Laboratorio bordelés de investigación informática) está encargado de hacerles aprender a estas pequeñas máquinas a colaborar. [B]Máquinas en autogestión.[/B] Otros laboratorios, en la universidad de Queensland en Australia, en la Escuela politécnica federal de Lausanne (proyecto Smavnet) o en la universidad de Colorado (proyecto Recuv), también se interesan por este asunto. Carus, sin embargo, es más ambicioso, y trata de demostrar que los aparatos deben poder trabajar de modo autónomo y sin recibir órdenes, insiste Serge Chaumette, profesor en Labri: «Parece que nosotros somos los únicos que contemplan vuelos en formación con tomas de decisión que se hacen únicamente en el aire sin interacción con el suelo». La aproximación innovadora de los investigadores consiste en dejar a los aparatos decidir ellos mismos. Una suerte de autogestión concedida a las máquinas. «Si uno de los drones está obligado a dedicarse a una tarea asignada, los otros pueden repartirse las tareas y continuar con la misión. De manera similar, si se envían a nuevos drones al aire después de que la misión ya comenzó, ellos tomarán a su cargo una parte de las tareas que hay que realizar», explica Serge Chaumette. ¿El secreto? La comunicación. Cada drone dialoga por radio con el aparato más próximo. «La decisión luego es tomada de modo global a partir de los conocimientos propios de cada drone, que posee su propia experiencia», precisa el científico. Los ensayos se efectúan en este momento en el campo de Souge, sobre un terreno militar en las afueras de Burdeos. A largo plazo, el objetivo es lograr hacer volar a los drones a menos de 10 metros unos de otros como una verdadera patrulla. «El objetivo operacional más probable y más fácil será hacerlos volar sobre sectores geográficos alejados. Con el interés de cubrir una zona más o menos importante según la resistencia de los drones», precisa Christophe Mazel, presidente de Fly-n-Sense. Una de las aplicaciones contempladas consiste en vigilar los bosques para prevenir los focos de fuego. Los drones del proyecto Carus deberían demostrar lo que saben hacer a fines de junio, con motivo del inició del conocido Salón de Le Bourget. [I]Fuente[/I]: Les Echos 07 de mayo 2011 por Frank Niedercorn, para el Observatorio de la industria de defensa. Traducción propia. [B][SIZE=3]Les drones apprennent à voler en formation[/SIZE].[/B] On est plus efficace à plusieurs». Bien connu pour les êtres humains, l’adage peut aussi s’appliquer aux machines. Il est à la base du projet Carus, qui a pour objectif de faire voler des drones en formation. Ces appareils fonctionnant sans pilote sont aujourd’hui capables de voler et d’accomplir des missions (prise de photo ou de vidéo, mesures de différentes natures…) de façon autonome. Les faire évoluer en groupe est plus compliqué. Le projet est mené dans le cadre du «cluster» Aetos, initié par le Conseil régional d’Aquitaine, qui a pour vocation de faire émerger une filière industrielle autour des drones. Trois partenaires sont aux commandes. Thales, qui a passé un accord avec l’université de Bordeaux, se charge de la gestion du projet. La jeune société Fly-n-Sense, installée au sein de la technopole Technowest, fournit le drone: le Scancopter CB 750, un petit appareil de 2 kilogrammes, capable avec ses 4 hélices de décoller verticalement, d’atteindre une vitesse de 30 mètres par seconde, mais aussi de rester en vol stationnaire avec une autonome d’une vingtaine de minutes. Et c’est le Labri (Laboratoire bordelais de recherche en informatique) qui est chargé d’apprendre à ces petites machines à collaborer. [B]Des machines en autogestion.[/B] D’autres laboratoires, à l’université du Queensland en Australie, à l’Ecole polytechnique fédérale de Lausanne (projet Smavnet) ou à l’université du Colorado (projet Recuv), s’intéressent au sujet. Carus est cependant plus ambitieux, et entend montrer que les appareils doivent pouvoir travailler de façon autonome et sans recevoir d’ordre, insiste Serge Chaumette, professeur au Labri: «Il semble que nous soyons les seuls à envisager des vols en essaim avec des prises de décision qui se font uniquement en l’air sans interaction avec le sol». L’approche innovante des chercheurs consiste à laisser les appareils décider eux-mêmes. Une sorte d’autogestion accordée aux machines. «Si l’un des drones est obligé de se poser à la suite d’un incident, les autres peuvent se répartir les tâches et continuer la mission. De façon symétrique, si on envoie de nouveaux drones en l’air après que la mission soit commencée, ils prendront à leur charge une partie des tâches à réaliser », explique Serge Chaumette. Le secret? La communication. Chaque drone dialogue en effet par radio avec l’appareil le plus proche. «La décision est ensuite prise de façon globale à partir des connaissances locales de chaque drone, qui possède sa propre expertise», précise le scientifique. Les essais ont lieu en ce moment au camp de Souge, sur un terrain militaire de la banlieue de Bordeaux. A long terme, l’objectif est d’arriver à faire voler les drones à moins de 10 mètres les uns des autres comme une véritable patrouille. «L’objectif opérationnel le plus probable et le plus facile sera de les faire voler sur des secteurs géographiques éloignés. Avec pour intérêt de couvrir une zone plus ou moins importante selon l’endurance des drones», précise Christophe Mazel, président de Fly-n-Sense. L’une des applications envisagées consiste à surveiller les forêts pour prévenir les départs de feu. Les drones du projet Carus devraient montrer ce qu’ils savent faire fin juin, à l’occasion du Salon du Bourget. [B][I]Les Echos mai 7, 2011 Frank Niedercorn par observatoire de l'industrie de défense.[/I][/B] [/QUOTE]
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