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<blockquote data-quote="Frouxeira" data-source="post: 3088519" data-attributes="member: 60232"><p><img src="https://images-wixmp-ed30a86b8c4ca887773594c2.wixmp.com/f/a4f8719f-b9df-450b-a031-f40c09f5af17/df3z335-e0722d54-fd26-40da-8b6e-7413a21029c8.jpg/v1/fill/w_739,h_1081,q_70,strp/240404942_4282397488521086_8917882852334484882_n_by_frouxeira_df3z335-pre.jpg?token=eyJ0eXAiOiJKV1QiLCJhbGciOiJIUzI1NiJ9.eyJzdWIiOiJ1cm46YXBwOjdlMGQxODg5ODIyNjQzNzNhNWYwZDQxNWVhMGQyNmUwIiwiaXNzIjoidXJuOmFwcDo3ZTBkMTg4OTgyMjY0MzczYTVmMGQ0MTVlYTBkMjZlMCIsIm9iaiI6W1t7ImhlaWdodCI6Ijw9MTg3MiIsInBhdGgiOiJcL2ZcL2E0Zjg3MTlmLWI5ZGYtNDUwYi1hMDMxLWY0MGMwOWY1YWYxN1wvZGYzejMzNS1lMDcyMmQ1NC1mZDI2LTQwZGEtOGI2ZS03NDEzYTIxMDI5YzguanBnIiwid2lkdGgiOiI8PTEyODAifV1dLCJhdWQiOlsidXJuOnNlcnZpY2U6aW1hZ2Uub3BlcmF0aW9ucyJdfQ.afh8XvIv6bls0Ht90Cp0lnB0z3ZcWmFcfiB1QzLFXII" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="width: 522px" /></p><p></p><p>Tadamichi Kuribayashi. El Samurai.</p><p></p><p>No hagas planes para mi regreso», escribió el general Tadamichi Kuribayashi en una carta dirigida a su esposa Yoshii.</p><p>Aquel experimentado militar era muy consciente de que su destino en Iwo Jima suponía poco menos que una sentencia de muerte.</p><p>Hablar de Kuribayashi es hablar de Iwo Jima y del último héroe del Imperio Japonés.</p><p>Un gran militar que supo ganarse el respeto y la admiración de sus hombres a los que dirigió predicando con el ejemplo.</p><p>El 27 de mayo de 1944 fue nombrado comandante de la 109 División del Ejército en las islas Bonin y dos semanas después recibió la orden del Primer Ministro Hideki Tojo de defender la isla de Iwo Jima.</p><p>A todo esto hay que añadirle la visión que la película "Cartas de Iwo Jima" dejó en la retina y la interpretación romántica sobre el general de Ken Watanabe en la misma.</p><p>Los años de ambiciosas conquistas que habían extendido los dominios japoneses hasta casi las puertas de Australia, habían dado paso a un fatigoso repliegue ante la poderosa maquinaria de guerra yankee, que ya había reducido a la mínima expresión la capacidad aérea y naval del ejército nipón y que, poco a poco, aunque no sin trabajo, iba arrebatando posiciones en el Pacífico al imperio de Hirohito y sometiendo el territorio japonés a un cerco cada vez más estrecho.</p><p>Impedir que los marines estadounidenses se hicieran con el control de Iwo Jima parecía a todas luces una misión suicida, pero Kuribayashi, marcado por su condición de samurái, nunca pensó en desistir. «Me duele acabar mi vida aquí», escribió en otra carta a su esposa, «pero quiero defender esta isla tanto como sea posible».</p><p>Bajo su dirección los hombres de la 109 Div. de infantería, se cubrirían de gloria durante la Batalla de Iwo Jima.</p><p>Llevó al máximo grado y pericia profesional la durísima “política de la resistencia prolongada” con 21.000 hombres, entre soldados, marineros y oficiales, contra más de 70.000 estadounidenses formidablemente apoyados por mar y aire.</p><p>Kuribayashi, conocedor del poderío estadounidense basado en su superioridad industrial y de medios, en la descomunal potencia de fuego de artillería naval y el control aéreo, adaptó sus tácticas defensivas al terreno y al enemigo como pocos comandantes japoneses hicieron.</p><p>Pero, aquella remota y casi inhabitada isla había sido desdeñada por los grandes imperios que surcaron el Pacífico durante siglos. Fue un navegante español, Bernardo de la Torre, el que dejó constancia de haber visitado primero, en 1543, aquel pequeño islote, sin conferirle mayor importancia y salir huyendo por las pestilentes nubes de gas que emanaban de su suelo.</p><p>¿Qué podía justificar que aquel territorio de apenas 21 kilómetros cuadrados se convirtiera en el escenario de una de las más encarnizadas batallas de la Segunda Guerra Mundial?</p><p>La respuesta estaba en la campaña de bombardeos con la que Estados Unidos buscaba someter a Japón para poner fin a la Guerra en el Pacífico, en un momento en que el derrumbe del Reich germano hacía soñar con un próximo apaciguamiento de Europa.</p><p>Pero Kuribayashi. convirtió los 21 km² de piedra negra en un inmenso conjunto de túneles, trincheras, nichos y casamatas de hormigón casi inexpugnables.</p><p>Una isla hecha un búnker de roca y de cemento. Su milimétrico estudio en la disposición de los cañones, morteros y demás armas pesadas provocó un indescriptible arco de fuego durante semanas.</p><p>Su plan era relativamente simple y de notable eficiencia. En el Monte Suribachi y en el resto de la isla fortaleza, 21.000 japoneses permanecerían en su puesto en apoyo constante de una posición a otra y dispararían toda la munición que tuvieran hasta la muerte.</p><p>Prohibió por completo las cargas banzai, que para él suponían un despilfarro de vidas y munición, aunque no el seppuku o suicidio honorable, cuando los hombres, condenados a una supervivencia más propia de cucarachas, se quedaran sin alimentos y sin munición.</p><p>Sólo con lanzallamas y sellando los bunkers con explosivos, pudieron los yanquis someter aquella fanática resistencia, cuando los ataques aéreos y la artillería naval fracasaban.</p><p>En la citada batalla por aquel pedazo de tierra, de apenas 21 Km², los estadounidenses computarían más de 25.000 bajas: 7.000 muertos y 18.000 heridos.</p><p>De los 21.000 hombres al mando de Kuribayashi, apenas unos 216 serían hechos prisioneros.</p><p>Tras semejante carnicería los mandos yanquis empezaron a preguntarse cuánto tiempo y qué precio tendrían que pagar por someter al Japón.</p><p>La tenacidad y extraordinaria capacidad defensiva japonesa demostrada en Iwo Jima y luego en Okinawa ante fuerzas numérica y técnicamente superiores, sirvieron a los norteamericanos como justificación para la decisión del lanzamiento de la bomba atómica sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, con el argumento de que el desembarco en el archipiélago japonés habría acarreado un número aún mayor de víctimas, unos diez millones entre civiles y militares japoneses y cerca del millón de estadounidenses.</p><p></p><p>“Estamos aquí para defender el suelo patrio hasta el límite de nuestras fuerzas.</p><p>Nos debemos enteramente a esta misión.</p><p>Cada uno de nuestros disparos debe causar la muerte de varios americanos.</p><p>No permitiremos que el enemigo nos capture.</p><p>Si nuestras posiciones se ven desbordadas, tomaremos granadas y nos lanzaremos con ellas bajo los tanques del invasor.</p><p>Nadie debe morir sin haber acabado, al menos, con diez estadounidenses.</p><p>Les acosaremos sin tregua con acciones de guerrilla hasta que el último de nosotros haya muerto”.</p><p>“Tenno Heika Banzai” ( “¡Larga vida al Emperador!”)</p><p>Arenga del general Tadamichi Kuribayashi a la guarnición japonesa de Iwo Jima en febrero de 1945.</p><p></p><p><a href="https://www.elindependiente.com/tendencias/historia/?fbclid=IwAR0Zo6_HGjX1pwJBMsFPX1UaUMKZfVCp_2CCHZZdisnyg3KCwrhnHpWsoxE">https://www.elindependiente.com/tendencias/historia/</a></p><p><a href="https://elrincondeschlosser.wordpress.com/?fbclid=IwAR1iJFDO8uZqNSx3OzKgHLNX0kxWWj6Y8O2L8qXwf2liXwR_Jt2P2G4VCdM">https://elrincondeschlosser.wordpress.com/</a></p><p><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Iwo_Jima?fbclid=IwAR3PqBcTkRI_HKIT5A3ruyHgFQygoaa2KmwpizqL3pCw19CG47oRpJO3jtU">https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Iwo_Jima</a></p><p>Foto coloreada por el equipo de nuestra pagina; <a href="https://www.facebook.com/vdlsgm?__cft__[0]=AZVklq3ryJLsgBfTdgkmjbUaHabhB0vvZrBs8Oybit9J9ZvNmiVUG-4IlIy7HaUtV0C7TK-bI65fPDsijrQQSdHCSVwOaIhkyGSxznI9hVgScxlsVSa1lK6uqYPUVks51ClOFB5E9IiK0c76yEBfi_Nd&__tn__=-]K*F">https://www.facebook.com/vdlsgm</a></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Frouxeira, post: 3088519, member: 60232"] [IMG width="522px"]https://images-wixmp-ed30a86b8c4ca887773594c2.wixmp.com/f/a4f8719f-b9df-450b-a031-f40c09f5af17/df3z335-e0722d54-fd26-40da-8b6e-7413a21029c8.jpg/v1/fill/w_739,h_1081,q_70,strp/240404942_4282397488521086_8917882852334484882_n_by_frouxeira_df3z335-pre.jpg?token=eyJ0eXAiOiJKV1QiLCJhbGciOiJIUzI1NiJ9.eyJzdWIiOiJ1cm46YXBwOjdlMGQxODg5ODIyNjQzNzNhNWYwZDQxNWVhMGQyNmUwIiwiaXNzIjoidXJuOmFwcDo3ZTBkMTg4OTgyMjY0MzczYTVmMGQ0MTVlYTBkMjZlMCIsIm9iaiI6W1t7ImhlaWdodCI6Ijw9MTg3MiIsInBhdGgiOiJcL2ZcL2E0Zjg3MTlmLWI5ZGYtNDUwYi1hMDMxLWY0MGMwOWY1YWYxN1wvZGYzejMzNS1lMDcyMmQ1NC1mZDI2LTQwZGEtOGI2ZS03NDEzYTIxMDI5YzguanBnIiwid2lkdGgiOiI8PTEyODAifV1dLCJhdWQiOlsidXJuOnNlcnZpY2U6aW1hZ2Uub3BlcmF0aW9ucyJdfQ.afh8XvIv6bls0Ht90Cp0lnB0z3ZcWmFcfiB1QzLFXII[/IMG] Tadamichi Kuribayashi. El Samurai. No hagas planes para mi regreso», escribió el general Tadamichi Kuribayashi en una carta dirigida a su esposa Yoshii. Aquel experimentado militar era muy consciente de que su destino en Iwo Jima suponía poco menos que una sentencia de muerte. Hablar de Kuribayashi es hablar de Iwo Jima y del último héroe del Imperio Japonés. Un gran militar que supo ganarse el respeto y la admiración de sus hombres a los que dirigió predicando con el ejemplo. El 27 de mayo de 1944 fue nombrado comandante de la 109 División del Ejército en las islas Bonin y dos semanas después recibió la orden del Primer Ministro Hideki Tojo de defender la isla de Iwo Jima. A todo esto hay que añadirle la visión que la película "Cartas de Iwo Jima" dejó en la retina y la interpretación romántica sobre el general de Ken Watanabe en la misma. Los años de ambiciosas conquistas que habían extendido los dominios japoneses hasta casi las puertas de Australia, habían dado paso a un fatigoso repliegue ante la poderosa maquinaria de guerra yankee, que ya había reducido a la mínima expresión la capacidad aérea y naval del ejército nipón y que, poco a poco, aunque no sin trabajo, iba arrebatando posiciones en el Pacífico al imperio de Hirohito y sometiendo el territorio japonés a un cerco cada vez más estrecho. Impedir que los marines estadounidenses se hicieran con el control de Iwo Jima parecía a todas luces una misión suicida, pero Kuribayashi, marcado por su condición de samurái, nunca pensó en desistir. «Me duele acabar mi vida aquí», escribió en otra carta a su esposa, «pero quiero defender esta isla tanto como sea posible». Bajo su dirección los hombres de la 109 Div. de infantería, se cubrirían de gloria durante la Batalla de Iwo Jima. Llevó al máximo grado y pericia profesional la durísima “política de la resistencia prolongada” con 21.000 hombres, entre soldados, marineros y oficiales, contra más de 70.000 estadounidenses formidablemente apoyados por mar y aire. Kuribayashi, conocedor del poderío estadounidense basado en su superioridad industrial y de medios, en la descomunal potencia de fuego de artillería naval y el control aéreo, adaptó sus tácticas defensivas al terreno y al enemigo como pocos comandantes japoneses hicieron. Pero, aquella remota y casi inhabitada isla había sido desdeñada por los grandes imperios que surcaron el Pacífico durante siglos. Fue un navegante español, Bernardo de la Torre, el que dejó constancia de haber visitado primero, en 1543, aquel pequeño islote, sin conferirle mayor importancia y salir huyendo por las pestilentes nubes de gas que emanaban de su suelo. ¿Qué podía justificar que aquel territorio de apenas 21 kilómetros cuadrados se convirtiera en el escenario de una de las más encarnizadas batallas de la Segunda Guerra Mundial? La respuesta estaba en la campaña de bombardeos con la que Estados Unidos buscaba someter a Japón para poner fin a la Guerra en el Pacífico, en un momento en que el derrumbe del Reich germano hacía soñar con un próximo apaciguamiento de Europa. Pero Kuribayashi. convirtió los 21 km² de piedra negra en un inmenso conjunto de túneles, trincheras, nichos y casamatas de hormigón casi inexpugnables. Una isla hecha un búnker de roca y de cemento. Su milimétrico estudio en la disposición de los cañones, morteros y demás armas pesadas provocó un indescriptible arco de fuego durante semanas. Su plan era relativamente simple y de notable eficiencia. En el Monte Suribachi y en el resto de la isla fortaleza, 21.000 japoneses permanecerían en su puesto en apoyo constante de una posición a otra y dispararían toda la munición que tuvieran hasta la muerte. Prohibió por completo las cargas banzai, que para él suponían un despilfarro de vidas y munición, aunque no el seppuku o suicidio honorable, cuando los hombres, condenados a una supervivencia más propia de cucarachas, se quedaran sin alimentos y sin munición. Sólo con lanzallamas y sellando los bunkers con explosivos, pudieron los yanquis someter aquella fanática resistencia, cuando los ataques aéreos y la artillería naval fracasaban. En la citada batalla por aquel pedazo de tierra, de apenas 21 Km², los estadounidenses computarían más de 25.000 bajas: 7.000 muertos y 18.000 heridos. De los 21.000 hombres al mando de Kuribayashi, apenas unos 216 serían hechos prisioneros. Tras semejante carnicería los mandos yanquis empezaron a preguntarse cuánto tiempo y qué precio tendrían que pagar por someter al Japón. La tenacidad y extraordinaria capacidad defensiva japonesa demostrada en Iwo Jima y luego en Okinawa ante fuerzas numérica y técnicamente superiores, sirvieron a los norteamericanos como justificación para la decisión del lanzamiento de la bomba atómica sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, con el argumento de que el desembarco en el archipiélago japonés habría acarreado un número aún mayor de víctimas, unos diez millones entre civiles y militares japoneses y cerca del millón de estadounidenses. “Estamos aquí para defender el suelo patrio hasta el límite de nuestras fuerzas. Nos debemos enteramente a esta misión. Cada uno de nuestros disparos debe causar la muerte de varios americanos. No permitiremos que el enemigo nos capture. Si nuestras posiciones se ven desbordadas, tomaremos granadas y nos lanzaremos con ellas bajo los tanques del invasor. Nadie debe morir sin haber acabado, al menos, con diez estadounidenses. Les acosaremos sin tregua con acciones de guerrilla hasta que el último de nosotros haya muerto”. “Tenno Heika Banzai” ( “¡Larga vida al Emperador!”) Arenga del general Tadamichi Kuribayashi a la guarnición japonesa de Iwo Jima en febrero de 1945. [URL='https://www.elindependiente.com/tendencias/historia/?fbclid=IwAR0Zo6_HGjX1pwJBMsFPX1UaUMKZfVCp_2CCHZZdisnyg3KCwrhnHpWsoxE']https://www.elindependiente.com/tendencias/historia/[/URL] [URL='https://elrincondeschlosser.wordpress.com/?fbclid=IwAR1iJFDO8uZqNSx3OzKgHLNX0kxWWj6Y8O2L8qXwf2liXwR_Jt2P2G4VCdM']https://elrincondeschlosser.wordpress.com/[/URL] [URL='https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Iwo_Jima?fbclid=IwAR3PqBcTkRI_HKIT5A3ruyHgFQygoaa2KmwpizqL3pCw19CG47oRpJO3jtU']https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Iwo_Jima[/URL] Foto coloreada por el equipo de nuestra pagina; [URL='https://www.facebook.com/vdlsgm?__cft__[0]=AZVklq3ryJLsgBfTdgkmjbUaHabhB0vvZrBs8Oybit9J9ZvNmiVUG-4IlIy7HaUtV0C7TK-bI65fPDsijrQQSdHCSVwOaIhkyGSxznI9hVgScxlsVSa1lK6uqYPUVks51ClOFB5E9IiK0c76yEBfi_Nd&__tn__=-]K*F']https://www.facebook.com/vdlsgm[/URL] [/QUOTE]
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