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Las campañas de Napoleon
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<blockquote data-quote="Pavía" data-source="post: 853738" data-attributes="member: 10030"><p>Pavía desde su base operacional de Ciaño.</p><p></p><p></p><p>2º.- DOMINAR EL PIAMONTE</p><p></p><p>El primer movimiento estratégico del genio corso será eliminar de la contienda al Piamonte, y eso en contra de los consejos del Directorio que opinaban que se debería de tratar con guante blanco a Víctor Amadeo. Tras observar los mapas concienzudamente, el despliegue de los aliados, opta por avanzar hacia Carcare, punto de unión de los dispositivos piamonteses y austriacos (esto de atacar en las uniones de los ejércitos será una constante napoleónica). Los movimientos se iniciarían el 15 de abril: El objetivo será anular a Colli, manteniendo a raya a Argenteau en Dego. La base de la operación será la velocidad y la sorpresa.</p><p>El avance principal, encabezado por Massena, se produciría por el puerto de Cadibona. Sus tropas se unirían a las de Argenteau que venían desde Finale, para lanzar un ataque simultáneo contra Carcare. 24.000 hombres concentrados en el punto crítico. Napoleón, tras un estudio poco menos que científico, calculó que los coaligados apenas podrían oponerse con 11.000 hombres en Dego al mando de Argenteau, y no más de 12.000 entre Ceva y Carcare al mando de Colli. Una gran oportunidad de victoria que no iba a desaprovechar. Además confiaba en que las maniobras de divertimento que iniciarían Sérurier desde Ormea subiendo por el valle de Tanera, distraería efectivos de Colli. A ello se uniría los avances de los pequeños cuerpos de Macquart y Garnier por el puerto de Tende hacia Cuneo. Para rematar las maniobras de finta La Harpe avanzaría por la costa mediterránea hacia Sassello, donde se uniría a Cervoni en la cercanía de Voltri, dando la sensación de avanzar hacia Génova. </p><p></p><p>Los planes se han de adelantar al día 10 cuando los austriacos, en un movimiento del todo inesperado, inician un ataque contra Voltri. Sin embargo la ofensiva austriaca pronto cae en una confusión horrible, con lo que los franceses deciden atenerse a su plan original (con ligeros cambios) tomando la iniciativa.</p><p></p><p>Las escaramuzas se convierten el 12 de abril en pequeñas batallas campales. 9.000 franceses se enfrentan a 6.000 austriacos de Argenteau en Montenotte. La Harpe ordena ataque frontal contra la posición, mientras Massena, tomando el mando personal de una brigada, rodea el flanco izquierdo austriaco. La consecuencia es la desintegración austriaca. Al amanecer del día siguiente solo 700 austriacos están bajo el mando de Argenteau, por lo que opta por retirarse lo más rápido posible para reorganizar sus tropas. Los mosquetes capturados irán a parar a las manos de los “desarmados” hombres de Augereau (la intendencia francesa llevaba días de retraso). </p><p>En el análisis táctico del encuentro señalar que la combinación de las formaciones en columna francesas, precedidas de nubes de tiradores, se impusieron a las rígidas tácticas de línea austriaca. Hay que señalar que esta toscas tácticas francesas (poco sutiles y débiles ante el fuego de artillería) se irían afinando con el tiempo, según las tropas adquirían experiencia (muy pocos de los reclutas franceses habían recibido una adecuada instrucción). El élan francés se imponía a las tácticas heredadas de Federico el Grande (eso y la superioridad numérica en el campo de batalla, por lo que hay que considerar a Napoleón como un brillante estratega y un hábil táctico. De facto el corso no se preocupaba de las tácticas a adoptar por sus brigadas, dejando esto a la iniciativa de sus subordinados, lo que en ocasiones demostraría no ser acertado al provocar bajas innecesarias entre sus soldados).</p><p>La caballería francesa estaba mal montada y peor instruida. Pero en ella estaba el germen de una decidida y a menudo brillante oficialidad, sobretodo en la persecución. Hombres como Murat, Lasalle, Grouchy y Milhaud harían de ella un arma a tener en cuenta. Se dividían en unidades pesadas (para el cuerpo a cuerpo), dragones (capaces de luchar a caballo y, teóricamente, a pie), y ligera (reconocimiento, cobertura y persecución)</p><p>La artillería sí que era formidable, dada a una acertada organización, investigación y desarrollo que hundía sus raíces de forma efectiva en el periodo monárquico. Sin duda aquí sí que llevaban una clara ventaja tecnológica y de táctica sobre sus enemigos. En la misma circunstancia de ventaja se encontraban los ingenieros, tropas mimadas en el antiguo régimen, que mantuvieron su eficacia en la República.</p><p>El olvidado era la intendencia, de facto los ejércitos napoleónicos debían de vivir sobre el terreno.</p><p></p><p>Volviendo a lo que nos ocupa, es decir la derrota del Piamonte.</p><p>A pesar del éxito inicial obtenido Bonaparte se enfrenta a un duro problema. Tenía que inclinarse entre perseguir a las tropas austriacas o bien mantener su plan original, abalanzándose sobre los ahora aislados hombres de Colli. Opta por lo segundo. Deja a Massena para asegurar Dego, con efectivos menores a una división, mientras el resto junto a las tropas de Sérurier (en Ormea) avanzarían hacia Ceva. De esta manera reuniría unos 25.000 hombres para enfrentar a los piamonteses. Como medida de precaución quedarían en Cascare unos seis batallones y toda la caballería de Stengel formando un “a modo de reserva central”, un “apagafuegos” de posibles crisis.</p><p>Esto fue una acertada decisión, ya que hacia el 13 la situación se tuerce peligrosamente, cuando el avance hacia Ceva fue detenido por la valerosa acción de 900 granaderos austriacos en las ruinas del castillo de Cosseria. Mientras en Dego, el confiado Massena, se encontró con que la ciudad estaba ocupada por una considerable fuerza enemiga. Napoleón se ve obligado a desplazarse personalmente para inspeccionar la gravedad del problema surgido “in situ”. Massena se niega a atacar mientras Provera no sea reducida, lo que no se consigue, con lo que el corso opta por dejar una brigada custodiando los accesos al maltrecho castillo y envía el resto de las tropas a Massena para que inicie un decidido ataque.</p><p>Después de un vigoroso ataque cerca de 5.000 austriacos y 19 cañones son apresados en Dego. A la par llegan noticias de la rendición de Cosseria, con lo que queda franco el camino hacia Colli. Rápidamente deja el mando de nuevo a Massena, yendo hacia el oeste con La Harpe, al encuentro de Sérurier al que supone en las cercanías de Ceva.</p><p></p><p>Sin embargo Massena comete un grave error: deja que sus tropas se dispersen en busca de botín siendo sorprendidas por una fuerza austriaca al mando de Wukassovitch compuesta por cinco batallones. Arrollan a los franceses e incluso las malas lenguas llegaron a afirmar que el propio Massena estuvo a punto de ser capturado cuando hubo de huir en camisón del lecho de una “amoureuse” (una **** vamos). Sus tropas huyen dejando atrás todos sus cañones y la población de Dego de nuevo en manos austriacas. Señalar que el movimiento austriaco fue casual, pues desconocían lo ocurrido previamente en la localidad, que suponían en su poder.</p><p><img src="http://www.fuenterrebollo.com/Masoneria/andre-massena.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p><span style="color: red">General Massena, a veces un tanto peduliar.</span></p><p></p><p></p><p>De nuevo Bonaparte a de posponer el avance sobre Ceva. Vuelve sobre sus pasos con las tropas de la reserva y de La Harpe, costándole mil bajas recuperar el pueblo. La consecuencia de todas estas idas y venidas fue que la intendencia francesa quebró. Sus soldados estaban al borde de la inanición. O salían de aquel laberinto montañoso o simplemente perecerían de hambre. Afortunadamente los austriacos no se veían con capacidad para asaltar las expuestas vías de comunicación francesas. La voluntad de lucha de Beaulieu había quedado muy menguada por la pérdida de 10 batallones, y el cansancio de la vejez en estos intensos días menguaba su ardor. Se quedó pues en las inmediaciones de Acqui esperando un 2posible2ataque francés.</p><p>Napoleón reacciona con rapidez. Deja en Dego a Le Harpe y envía a Massena a Mombarcano. Por su parte traslada el cuartel general a Millesimo. Augereau y Sérurier han reunido unos 24.000 hombres en Ceva con los que atacar a los 13.000 solados del Piamonte de Colli. Sin embargo las tropas piamontesas consiguen zafarse antes de ser cercadas, formando una sólida posición en la confluencia de los ríos Tanaro y Corsaglia.</p><p>Desengañado y tanto enfadado por la falta de decisión de sus generales el corso ordena a sus hombres perseguir a los piamonteses, ordenando a Sérurier un ataque frontal mientras Augereau tratar de flanquearlos desde la orilla oriental del Tanaro. La precipitación condujo al fracaso. Escasos de artillería y sin conseguir coordinación entre las distintas unidades asignadas las tropas francesas acumulan bajas en infructuosos asaltos que son repelidos con firmeza. Cuando por fin consigue reunir tropas y artillería suficientes Colli y sus hombres han vuelto a escabullirse, refugiándose en Mondovi. Stengel, temiendo la reprimenda de Napoleón, se lanza en una furiosa persecución al mando directo de su caballería, pero resulta mortalmente herido cesando el ímpetu francés. Fue una grave pérdida, pues además de ser el general de caballería más veterano era francamente un oficial de campaña muy competente sino brillante.</p><p>Sin embargo no tendrán tiempo de fortificar los hombres del Piamonte la ciudad. Sérurier, poniéndose a la cabeza de sus columnas y ejemplarizando a sus hombres (recordemos que era casi un anciano), lanza un osado ataque frontal. El ardor del general y soldados franceses desequilibra a los piamonteses que han de huir, dejando intacto un enorme arsenal y provisiones que llenaran los estómagos y cartucheras de los famélicos franceses.</p><p>Desde Mondovi las fértiles llanuras del Piamonte se abren ante los ojos del Ejército de Italia. El 23, sin permitir un descanso, inicia el avance hacia Turín. Nada más recibir noticias de ello Colli solicita condiciones de paz. La voluntad de lucha del Piamonte a sido quebrada. Napoleón ordena un avance aún más rápido, en lo que parece una alocada y peligrosa carrera. Pero su instinto le dice que en el Piamonte ya no hay nadie dispuesto a plantarle cara. Los emisarios piamonteses se ven obligados a ceder ante las duras condiciones que Napoleón les impone. </p><p>El río Stura será considerado la línea de demarcación, quedando las fortalezas de Ceva, Cuneo y Tortona bajo mando y ocupación francesas (si Tortona estuviera en manos austriacas el gobierno de Turín tendría que entregar a cambio Alessandria). Los franceses, así mismo obtenían derecho de paso por su territorio así como permiso para cruzar el Po por Valenza. Este armisticio es firmado por el monarca de Saboya mientras sus aliados austriacos se baten en rápida retirada hacia el río Agogno, el día 28 de abril, es el Tratado de Cherasco.</p><p>Tras una campaña relámpago de diez días Napoleón ha terminado forzando la rendición del estado piamontés. Ahora sus ojos se posan en atacar al ejército austriaco que apresuradamente se está concentrando en el valle del Po.</p><p></p><p></p><p>Sin más se despide Pavía desde Asturias.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Pavía, post: 853738, member: 10030"] Pavía desde su base operacional de Ciaño. 2º.- DOMINAR EL PIAMONTE El primer movimiento estratégico del genio corso será eliminar de la contienda al Piamonte, y eso en contra de los consejos del Directorio que opinaban que se debería de tratar con guante blanco a Víctor Amadeo. Tras observar los mapas concienzudamente, el despliegue de los aliados, opta por avanzar hacia Carcare, punto de unión de los dispositivos piamonteses y austriacos (esto de atacar en las uniones de los ejércitos será una constante napoleónica). Los movimientos se iniciarían el 15 de abril: El objetivo será anular a Colli, manteniendo a raya a Argenteau en Dego. La base de la operación será la velocidad y la sorpresa. El avance principal, encabezado por Massena, se produciría por el puerto de Cadibona. Sus tropas se unirían a las de Argenteau que venían desde Finale, para lanzar un ataque simultáneo contra Carcare. 24.000 hombres concentrados en el punto crítico. Napoleón, tras un estudio poco menos que científico, calculó que los coaligados apenas podrían oponerse con 11.000 hombres en Dego al mando de Argenteau, y no más de 12.000 entre Ceva y Carcare al mando de Colli. Una gran oportunidad de victoria que no iba a desaprovechar. Además confiaba en que las maniobras de divertimento que iniciarían Sérurier desde Ormea subiendo por el valle de Tanera, distraería efectivos de Colli. A ello se uniría los avances de los pequeños cuerpos de Macquart y Garnier por el puerto de Tende hacia Cuneo. Para rematar las maniobras de finta La Harpe avanzaría por la costa mediterránea hacia Sassello, donde se uniría a Cervoni en la cercanía de Voltri, dando la sensación de avanzar hacia Génova. Los planes se han de adelantar al día 10 cuando los austriacos, en un movimiento del todo inesperado, inician un ataque contra Voltri. Sin embargo la ofensiva austriaca pronto cae en una confusión horrible, con lo que los franceses deciden atenerse a su plan original (con ligeros cambios) tomando la iniciativa. Las escaramuzas se convierten el 12 de abril en pequeñas batallas campales. 9.000 franceses se enfrentan a 6.000 austriacos de Argenteau en Montenotte. La Harpe ordena ataque frontal contra la posición, mientras Massena, tomando el mando personal de una brigada, rodea el flanco izquierdo austriaco. La consecuencia es la desintegración austriaca. Al amanecer del día siguiente solo 700 austriacos están bajo el mando de Argenteau, por lo que opta por retirarse lo más rápido posible para reorganizar sus tropas. Los mosquetes capturados irán a parar a las manos de los “desarmados” hombres de Augereau (la intendencia francesa llevaba días de retraso). En el análisis táctico del encuentro señalar que la combinación de las formaciones en columna francesas, precedidas de nubes de tiradores, se impusieron a las rígidas tácticas de línea austriaca. Hay que señalar que esta toscas tácticas francesas (poco sutiles y débiles ante el fuego de artillería) se irían afinando con el tiempo, según las tropas adquirían experiencia (muy pocos de los reclutas franceses habían recibido una adecuada instrucción). El élan francés se imponía a las tácticas heredadas de Federico el Grande (eso y la superioridad numérica en el campo de batalla, por lo que hay que considerar a Napoleón como un brillante estratega y un hábil táctico. De facto el corso no se preocupaba de las tácticas a adoptar por sus brigadas, dejando esto a la iniciativa de sus subordinados, lo que en ocasiones demostraría no ser acertado al provocar bajas innecesarias entre sus soldados). La caballería francesa estaba mal montada y peor instruida. Pero en ella estaba el germen de una decidida y a menudo brillante oficialidad, sobretodo en la persecución. Hombres como Murat, Lasalle, Grouchy y Milhaud harían de ella un arma a tener en cuenta. Se dividían en unidades pesadas (para el cuerpo a cuerpo), dragones (capaces de luchar a caballo y, teóricamente, a pie), y ligera (reconocimiento, cobertura y persecución) La artillería sí que era formidable, dada a una acertada organización, investigación y desarrollo que hundía sus raíces de forma efectiva en el periodo monárquico. Sin duda aquí sí que llevaban una clara ventaja tecnológica y de táctica sobre sus enemigos. En la misma circunstancia de ventaja se encontraban los ingenieros, tropas mimadas en el antiguo régimen, que mantuvieron su eficacia en la República. El olvidado era la intendencia, de facto los ejércitos napoleónicos debían de vivir sobre el terreno. Volviendo a lo que nos ocupa, es decir la derrota del Piamonte. A pesar del éxito inicial obtenido Bonaparte se enfrenta a un duro problema. Tenía que inclinarse entre perseguir a las tropas austriacas o bien mantener su plan original, abalanzándose sobre los ahora aislados hombres de Colli. Opta por lo segundo. Deja a Massena para asegurar Dego, con efectivos menores a una división, mientras el resto junto a las tropas de Sérurier (en Ormea) avanzarían hacia Ceva. De esta manera reuniría unos 25.000 hombres para enfrentar a los piamonteses. Como medida de precaución quedarían en Cascare unos seis batallones y toda la caballería de Stengel formando un “a modo de reserva central”, un “apagafuegos” de posibles crisis. Esto fue una acertada decisión, ya que hacia el 13 la situación se tuerce peligrosamente, cuando el avance hacia Ceva fue detenido por la valerosa acción de 900 granaderos austriacos en las ruinas del castillo de Cosseria. Mientras en Dego, el confiado Massena, se encontró con que la ciudad estaba ocupada por una considerable fuerza enemiga. Napoleón se ve obligado a desplazarse personalmente para inspeccionar la gravedad del problema surgido “in situ”. Massena se niega a atacar mientras Provera no sea reducida, lo que no se consigue, con lo que el corso opta por dejar una brigada custodiando los accesos al maltrecho castillo y envía el resto de las tropas a Massena para que inicie un decidido ataque. Después de un vigoroso ataque cerca de 5.000 austriacos y 19 cañones son apresados en Dego. A la par llegan noticias de la rendición de Cosseria, con lo que queda franco el camino hacia Colli. Rápidamente deja el mando de nuevo a Massena, yendo hacia el oeste con La Harpe, al encuentro de Sérurier al que supone en las cercanías de Ceva. Sin embargo Massena comete un grave error: deja que sus tropas se dispersen en busca de botín siendo sorprendidas por una fuerza austriaca al mando de Wukassovitch compuesta por cinco batallones. Arrollan a los franceses e incluso las malas lenguas llegaron a afirmar que el propio Massena estuvo a punto de ser capturado cuando hubo de huir en camisón del lecho de una “amoureuse” (una **** vamos). Sus tropas huyen dejando atrás todos sus cañones y la población de Dego de nuevo en manos austriacas. Señalar que el movimiento austriaco fue casual, pues desconocían lo ocurrido previamente en la localidad, que suponían en su poder. [img]http://www.fuenterrebollo.com/Masoneria/andre-massena.jpg[/img] [color=red]General Massena, a veces un tanto peduliar.[/color] De nuevo Bonaparte a de posponer el avance sobre Ceva. Vuelve sobre sus pasos con las tropas de la reserva y de La Harpe, costándole mil bajas recuperar el pueblo. La consecuencia de todas estas idas y venidas fue que la intendencia francesa quebró. Sus soldados estaban al borde de la inanición. O salían de aquel laberinto montañoso o simplemente perecerían de hambre. Afortunadamente los austriacos no se veían con capacidad para asaltar las expuestas vías de comunicación francesas. La voluntad de lucha de Beaulieu había quedado muy menguada por la pérdida de 10 batallones, y el cansancio de la vejez en estos intensos días menguaba su ardor. Se quedó pues en las inmediaciones de Acqui esperando un 2posible2ataque francés. Napoleón reacciona con rapidez. Deja en Dego a Le Harpe y envía a Massena a Mombarcano. Por su parte traslada el cuartel general a Millesimo. Augereau y Sérurier han reunido unos 24.000 hombres en Ceva con los que atacar a los 13.000 solados del Piamonte de Colli. Sin embargo las tropas piamontesas consiguen zafarse antes de ser cercadas, formando una sólida posición en la confluencia de los ríos Tanaro y Corsaglia. Desengañado y tanto enfadado por la falta de decisión de sus generales el corso ordena a sus hombres perseguir a los piamonteses, ordenando a Sérurier un ataque frontal mientras Augereau tratar de flanquearlos desde la orilla oriental del Tanaro. La precipitación condujo al fracaso. Escasos de artillería y sin conseguir coordinación entre las distintas unidades asignadas las tropas francesas acumulan bajas en infructuosos asaltos que son repelidos con firmeza. Cuando por fin consigue reunir tropas y artillería suficientes Colli y sus hombres han vuelto a escabullirse, refugiándose en Mondovi. Stengel, temiendo la reprimenda de Napoleón, se lanza en una furiosa persecución al mando directo de su caballería, pero resulta mortalmente herido cesando el ímpetu francés. Fue una grave pérdida, pues además de ser el general de caballería más veterano era francamente un oficial de campaña muy competente sino brillante. Sin embargo no tendrán tiempo de fortificar los hombres del Piamonte la ciudad. Sérurier, poniéndose a la cabeza de sus columnas y ejemplarizando a sus hombres (recordemos que era casi un anciano), lanza un osado ataque frontal. El ardor del general y soldados franceses desequilibra a los piamonteses que han de huir, dejando intacto un enorme arsenal y provisiones que llenaran los estómagos y cartucheras de los famélicos franceses. Desde Mondovi las fértiles llanuras del Piamonte se abren ante los ojos del Ejército de Italia. El 23, sin permitir un descanso, inicia el avance hacia Turín. Nada más recibir noticias de ello Colli solicita condiciones de paz. La voluntad de lucha del Piamonte a sido quebrada. Napoleón ordena un avance aún más rápido, en lo que parece una alocada y peligrosa carrera. Pero su instinto le dice que en el Piamonte ya no hay nadie dispuesto a plantarle cara. Los emisarios piamonteses se ven obligados a ceder ante las duras condiciones que Napoleón les impone. El río Stura será considerado la línea de demarcación, quedando las fortalezas de Ceva, Cuneo y Tortona bajo mando y ocupación francesas (si Tortona estuviera en manos austriacas el gobierno de Turín tendría que entregar a cambio Alessandria). Los franceses, así mismo obtenían derecho de paso por su territorio así como permiso para cruzar el Po por Valenza. Este armisticio es firmado por el monarca de Saboya mientras sus aliados austriacos se baten en rápida retirada hacia el río Agogno, el día 28 de abril, es el Tratado de Cherasco. Tras una campaña relámpago de diez días Napoleón ha terminado forzando la rendición del estado piamontés. Ahora sus ojos se posan en atacar al ejército austriaco que apresuradamente se está concentrando en el valle del Po. Sin más se despide Pavía desde Asturias. [/QUOTE]
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